LOS MONÓLOGOS DE LA MARTINA

Nicolás Canto González

Para aquellos que piensan que los idiotas con iniciativa transitan por la ruta de la pronta extinción, sólo asómense un momento a las noticias y asómbrense de la idiotez cometida por un sector del panismo mexicano, al aliarse con la agrupación Vox, la extrema derecha más radical, más fascista, más retrógrada de la derecha española, en muchos aspectos equiparable a la siniestra ala del Franquismo de Francisco Franco, el dictador español aliado de Hitler que mediante un golpe de Estado sangriento usurpó el poder, entonces en manos de los republicanos, miles de ellos exiliados en México bajo el cobijo del gobierno del entonces presidente Lázaro Cárdenas.

Esos idiotas con iniciativa del Partido Acción Nacional, a quienes se le sumaron varios senadores panistas, han cometido el peor de los errores políticos posibles en perjuicio de su propio partido, que va a pagar tal dislate en las elecciones del próximo año, y particularmente en las del 2024.

Todo esto con el argumento del combate al comunismo, ¡mon dieu!, al comunismo, tal y como se oye, como si aún estuviéramos en la disputa ideológica de la guerra fría, a mediados del siglo pasado.

Un comunismo que como tal perdió la batalla con la caída del bloque soviético y el derrumbe del muro de Berlín, a fines de los años 80s y principios de los 90s.

Un comunismo prácticamente inexistente desde entonces, que China trastocó en una suerte de capitalismo de Estado que le ha funcionado muy bien y que ha sido objeto de imitación de otros países, particularmente del sudeste asiático, pero que nada tiene que ver con el comunismo fundacional de Marx y Engels, o con el marxismo- leninismo.

Hoy día, por lo que toca a lo político, o a lo geopolítico, la tendencia mundial en cuanto a ideología política camina por la ruta de una izquierda moderada o de centro izquierda, o a lo que se ha dado en llamar social democracia, que es concebida como una tercera ruta viable en el dificil trayecto de una verdadera democracia. Aunque aún hay vestigios de una derecha dura y hasta de una ultraderecha como ésta de Vox, y otras más, que afortunadamente son las menos

México históricamente ha rechazado derechismos radicales, como éste de derecha ultraradical que hoy promueve y alienta el ala más conservadora de Acción Nacional, y que irremediablemente le va a traer muchos problemas como partido opositor.

Mucho se ha sufrido en nuestro país con ese tipo de derechismo, desde la conquista hasta el Imperio de Maximiliano, pasando por la dictadura de Porfirio Díaz. De ahí que desde un principio esta alianza ha recibido un claro rechazo por parte de los mexicanos.

En México hemos transitado por el liberalismo de Juárez, el conservadurismo, la derecha dictatorial y la xenofilia afrancesada de Porfirio Díaz; el fallido proyecto social y democrático de Madero, la noche negra del chacal Huerta, el maximato de Elías Calles, la izquierda de Lázaro Cárdenas, la derecha de Ávila Camacho, el despilfarro modernizador sin ideología definida de Miguel Alemán, el centro moderado y austero de Ruiz Cortínes, el centro izquierda de López Mateos, la derecha sangrienta de Díaz Ordaz, el nacionalismo revolucionario de Echeverría y el ideólogo Jesús Reyes Heroles; la frivolidad sin ton ni son ideológico de López Portillo, y el neoliberalismo de De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña. Y ahora, en el gobierno de Lopez Obrador y su proyecto de la cuarta transformación.

Esta alianza de ese sector ultraradical del Partido Acción Nacional hace recordar la deleznable acción de un grupo de mexicanos históricamente repudiados, quienes sin ningún pudor le fueron a ofrecer a Maximiliano el País para que hiciera de él un Imperio.

Lo dicho: los idiotas con iniciativa están vivos y actuantes. Y son militantes del Partido Acción Nacional.