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Sextante

Propósitos

Federico Reyes Heroles

Excelsior

Llega el final de un nuevo ciclo calendárico. Es momento de los propósitos, de mirar al futuro con buen ánimo. Pero san Silvestre se va a topar aquí con muchas almas débiles o quebradas. Quizá sea el mayor daño a nuestra nación.

La realidad no da tregua. Cuando pensábamos ver la luz al final del túnel, aparece ómicron. A pesar de la baja letalidad, su capacidad de contagio exponencial lo convierte en un poderoso enemigo. Los pronósticos son ominosos: hospitales saturados, enfermos sin atención. Hay más incertidumbre económica después de dos años de sacudidas. Los escenarios de crecimiento de México van mal; en el 2021 quizá llegaremos al 6% y para el 22 los cálculos de Banxico son de menos de 3 por ciento. Cuarto año de gestión con una alta probabilidad de números rojos al cierre sexenal.

El PIB nacional podría recuperar el nivel previo a la pandemia para el 24, seis años perdidos. Pero lo más grave es que el PIB per cápita ha caído y mucho, por el crecimiento demográfico, y ahora por la nueva amenaza: la inflación. Rondaremos el 8% este año y, si todo sale bien, el 4% en el 22. A Banxico le tocará el impopular e incomprendido papel de atajar al demonio inflacionario, que siempre daña a los más pobres. Pero las políticas monetarias no son una varita mágica en ese tema. En el trienio 2019-21 los hogares mexicanos se empobrecieron y endeudaron. Llueve sobre mojado. Por si fuera poco, Banxico también debe tratar de retener los muchos capitales que huyen. Sin crecimiento sólido, con inflación y hogares endeudados, el PIB per cápita podría recuperarse hasta el 26.

La violencia creció casi un 11%, 90 asesinatos diarios. Los delitos totales se acercan a los 2 millones por año. La estrategia no funciona, 123 instalaciones para la GN, más de 100 mil elementos pero… no hay resultados. Podríamos seguir con el recuento: salud, educación, caída en la inversión, negación de las energías renovables en un país privilegiado, desaparición de fondos estratégicos para enfrentar eventos catastróficos de familias de bajos recursos o situaciones naturales que derivan en catástrofes y Tula, por ejemplo. Pero san Silvestre se deprimiría. Es noche de propósitos.

Seguir conteniendo la embestida contra instituciones es prioridad. Regresaremos al galimatías de la revocación. Necesitamos inversión y para ello la certidumbre institucional es imprescindible. La ciudadanía es parte de ella. Frenemos bravuconadas como la reforma eléctrica que ya nos está costando en inversiones retenidas. No permitamos que nos distraigan. Un ejemplo, llevamos meses en una confrontación artificial: los sueldos del INE vs. la consulta. El consejero Uuc-kib Espadas ha ridiculizado el argumento: si todos los consejeros se recortaran 50% sus sueldos, se requerirían 324 años para acumular lo necesario para la consulta. Reiteremos la larga lista de fracasos, no con el ánimo de confrontar, sino para buscar alguna corrección en el rumbo, medicinas por ejemplo. Lo de Birmex es una barbaridad: de productora a distribuidora. Éramos autosuficientes en vacunas. Recuperemos la discusión sobre el estado de la niñez, de la cual se habla poco, y propongámonos un balance de los daños educativos y emocionales causados por la pandemia.

Exijamos un plan de emergencia. Defendamos a capa y espada a las OSC que —hoy más que nunca— demuestran su utilidad. ¿Qué haríamos sin la información que generan? Revaloremos el papel de las empresas como creadoras de empleo y prosperidad. No permitamos estigmatización alguna. No toleremos las agresiones verbales a periodistas y medios, son ataques a la libertad de expresión. Observemos con mayor atención al mundo y sus cambios, pues nos están aislando. Registremos los parques eólicos en el mar y los fotovoltaicos en desiertos e imaginemos el potencial de nuestro país. Exijamos seriedad. Ante la miopía, no perdamos visión de futuro. México es un gran país. No nos cansemos. Recuperemos el ánimo. El declive ya comenzó.

México SA

Deer Park se paga en enero // ¿Guerra de la tintorería? // Más combustibles mexicanos

Carlos Fernández-Vega

La Jornada

Para iniciar muy bien 2022, el presidente López Obrador anuncia que, con moños y mariachis, el próximo enero se liquida completamente la operación de compraventa de la refinería Deer Park, en Houston, Texas (y tenemos el recurso para hacerlo), por lo que su propiedad, operación y administración pasa, íntegramente, a la nación, de tal suerte que México suma más de 300 mil barriles diarios a su sistema nacional de refinación, siempre con miras a consolidar la autosuficiencia en este renglón, algo no registrado desde 1990.

En la mañanera de ayer el mandatario detalló que se tienen los recursos para liquidar la deuda: se hizo una reserva del presupuesto, porque hubo un ahorro el año pasado y se apartó dinero para la compra de la refinería y el inicio de la coquizadora de Tula. Hubo este ahorro y se decidió tener ese dinero disponible, pero la Secretaría de Hacienda va a valorar lo que más conviene, por el precio del dinero, las tasas de interés. Si esa deuda se contrajo a intereses bajos y nosotros tenemos que pagar otro tipo de deuda a intereses más altos, pues yo pienso que Hacienda optaría por pagar la deuda en los tiempos que se contrajo. Pero todo depende del convenio, de los acuerdos que se tengan.

Pero no fue un asunto sólo de pesos y centavos, pues, recordó López Obrador, “quedaba pendiente en trámite de la autorización del gobierno de Estados Unidos… Se firmaron los acuerdos de compraventa, se fijó el precio, se aceptó, pero faltaba el permiso. Nos llevó un poco de tiempo, porque queríamos liquidar la refinería en diciembre (de 2021); sin embargo, se pidió una ampliación del trámite que habíamos hecho conjuntamente el gobierno de México, Pemex y Shell para que el gobierno de Estados Unidos otorgara el permiso”.

Pero no faltó el palo en la rueda: hubo algunas protestas soterradas no muy claras, para que Estados Unidos no nos otorgara el permiso, esa es la verdad; incluso, hasta en los últimos días leí que una tintorería presentó una denuncia. Me acordé de aquello del pastelero de Tacubaya, sí, que no le pagaron unos pasteles y eso lo utilizaron de pretexto los franceses, si no me equivoco, 1938, para invadirnos, por eso se llamó la Guerra de los Pasteles. Entonces, una ¡tintorería! No puedo decir más, porque no vaya a salir, ahora sí, un panadero. Bueno, pero ya se concretó esta operación y lo único que falta es pagarla y tenemos el dinero.

Qué tal. Ciento ochenta y tres años después, los rabiosos herederos de monsieur Remontel dejaron los pasteles y se presentaron como propietarios de una tintorería con la pretensión de armar escándalo y echar para atrás la operación de compraventa de Deer Park. Pero se quedaron con las ganas de estallar la guerra de la tintorería.

En el balance, el presidente López Obrador detalló: la modernización de las seis refinerías (existentes); llevamos invertidos como 30 mil millones de pesos modernizándolas, porque las habían dejado en el abandono. Deer Park, que tiene capacidad para procesar más de 300 mil barriles. Dos Bocas, que va a procesar 340 mil barriles. Y la coquizadora; todo ello nos permitirá procesar de un millón 800 a un millón 900 mil barriles diarios. Consideramos que con eso podemos abastecer el mercado interno, ese es el cambio que se está llevando a cabo con el apoyo de los trabajadores, de los técnicos, de los que están ahí día y noche trabajando, haciendo ellos, como no se hacía, las reparaciones; ya no todo es contrato, se están utilizando todos los talleres que existían en las refinerías y con la especialidad, la creatividad de los obreros petroleros estamos reparando, rehabilitando todas las refinerías.

Sobre la coquizadora de Tula explicó que el régimen neoliberal la dejó inconclusa, con todo y que es una planta muy importante, porque va a producir más combustibles. Estaba emproblemada, porque había deudas y demandas, y nos llevó tiempo resolverlo, pero se reinició la construcción de esa obra que va a ayudar mucho; necesitamos dejar de comprar gasolina en el extranjero. Además, es empleo para Tula, para toda esa región.

Las rebanadas del pastel

Con los atentos saludos de Palacio Nacional para seis consejeros del INE: cometieron un error y lo tendrían que reconocer; se opusieron a un mandato constitucional y actuaron de manera antidemocrática, pero en política hay que saber rectificar, no caer en la autocomplacencia, no aferrarse … Va un fuerte abrazo para Marianita en su aniversario.

El Issste adeuda a Pensionissste

Gustavo Leal F. *

La Jornada

Para obligar a los gobiernos de los estados a entregar las cuotas que descuentan a los trabajadores y no afectar las finanzas del Issste, el 3 de marzo 2021, la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad una reforma que sanciona a los funcionarios que, de manera dolosa, retengan las aportaciones. Con ella se la considera falta administrativa grave ( La Jornada).

A decir de Luis Antonio Ramírez Pineda, ex director general del Issste, a enero de 2021, de los 64 mil millones de pesos que los gobiernos estatales adeudaban al Issste en cuotas y aportaciones, 55 mil millones correspondían a las cuentas individuales que deberían estar depositados en Pensionissste. También se adeudaban 7 mil millones al pago de los servicios que garantiza el instituto, 2 mil 300 millones a Fovissste. Por lo que urgía a los estados a suscribir convenios para cubrir esos adeudos. Hasta entonces sólo habían firmado Baja California Sur, Chiapas, Colima y San Luis Potosí (Reforma, 19/1/21).

Con esos recursos, precisaba, se podría mejorar la infraestructura, el mantenimiento y la atención hospitalaria. En su opinión, para el Issste había sido un reto enfrentar la pandemia de Covid-19 por la carencia de personal –que en algunos hospitales era de hasta 55 por ciento–, más las ausencias de personal por ser grupos en riesgo. Aun así, insistía, operaban 113 hospitales que habían atendido 65 mil personas contagiadas. El Hospital Tláhuac, ilustraba, estaba concluido, pero no podía empezar a funcionar por falta de trabajadores. En total a las clínicas y hospitales del instituto les faltaban unos 12 mil médicos y enfermeras.

Todo esto derivaba del rezago acumulado durante décadas, aclaraba, donde se dejó de invertir y se dio prioridad a las empresas privadas. De tal suerte que el Issste perdió la rectoría en la prestación de servicios. El plan hacia el futuro contemplaba revertir esta situación en Zacatecas, Veracruz, Tabasco, Nayarit y la CDMX.

Pese a las carencias, para Ramírez Pineda la situación financiera institucional había mejorado gracias a la autorización de la junta directiva del Issste para utilizar 11 mil 335 millones de pesos de las reservas financieras y la ampliación presupuestal aprobada por la SHCP por 7 mil millones. Todo ello en diciembre 2020. Ello permitiría liquidar todas las deudas institucionales con proveedores. Eso nos dará oxígeno para comprar medicamentos y el resto de servicios prestados, como Superissste, que aún no logran remontar las pérdidas acumuladas durante años (La Jornada, 20/1/21).

Así, la pandemia obligaba al instituto a una profunda reflexión. ¿De qué forma queremos cambiar para mejorar la atención del derechohabiente?, se preguntaba Ramírez Pineda. Respondía: la población que demanda los servicios del Issste son 13.5 millones de derechohabientes, de los cuales 1.4 millones son jubilados y pensionados. Los trabajadores que los atienden suman 104 mil; 90 mil de ellos sindicalizados y agrupados en 203 sindicatos. Son muchas voces y muchos puntos de vista. Para encontrar soluciones se requiere mucho diálogo, mucha paciencia.

Disponemos, aseguraba, de mil 150 unidades médicas, en su mayoría de primer nivel, y 113 hospitales para atender Covid-19. Se han dedicado entre 60 y 70 por ciento de los recursos a la atención del Covid-19, lo que ha generado una presión adicional. Pero se ha contado con el apoyo del Insabi: paga 6 mil trabajadores de nómina, más equipo y medicamentos. Y la SHCP proporcionó 7 mil millones de pesos adicionales. Se han pospuesto cerca de 30 mil cirugías, con la consecuente irritación de la derechohabiencia. También se ha afectado la consulta de primer nivel. Las quimioterapias y hemodiálisis se mantienen, así como 90 por ciento de la atención de los cánceres en el Centro Médico Nacional Siglo XXI. En 2018 debíamos 19 mil millones de pesos a proveedores. Se saldó en 2020. Y nos siguen faltando como 12 mil médicos y enfermeras. A eso debe sumarse los que deben ser regularizados y que se encuentran laborando en esquemas por honorarios. Son como 8 mil más, que les llaman guardias y suplencias. Es necesario terminar de basificarlos; llevan entre cinco y 10 años laborando sin prestaciones. Hoy tenemos 373 mil millones de pesos de presupuesto, de los cuales 108 mil son para gasto corriente. El resto será para pago de pensiones. Son 263 mil 200 millones de pesos para el pago de 1.4 millones de jubilados y pensionados (El Economista, 24/1/21).

Pero, como muestra de sobra el apartado A del artículo 123 constitucional y el bajo nivel pensionario de los afiliados al IMSS desde que Ernesto Zedillo las privatizó en Afore hace 24 años, además de la evidente insuficiencia estructural del sistema de cuentas individuales de Pensionissste –con carreras laborales de apenas 14 años (2007-21)–, ¡los trabajadores del apartado B deben aún esperar que los deudores del Issste cumplan con su obligación de materializar 55 mil millones de pesos en sus cuentas individuales!

* UAM-Xochimilco.

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