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La Cumbre y la migración

Olga Pellicer

Proceso

Ya pasaron las primeras felicitaciones y sonrisas por el éxito de “la cumbre de los tres amigos”. Lo obtenido en el avance hacia el manejo de los problemas prioritarios para México es poco, y la distancias entre las palabras y los hechos, grande.

Ya pasaron las primeras felicitaciones y sonrisas por el éxito de “la cumbre de los tres amigos”. Sí, hay motivos para el beneplácito: es positivo que se reanuden los encuentros entre los miembros del T-MEC, tener una agenda que identifique coincidencias y diferencias existentes entre ellos y elaborar una hoja de ruta que, con mayor o menor precisión, establezca temas a discutir antes del próximo encuentro.

Ahora bien, más allá de esos logros, lo obtenido en el avance hacia el manejo de los problemas prioritarios para México es poco, y la distancias entre las palabras y los hechos, grande. Dentro de esas prioridades se encuentra, sin lugar a duda, el fenómeno de la migración.

Se trata de un fenómeno que ha evolucionado de manera muy significativa durante los últimos 10 años. La aparición de niños no acompañados fue el primer signo de preocupación; más tarde aparecieron las caravanas, que son una fracción de los que atraviesan en pequeños grupos, pero son muy visibles y políticamente complejas.

Después la situación se ha vuelto aún más difícil, porque los grupos que llegan a nuestra frontera sur son más numerosos y diversos. Algunos vienen de lejos, aprovecharon épocas de bonanza en Brasil o Chile y, ante los cambios en la situación económica de esos países, se han visto obligados a caminar hacia el norte con la esperanza de llegar a Estados Unidos. Es el caso, entre otros, de los grupos haitianos, cuyo número ha crecido sorpresivamente en México.

El cambio ocurrido en el fenómeno de la migración coincidió con la política antiinmigrante de Trump que convirtió a los migrantes que buscan entrar a Estados Unidos por la frontera sur en amenaza para la seguridad nacional de ese país. La llamada “securitización” de la migración tuvo una gran influencia en el imaginario colectivo de la ciudadanía estadunidense. En la actualidad, la mayoría de republicanos, buen número de demócratas y reporteros de los principales medios de comunicación coinciden en ver la migración como un flujo que no debe entrar a territorio estadunidense. México queda, así, convertido en el corredor donde quedan atrapados migrantes cuyo principal anhelo es entrar a Estados Unidos. ¿Cómo se trató un problema tan complejo y grave para nuestro país en la cumbre de los tres amigos?

La “Declaración conjunta de los líderes de América del Norte: reconstruyendo mejor juntos” dedica un espacio corto al tema de la migración. El asunto fundamental es, dado el cambio cuantitativo y cualitativo al que nos hemos referido, cuánto afecta a México. Pero esto fue eludido a favor de un enfoque en el que los tres países parecen estar en igualdad de circunstancias. Error de quienes redactaron el texto no introducir la frase necesaria para fijar las diferencias. Éstas se registraron en otros temas; por ejemplo, en cambio climático es claro que México no comparte los mismos objetivos que Canadá y Estados Unidos. Sin embargo, por motivos poco comprensibles, esa diferencia no quedó asentada en el caso de migración. El resultado fue un texto sin ningún avance en el manejo del problema.

Con tales antecedentes no es extraño que días después de terminada la Cumbre se diera a conocer el acuerdo para reinstalar el programa Quédate en México –que había sido suspendido por Biden–, según el cual quienes han solicitado asilo en Estados Unidos esperan en México mientras su petición es procesada. Tal decisión fue obligada por la sentencia dictada por un juez texano (nombrado por Trump), turnada a la Suprema Corte, que argumentó que la cancelación del programa no estaba debidamente fundamentada; era, por lo tanto, obligatorio reinstalarlo. Buen ejemplo de la politización del Poder Judicial en Estados Unidos.

La reanudación del programa es un duro golpe contra los propósitos de Biden, quien durante la campaña electoral y en los primeros meses de gobierno se había empeñado en poner fin a los programas inhumanos y poco eficientes que había instalado su antecesor. Según el actual director de la Agencia de Seguridad de la Patria (HSO, por sus siglas en inglés), el programa desviaba recursos y personal de otras prioridades, tenía costos humanos injustificados y fallaba en el intento de combatir la migración irregular.

La visión crítica de ese programa es compartida por Filippo Grandi, alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), institución que “ha expresado desde sus comienzos sus serias preocupaciones sobre el programa y su impacto sobre la seguridad y el derecho a un debido proceso de los solicitantes de asilo” (The Washington Post, 2 de diciembre de 2021).

La decisión de la Suprema Corte no se podía implementar sin el acuerdo de México para reanudar el programa. Tal situación colocó a México ante un problema mayúsculo. De una parte, es bien sabido que no se cuenta con las condiciones para proporcionar alojamiento, alimentación, cuidados médicos, educación y, sobre todo, seguridad a las decenas de miles que irán llegando a las ciudades fronterizas del norte. Según información del artículo citado de The Washington Post, defensores de derechos humanos han documentado más de mil ataques violentos contra los migrantes que han permanecido en México durante la vigencia del programa.

De otra parte, se tiene conciencia de la importancia que tiene para el conjunto de la relación con Estados Unidos cooperar en el manejo del tema migratorio. Esto se aprendió desde que en los años de Trump se aceptó, primero en enero y después en junio de 2019, convertirse en el ejecutor principal de la contención de migrantes que atraviesan México para llegar a Estados Unidos.

Al parecer, lo que se obtuvo a cambio esta vez fue la puesta en marcha de Sembrando Oportunidades. Un programa para la creación de empleo en el sur de México y Centroamérica muy similar al conocido Sembrando Vida que, por algunos motivos, no había sido del agrado del gobierno de Estados Unidos.

Así, tres años después de haberse recibido el documento de la CEPAL para el desarrollo integral de Centroamérica, dos visitas de la vicepresidenta Kamala Harris para hablar de la cooperación para combatir los problemas de raíz que alientan la migración desde el Triángulo del Norte, y una cumbre trilateral, Sembrando Oportunidades es lo más que se logra para trabajar conjuntamente para el desarrollo de Centroamérica. El panorama es desalentador; difícil prever qué se dirá en el siguiente encuentro de los tres amigos el año próximo, si se refieren a la migración que tan seriamente profundiza los problemas de inseguridad y violencia en México.

Juegos de poder

Desaparecidos

Leo Zuckermann

Excelsior

Hace poco desapareció una persona que conocía. Días después, encontraron su cadáver; lo habían asesinado. En el funeral, con la intención de confortar a su madre, varias personas le dijeron que por lo menos habían encontrado el cuerpo. A lo que hemos llegado. Pensar que puede haber algo peor que un hijo ultimado: un hijo desaparecido.

Algo de razón hay en este argumento. La desaparición es efectivamente un golpe más cruel que el asesinato. Las familias viven con la permanente esperanza de encontrar a su pariente. Conforme pasa el tiempo, es cada vez más evidente que está muerto. Pero no tienen cien por ciento de certeza que así es porque no hay un cuerpo que enterrar y llorar. No puedo pensar en algo más violento y, por tanto, insufrible para las familias.

En México, nos estamos acercando a la terrible cifra de cien mil desaparecidos. Cien mil. Por todos lados de la República aparecen carteles y letreros de gente buscando a sus familiares. Agradecen cualquier información que pueda darse sobre el paradero de Fulanita o Zutanito. Publican las fotos es esas mujeres, hombres y hasta niños que se han esfumado como por arte de magia.

Del otro lado, están las fosas clandestinas que cotidianamente se encuentran en México. Un reportaje de Alejandra Guillén, Mago Torres y Marcela Turati de 2018 informa que, entre 2006 y 2016, se encontraron “mil 978 entierros clandestinos en 24 estados del país”. Ahí se recuperaron “2 mil 884 cuerpos, 324 cráneos, 217 osamentas, 799 restos óseos y miles de restos y fragmentos de huesos que corresponden a un número aún no determinado de individuos”. De todos estos restos “sólo mil 738 de las víctimas han sido identificadas”. Los cuatro municipios con mayor número de fosas clandestinas son Veracruz, San Fernando, Ciudad Juárez y Acapulco.

El reportaje citado arriba da cuenta del horror de estas inhumaciones multitudinarias y clandestinas. Ejemplo: “Hay ropa de bebés en las fosas de Veracruz; familiares identifican hasta mamelucos y trajecitos o pantaloncitos, gorritos y sudaderas”.

La crisis de los desaparecidos se ha agudizado durante el gobierno de López Obrador. Las cifras siguen creciendo a un ritmo más acelerado. Sin embargo, este problema no es una prioridad para la administración actual. La Comisión Nacional de Búsqueda de Personas, institución del Estado encargada de resolver el asunto, tiene un presupuesto ínfimo para el tamaño del reto que enfrenta. Este año ejercerá 720 millones de pesos. Para el que entra, se lo subieron a 747 millones. Nada.

En varios estados de la República se han organizado colectivos de la sociedad civil de familiares de desaparecidos. Con toda razón, se quejan del poco apoyo que reciben de los gobiernos federal, estatales y municipales. De acuerdo con Antonia Urrejola del Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México, “hay más de 90 mil familias con personas desaparecidas y más de 52 mil cuerpos que tiene el Estado”. Claramente hay un rezago enorme en la implementación del llamado Mecanismo de Identificación Forense.

Esta semana, colectivos de desaparecidos de Guanajuato realizaron protestas a las afueras del Palacio Nacional. Bibiana Mendoza, hermana de un joven desaparecido ya hace cuatro años, dijo: “En Guanajuato no hemos visto ninguna medida más que la militarización y lo único que se ha logrado con esto es que haya más desaparecidos porque Guardia Nacional y Sedena también están desapareciendo a nuestros familiares”. De ser así, se trataría de una muy grave acusación. Como fue el caso de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, el Estado no sería la solución porque el Estado es el problema.

Los guanajuatenses traían una serie de propuestas para presentárselas al gobierno federal. Sin embargo, el presidente López Obrador se negó a ver a las casi cien familias que vinieron de ese estado.

En fin, que en estas vacaciones decembrinas tenemos que pensar que hay miles de familias mexicanas que no podrán celebrar alegremente porque tienen uno o más familiares desaparecidos. Padres y madres que siguen preguntándose qué pasó con sus hijos. Como confiesa uno de ellos: “A veces siento que mi hijo puede estar vivo. Y a veces me hago a la idea de que ya no, pero sigo teniendo la esperanza”.

Astillero

Alegres palabras de Zaldívar // Germán, Dante, Monreal // EU: 5 mdd por Chapito // Más para Democracia Deliberada

Julio Hernández López

La Jornada

Al estilo 4T, el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, aseguró que en el Poder Judicial de la Federación está categóricamente eliminada la corrupción, en sus modalidades tolerada o institucionalizada.

No es exactamente que no siga habiendo corrupción en general, sino que ya no la hay avalada o auspiciada desde arriba. Zaldívar reconoció, sin embargo, que los casos de corrupción que existen son aislados y no obedecen más a la existencia de mafias de corrupción que operaban desde dentro.

Las alegres palabras del ministro presidente se produjeron al rendir su tercer informe de labores, en presencia del Presidente de la República y la jefa del gobierno capitalino (y precandidata al federal). El diagnóstico voluntarista de Zaldívar podría aspirar a quedarse como logro alcanzado en las cúpulas (aunque tampoco es así), pero es público y notorio que las prácticas corruptas de antaño no ofrecen en lo general materia para declararlas extintas, sino todo lo contrario, resistentes, enraizadas, extendidas.

A propósito, el gobierno de Estados Unidos ofreció sendas recompensas de 5 millones de dólares a quienes aporten información que lleve a la detención de los cuatro hijos de Joaquín Guzmán Loera, apodado El Chapo. No se pone acento especial en Ovidio, quien por fuerzas militares fue detenido y luego liberado en Culiacán, Sinaloa, a finales de octubre de 2019. A pesar de existir una orden federal de aprehensión, con fines de extradición a Estados Unidos, ninguna autoridad ha vuelto a hacer en México algún intento por cumplir con ese ordenamiento judicial vigente.

Cumplimiento de palabra fue lo que a nombre del hechizo Grupo Plural de senadores exigió Germán Martínez Cázares al coordinador de los morenistas y virtual jefe político del Senado, Ricardo Monreal. El reclamo fue por no haber incluido una representación de tal grupo en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.

La pretensión le resultó contraproducente al ex presidente nacional del PAN y ex integrante del gabinete de Felipe Calderón Hinojosa, a quien siempre defendió en el momento histórico del fraude electoral de 2006. Monreal le mostró el acuerdo constitutivo del Grupo Plural, en el que se establece que no tendrán representación en órganos del Senado.

Además, como Martínez había dicho que el zacatecano no tiene estatura política para presidir a México, éste abiertamente defendió sus posibilidades en la materia y la franja senatorial a su favor coreó: ¡presidente, presidente!. Antes, habían señalado a Martínez Cázares como traidor a Calderón y al propio Andrés Manuel López Obrador, quien lo invitó a ser candidato a senador por Morena por la vía plurinominal y luego lo nombró director del Seguro Social (antes de las elecciones, le había ofrecido la Fiscalía General de la República).

Otro significativo enojo fue el de Dante Delgado, gerente general de Movimiento Ciudadano, quien protestó porque su grupo no tuvo representación de diputados en la misma Permanente. Dante aprovechó para vaticinar que su partido ganará la Presidencia de la República en 2024.

Amplia representación tiene el grupo denominado Democracia Deliberada, que se define como Corriente política en búsqueda de la izquierda perdida. Dos de sus integrantes son Gerardo Esquivel, actual subgobernador del Banco de México, y su esposa, Graciela Márquez, ex secretaria de Economía (Esquivel inició el sexenio siendo subsecretario de Hacienda), que ahora es postulada para pasar de vicepresidenta a presidenta del Inegi. A esa corriente pertenecen Viridiana Ríos, académica y escritora; Hernán Gómez, conductor de programas en televisión; Andrés Lajous, secretario de Movilidad de la Ciudad de México, y más de cuarenta miembros, varios de ellos con responsabilidades gubernamentales, académicas y mediáticas (https://bit.ly/3IS0lzw).

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