Francisco Javier Vázquez Burgos
En el PRI, el último en salir que apague la luz
Algo debe estar haciendo muy mal en el manejo del partido el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, para que sus más cercanos colaboradores se estén alejando; algunas voces opinan que lo que aleja a las personas del dirigente es su mal carácter y las imposiciones burdas en cargos de elección que está realizando como en Hidalgo y como va a pasar en Campeche, donde de nuevo ya ordenó que todos apoyen a su sobrino Christian Castro Bello, para que sea el candidato al Senado de la República, lo que al parecer denotó el rompimiento con uno de sus hombres más cercanos, leales y capaces, -pero no tonto-, su sucesor, el ex gobernador de Campeche, Carlos Miguel Aysa, un hombre carismático, de los priístas de antaño, cuyo talento ahora aprovechará la presidencia de la República al nombrarlo como embajador en Dominicana, lo que debe de preocupar muchísimo al líder tricolor pues si alguien conoce todos los malos manejos y corruptelas de Moreno es Aysa, y ahora está lejos de él y cercano al presidente por lo que podría proporcionar información que lleve a juicio al dirigente nacional de los priístas y a la postre hasta a la encarcelación.
Entendemos que Alito, como llaman sus amigos al líder nacional del PRI, se haya distanciado de muchos cacicazgos nacionales porque se habían apoderado de las candidaturas, se olvidaron de las causas sociales, hicieron a un lado a la base de su partido, y en esos errores basó su bandera de campaña y fue lo que le permitió ganar la dirigencia, su no a los cacicazgos, democratizar al partido, pero ha demostrado que todo era parte de su discurso, que la realidad es otra, él llegó para hacer lo mismo que hicieron los caciques del pasado, Alito pronto se convirtió en uno, pero sin inteligencia y sin la fuerza de los de antaño.
Este rompimiento con Aysa sí que debe haberle dolido en el alma a Don Alejandro, Aysa era la persona de todas sus confianzas, es posible que Don Carlos Miguel Aysa aspirara a ser el candidato al Senado, pero hace unos días atrás trascendió que Alito lo descalificó para ese cargo y ordenó que todos los comités municipales del PRI de Campeche y que toda la estructura estatal se pusieran a trabajar para preparar la candidatura de su sobrino al Senado de la República, lo que no le gustó ni a Pedro Armentía, ex secretario de gobierno de Campeche, amigo de Alito, en los tiempos de Aysa, quien se dice está buscando cobijo y la candidatura al Senado pero en Movimiento Ciudadano, y que llegados los tiempos también dejará a Alito, se habla de que ha sostenido reuniones con el ex alcalde de Campeche y ex candidato a la gubernatura, Eliseo Fernández, quien perdió por pocos votos ante morena.
Alito está lastimando mucho al PRI, si a enterrarlo lo mandaron podemos decir que lo está haciendo magníficamente, pues su escasa fracción de diputados federales se podría ver reducida con dos menos, pues se van a ir Pedro Armentía y el Junior de Aysa, también se distanció con todos los caciques de antaño en Yucatán y en Sonora, y en muchas entidades más, últimamente se confrontó con el gobernador priísta de Hidalgo, de quien se quiso burlar, pues para dejarlo fuera de la contienda por la gubernatura, cedió ese puesto al PAN, dentro de la alianza, pero resultó que todo era un engaño, pues la candidata del PRI sería Carolina Viggiano, la secretaria nacional del PRI, esposa de uno de los célebres y oscuros Moreira.
Regresando al tema de Campeche, lo que fue la gota que derramó el vaso fue la disputa por la candidatura al Senado, y fue lo que ocasionó la salida de Aysa del PRI y que aceptará una encomienda de la presidencia como embajador, lo que ahora quiere utilizar Alito para descalificar a Aysa, diciendo que es un traidor y que no apoyó la campaña del PRI, que apoyó a Layda en las elecciones pasadas, dichos que son calumniosos, que son totalmente falsos, pues si alguien apoyó al PRI fue Aysa, pero no como quería Alito, haciendo trampas y robándose la elección, Aysa ayudó manteniéndose ajeno al proceso y bien gobernando, haciendo un trabajo separado de la política, como debe ser, manejándose con honestidad, estando en contacto con la gente, pueblo por pueblo, -Aysa disfrutaba ese trato- no tolerando acciones de corrupción, conduciéndose lo mejor que las condiciones políticas le permitían, y lo hizo bien, pues nadie puede señalarlo de actos de corrupción, lo que a la larga fue benéfico para el PRI, pero no podían unos meses de buen gobierno de Aysa calmar el enojo de decenas de año de corrupción del PRI.
La derrota del PRI en Campeche nada tiene que ver con Aysa, si Alito quiere encontrar las causas de la debacle de su sobrino mejor que piense en sus imposiciones, debe recordar que cuando se estaba conformando la alianza en la elección pasada se hicieron encuestas, cruces de los posibles candidatos de cada partido, cálculos electorales y bajo ningún esquema ganaba su sobrino la gubernatura, todos lo posicionaban en tercer lugar y todos los dirigentes nacionales le dijeron “ Alito con tu sobrino no ganamos”, pero él se empecinó y amenazó con romper la alianza si no le daban la candidatura de Campeche.
Es más, los dirigentes del PRI, en lo privado, comentaban antes y durante la campaña que Christian estaba perdido, que lo que se buscaba era conservar el Congreso local, nadie en el PRI pensaba que podían ganar la gubernatura de Campeche, y es que el muchacho no tiene simpatía; acusan algunos líderes que llegaba tarde a todos los actos, que no colaboraba con lo que le correspondía para pagar la renta de salón y comida de la gente ni el acarreo, en fin, de trato déspota, es cerrado, un joven sin vocación política, con ganas y “honestón”, eso nadie se lo quita, pero perdedor, sin luz propia, todo lo logrado fue a la sombra del tío que hay que decir es un líder carismático, que se ha ido desdibujando, y a pesar de esos antecedentes electorales y de percepción sobre su sobrino, decidió que el chamaco volvería a ser candidato al Senado.
Alito está actuando mal, tiene que dar un golpe de timón en su partido, democratizar los procesos internos sería un buen comienzo, pero me parece que ya es tarde, otra acción que podría hacer para mejorar su partido es dejar de pensar en función de lo que hacen los de enfrente, pero conociendo la inteligencia emocional de Alito, lo más seguro es que se tropiece con las mismas piedras y lo vemos con esas amenazas de expulsión, como si a los priístas que marginó y ya no están con él les interesara estar en un partido que ya no representa nada, así que sólo le podemos recomendar a Alito que cuide, por favor, que el último en salir del PRI apague las luces.
