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3 años atráson
Loret de Mola, dislate presidencial
Ernesto Villanueva
Proceso
El presidente se ha extraviado de los alcances y límites de lo que debe y puede hacer conforme a la Constitución y la ley. Alguien debe decirle que ajuste su conducta al marco constitucional y convencional.
Inéditas, muy graves, las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre los supuestos ingresos del periodista Carlos Loret de Mola. El periodista no es (nunca ha sido) santo de mi devoción. Creo que incurre en persistentes faltas éticas y en una clara intencionalidad política que no se compadece con el interés público. De ahí la inquina, el odio incluso, del presidente Andrés Manuel López Obrador contra el comunicador. Lo anterior no justifica, empero de ninguna manera, que el presidente y su gobierno indaguen sus ingresos y los hagan públicos.
De esta forma se lastima el deber de confidencialidad de la autoridad que debe observar por mandato legal. La regla en materia de derecho a la información opera de la siguiente forma: El Estado, las instituciones y los servidores públicos deben ser los más transparentes posible, pero, por el contrario, los particulares – así sean personas de trascendencia pública- pueden ser los más opacos. Son los segundos los que ejercen escrutinio sobre los primeros no al contrario en una sociedad democrática. Es el mandato de la legislación vigente. De entrada, se ha violado flagrantemente en perjuicio de Loret de Mola lo previsto en el artículo 8 de la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares (entre ellos empresas, bancos, casa de bolsa, etcétera) que a la letra dice: “Todo tratamiento de datos personales estará sujeto al consentimiento de su titular, salvo las excepciones previstas por la presente Ley.
El consentimiento será expreso cuando la voluntad se manifieste verbalmente, por escrito, por medios electrónicos, ópticos o por cualquier otra tecnología, o por signos inequívocos. Se entenderá que el titular consiente tácitamente el tratamiento de sus datos, cuando habiéndose puesto a su disposición el aviso de privacidad, no manifieste su oposición. Los datos financieros o patrimoniales requerirán el consentimiento expreso de su titular, salvo las excepciones a que se refieren los artículos 10 y 37 de la presente Ley.” Las excepciones previstas en el artículo 10 se refieren al consentimiento expreso de la persona titular de la información y el relativo al artículo 37 trata sobre la transferencia internacional de datos personales en el marco de la ley.
No ha ocurrido ninguno de los dos supuestos en agravio de Loret de Mola. Hay una excepción más prevista en el artículo 4 de la citada Ley que textualmente dispone: “Los principios y derechos previstos en esta Ley, tendrán como límite en cuanto a su observancia y ejercicio, la protección de la seguridad nacional, el orden, la seguridad y la salud públicos, así como los derechos de terceros”.
¿Cómo poder afirmar que los reportajes, buenos o malos, de Loret de Mola afectan la “seguridad nacional”? ¿o lastiman la “salud pública”? ¿Afecta los “derecho de terceros”, no los de José Ramón López Beltrán, claro está, sino aquellos que aquellos que se encuentren “en los casos y con los alcances previstos en las leyes aplicables en la materia, o bien mediante resolución de la autoridad competente debidamente fundada y motivada” como lo prevé el artículo 88 del Reglamento de la Ley citada? Llegar al extremo de que Loret de Mola afecta con su trabajo la “seguridad nacional” es, en verdad, todo un despropósito que no resiste el menor análisis técnico-jurídico y las mínimas prácticas internacionales democráticas. Toda vía peor.
De igual modo, en ninguna de las siete atribuciones que tiene el SAT previstas en el artículo 7 de la Ley del Servicio de Administración Tributaria se prevé la publicidad, informar a todos, de la situación patrimonial de los contribuyentes. Tampoco sucede semejante conducta en el Reglamento Interior de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que desarrolla y enumera las atribuciones de la Unidad de Inteligencia Financiera. No hay por donde se vea resquicio alguno que permita revelar al público información que obtenga ese organismo de la SHCP de las personas objeto de una investigación, si es que Loret de Mola se encuentra en ese supuesto.
En toda esta iniciativa declarativa presidencial se advierte que hay una afectación al principio de licitud que debe normar la actuación de las instituciones públicas y a los servidores públicos. La garantía de seguridad jurídica reclama que la autoridad única y exclusivamente puede hacer aquello que expresamente le permite la Constitución o la ley, a diferencia de los gobernados que pueden hacer todo aquello que la ley no les prohíbe de manera explícita. Resulta un precedente que no encuentra soporte normativo ni jurisprudencial alguno que el presidente López Obrador no sólo se limite a ejecutar la ley, como es su obligación, sino a ¡legislar y a interpretar el alcance y sentido de las leyes para ajustarlas a sus necesidades de ajuste de cuenta con sus detractores, adversarios o enemigos!
Esto es claramente inaceptable y hay que decirlo una y mil veces para que quede constancia de que se está en una circunstancia donde el enojo mata ley. Y es que no es para menos. Si había dudas sobre la robustez del Estado de derecho en México, el presidente ahora deja claro que no conoce los límites evidentes y claros de la división de poderes dando de esta forma herramientas racionales y documentales a sus detractores. El presidente se ha extraviado de los alcances y límites de lo que debe y puede hacer conforme a la Constitución y la ley. Alguien debe decirle que ajuste su conducta al marco constitucional y convencional.
Arsenal
“Esas cifras no las tiene ni Calderón…”
Francisco Garfias
Excelsior
No pasa un día sin que tengamos sobresaltos en México por algún hecho grave de violencia: un asesinato, una masacre, una desaparición, un enfrentamiento.
A diario cae un periodista, un alcalde, un defensor de los derechos humanos, un policía, un soldado, un civil que se encontraba en el lugar equivocado a la hora equivocada.
Sabemos de familias enteras masacradas, de pueblos abandonados por el terror a las organizaciones criminales, de sangrientas emboscadas a policías o militares.
Hay cárteles de la droga que tienen sus propios ejércitos, bien armados y entrenados. Se mueven a su antojo en territorio nacional, ante la incapacidad, complicidad o el miedo de autoridades, que prefieren voltear hacia otro lado.
Con frecuencia vemos cuerpos colgados en puentes; abandonados o amontonados en vehículos; descuartizados, incinerados, hasta disueltos en ácido.
Es el padre nuestro de cada día, la normalidad en esta tierra de volcanes, el fiasco de la estrategia de “abrazos, no balazos” que ha arrojado el peor saldo rojo en décadas.
Van más 112 mil homicidios dolosos en lo que va del sexenio. Esas cifras no las tienen ni Calderón ni Peña Nieto. La 4T es primer lugar en ese podio del terror.
* Con el asesinato de Heber López Vázquez, director del portal Noticias WEB en Salina Cruz, Oaxaca, van cinco periodistas asesinados en el país en lo que va del año. Uno por semana.
Esa macabra lista la completan Lourdes Maldonado y Margarito Martínez, ejecutados en Tijuana; José Luis Gamboa, en Veracruz, y Roberto Toledo, en Michoacán.
“Se consolida el periodo más letal para la prensa en México. Reiteramos a las autoridades estatales y federales sus obligaciones de prevenir agresiones, proteger a las víctimas e investigar los asesinatos de periodistas”, dice la organización Artículo 19, defensora de la libertad de expresión y el derecho a la información.
* A esa violenta realidad agregue la hostilidad que diariamente enfrentan los periodistas críticos de la 4T en Palacio Nacional, o por parte de copiones como el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García.
Allí está el video del mandatario estatal que se hizo viral a mediados de la semana. Le molestó que la reportera Sarah Landa Castillo, de Meganoticias, le preguntara sobre los pronunciamientos de la mayoría de barras de abogados en contra del delito de “ultrajes a la autoridad”, propio de regímenes autoritarios. A pesar del tono rijoso del gobernador, Sarah no se amedrentó.
Dante Delgado, dirigente nacional de MC, dice que en las cárceles de Veracruz hay, nada más, mil 33 personas encerradas por ese delito.
* Carlos Loret de Mola ha sido, sin duda, el periodista más atacado desde la Presidencia de la República. Es cliente en las mañaneras.
AMLO lo critica, lo insulta, pero no lo desmiente con datos.
Ayer lo calificó de “mercenario, golpeador, corrupto, en el sentido estricto ni siquiera periodista”.
El Presidente cruzó el Rubicón, al dar a conocer lo que supuestamente gana Loret de Mola en las empresas para las que trabaja: 35 millones en 2021.
¿De dónde sacó esa cantidad? ¿De Hacienda? ¿Del SAT?
“Le voy a solicitar al Instituto de Transparencia, ya saben que tengo diferencias con ellos, pero formalmente les voy a pedir que soliciten al SAT los datos”, anunció en la mañanera.
Carlos Loret le respondió en Twitter. “¡Qué cosa! Usar los datos de Hacienda para perseguir a un periodista. ¡Y además con datos falsos y montos inflados! Dice que en 2021 gané millones en Televisa… donde dejé de trabajar en 2019”.
El tema ya rebasó fronteras. Los senadores estadunidenses Tim Kaine y Marco Rubio criticaron duramente al Presidente mexicano por arremeter contra sus críticos en los medios de comunicación, según el portal El Tiempo Latino, el medio en español líder en Washington, DC.
Los ataques a Loret le resultaron contraproducentes a López Obrador. En redes sociales se multiplicaron los mensajes de solidaridad hacia el periodista.
Uno de ellos es del expresidente Felipe Calderón. Escribió en Twitter:
“Solidaridad con Carlos Loret. No es su libertad, sus derechos e incluso su vida la que el Presidente ataca y amenaza. Es la libertad, la vida y los derechos de los periodistas y de todos los mexicanos los que están en riesgo. Hoy es él, mañana quien quiera”.
Ni quien lo dude.
México SA
España: diplomacia corporativa // Albares, paje del gran capital // Barril mexicano: 86.84 dólares
Carlos Fernández-Vega
La Jornada
Por algo se entendieron de maravilla los gobiernos neoliberales y monárquicos de México y España: no solo hablaban el mismo lenguaje, tenían los mismos objetivos y cobraban jugosas coimas, sino que ambos operaban, y lo presumían, como gerentes de los grandes corporativos, al tiempo que pusieron la diplomacia de sus respectivas naciones a su servicio (ahora notoriamente activa en el caso español).
El Ministerio de Asuntos Exteriores de España, con José Manuel Albares a la cabeza, emitió un comunicado por medio del cual rechaza tajantemente las descalificaciones de López Obrador contra España y las empresas españolas, pero ni pio dijo sobre el quid del reclamo presidencial, es decir, los abusos cometidos por empresas españolas que han afectado al pueblo de México en otros tiempos, los jugosos negocios que se hicieron por influyentismo, por acuerdos cupulares de políticos de España y políticos de México en los sexenios de Fox, de Calderón y de Peña Nieto, la actitud o el comportamiento de consorcios como Repsol, Iberdrola y OHL, por solo citar a esos tres, y el voluminoso costo de su presencia en tierra azteca, como en las de toda América Latina.
De esto último absolutamente nada, de tal suerte que todo indicaría que el ministro Albares es de la creencia (él, que se presume socialista) que las empresas que representa tienen derecho a destrozar todo lo que tocan para obtener pingües beneficios, sin importar las negras consecuencias para la nación que las recibe, y en el entendido de que quien reclame por ese nefasto proceder es acreedor al rechazo tajante de la gerencia monárquica.
Para el contexto, vale retomar un cable informativo de la agencia de noticias Europa Press, fechado el 27 de septiembre de 2021 (cinco meses antes de las descalificaciones de López Obrador). Dice así: “el ministro José Manuel Albares ha asegurado que la diplomacia económica es una prioridad para él y la ha puesto al servicio de las empresas españolas, cuyo papel de cara a la recuperación tras la pandemia es ‘fundamental’, ha defendido. Albares ha presidido un almuerzo en la sede del ministerio con una veintena de representantes de las principales empresas españolas así como de las organizaciones empresariales, ante quienes ha asegurado que ‘su compromiso con los intereses económicos españoles y con el impulso de la diplomacia económica será constante; será una de mis prioridades’”.
A los empresarios españoles que lo escuchaban les dijo: “usaré la diplomacia económica para apoyaros en lo que necesitéis, en lo que os pueda ser útil, como un instrumento más al servicio del crecimiento y de la prosperidad de España… La política exterior que impulso os garantizo que siempre tendrá en cuenta los intereses económicos de España y de las empresas españolas que vosotros representáis; quiero trabajar en la solución de problemas que se os presentan y en el apoyo en las necesidades que detectéis… (ustedes son) reflejo de los valores de nuestra sociedad”.
Apantalla tanto amor, azúcar y dedicación del ministro socialista. ¿Y quiénes participaron en esa reunión con el gerente monárquico? Las cabezas de Iberdrola, Repsol, BBVA, Caixabank, Telefónica, Enegas, Sacyr, Acciona, Ferrovial y Talgo, todas con jugosos negocios en México. Entonces, aquel que ose meterse con ellas, sin importar las atrocidades que cometan, de inmediato recibirá el rechazo tajante.
En vía de mientras, ayer el presidente López Obrador reiteró: “no ruptura de relaciones; es nada más decir no se permite robar, no somos tierra de conquista y que no se confunda al pueblo español, que respetamos y admiramos tanto, con estas empresas y con sus políticos protectores del más alto nivel, eso es todo. Dicen los internacionalistas conservadores, ‘expertos’ en política exterior que qué es eso de pausar. ¿No lo entendieron? Claro que sí. Es: a ver, vámonos dándonos tiempo. Nos conviene, a los pueblos, a los gobiernos, para entender de que hay una nueva realidad, que hubo un cambio en México. Ya no les puedo mandar un telegrama porque ya eso es obsoleto, pero es decirles: ya no”.
Las rebanadas del pastel
El barril mexicano de exportación cerró semana en 86.84 dólares y la tendencia en el mercado internacional se mantiene alcista por el permanente cuan perverso aguijoneo gringo de un eventual encontronazo entre Rusia y Ucrania, porque su industria militar quiere ganar más dinero sin importar las consecuencias.