Nicolás Canto González
DE MONOS DERROTADOS QUE OFRECEN EL TRASERO A SU VICTIMARIO; MÁSCARAS TEATRALES, Y POLÍTICOS HABLADORES QUE CAEN MÁS PRONTO QUE UN COJO.
(Precisión: cualquier analogía con episodios recientes de nuestra vernácula y autóctona política en temas relacionados con la guardia nacional, no son mera coincidencia)
MONOS
En África del sur habita una clase de mono que cuando se enfrenta a otro de su misma especie y es vencido en combate, le ofrece el trasero a ese mismo que lo ha derrotado.
Es esa la manera de esos primates de aceptar su derrota; de reconocer que han sido vencidos.
Ya si el chango vencedor acepta o no la ofrenda, es otro tema.
MÁSCARAS TEATRALES
En una excelente puesta en escena de una obra de teatro, el actor principal (y único) se enfrasca magistralmente en un monólogo en el que habla del enorme drama que fue la desdichada vida de la diva de la ópera, María Callas, (ex esposa del magnate naviero griego Aristóteles Onasis, quien años más tarde contraeria matrimonio con Jacqueline Kennedy).
Al final de la obra teatral y para gran sorpresa del respetable, quien hace la genial interpretación de la Callas, súbitamente se quita una máscara que cubría su rostro, dejando ver que en realidad es el de un hombre.
El azoro colectivo termina transformándose en un cerrado aplauso, por el talento del actor y su valor artístico intrínseco de lograr engañar al público a lo largo de la obra, simulando ser una mujer.
Dos casos, uno del reino animal, otro de los sacrosantos escenarios teatrales, que tienen en ambos casos que ver de alguna manera con nuestra devaluada política y con el hecho consumado de que la guardia nacional mexicana con mando militar y no civil operará hasta el año 2029, y no hasta el 2024, cómo era la propuesta original. 10 años en total.
Esto, tras el rompimiento de la moratoria constitucional por parte de la bancada del P.R.I. en la cámara de diputados, cuyo principal protagonista en el rol del villano ha sido nada menos que nuestro paisano incómodo y líder nacional de ese partido, el hoy desprestigiado y totalmente falto de credibilidad, Alito, alias Alejandro Moreno Cárdenas. Los detalles de tal ruindad, de tal traición, de tal cobardía, son bien conocidos por todos.
Así, como en la teatral obra aludida, se ha consumado el clásico ¡fuera máscaras!, socorrida expresión popular que Juan Pueblo utiliza para señalar que ha llegado el momento de que alguno (o alguna) dejen atrás la simulación y la mentira, y se muestren tal cual son.
… Ya de los monos del sur de África, su natural e inveterada costumbre de ofrecer el trasero a su vencedor, y las más que evidentes analogías políticas, por el más elemental pudor mejor ni hablamos.
Que sigan pasando bien su patriótica tarde del 16 de septiembre, mis bienamados amigos de redes sociales, urbi et orbi.