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Razones
Oriente Medio frena cumbre con Trump
Lo que se está viviendo va a determinar en mucho el futuro del mundo.
Jorge Fernández Menéndez
Excelsior
Por lo pronto, mañana no habrá encuentro entre la presidenta Claudia Sheinbaum y Donald Trump. El mandatario estadunidense abandonó anoche la cumbre del G7 que se realiza en Canadá para regresar a Washington, luego de la cena con sus homólogos, donde no estará la mandataria porque, luego de un viaje comercial de nueve horas, mantuvo una reunión con empresarios y durmió en Calgary antes de dirigirse a Kananaskis, la localidad montañosa a más de 60 kilómetros de esa ciudad donde se reúne el G7.
Trump se va de la Cumbre del G7 por la situación existente en Oriente Medio, donde un ataque israelí, con ayuda estadunidense, destinado a destruir la planta de Fordo, el búnker subterráneo donde el gobierno de Irán enriquece uranio con la intención de fabricar bombas nucleares, parece ser inminente.
Apenas anoche, minutos antes de que se conociera la decisión de Trump, analistas de la Casa Blanca sostenían que sólo cabían dos posibilidades para el régimen de los ayatolas: renunciar mediante un acuerdo con supervisión internacional a enriquecer uranio (y, por ende, a fabricar bombas atómicas) o ver destruidas sus instalaciones y, quizás, el propio régimen político-religioso que gobierna el país desde 1979.
La destrucción de la planta de Fordo, una instalación a cientos de metros bajo el suelo, sólo es posible con la participación de Estados Unidos, utilizando una bomba que sólo tiene ese país, que pesa unos mil 500 kilos y mide unos 20 metros de largo, que se transporta en el bombardero B2 y que debe ser parte de una compleja operación aérea militar para ser efectiva.
Condiciones hay: desde el ataque israelí del pasado viernes, las defensas aéreas de Irán han quedado desmanteladas, fueron aniquilados los mandos de la Guardia Revolucionaria y los líderes científicos nucleares; Teherán está siendo abandonada por sus habitantes y el contraataque iraní contra Israel no ha tenido el efecto que esperaba el régimen.
Trump pidió que, al momento de llegar a Washington, esté reunido su Consejo de Seguridad en la sala de situación de la Casa Blanca y se especula que el ataque a las instalaciones iraníes sería inminente. El propio Trump escribió en redes sociales que “Irán no puede tener armas nucleares”, que debería “firmar de inmediato” un acuerdo de liquidación de su programa nuclear y ordenó a sus conciudadanos evacuar esta misma noche Teherán.
En este contexto, la reunión con la presidenta Sheinbaum quedará para otra oportunidad, porque no hay posibilidades de un encuentro con Trump. Habrá que ver quién queda en representación del gobierno estadunidense en la cumbre, pero lo cierto es que, en términos de la relación bilateral, hay novedades: por una parte, ayer, en una conferencia de prensa virtual, al terminar su gira por México y Centroamérica, el subsecretario Christopher Landau dijo que la colaboración y cooperación con México en el ámbito de la seguridad “quizá sea mayor que nunca”, después de que se firmen, dijo, acuerdos que son los que se suscribirían, decimos nosotros, en la próxima visita del secretario de Estado, Marco Rubio, con quien el canciller Juan Ramón de la Fuente tuvo una larga plática telefónica este fin de semana.
Son muchos los temas que quedarán en pausa por la cancelación del encuentro con Trump, aunque también es verdad que éstos transcurren por vías paralelas en el ámbito comercial, de aranceles, de seguridad y otros. Pero en un gobierno tan peculiar como el de Trump todos saben que, al final, la implementación dependerá de la decisión personal del presidente, que muchas veces termina sorprendiendo incluso a los suyos.
Lo cierto es que lo que se está viviendo en Oriente Medio va a determinar en mucho el futuro de la región y el mundo, desde los precios de los energéticos hasta el equilibrio global de fuerzas. Nadie sabe, al momento de escribir estas líneas, qué ocurrirá, pero es evidente que ninguna reunión bilateral (Trump canceló los encuentros con Sheinbaum, pero también con el primer ministro de Japón, con el de Australia, con el mandatario ucraniano Volodímir Zelenski y con la presidenta de la Comisión Europea) iba a ser más importante que la decisión que deberán tomar Estados Unidos, Israel e Irán en las próximas horas.
Lo que es indiscutible es que si el régimen iraní quiere mantenerse mínimamente en pie deberá renunciar a su programa nuclear y a su objetivo declarado de destruir el Estado de Israel. Pero en todo esto participan muchos otros actores, desde los adversarios de Irán en Oriente Medio, como Jordania y, sobre todo, Arabia Saudita, hasta sus aliados, Rusia y China, pasando por toda la Unión Europea con intereses particulares en la región.
Sheinbaum no tendrá reunión con Trump, pero tendrá la enorme oportunidad de poder pulsar en forma personal y directa, sin intermediarios, la visión de los principales líderes mundiales en un momento de verdadera crisis global.
Una nota al margen, hasta para poder reaccionar con rapidez en este tipo de crisis es por lo que los mandatarios deben desplazarse en vuelos privados en sus giras, dentro o fuera del país: no es capricho ni soberbia, es una necesidad de seguridad personal y nacional y, por supuesto, de eficiencia. La presidenta Sheinbaum hoy perdió un día completo volando a Calgary vía Vancouver, y apenas mañana llegará a Kananaskis, donde se realiza la cumbre, donde, desde hoy, ya estaban todos los participantes.
Juegos de poder
La cancelación de la reunión Sheinbaum-Trump
Es una lástima… y no. Me explico…
Leo Zuckermann
Excelsior
Ayer, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, anunció que, debido a la situación en Oriente Medio, el presidente de Estados Unidos se retiraba de la reunión del G7 en Canadá, después de la cena con los jefes de Estado. Se canceló, así, la primera reunión cara a cara que tendría Trump con la Presidenta de México el día de hoy.
Es una lástima… y no.
Me explico.
La reunión del G7 en un pueblecito de Alberta, Canadá, era un escenario favorable para una reunión personal de Claudia Sheinbaum con Trump. Estaban en territorio neutral y esto minimizaba la posibilidad de una sorpresa por parte del estadunidense, tal y como lo había hecho en la Casa Blanca con otros jefes de gobierno, como Zelenski, de Ucrania, o Ramaphosa, de Sudáfrica.
Habían acordado una junta de una hora que era suficiente para tratar varios de los temas pendientes en la agenda bilateral. No sabemos, sin embargo, qué habían pactado en términos de presentación de resultados con los medios de comunicación, donde Trump también suele dar sorpresas desagradables. No obstante, siendo una cumbre de varios jefes de Estado, también se minimiza un evento mediático negativo, ya que la gran mayoría de los periodistas suele estar confinada a espacios alejados de donde se llevan a cabo los eventos.
En suma, reunirse con Trump en ese lugar le daba ciertas garantías a Sheinbaum de salir relativamente indemne de alguna grosería por parte del presidente de Estados Unidos, un político que siempre está hablándole a su base electoral y donde hoy resulta muy rentable pegarle a México como piñata.
En este sentido, se perdió una buena oportunidad.
Pero… tampoco me parece malo que se haya cancelado la reunión con Trump.
Entiendo que muchos lo puedan ver como una grosería de parte del Presidente estadunidense. Dejó vestida y alborotada a la Presidenta de México.
Sí, pero, número uno, tenía una excelente excusa.
La guerra entre Israel e Irán, efectivamente, es un tema candente que merece la atención del hegemón mundial. La situación está escalando entre los dos países del Oriente Medio y, hoy por hoy, Estados Unidos es el único país con la capacidad de enfriar el conflicto.
Trump llegó a Canadá con muchos fierros en la lumbre, cuando debía darle prioridad a una guerra que puede desestabilizar el mundo entero.
Además, como dije arriba, este presidente siempre está cortejando a su base electoral. Él les prometió que pacificaría el planeta, incluyendo Oriente Medio. Resulta que no ha logrado nada en este rubro. Está al revés, hoy el mundo está peor que cuando tomó posesión. A su base le tiene que mandar el mensaje de que él está en Washington operando para lograr su objetivo. No puede aparecer en una alejada aldea canadiense reuniéndose con presidentes de otros países como si no pasara nada.
En segundo término, tampoco está mal que se haya cancelado la bilateral con Sheinbaum porque, en una de ésas, siempre resulta mejor no juntarse con Trump que sí hacerlo.
López Obrador lo entendió muy bien y, por eso, minimizó el encuentro a uno solo, en julio de 2020. En ese momento, Trump necesitaba la foto con el mexicano en su campaña presidencial. Creía que le ayudaría a reelegirse. Ergo, el presidente de Estados Unidos trató muy bien al mexicano. A pesar de que AMLO se vio incómodo en la Casa Blanca, salió airoso del encuentro.
Las cosas han cambiado mucho desde ese entonces. Trump 2.0 es mucho más peligroso que Trump 1.0. Tiene una agenda más agresiva en contra de México en materia comercial, migratoria y de seguridad.
Además, venimos de las redadas en contra de migrantes indocumentados, la mayoría de ellos mexicanos, y las protestas en Los Ángeles, en donde Trump, por medio de su secretaria de Seguridad Interna, Kristi Noem, ya utilizó a la Presidenta mexicana en la falsa retórica de una invasión extranjera a Estados Unidos.
Súmese a eso que Trump llegó, supongo, de mal humor al G7 de Canadá. Tuvo un fin de semana de los demonios, comenzando por la guerra entre Israel e Irán, siguiendo por el asesinato político de una congresista en Minnesota, el fracaso del desfile militar que organizó en Washington y las protestas que se llevaron en su contra en más de dos mil ciudades estadunidenses bajo el lema de No Reyes.
No parecía, en suma, un buen momento para reunirse con un toro picado y herido, por más que se haya preparado nuestra Presidenta para esta junta bilateral.
Lástima por Claudia, que tuvo que hacer un viaje largo, en aviones comerciales, para que la dejaran plantada. Sin embargo, no está mal el plantón.
Que sigan, entonces, las negociaciones entre miembros de los dos gabinetes y las llamadas telefónicas de los dos jefes de Estado de vez en cuando.
Astillero
Medio Oriente frena el cara a cara // Claudia Sheinbaum mantiene agenda // Trump: desfile y protestas // Bátiz: partitura para acordeón
Julio Hernández López
La Jornada
Ante la gravedad del conflicto armado entre Israel e Irán, el presidente de Estados Unidos regresó anoche a Washington para encabezar una sesión urgente del Consejo Nacional de Seguridad, lo cual significó que incumpliera con su agenda programada para este martes, que entre otras entrevistas consideraba la concertada con la presidenta Sheinbaum (se estimaba que duraría una hora), quien determinó mantener sus propios compromisos en Calgary, Canadá, en el marco del G-7.
México, con una delegación gubernamental definida ex profeso, esperaba que la entrevista cara a cara con el mandatario vecino permitiera acelerar definiciones y avanzar hacia acuerdos en temas complicados, sobre todo en cuanto al trato a migrantes, en su mayoría de origen mexicano, el crimen organizado (y sus referentes en la política, susceptibles no sólo del retiro de visa) y los aranceles.
A pesar del desencanto que necesariamente habría de provocar la cancelación de la cita para que los dos presidentes hablaran en persona (lo han hecho siete veces por vía virtual), parecería retorcido suponer que del lado estadunidense se tratara de una maniobra con dedicatoria a México. Los ataques entre Israel e Irán han ido agravando la siempre difícil situación en esa zona, a tal grado que diversas voces calificadas alertan sobre el riesgo de una tercera guerra mundial.
En ese marco, Donald Trump tiene la máxima capacidad de presión para doblegar a Irán, ofreciendo zafarlo del fuego intenso y dominante de Israel, manteniendo el apoyo político y militar pleno a este país y comprometiendo a Teherán a frenar demostradamente las intenciones de desarrollo de armas nucleares, según asegura el gobierno de Benjamin Netanyahu que ha sido el móvil del inicial ataque de Israel.
Las preocupaciones mexicanas, en ese encuadre de máxima tensión mundial, han de esperar. Ya el sábado hubo una cuantiosa manifestación de protesta, en 2 mil ciudades del país de las barras y las estrellas, contra las políticas de Trump, en específico las relacionadas con la migración, pero no sólo por ello.
La fuerza de esa movilización nacional tuvo como contrapunto patético el desfile militar por los 250 años de creación del ejército de Estados Unidos, que fue acompasado con el cumpleaños del presidente con pretensiones de César, aunque se llama Donald. La exaltación del poderío militar de la declinante potencia mundial no sólo palideció ante las protestas masivas, sino incluso ante el asesinato con motivaciones políticas, según las primeras declaraciones de autoridades de Minnesota, de una legisladora estatal y su esposo, y el ataque, sin desenlace mortal, a un legislador estatal y su esposa.
Uno de los puntos principales del diálogo que la presidenta de México había considerado con su homólogo vecino era justamente el de los migrantes, en cuanto a las deportaciones y a las remesas. Trump ha tomado como rehén este tema porque fue fundamental en su catálogo de promesas de campaña, y debe mostrar a su base electoral que lo va cumpliendo, pero también como parte del abanico de agresiones, sanciones y amagos que ha desplegado contra México y su actual presidencia.
Otro punto en espera de afinaciones cupulares es el relacionado con el presunto involucramiento de personajes de la llamada Cuarta Transformación en asuntos del crimen organizado, incluso para fines electorales. La embajada de EU en México ha negado validez a las listas de políticos guindas supuestamente castigables, pero voces opositoras a esa tonalidad partidista insisten-anhelan, en inminentes desenlaces.
Y, mientras Bernardo Bátiz, de larga carrera política, administrativa y judicial (fue parte del saliente Consejo de la Judicatura Federal; ahora lo será del órgano disciplinador) en el contexto del obradorismo (aunque de origen fue panista), ha dicho: yo les puedo decir que hubo legitimidad, que me parecieron los acordeones una buena herramienta de orientación que no obligó a nadie, que no violó el secreto del voto porque cada quien lo recibió o no.
México SA
Aumenta gasto militar // Casi 3 billones de dólares // Mayor al de la guerra fría
Carlos Fernández-Vega
La Jornada
Si se invirtieran en desarrollo, en mejorar el nivel de vida de la población depauperada en el planeta, en incrementar la capacidad sanitaria y educativa, en generar empleo formal, ¿para qué serían útiles cerca de 3 billones de dólares? (millones de millones). Sin duda, contribuirían a erradicar la pobreza, el hambre, las enfermedades, el analfabetismo y mucho más. Sin embargo, en 2024 esa fue la enorme cantidad de recursos públicos destinada a gasto militar, un monto 9.4 por ciento superior al registrado un año antes y el mayor desde el supuesto fin de la guerra fría.
El Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés) lo documenta así: “El gasto militar mundial alcanzó 2 billones 718 mil millones de dólares en 2024, lo que representa un aumento de 9.4 por ciento en términos reales con respecto a 2023 y es el mayor incremento interanual desde, al menos, el fin de la guerra fría. El gasto militar aumentó en todas las regiones del mundo, con un crecimiento especialmente rápido tanto en Europa como en Oriente Medio. Los cinco países con mayor gasto militar (Estados Unidos, China, Rusia, Alemania e India) representaron 60 por ciento del total mundial, con una erogación combinada de un billón 635 mil millones de dólares” (alrededor de dos tercios de esa cifra corresponde al gasto militar estadunidense).
Esa tendencia se mantiene al alza, como lo ha hecho en la última década, ahora espoleada por el esperpéntico Donald Trump, quien presiona a los países integrantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para que incrementen su gasto militar de 2.5 a 5 por ciento de su producto interno bruto (y la respuesta de la mayoría de ellos ha sido positiva), al tiempo que la Casa Blanca no deja de meter las narices (y sus armas) en Europa, Medio Oriente, África y donde le dé la gana. Y con la escalada bélica de Israel, el de por sí jugoso negocio de la muerte está más que garantizado.
El informe 2025 del SIPRI revela que más de 100 países aumentaron su gasto militar en 2024. A medida que los gobiernos priorizan cada vez más la seguridad militar, a menudo a expensas de otras áreas presupuestarias, las compensaciones económicas y sociales podrían tener efectos significativos (negativos, desde luego) en las sociedades en los próximos años.
Ahora los ojos del mundo están puestos en la escalada sionista, a cuyo gobierno genocida no le ha resultado suficiente masacrar palestinos (niños y mujeres, principalmente). Por ello, decidió abrir otro frente bélico en contra de Irán, y en el balance inmediato nada bien sale librado el asesino Benjamin Netanyahu.
El SIPRI documenta que, antes de dicha escalada, el gasto militar de Israel aumentó 65 por ciento, el mayor incremento anual desde la Guerra de los Seis Días de 1967, debido a la masacre en Gaza y la escalada del conflicto con Hezbolá en el sur del Líbano. Su carga militar ascendió a 8.8 por ciento de su PIB, la segunda más alta del mundo. El gasto militar de Líbano aumentó 58 por ciento en 2024, tras varios años de menor gasto debido a la crisis económica y la inestabilidad política. Se estima que el gasto militar en Medio Oriente alcanzó 243 mil millones de dólares en 2024, 15 por ciento más que en 2023 y 19 por ciento superior al de 2015.
En cambio, el gasto militar de Irán se redujo 10 por ciento en términos reales, a pesar de su participación en conflictos regionales y su apoyo a aliados regionales. El impacto de las sanciones sobre Irán limitó gravemente su capacidad para aumentar el gasto. Además, a pesar de las expectativas generalizadas de que muchos países de Medio Oriente aumentarían su gasto militar en 2024, los incrementos más cuantiosos se limitaron a Israel y Líbano; otros países no aumentaron significativamente el gasto en respuesta a Gaza o se vieron impedidos de hacerlo por restricciones económicas.
En 2024, el gasto militar de Estados Unidos sumó 997 mil millones de dólares, 5.7 por ciento mayor al de 2023 y 19 por ciento superior al de 2015. Este país se mantuvo (por mucho) como el de mayor gasto militar del mundo, destinando 3.2 veces más presupuesto que China y 6.7 veces por arriba de Rusia. Además, representó 37 por ciento del gasto militar global y representa 66 por ciento del gasto de la OTAN. Y con el enloquecido Donald Trump en la Casa Blanca, se incrementará aún más.
Las rebanadas del pastel
¿Y el desarrollo, el bienestar, la educación, la salud, el empleo? Los militaristas disponen que el gasto público destinado a esos sectores no es prioritario y puede esperar. Vergonzoso.
Nudo gordiano
G7: blessing in disguise?
Yuriria Sierra
Excelsior
La repentina salida de Donald Trump de la Cumbre del G7, en Alberta, Canadá, dejó atónitos a líderes mundiales y alteró la agenda de encuentros bilaterales clave, incluida la esperada reunión con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum. Trump regresó de urgencia a Washington para atender la crisis en Oriente Medio, particularmente la escalada entre Israel e Irán, y lanzó un mensaje alarmante en redes sociales pidiendo la evacuación inmediata de Teherán.
Sin embargo, lo que a primera vista parece un desaire diplomático para México, puede convertirse en una “bendición disfrazada” para la presidenta Sheinbaum y su equipo.
Éste es un vacío que se convierte en espacio de maniobra. La ausencia de Trump libera a Sheinbaum de una reunión bilateral que, según fuentes diplomáticas, estaba marcada por la tensión: temas como las redadas migratorias, los nuevos aranceles estadunidenses y la inminente renegociación del T-MEC amenazaban con dominar el encuentro y dejar poco margen para avances concretos. Y de un posible desplante temperamental e histriónico como los tuvo con los presidentes de Ucrania y Sudáfrica en meses recientes. En cambio, la Presidenta mexicana puede ahora concentrar sus esfuerzos en fortalecer alianzas con otros socios estratégicos presentes en el G7, especialmente Canadá y la Unión Europea, y avanzar en una agenda propia.
El abandono de Trump es una oportunidad para diversificar la economía mexicana. Y es que el contexto global es complejo: la administración Trump ha endurecido su política comercial y migratoria, lo que ha puesto en jaque a la economía mexicana y a las cadenas de valor regionales. La ausencia del mandatario estadunidense abre la puerta para que Sheinbaum dialogue directamente con líderes, como el primer ministro canadiense, Mark Carney, con quien puede coordinar una estrategia común frente a la revisión del T-MEC y el huracán arancelario que se avecina.
Además, la Presidenta puede aprovechar la atención internacional para atraer inversiones a México, especialmente hacia sectores críticos como energías limpias, manufactura avanzada y tecnología, áreas en las que Canadá y la Unión Europea han mostrado interés. Las reuniones con actores empresariales —como el Consejo Empresarial de Canadá y figuras como Carney— adquieren, así, una relevancia mayor para el futuro económico de México. La Presidenta mexicana podrá aprovechar el escenario para crecer más aún su proyección internacional y liderazgo regional. La participación de México como invitado especial en el G7, más allá de la bilateral con Estados Unidos, le permite a Sheinbaum posicionarse como una líder con visión global, capaz de dialogar con las principales economías del mundo y defender los intereses nacionales en escenarios de alta tensión. Esta proyección internacional es un activo político que puede fortalecer su gobierno y ampliar el margen de maniobra de México en futuras negociaciones.
¿Y la relación con Washington? Si bien la cancelación del encuentro directo con Trump posterga una conversación necesaria, el equipo de Sheinbaum puede aprovechar el tiempo para afinar su estrategia y construir alianzas que le den mayor peso en la mesa de negociación. La coordinación con Canadá y la Unión Europea será clave para enfrentar los retos comerciales y migratorios que impone la Casa Blanca.
En conclusión, el abandono de Trump del G7, lejos de ser un revés para México, puede convertirse en una oportunidad estratégica para la presidenta Sheinbaum. La coyuntura le permite diversificar alianzas, atraer inversiones y fortalecer la posición de México ante la inminente renegociación del T-MEC. En tiempos de incertidumbre, la diplomacia inteligente y la capacidad de adaptación pueden marcar la diferencia entre la vulnerabilidad y el liderazgo regional.
