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3 años atráson
Dudas en torno al retiro del nuncio Franco Coppola
Bernardo Barranco V.
Proceso
¿Por qué se va? Justo cuando el nuncio entendía mejor nuestra realidad emigra a Europa. ¿Cómo leer este cambio, cómo explicar esta permuta de un actor que estaba imprimiendo presión a un episcopado aletargado? ¿Qué lectura política hacer?
El Papa Francisco ha decidido trasladar al nuncio Franco Coppola a Bélgica, justo cuando el nuncio estaba desplegando un mayor protagonismo con gestos de osadía social. Se va precisamente cuando se decidió a aparecer con mayor frecuencia en medios para abordar temáticas candentes de la realidad y de la Iglesia. ¿Quizá ya sabía de su permuta y apretó el paso en los últimos meses?
Deja el país, a cinco años, Franco Coppola, un nuncio con la impronta del Papa Bergoglio. ¿Por qué se va? Justo cuando el nuncio entendía mejor nuestra realidad emigra a Europa. ¿Cómo leer este cambio, cómo explicar esta permuta de un actor que estaba imprimiendo presión a un episcopado aletargado? ¿Qué lectura política hacer?
Primero debemos entender qué es la función de un nuncio. La nunciatura apostólica es la representación oficial del Papa, es la misión diplomática de máximo rango de la Santa Sede ante los Estados con los que mantiene relaciones. Como responsable de la nunciatura, el nuncio es una especie de embajador papal, pero según el derecho canónico, 262-367, sus tareas más importantes son eclesiales. Francisco ha insistido que el nuncio debe tener la misión pastoral como la tarea más importante.
Franco Coppola llega a nuestro país en 2016, inmediatamente después de la visita del Papa Francisco a México. Llega cuando aún hay ecos en los muros de la catedral metropolitana de los reclamos del pontífice a los obispos mexicanos. Ahí les demandó mayor unidad y pidió “pelearse como hombres de Dios”; también salir de su zona de confort y de los mimos del poder. “No subirse a los carros del faraón”, dijo. Y, tercero, mayor pastoralidad, ser una Iglesia de salida. Parecía un programa de trabajo que debía seguir el nuevo nuncio. Sin embargo, los conservadores obispos mexicanos son un “hueso duro de roer”. Después de cinco años han cambiado casi nada. A pesar de que algunos prelados verbalizan de manera hueca el lenguaje de Francisco. Probablemente Coppola sufra cierto desgaste y sea necesario un relevo con una estrategia distinta. Francisco debe tener pensado algún movimiento, porque la Iglesia mexicana es importante en la geopolítica vaticana. Sin embargo, los obispos mexicanos siguen desunidos, acomodados al poder y con poca disponibilidad para sacudir sus polillas y anticuados métodos, lo que les impide hacer frente y con mayor frescura pastoral a la realidad de los mexicanos actuales.
Franco Coppola relevó al nuncio francés Christophe Pierre, quien se fue a Washington tras una deteriorada relación con el entonces cardenal primado Norberto Rivera. El nuncio Pierre, al irse a Estados Unidos, tuvo la delicada encomienda de neutralizar el peligroso activismo del nuncio republicano Carlo María Viganò, quien apoyo con todo la candidatura de Donald Trump y se alió a la derecha norteamericana más conservadora para conspirar contra Francisco.
Coppola vive en México dos transiciones. Una política y otra eclesial. La política, el derrumbe del peñismo priista y el ascenso de AMLO y su 4T. En términos religiosos, Coppola opera la salida del poderoso cardenal Norberto Rivera y el arribo de Calos Aguiar Retes a la arquidiócesis de la Ciudad de México. La tarea no fue sencilla, dada la capacidad política e influencia generacional de Rivera.
Con el gobierno de López Obrador, Coppola tuvo aceptable nivel de interlocución. Hizo gala de la diplomacia para admitir, no sin reservas, la apertura del gobierno hacia las iglesias evangélicas. Su relación con AMLO fue mucho más fluida que la de sus pares mexicanos. En especial Carlos Aguiar Retes, borrado del radar de la 4T, y que tal vez esté pagando factura por su identificación con los gobiernos de Calderón y Peña Nieto.
Trascendió, por el contrario, que el nuncio y el presidente desayunaban con cierta frecuencia en Palacio Nacional. Quizá el mayor logro diplomático del nuncio fue la carta firmada por el Papa con motivo del 200 aniversario de la consumación de la Independencia, en la que Francisco envió un breve mensaje ofreciendo disculpas al pueblo mexicano por los pecados, las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización. Texto acariciado con terquedad por el presidente López Obrador.
El nuncio Coppola fue abierto con las diversas posturas político-religiosas de la Iglesia mexicana. Desde El Yunque, que presume sus consejos, hasta la presencia solidaria en eventos del obispo emérito Raúl Vera.
Probablemente el mayor acto pastoral del nuncio fue la visita a Aguililla, Michoacán, en abril de 2012. Aguililla forma parte una de las zonas más azotadas por el crimen organizado, llamada Tierra Caliente, que abarca también a los estados de México y Guerrero. Una franja que lleva lustros dominada territorialmente por organizaciones criminales que azotan a la población.
Con su visita, el nuncio aporta un doble mensaje. Primero, se hace solidario con una población castigada por los abusos delictivos ante la ausencia del Estado. Coppola se preguntó: ¿Dónde está la acción de Silvano Aureoles? –el entonces gobernador–. ¿Dónde está la Guardia Nacional? Y, segundo, la presencia del nuncio, muy del estilo del Papa Francisco, invita a la Iglesia mexicana, en especial a los obispos, a estar más presente en aquellas “periferias existenciales”, para ser solidarios con las personas que más sufren.
La pederastia clerical en México ha sido otro frente crucial que ha ocupado al nuncio saliente. Enfrentó la inercia pasmosa de gran parte de los obispos, que se resisten a enfrentar la pandemia de los depredadores sagrados. Coppola reveló a la periodista Maru Jiménez que El Vaticano investiga a ocho obispos mexicanos por encubrimiento a sacerdotes pederastas y de 328 denuncias por abuso sexual, en 134 casos fueron encontrados culpables y separados de su condición sacerdotal. A pesar de haber insistido, Coppola incidió poco en la pastoral de los jóvenes. Advirtió que la juventud, sobre todo en los centros urbanos, se aleja de la Iglesia y de la fe.
Franco Coppola deja un espacio vacío que no será fácil cubrir. A pesar de fuertes posicionamientos en las asambleas episcopales no se va embroncado con los obispos. Se sabe bien que goza de la simpatía y apoyo del Papa.
Coppola se va a otra cancha. Bruselas es la sede de la Unión Europea crítica y desafiante para la Iglesia católica. El informe de Jean Marc Sauvé y el mayúsculo escándalo de pederastia en Francia son, entre otros, temas nodales para mantener un aparato de contención católica altamente calificado. Para México la pregunta que flota es: ¿qué va a hacer Francisco con el entumecido episcopado mexicano?
Juegos de poder
AMLO en Washington: ¿prueba superada?
Leo Zuckermann
Excelsior
Hay que celebrar el regreso de las reuniones de los tres jefes de gobierno de América del Norte. Lo que antes se realizaba con frecuencia, debido a la creciente interdependencia de los países, se suspendió por culpa del pernicioso unilateralismo de Trump.
En la superficie le fue muy bien a nuestro Presidente. Recibió muchos apapachos del primer ministro canadiense y, sobre todo, del presidente estadunidense. Y es que AMLO llegó a Washington con una popularidad alta (la mayor de los tres jefes de gobierno) y con una palanca poderosísima en la relación bilateral con Estados Unidos. Me refiero al tema migratorio.
La Cumbre del jueves pasado se dio en un contexto donde, por un lado, crece la migración de indocumentados hacia EU y, por el otro, disminuye la popularidad de Joe Biden.
La oposición republicana está todos los días friendo en aceite hirviendo al presidente demócrata por el tema migratorio. La suerte electoral del partido de Biden en las elecciones intermedias de 2022 y las presidenciales de 2024 dependerán de manera crítica en que pueda detener la creciente migración de indocumentados de Centroamérica, el Caribe y cada vez más de México. En este sentido, necesita de la ayuda de AMLO para frenar el flujo migratorio en territorio mexicano. México ya está dedicando más de 20 mil elementos de la Guardia Nacional para este propósito.
Sí, nuestro país le está haciendo el trabajo sucio a EU, lo cual debe apreciar mucho Biden. Y todo indica que seguirá requiriendo de AMLO para “resolver” este tema. Entrecomillo el verbo porque el problema, en el fondo, es irresoluble en la medida en que siga existiendo tal disparidad de ingreso entre EU y sus vecinos del sur. Sería más correcto decir que Biden necesita de AMLO para atemperar la ola migratoria.
Nuestro Presidente, como buen político que es, lo sabe y usa. Para eso son las palancas de poder. Por tal motivo, Biden no se mete en temas escabrosos que puedan enojar al mandatario mexicano, como todo lo que está sucediendo en el sector energético, un tema que, al parecer, no se tocó en Washington, a pesar de que está afectando derechos e intereses de compañías estadunidenses que operan en México.
Pero no nos hagamos bolas. No por eso significa que Estados Unidos le dejará pasar a Andrés Manuel López Obrador este tipo de afrentas. La Unión Americana es mucho más que su presidente. Los negocios afectados en el sector energético están operando para presionar al gobierno mexicano por medio de otros actores políticos como el Congreso o los gobiernos locales.
En vísperas de la reunión del jueves pasado, el gobernador de Texas, Greg Abbott, le envió una carta durísima al presidente Biden, quejándose no sólo del problema migratorio, sino de lo que está ocurriendo en México en el ámbito económico:
“Tomé medidas para proteger los activos estadunidenses de la incautación por parte del gobierno mexicano, lo que podría violar las leyes de comercio internacional. La situación actual es insostenible para las empresas estadunidenses que buscan continuar con sus operaciones comerciales y se está convirtiendo rápidamente en una barrera absoluta para el libre comercio, las transacciones energéticas y la inversión privada estadunidense en la región. Requiere atención inmediata por parte de su administración para evitar daños irreparables a las empresas y trabajadores de Texas.”
Nótese el lenguaje: incautación, insostenible, barrera absoluta, daños irreparables.
En la medida en que se sigan violando los derechos de propiedad en México en el sector energético, continuarán las presiones desde Estados Unidos. Sobre todo si, a partir del año que viene, los republicanos ganan posiciones en el Congreso y, desde luego, si Donald Trump o algún republicano más trumpista que Trump, gana la elección en 2024.
Con inteligencia, AMLO usó la palanca migratoria a su favor. Biden fue pura miel y hojuelas. Hubo logros importantes como un acuerdo para donar vacunas para América Latina y el Caribe. Además, López Obrador volvió a posicionar el tema de la reforma migratoria en EU que regularizaría a millones de indocumentados, la mayoría mexicanos. Unos días antes, incluso, dijo que anunciaría a los legisladores estadunidenses que votaran en contra. Celebro este activismo del Presidente. Muy diferente a la bobería de la no intervención en asuntos internos de otros países. Pero el que se lleva, se aguanta, así que AMLO debe prepararse para la andanada en contra de su gobierno por la agenda estatista en materia energética. La carta de Abbott es una muestra de que del otro lado del río Bravo también presionarán, y duro, para influir en la política interna mexicana.
Astillero
El general llama a unidad 4T // Militares políticamente opinantes // Sheinbaum, ya tan mediática // Izquierdas en Sudamérica
Julio Hernández López
La Jornada
Resonaron las palabras pronunciadas por el general Luis Cresencio Sandoval González en el marco de la conmemoración de la Revolución Mexicana: Como mexicanos es necesario estar unidos en el proyecto de nación que está en marcha (https://bit.ly/3HGoSqA).
Si algún hipotético interlocutor le hubiera preguntado al titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por qué debería practicarse tal unidad en torno a un plan o programa conocido como Cuarta Transformación, bastaría con atender lo que explicó en seguida, ante el Presidente de la República y parte de su gabinete: Porque, lejos de las diferencias de pensamiento que pudieran existir, nos une la historia, el amor por la tierra que nos vio nacer y la convicción de que sólo trabajando en un mismo objetivo podremos hacer la realidad de México, esta realidad que cada día sea más prometedora.
Ya Salvador Cienfuegos Zepeda se había aventurado en el terreno del discurso político durante la administración de Enrique Peña Nieto, al presionar a las autoridades civiles, en particular a los miembros del Congreso federal, para que dieran un marco de legalidad a las acciones militares en terrenos civiles, sobre todo en el combate al crimen organizado.
El propio secretario actual de la Marina, José Rafael Ojeda Durán, había dicho en mayo de este año, en la mañanera, al referirse a decomisos de material estupefaciente, y otros rubros del narcotráfico, que no había mucha ayuda de jueces y ministerios públicos para avanzar en procesos contra infractores; hay muchos casos que hasta pena nos da que actúen de esa manera, que parece ser que el enemigo lo tenemos en el Poder Judicial y tenemos que cerrar bien ese círculo para poder llevar a cabo la detención (https://bit.ly/3xag9If).
Días después de tales pronunciamientos, el almirante Ojeda pidió ser disculpado por quien se lo merezca del Poder Judicial federal. Pero, el 26 de julio del año en curso, también ante el Presidente de la República, el mismo almirante secretario dijo en Veracruz (su tierra natal, a la que podría aspirar a gobernar a nombre de Morena): La gran diferencia entre nosotros y muchas otras instituciones es que nosotros no podemos darnos el lujo de tener malos elementos (…) Y déjenme decirles, porque es algo muy cierto: México carece de servidores públicos honestos. Por eso tenemos este problema de una alta corrupción (https://bit.ly/30Nqmid).
A la incidencia marina en la retórica política se ha sumado ahora el cada vez más poderoso general secretario Sandoval. En adelantados tiempos de debate civil enconado (INE, revocación de mandato, reforma eléctrica, 2024, por dar ejemplos) ha hecho una impropia exhortación a los ciudadanos a unirse, o cerrar filas, en torno a un proyecto cuya promoción no corresponde, en todo caso, a la voz castrense, mucho menos un imperativo unitario.
Las filiaciones partidistas o la adhesión ideológica al proyecto gubernamental en turno no deben impedir que se advierta la gravedad de la injerencia militar en asuntos políticos correspondientes al ámbito civil. En México, más que nunca en su historia posrevolucionaria, se expanden la presencia y el poder militares.
A menos que la intención sea instalar la idea de que ya hay una decisión tomada respecto a la sucesión presidencial de 2024, poco oportuna y redituable parece la aparición de Claudia Sheinbaum en la portada de El País Semanal (publicación del Grupo Prisa, con sede en Madrid, que cuenta con el diario El País y sus ediciones internacionales). Además de sus recientes viajes a otras entidades federativas, con aire de proselitismo, la jefa del Gobierno capitalino ha escrito un artículo para The Economist y ha dado una entrevista a la BBC.
Y, mientras las izquierdas mexicanas mantienen la vista hacia lo que va sucediendo electoralmente en el sur del continente: antes Argentina y, ahora, Venezuela y sobre todo Chile.