Conoce más de nosotros

Columnas Escritas

Lo que dicen los columnistas

Published

on

Twitter
Visit Us
Follow Me
You Tube
Instagram

Legisladores farsantes

Elisur Arteaga Nava

Proceso

A AMLO, en su afán de cambiar todo y hacerlo de manera precipitada e irresponsable, no le importa convertir a las instituciones públicas en pantomima: han sido objeto de humillación, sometimiento y burla la democracia, el sistema federal, el Congreso de la Unión, el Poder Judicial de la Federación.

En la Cuarta Transformación todo es farsa. Miento. Casi todo. No lo son la militarización, la incompetencia, la improvisación y la corrupción.

A AMLO, en su afán de cambiar todo y hacerlo de manera precipitada e irresponsable, no le importa convertir a las instituciones públicas en pantomima: han sido objeto de humillación, sometimiento y burla la democracia, el sistema federal, el Congreso de la Unión, el Poder Judicial de la Federación, los poderes y autoridades locales. Poco o nada ha quedado al margen de su acción destructora. Humilla, somete, descalifica, desvirtúa y ofende. Prostituye todo lo que toca.

AMLO, que reiteró una y otra vez que no utilizaría a las Fuerzas Armadas en el combate a la delincuencia, faltó a su promesa; olvidó que censuró a los presidentes de la República que lo hacían. No recuerda que nos prometió regresar a los militares a sus cuarteles. Nos mintió y, por lo mismo, nos engañó. No sólo eso, dio órdenes a sus lacayos: los legisladores morenos y sus cómplices, de aprobar sus reformas, aun sabiendo que son anticonstitucionales. Así lo reconoció expresamente.

Para lograr la anuencia de algunos priistas, recurrió a una institución que se supone es autónoma: la Fiscalía General de la República. Ésta los “convenció”. Alito, un pájaro de cuenta, sigue libre. Hay otros.

La precipitación presidencial volvió a recaer en el Congreso de la Unión. Era su turno. El mandamiento de aprobar la reforma por virtud de la cual la Guardia Nacional pasa a depender del secretario de la Defensa Nacional, que comprendió la modificación a diferentes leyes, fue en el sentido de que lo hiciera “rapidito y de buen modo, sin quitarle o agregarle una coma”, se dirigió, de nueva cuenta, a los legisladores federales de Morena, comprendiendo a los verdes y a los del PT. Son lo mismo. Ellos, sin respetar su alta investidura, acataron la orden. Las reformas ya fueron publicadas y la violación a la Constitución, consumada.

Es la Constitución Política la que establece el principio de división de poderes; la que confía a cada uno de ellos una función diferente y complementaria. Sus autores, los constituyentes, partieron del supuesto de que sería operante y real; que los titulares de cada uno de los poderes públicos asumirían de manera responsable, independiente, digna y patriótica sus cargos. Que antepondrían los intereses nacionales a la “disciplina partidista”; el respeto a la letra y sentido de la ley, a los intereses pasajeros de una Cuarta Transformación; que respetarían su dignidad como representantes de la nación y que lo harían por encima de sus intereses particulares; que en bien de la patria sacrificarían sus intereses egoístas de conservar su cargo o de reelegirse.

La Constitución, en su artículo 72 establece los principios fundamentales que regulan el proceso legislativo, entendido éste como las formalidades y etapas que real y efectivamente se tienen que observar y seguir para aprobar una ley o un decreto. No se trata de cubrir las apariencias. Los autores del texto fundamental partieron del supuesto de que los legisladores serían celosos de su independencia como parte que son de un poder y, por lo mismo, serían defensores de las altas funciones que tienen conferidas y que hacen operante el principio de división de poderes.

Los constituyentes, al establecer los principios que regulan el proceso legislativo, estuvieron muy lejos de normar la actuación de unos títeres o payasos. No establecieron los principios para hacer operante una farsa. Determinaron la forma en que se manifiestan los diferentes puntos de vista de los legisladores; previeron la intervención de comisiones que enriquecieran y depuraran las iniciativas; consignaron principios por virtud de los cuales, en forma alternada, razonada y libre afloraran las opiniones y que éstas se reflejaran en los dictámenes, en la discusión y la votación.

A pesar del mandamiento fundamental y de la protesta que rindieron de respetar la Constitución, una mayoría de legisladores traicionó el mandato que recibió de sus electores; acató las órdenes de quien es sólo el titular de otro poder; sacrificó la independencia del poder que representan y, con su voto, aprobaron reformas que contravienen diferentes preceptos de ella. A eso se reduce, en pocas, palabras, lo que hicieron.

Los legisladores, con su voto aprobatorio, contribuyeron a la militarización del país y apresuran el fin de las instituciones públicas: democracia, división de poderes, Fuerzas Armadas sometidas a las autoridades civiles y acabaron con las instituciones republicanas que existen para combatir a la delincuencia. De ese tamaño es su responsabilidad. Su voto fue contrario a lo que dispone el artículo 21 constitucional. Lo sabían; en todos los foros se hicieron notar los vicios de anticonstitucionalidad que contenían. No pueden hacerse los ignorantes. Son corresponsables de la destrucción de las instituciones civiles y democráticas. Su actuación no fortalece el principio de división de poderes.

Quienes aprobaron las reformas anticonstitucionales pasaron por alto la responsabilidad que la Constitución les impone; faltaron a la confianza de sus electores. Merecen el calificativo de ser títeres, farsantes y de partícipes de una comedia de mal gusto. Son los responsables de la militarización del país y de los altos índices de delincuencia.

En 2018, cuando aún no comenzaba el sexenio de la 4T, al ver el cúmulo de violaciones graves a la Constitución Política, protesté. En Proceso dije: Así no vamos a hacer la Cuarta Transformación. Ahora, cuando estamos a menos de dos años de que termine el sexenio, digo que la Cuarta Transformación fue una farsa y que AMLO nos mintió. No hubo violación en que no incurriera él, que nos prometió un cambio. Él, a los crímenes y antidemocracia priista, agregó la hipocresía; a la incompetencia panista, la corrupción; a la incapacidad de ambos, la perversidad. Luchamos por un cambio verdadero; fuimos traicionados.

Los que intervienen en una farsa se llaman farsantes. Los de la 4T lo son.

Razones

Una historia de hipocresías

Jorge Fernández Menéndez

Excelsior

Sin pluralidad y voces críticas no hay democracia.

José Mujica, de visita en México.

Vivimos tiempos de demasiada hipocresía política. Se puede entender y se agradece que existan distintas posiciones, que se confronten y debatan, que se luche encarnizadamente por ellas, pero lo que resulta cada día más ridículo es el cambio de posiciones políticas y hasta ideológicas, de actores que dan giros de 180 grados simplemente de acuerdo a su equidistancia del poder.

Siempre he defendido, en nuestra realidad, la participación militar en temas de seguridad pública como un factor imprescindible ante la debilidad de las instituciones policiales. Pero cuando en el debate en la Cámara de Diputados, por ejemplo, escuchaba a Gerardo Fernández Noroña apoyando la presencia militar en tareas de seguridad pública hasta el 2028 y deshaciéndose en halagos para las Fuerzas Armadas, uno no puede más que recordar que quizás ningún otro legislador hasta el sexenio pasado, las insultó tanto, las agravió y acusó de asesinos. Cuando en el gobierno de Peña Nieto fue designado presidente de la Comisión de Defensa Nacional, ningún mando militar, comenzando por el entonces secretario Salvador Cienfuegos, se quiso reunir con él. Lo consideraban, lisa y llanamente, inaceptable, como aquellos carteles que él mismo colgaba en las puertas del Campo Militar No. 1 proponiendo su venta (esas fotos resurgieron esta semana).

Cuando escuchaba a panistas hablando en contra de la participación militar en la seguridad, uno no podía más que recordar que en buena medida la recuperación de las Fuerzas Armadas y su participación en temas de seguridad, se construyó sobre todo en el sexenio de Felipe Calderón, quien, además, dignificó sus ingresos e infraestructura. Hoy parecen decir lo mismo que Fernández Noroña y todo Morena decían hace cuatro años.

Pero mientras se habla de militarización, mientras se le dan cada vez más responsabilidades a las Fuerzas Armadas, desde el propio gobierno también se les agrede, también hay hipócritas. La detención un día antes del desfile de la Independencia del general Rodríguez Pérez por el caso Ayotzinapa, que fue de la mano con las agresiones a los cuarteles de Iguala y Chilpancingo por supuestos estudiantes de esa normal, ataques que se realizaron con absoluta impunidad, son una demostración de que, en el ADN más profundo de la 4T ultra, el sentimiento antimilitar sigue tan presente como siempre.

Las órdenes de aprehensión contra varios militares, incluyendo dos generales por el caso Ayotzinapa no se sustentan en nada, y son más escandalosas cuando, al mismo tiempo, por la irresponsabilidad de la propia fiscalía especial han quedado en libertad más de 70 de los sicarios y policías locales responsables del crimen, y ahora se absuelve al expresidente municipal José Luis Abarca. La gran mayoría de los sicarios quedaron libres porque la fiscalía especial no realizó a tiempo protocolos de Estambul autónomos (no quisieron aceptar los de la PGR) y el juez del caso tuvo que ordenar su liberación. Con Abarca no presentaron pruebas para mantenerlo en prisión porque lo que están buscando es responsables políticos del crimen de Iguala y no esclarecer lo que realmente sucedió. Y esa labor la encabeza el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas. Ésa es su responsabilidad, que no digan ahora que es del juez encargado del caso.

La sucesión en Morena

Si la elección del candidato o candidata de Morena para el 2024 se realizará con encuestas internas podemos estar seguros de que Claudia Sheinbaum ganó en este fin de semana buena parte de esa postulación. En los hechos se quedó con el control del consejo político del partido, colocó como presidente del mismo al gobernador Alfonso Durazo y fue evidente que la gran mayoría de los gobernadores son partidarios suyos. Adán Augusto López se quedó también con una porción del pastel, pero mucho menor que la de Claudia. Marcelo Ebrard se quedó con sólo el 13 por ciento de los consejeros, una cantidad pequeña para influir en la marcha del partido. No participó en esa reunión porque hoy estará representando al presidente López Obrador en Londres en los funerales de la reina Isabel II. Y Ricardo Monreal directamente no fue al encuentro. No deja de ser significativo que una parte del ala radical de Morena siga impugnando el congreso y demanda a las autoridades que lo declaren ilegal.

Javier Marías

Murió la semana pasada uno de los mejores escritores españoles de su generación, Javier Marías, a los 70 años de edad. Hace un año, en un fantástico texto publicado en El País, Javier Marías escribía sobre la incapacidad que están teniendo nuestras sociedades para detectar el peligro. A los hombres y mujeres, decía Marías, siempre les ha costado mucho reconocer a quienes entrañan enorme peligro o están poseídos por una maldad gratuita… Lo que es nuevo de nuestra sociedad, sin embargo, es la exagerada torpeza para advertir otros peligros”. Quizás, agregaba, “porque hemos empalmado bastantes generaciones afortunadas, o aun mimadas, si las comparamos con las del pasado, en Occidente. No hemos sufrido guerras ni tremendas hambrunas ni frecuentes plagas; tampoco a dictadores malsanos… ni por tanto persecuciones implacables. Así que grandes porciones de nuestras poblaciones se han desacostumbrado al peligro, de tal forma que ni siquiera lo creen posible. Son incrédulos, se lo toman a broma, piensan que eso es para las películas y que se trata de exageraciones…”. Algo así está sucediendo hoy.

Juegos de poder

Alianzas vergonzosas

Leo Zuckermann

Excelsior

Dice el refrán: “Dime con quién andas, y te diré quién eres”. Mucho se ha escrito acerca de la alianza del PAN con el PRI en los últimos dos años. Se argumenta que es una alianza contra natura ya que ambos partidos, durante muchos lustros, se enfrentaron. Hace tan sólo dos décadas, la campaña presidencial panista de Vicente Fox tenía como eje el ataque a los gobiernos priistas y la urgencia de un cambio.

Ahora, panistas y priistas se unieron con la intención de detener las pretensiones hegemónicas del presidente López Obrador y su partido, Morena. A muchos les disgustaba ver al PAN unido con el PRI. Lo consideraban una vergüenza.

El asunto era particularmente sensible para los panistas, quienes durante años lucharon a favor de la democracia liberal en contra del régimen autoritario priista.

El PRI, en cambio, siempre fue más pragmático y acomodaticio. Cuando los vientos mundiales soplaban hacia la izquierda, hacia allá iba este partido. Cuando viraban a la derecha, ellos también. No sorprende, entonces, que el PRI de la época neoliberal haya realizado acuerdos políticos importantes con el PAN desde el sexenio de Salinas.

Sin embargo, nunca habíamos visto una alianza política, legislativa y electoral entre los dos partidos, hasta este sexenio. Y, hay que reconocerlo, funcionó. Sirvió para evitar que Morena y sus aliados retuvieran la mayoría calificada en la Cámara de Diputados después de las elecciones intermedias de 2021. Además, recuperaron algunos puestos de elección popular en estados y municipios.

Dicha alianza, sin embargo, resultó muy endeble. Dependía de la voluntad de un dirigente nacional priista que tenía una larga cola que pisar. El gobierno de López Obrador se la comenzó a estrujar y Alejandro Moreno se dobló. Hoy la alianza del PAN con el PRI de Alito está rota. Quizá algo puedan hacer los panistas con otros priistas en el Senado y en los gobiernos estatales del Coahuila y Estado de México, pero difícilmente se restaurará la alianza Va por México, que también incluye al PRD.

¿Fue una alianza vergonzosa?

Sin duda, pero, hombre, la historia política del mundo está repleta de ellas.

¿Acaso no fue vergonzoso el pacto entre Hitler y Stalin para repartirse Polonia, por ejemplo?

Pero no tenemos ni que irnos a otros países ni a otras épocas de la historia para ilustrar este punto de las alianzas vergonzosas en la política. Mucho se habla de la coalición opositora en México cuando del otro lado, del gobierno, a los morenistas se les debería caer la cara de pena al estar aliados con el peor partido político de la historia moderna del país. Me refiero al Verde, esos bucaneros que lo único que les interesa es el dinero.

Morena dice que está transformando México para erradicar la corrupción. Pero uno de sus amiguitos en la coalición gobernante es nada menos que el Verde, es decir, la mismísima definición de la corrupción. Una empresa controlada por una familia cuya misión es medrar de la política.

Los verdes han estado aliados al PAN de Fox, al PRI de Peña y, ahora, a Morena de AMLO. Lo de ellos es pactar con el partido en el poder para vender caro su amor, es decir, sus votos en el Congreso. No tienen ninguna ideología. La agenda ambiental les vale un pepino. Están dispuestos a votar por iniciativas que favorecen las energías fósiles sobre las renovables si así les conviene a sus intereses. Lo único verde que les interesa es el color de los dólares.

Pues bien, a eso está aliado Morena. A señoritingos que son la mismísima expresión del clasismo racista y corrupto que supuestamente quiere erradicar el Presidente.

Si de por sí era una vergüenza la alianza con el Verde, ahora Morena está acercándose y recogiendo en su seno a otro finísimo grupo: nada menos que a los diputados del PRI liderados por Alito Moreno. Hace un par de semanas este personaje era, para los morenistas, la escoria de la política mexicana. Hoy ha pasado a ser un prohombre iluminado que entendió la necesidad de apoyar las nobles iniciativas a favor del pueblo. Súmese, pues, don Alito, a la gran transformación que promueve nuestro Presidente.

Ya no se preocupe más por su mansión en Campeche y el McLaren en el estacionamiento. Ahora podrá ir a presumírselos y compararlos con Jorge Emilio González, el Niño Verde, quien de nuevo ya es su aliado político, bajo el paraguas de Morena.

Ni modo, así es la política: llena de alianzas vergonzosas. En todas partes. Así que, por favor, ahórrense los juicios moralistas de uno y otro lado.

Astillero

Gobernadores, nuevo poder en Morena // Durazo, equilibrar a Delgado // Confirmado: encuestas de opinión // Pendientes, impugnaciones

Julio Hernández López

La Jornada

El Congreso Nacional que se realizó este sábado y se clausuró en la primera hora del domingo, institucionaliza el poder de los gobernadores estatales (una especie de Conferencia Nacional de Gobernadores: MorenaGo) y particularmente el de Andrés Manuel López Obrador, ausente de manera física pero políticamente rector; el gran victorioso implícito, aunque nadie siquiera lo hubiera puesto en duda.

Por ello queda el sonorense Alfonso Durazo Montaño como presidente del Consejo Nacional al que se integrarán dichos mandatarios estatales, en compañía de representantes de los contingentes que ellos y ellas aportaron para las asambleas distritales de finales de julio pasado, los cuales a su vez constituyeron el grueso de los congresistas que aprobaron los cambios de este fin de semana a los documentos básicos y la reconfiguración directiva nacional.

Durazo, quien ha expresado especial simpatía por la precandidata Sheinbaum, significa de entrada una suerte de cauteloso contrapeso interno a Mario Delgado, quien seguirá como presidente del comité nacional de Morena hasta octubre de 2024, junto con la secretaria general Citlalli Hernández. El Consejo Nacional de Morena, que presidía Bertha Luján, tendrá más facultades ahora con Durazo, entre ellas la de participar en los procesos de designación de candidatos a puestos de elección popular.

La continuidad de la dupla Delgado-Hernández implica la continuidad del estilo excesivamente pragmático que se ha utilizado hasta ahora para abrir la puerta a candidaturas de personajes sin apego real a los postulados de ese partido pero, a cambio, oferentes de financiamiento multifactorial para alcanzar triunfos electorales ( haigan sido como haigan sido: bueno, este sábado hasta Cuauhtémoc Blanco se asomó al congreso partidista).

Delgado, de origen ebrardista, y Citlalli, orientada hacia la jefa del gobierno capitalino, deberán operar en este nuevo diseño de Morena el proceso de la sucesión presidencial de 2024 y las postulaciones de candidatos a diputados federales, senadores y a un buen número de gobiernos estatales.

La centralización de decisiones quedó de manifiesto con las nuevas facultades del presidente de Morena para imponer a los titulares de dos carteras clave del comité nacional, la de organización, donde quedó Alejandro Peña Villa, un operador de padrones asistenciales que es suplente del senador Gabriel García, quien fue máximo jefe de los programas federales, y la ratificación de Francisco Javier Cabiedes Uranga en finanzas, como hombre de Delgado en el manejo del dinero, como lo fue con este mismo en la Cámara de Diputados. Otras posiciones del comité nacional fueron entregadas a personajes identificados con los presidenciables autorizados, la ClaMarAda, con una indicativa ventaja al claudismo.

Otra determinación importante: el método reiterado y confirmado para las candidaturas es el de las encuestas de opinión, que garantizan un amplísimo espacio de maniobra para el procesamiento de la voluntad superior a la hora de las decisiones trascendentes. Por lo pronto, en la competencia de aplausos ganó de manera notable Claudia Sheinbaum en el citado Congreso Nacional, mientras Adán Augusto López Hernández recibió menor apoyo masivo e incluso por ahí le soltaron algunos abucheos. Marcelo Ebrard no estuvo presente, pues asistió a las ceremonias fúnebres de Isabel II.

La remodelación oficialista de Morena, realizada sin entrar a la discusión de los problemas profundos de ese partido, tiene pendiente una aduana judicial: la protesta de un segmento de la militancia que se agrupa en la Convención Nacional Morenista, desde donde se advirtió que el multimencionado congreso y sus resultados son nulos de pleno derecho porque aún no se han emitido las resoluciones de centenares de impugnaciones presentadas ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del partido guinda, y el Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal, a causa del desaseo en las asambleas distritales de julio pasado.

Twitter
Visit Us
Follow Me
You Tube
Instagram
Continue Reading
Publicidad
Presiona para comentar

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicidad

Lo más Visto

Copyright © 2021 Cauce Campeche. Diseñado por Sin Contexto.