Columnas Escritas
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Laicidad, política y el papel del Estado
Bernardo Barranco V.
Proceso
Durante estos años los intelectuales católicos han exaltado un falso debate entre laicidad, política y religión. De manera muy escueta establecen: a mayor laicidad, menos libertades religiosas. Por el contrario: a mayores libertades religiosas, menos laicidad.
Durante estos años los intelectuales católicos han exaltado un falso debate entre laicidad, política y religión. De manera muy escueta establecen: a mayor laicidad, menos libertades religiosas. Por el contrario: a mayores libertades religiosas, menos laicidad. Este planteamiento simplista que circula en las sacristías ilustradas no contempla o no quiere reconocer que es justamente la laicidad del Estado la que garantiza el sistema de libertades ciudadanas. Creyentes y no creyentes viven en un entorno de respeto y equidad. A partir de las reformas de 1992 las iglesias han prosperado bajo un marco jurídico laico más abierto y tolerante que ha permitido su desarrollo, en especial el de las iglesias evangélicas.
Este debate se ha reabierto a raíz de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) sancionó a dos cardenales –Juan Sandoval Íñiguez y Carlos Aguiar Retes– y a dos clérigos –Mario Ángel Flores y el legionario Ángel Espinosa de los Monteros– por llamar a votar contra el partido en el gobierno.
En un comunicado el episcopado cuestionó enérgicamente la resolución del tribunal diciendo: “No compartimos los razonamientos expresados por el TEPJF pues consideramos que son violatorios de uno de los derechos humanos más importantes en un Estado democrático, la libertad de expresión”. Por tanto, no importan las prohibiciones en el comportamiento electoral de los religiosos, sancionado por los artículos 130 y 24 constitucionales y penado por la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, así como por la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público. Toda la normatividad del Estado laico mexicano vulnera los derechos de expresión consagrados por la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
En la historia de las ideas la laicidad emerge como una concepción particular de relación entre política, religión y libertades. Se asocia generalmente a la histórica ruptura entre el Estado y la Iglesia Católica impulsada por los liberales en el siglo XIX. La construcción del Estado moderno tiene a Juárez como su emblema y la separación Iglesia-Estado como el paso más trascendente del liberalismo. Sin embargo también se le agrega a una ideología anticlerical. Hay un riesgo reduccionista: la laicidad se convierte en laicismo antirreligioso que pretende restringir a las iglesias del espacio público y recluir las creencias religiosas al ámbito privado.
Se abre, ahora, de nuevo el debate de una disyuntiva ficticia. No es un problema de hermenéutica jurídica sino de históricas aspiraciones de la Iglesia Católica y ahora de ciertos grupos pentecostales. Dicho debate se expresó hace 10 años cuando la Iglesia Católica quiso introducir una contrarreforma al artículo 24 constitucional en torno a la libertad religiosa. Carlos Aguiar Retes, entonces presidente de la CEM, apoyado por el presidente Felipe Calderón y por el candidato priista Enrique Peña Nieto, pujó por un proyecto de reforma constitucional plegado a los intereses de la jerarquía católica. Se debatió en la opinión pública de aquel entonces la reconfesionalización de la clase política.
En el proyecto original de la reforma, presentado en diciembre de 2011, se concedía a la Iglesia impartir religión en las escuelas públicas, poseer medios de comunicación, participar abiertamente en política, lo que comprendía los procesos electorales, entre muchas otras concesiones.
El debate sobre la laicidad siempre es álgido. No sólo se revela como un concepto dinámico sino sujeto a pasiones. A principios de siglo, mientras los católicos mexicanos suspiraban por mayores libertades, una laicidad más laxa y a modo, en Francia en cambio, en tormentosas discusiones, los católicos franceses reclamaban la severa aplicación de la laicidad ante el uso del velo islámico en las escuelas. Los católicos mexicanos y franceses entendían de manera muy distinta la noción de laicidad.
Hay que tener claro que la laicidad garantiza la libertad de conciencia. Es decir, la libertad de manifestar las propias creencias o convicciones dentro de los límites del respeto al orden público. La laicidad entraña un Estado que no se compromete con ninguna creencia y civiliza la igualdad de todos ante la ley sin distinción de religión o creencia. Garantiza a creyentes y no creyentes el mismo derecho a la libertad de expresión de sus creencias o convicciones. También asegura el derecho a tener o no tener una religión, a cambiarla o no tenerla más. Garantiza el libre ejercicio del culto, también la libertad frente a la religión: nadie puede ser obligado a respetar dogmas o prescripciones religiosas.
Existen vicisitudes conceptuales que sufren esta noción. A menudo la propia Iglesia Católica confunde una realidad sociológica: es decir, el debilitamiento del sentimiento religioso con una posición ideológica, antirreligiosa. La laicidad a menudo se confunde con una categoría semántica relacionada: la secularización. Los dos conceptos expresan realidades sociológicas distintas, aunque mantienen lazos complejos. ¿Qué distinciones se pueden hacer entre laicidad y secularización? La laicidad se desplaza en el terreno jurídico político, como señalara Jean Baubérot: está asociada a tensiones entre fuerzas sociales cuya apuesta es el control de la esfera pública. En cambio la secularización se caracteriza más bien por los movimientos en la cultura y en la transformación progresiva de la religión de cara a las diversas esferas de la actividad social. Por tanto, la pérdida de lo religioso en México no necesariamente se debe las reglas de la laicidad del Estado. México, junto con Paraguay, tiene la caída más suave de católicos respecto a la mayoría de países de América Latina. El más reciente censo, de 2020, en nuestro país nos revela una enorme diversidad de creencias y no creencias que ameritan un Estado laico que garantice un régimen de convivencias y libertades bajo un piso parejo.
La laicidad en México implica la separación del Estado y las asociaciones religiosas. El orden político se basa en la soberanía exclusiva del pueblo de los ciudadanos. El Estado no debe reconocer ni rendir culto alguno. Tampoco entrometerse en el funcionamiento interno de las iglesias. De esta separación se deduce la república laica que atribuye la igualdad de los ciudadanos ante el servicio público, cualesquiera que sean sus convicciones o creencias.
La laicidad no es un concepto estático. Es parte de una permanente discusión. Sufre no sólo la presión de las iglesias sino del pragmatismo de la clase política.
La clase política mexicana se ha convertido en una seria amenaza al carácter laico del Estado mexicano. Las reformas de 1992 y 2011 en materia religiosa han estado estampadas por los intereses de corto plazo de la clase política. En su afán de legitimarse o de convertir en aliada a la Iglesia Católica y ahora las evangélicas, los políticos pactan concesiones que muchas veces arriesgan la laicidad del Estado. Todos debemos cuidar el carácter laico del Estado.
De naturaleza política
Morena: división y pesimismo…
Enrique Aranda
Excelsior
Ayer, con 31 estados en “verde”, ¡220 decesos por Covid!
En nuestra entrega del pasado lunes –Impulsa Sheinbaum consulta desangelada– referimos el ilegal activismo que “a la vista el escaso entusiasmo y creciente rechazo” existente ante la autopromovida consulta de revocación (que no ratificación) de mandato estaba desplegando la impresentable regenta con miras a “cuadruplicar” al menos los votos captados en la capital, en apoyo al fallido intento de la 4T de enjuiciar a cinco expresidentes para lo que, incluso, estaba urgiendo a funcionarios y legisladores locales y federales de Morena y comparsas, dejar sus cargos para abocarse a la promoción del cuestionado ejercicio.
Hoy, 10 días apenas después de la realización del discreto encuentro citado en instalaciones de la Magdalena Mixhuca, es dable confirmar que cuatro miembros de la dócil bancada de Morena y comparsas en Donceles –Valentina Batres, de la Comisión de Presupuesto; Carlos Hernández, de la de Hacienda; Xóchitl Bravo, de Participación Ciudadana, y Yuriri Ayala, de Derechos Humanos– habrían solicitado ya la ordenada licencia, en tanto que una decena más estaría a la espera “del mejor momento…” para hacerlo, igual que una veintena, al menos, de empleados en las distintas oficinas del ex Palacio del Ayuntamiento.
Adicionalmente, la autoproclamada promotora non de la consulta que, según sus propias palabras, debería representar “un homenaje en vida…” a su incuestionable benefactor y gurú Andrés Manuel López Obrador, estaría avanzando en la creación de una estructura paralela a la que, a nivel nacional, despliegan ahora mismo el partido del gobierno que administra, no dirige, el otrora ebrardista o monrealista Mario Delgado, y los Vividores… perdón, Servidores de la Nación con el mismo objetivo.
Este martes, en efecto, otra vez en instalaciones del ahora Autódromo Hermanos Rodríguez y en compañía del senador Alejandro Peña, Claudia Sheinbaum presentó a los primeros coordinadores distritales del esfuerzo al que ella dedica ahora su tiempo y energía: Rigoberto Salgado y Eduardo Santillán, en Álvaro Obregón; su secretario de gobierno, Martí Batres, en Benito Juárez, y el secretario del Trabajo y exdiputado local José Luis Rodríguez Díaz de León, en Magdalena Contreras, además de los titulares de las demarcaciones emanados y afines al lopezobradorismo, a cuya responsabilidad habría sido encargado el ilegal operativo en sus respectivos territorios.
Todo habría que destacar en evidente muestra de desprecio a la veda promocional que de cara a la realización de la consulta, el 10 de abril, decretó el Instituto Nacional Electoral (INE) de Lorenzo Córdova que igual obliga a la regenta que a funcionarios de su gobierno, y cuando el “urgente” operativo promocional apenas está arrancando porque, seamos serios, ¡la peor parte de todo aún está por venir!…
Asteriscos
* Con cerca de 300 invitados presumiblemente, el exsecretario de Gobernación Fernando Gómez-Mont celebró este viernes su cumpleaños. Si bien el expresidente Felipe Calderón no asistió, se expuso, por encontrarse fuera del país, sí lo acompañaron la diputada Margarita Zavala, Diego Fernández de Cevallos y Eugenio Derbez, entre otros muchos…
Nuevas propuestas versus el SARS-CoV-2
Antonio Gershenson
La Jornada
Los daños causados por la pandemia del SARS-CoV-2 no serán considerados en su magnitud total hasta que haya terminado su ciclo. La enfermedad y sus secuelas quedarán como evidencia del asalto con que éste o cualquier otro tipo de virus pueden dañarnos.
En los centros de investigación, universidades, hospitales y farmacéuticas, en México y en otros países, continúa la búsqueda de una mejor solución, pues no hemos salido totalmente del covid-19. Las secuelas por la enfermedad y el tratamiento deberán resolverse, ya que la población necesita rehabilitación completa para su regreso a la vida cotidiana, y aunque éstas siguen afectando a miles, los programas sociales han sido un importante apoyo.
Desde el primer momento de la llegada del virus, se consideró la adquisición del equipo necesario y creación de infraestructura. No se escatimaron los gastos para la atención de cada paciente. Los recursos para este programa urgente no desplazaron a otros programas de beneficio público. Hasta la fecha, se espera que continúe la adquisición de más vacunas en el extranjero, además del apoyo para la fabricación del inmunológico nacional llamado Patria.
La primera compra, pagada por adelantado, pero entregada fuera de tiempo, y el aumento en los contagios, alertaron a las autoridades, por lo que recurrieron a otros países para la adquisición de vacunas. Algunos proveedores fueron India, China y Rusia, entre otros. Por supuesto, se contó con el dinero suficiente para ello. Esta decisión fue un acierto, ya que no sólo se consiguieron los biológicos, sino que también se obtuvieron respiradores, cubrebocas y vestimenta de alta protección para el personal médico, así como otros accesorios y materiales.
Éstas fueron acciones fuertemente criticadas por quienes no conocen nada de epidemiología. El desempeño de la gran mayoría del personal médico, clínico y administrativo fue ejemplo de ética y profesionalismo. Igualmente, deben reconocerse las gestiones acertadas de las secretarías de Salud, Relaciones Exteriores, Gobernación y otras, así como la intervención de las fuerzas armadas. El intercambio de conocimientos y la ayuda internacional recibida nos han mostrado que todavía se conserva la solidaridad humanitaria.
Es importante recordar y reconocer que, desde el primer informe de la llegada al país del SARS-CoV-2, los doctores Jorge Alcocer y Hugo López-Gatell, secretario y subsecretario de Salud, respectivamente, lograron enfrentar la situación, conjuntamente con su equipo de expertos y con el apoyo de la ciudadanía. Incluso, López-Gatell es reconocido por la Organización Mundial de la Salud. Esto no es poca cosa.
Contar con el apoyo financiero nacional ha sido fundamental. La recuperación de las recaudaciones, antes ilícitamente condonadas a diversas empresas nacionales y extranjeras, posibilitó la adaptación de hospitales para el inmediato tratamiento de pacientes contagiados. Estamos ante una muestra de lo que significa la soberanía energética y económica. Ningún hospital suspendió actividades por falta de energéticos y otros derivados del petróleo.
Aunque grupos contrarios al actual sistema de salud no reconocen las acciones del gobierno federal, la vacunación y la atención a la población víctima de la pandemia son universales y gratuitas. ¿Se le negó la vacuna o la atención a alguien por su religión o militancia? La respuesta es no.
Como ya señalamos, las investigaciones continúan en diversos países. Por ejemplo, en la República Popular China las propuestas del sistema de salud son tomadas en cuenta en otras naciones. Existe amplia cooperación científica, a pesar de los recientes problemas en la geopolítica. Pekín sigue dando ejemplos de esa cooperación y avance rápido de la ciencia médica. No olvidemos que, al inicio de la presente pandemia, en sólo 10 días lograron construir un hospital completo, con el equipo necesario y especialistas en enfermedades respiratorias.
Hacemos hincapié en el aporte que la biotecnología de Cuba ha hecho al mundo. El intercambio con profesionales de la investigación médica china fue decisivo al tomar como referente el aspecto inmunológico del interferón (Heberon® Alfa R). Con ese apoyo, en corto tiempo los laboratorios chinos crearon las hoy conocidas y disponibles en América Latina Sinovac, Sinopharm y CanSino.
El virus SARS-CoV-2 ha obligado a millones en el mundo a enfrentar una realidad difícil de aceptar. Según Zeng Guang, reconocido científico chino, es conveniente adaptarse y aceptar al virus, porque será muy difícil permanecer con las limitantes que causa un cerco epidemiológico como el que hemos vivido. Vendrán nuevas vacunas, pero también nuevas versiones del coronavirus. Lo mejor es coexistir con el virus.
Los estratosféricos gastos bélicos de países injerencistas, como Estados Unidos y organizaciones cómplices como la OTAN, no se justifican y deben parar. La eterna competencia por acaparar los mercados sigue generando guerras injustas. Necesitamos el dinero y la voluntad política de las potencias económicas y militares. Sin éstos, avanzaremos poco y lentamente hacia la seguridad ambiental y la supervivencia humana.
