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La inmaculada percepción

Tiro por la culata

Vianey Esquinca

Excelsior

El pretexto fue discutir el presupuesto que el INE solicitó para el 2022, la realidad fue que Morena y sus aliados citaron al consejero presidente del instituto, Lorenzo Córdova Vianello, para tenderle una trampa, meterlo a un callejón sin salida y sortearle a los bravucones, acosadores y rabiosos de la colonia.

Querían destrozarlo, ofenderlo, cobrarle lo que según ellos eran las peores afrentas que había cometido en su contra, pero fueron tan burdos y grotescos que el tiro le salió por la culata y sólo se evidenciaron y quedaron en ridículo. Además, para su desgracia, Córdova resultó un hueso muy difícil de roer y les ganó la partida.

Esos mismos diputados que han obstaculizado que funcionarios del gobierno federal comparezcan para rendir cuentas, llamaron por primera vez en la historia al presidente del INE, un órgano autónomo, y Córdova Vianello no se negó, como por ejemplo sí lo hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando decidió no entregar la medalla Belisario Domínguez en el Senado porque, según él, la senadora Lilly Téllez le hizo el feo.

El consejero presidente del INE tuvo que enfrentarse a la elegancia arrabalera del diputado petista Gerardo Fernández Noroña, que nuevamente dio un espectáculo decadente y mostró por qué le quitan la correa cuando se trata de echar bronca y, aunque ya no resulta extraño en él, no deja de ser desagradable o al diputado morenista Óscar Cantón, quien también dio color y demostró que el fuero no quita lo corriente.

Los morenistas se encimaban entre ellos para demostrar cuál de ellos era el que montaba el mayor espectáculo. Como el diputado Pablo Amílcar Sandoval, quien subió a sus redes un tuit: “recibí a @lorenzocordovav con una Constitución para que la lea, la estudie y finalmente, la respete…”, cuando quienes han reventado una y otra vez la Carta Magna son ellos mismos y el propio Presidente.

De pena ajena. La comparecencia del consejero presidente del INE se convirtió en un circo, durante más de cinco horas el partido oficial, aliados y la oposición se gritaron y ofendieron. Lo que menos querían era escuchar, dialogar o razonar. Estaban ahí para ofender unos y para defender otros.

Del presupuesto se habló poco, los morenistas criticaron reiteradamente los sueldos de los consejeros del instituto, pero Lorenzo Córdova les recordó que no habían regresado el 50% de sus prerrogativas, pese a que había sido el compromiso de Morena para comprar vacunas ¡touché!

Morena y el PT etiquetaron a Córdova Vianello como su enemigo número 1º de una manera falaz, porque el INE está formado por más consejeros y se rige por las leyes que el propio Congreso aprueba. Además, las decisiones que no gustan pueden ser impugnadas por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. No sólo eso, las elecciones las hacen los ciudadanos. Es una institución civil y no política. Eso evidentemente no importa, lo que buscan es cumplirle al mandatario la instrucción de destruir y desaparecer al INE. Hacer una reforma electoral a modo, porque les incomoda la autonomía.

Para la desgracia de Morena y del Presidente y, para fortuna del país, no les alcanzan los votos para hacer una reforma y ya vieron lo que pasó con la eléctrica. Entonces parece que, como consuelo, lo que quieren es debilitar y cuestionar al INE. No les importa que los

únicos que pierdan sean el país y la democracia, las instituciones y la certidumbre. El cálculo que ellos hacen es político y de cara a las elecciones de 2024.

Pero, para la próxima, si quieren ganar un debate, deben traer a sus mejores oradores y no a los más rabiosos, a los más inteligentes y no a los más patanes. ¿Qué les cuesta echarle más ganitas?

De naturaleza política

¿Continuará el montaje Lozoya?…

Enrique Aranda

Mientras ella se autopromueve,

su (des)gobierno cruje…

Luego de ¡quince meses! de ser traído a México acusado de cohecho, asociación delictuosa y operaciones con recursos de procedencia ilícita, Emilio Lozoya Austin pisó finalmente una prisión federal, el Reclusorio Norte, en concreto, evidenciando la falta de solidez de la (supuesta) investigación realizada por la Fiscalía de Alejandro El Carnal Gertz Manero y la existencia de un ilegal pacto de impunidad entre las partes y, más preocupante, la irónica similitud que en el displicente trato y nulo respeto a la ley que existe entre el exdirector de Pemex y la 4T.

A la vista de lo sucedido en los últimos días, entre lunes y miércoles pasados, en particular y, las cada vez más consolidadas versiones de quienes apuestan al eventual retorno del traidor a (disfrutar de) prisión domiciliaria si como ofreció en su momento y hasta ahora no ha cumplido, exhibe pruebas “serias” sobre las imputaciones que contra propios y extraños ha realizado y asume el compromiso de “no volver a exhibir…” a la administración y, más, a “no volver a incomodar…” al inquilino de Palacio con sus excesos “no ilegales pero sí inmorales” es que, ya hoy, cobran sentido los dichos de no pocos al más alto nivel gubernamental oficial que se refieren a ello…

Hablamos entonces de que el montaje Lozoya que tan fructífero ha resultado cuando de ilustrar la supuesta lucha del régimen contra corrupción e impunidad se trata, podría no haber concluido y, si bien no de manera inmediata, pero sí “en el mediano plazo” ser reeditado y vivir una suerte de segunda temporada si, con pruebas en la mano, la opción de aprehender y recluir en prisión, incluso a opositores ya señalados por el expeñista y que pudieran resultar clave para la consolidación y eventual prolongación de la 4T, se reactiva…lo que a nivel partido, por ejemplo, se presume podría suceder pasado ya el aún incierto ejercicio de revocación de mandato, incluso la elección de seis nuevos gobiernos en junio.

El asunto, pues, aún con el extitular de la petrolera en prisión, continúa en el aire y no son escasas las versiones, según las cuales, más pronto de lo que muchos pudiéramos pensar, podría retornar a los titulares de primera plana ya no como un justificante de la supuesta lucha anticorrupción e impunidad del gobierno, sino y éste es el mensaje, como un operador activo en el enjuiciamiento de personajes contrarios a la administración federal…

ASTERISCOS

* Tal como adelantamos en este espacio, el expanista Manuel Espino Barrientos renunció finalmente al cargo de comisionado del Servicio de Protección Federal para buscar, ya como miembro del mismo, la candidatura del partido del gobierno (Morena) al gobierno de su natal Durango. Se entiende que su acción fue avalada por Ya Sabemos Quién…

* En medio del embate de la jauría oficial en San Lázaro en su contra, el “odiado” Lorenzo Córdova Vianello exhibió, otra vez, la conocida falsedad de Morena y los suyos al evidenciar que si bien al inicio de la pandemia presumieron que donarían 50% de prerrogativas —1,125 millones de pesos— para adquirir vacunas, su aporte apenas llegó a 150 millones (12 por ciento). ¡Ups!

Abrazos, no balazos, con los migrantes

Jorge Durand

La Jornada

México es un país cerrado a la inmigración. Aunque ha sido en ocasiones solidario con los españoles republicanos, con los sudamericanos perseguidos por las dictaduras y con los guatemaltecos que escapaban de las masacres y el genocidio.

Ahora toca ser solidarios con los haitianos, los venezolanos, los nicaragüenses, los cubanos y tantos otros desarraigados de sus lugares de origen. Y en ese sentido México, se ha quedado a atrás en cuanto a la acogida. Ya no se trata de migración en tránsito y de dejarlos pasar a Estados Unidos. Muchos se quieren quedar en la nación, pero no los dejan, les dan largas, los encarcelan en Tapachula.

Los datos duros y fríos demuestran este resago. Un millón y medio de venezolanos acogidos en Colombia; 700 mil en Perú; 300 mil en Ecuador, Chile y Brasil, este último acogió, de manera oficial, a 85 mil haitianos y Chile, a unos 18 mil. Estados Unidos, a pesar de todos los peros, ha recibido a más de 300 mil solicitantes de refugio en años recientes.

Le toca a México ser solidario. Una caravana de 4 mil desarraigados, hombres mujeres y niños se dirige a la capital y toca la puerta de Palacio Nacional, donde dicen que vive un hombre sensible a las causas populares y al pueblo desprotegido. Hace unos años los migrantes de otra caravana le pedían al presidente Trump que los dejara entrar y respondió con gases lacrimógenos y el muro apuntalado. Ahora llaman a la puerta del palacio de gobierno en el Zócalo.

En los últimos tres años, México ha otorgado refugio a más de 150 mil personas. Éste es una vía que se puede utilizar y que hay que agilizar y defender, pero no es la única, hay que ofrecer otra alternativa de regularización. Ya lo dijo la Comar, muchos de estos migrantes desarraigados no cumplen los requisitos formales para acceder a este trámite.

Pero hay 30 mil personas que ya están en México y retoman el grito de los mexicanos del barrio de Pilsen, plasmado en un mural de Chicago: Aquí estamos, aquí nos quedamos.

¿México tiene la capacidad para recibir y acoger a otros 100 mil inmigrantes? ¿Unos 30 mil que ya están en el territorio y otros 60 mil que irremediablemente llegarán?

Veamos las cifras, que son las que ayudarían a definir las políticas migratorias. El censo de 2020 informa que habían 1.2 millones de extranjeros en el país, de los cuales 400 mil son hijos de mexicanos nacidos en Estados Unidos, es decir binacionales. La resta nos deja con 800 mil extranjeros, en un país de 126 millones. En términos relativos 0.63 por ciento y en términos estadísticos: ¡nada!

Por otra parte, el citado censo pone en evidencia que ya terminó el proceso de transición demográfica y, por tanto, el bono demográfico que aportaban trabajadores jóvenes al mercado de trabajo estadunidense. No obstante, la pandemia ha vuelto a reactivar la emigración de jóvenes y la nación a perder población. Ambos factores evidencian desequilibrios en el mercado de trabajo que pueden ser llenados fácilmente con migrantes, siempre y cuando se les den facilidades para su trámite migratorio y se les oriente hacia zonas donde hay demanda de trabajo.

El salario mínimo en México, incluso el de la zona fronteriza de 10.70 dólares por jornal, no ofrece ninguna ventaja comparativa con Centroamérica, son prácticamente iguales. El salario mínimo de Costa Rica para migrantes nicaragüenses, por ejemplo, es de 17 dólares. Sin embargo, en nuestro país hay mejores condiciones en cuanto a salud, educación, prestaciones, infraestructura y oportunidades de progresar y mejorar que en América Central. No así para el caso de los haitianos que percibían mejores salarios en Brasil y en Chile, pero no todo es cuestión de salarios, si fuera por eso se habrían quedado en Panamá, donde el ingreso mínimo mensual es de 625 dólares.

Los flujos migratorios son cada vez más complejos en cuanto a las causas y su composición. Y las políticas migratorias se deben ajustar a las circunstancias cambiantes. La política de deportación de centroamericanos no funciona, tan es así que varios miles vienen en caravana y estuvieron esperando meses en Chiapas. Tampoco funcionó la política de confinamiento en Tapachula y la negativa del Inami a solucionar las demandas de los migrantes y los reclamos de la población mexicana afectada.

Tampoco han funcionado las propuestas tramposas que hacen los funcionarios de migración. Devolver a las mujeres embarazadas y con niños a Tapachula para hacer el trámite, es simplemente hacer el trabajo sucio, para que no lleguen a Estados Unidos, donde tienen derecho a solicitar asilo.

En este momento, ya no se trata de inmigración, donde los gobiernos pueden controlar los flujos y ponen requisitos que deben cumplirse, tampoco estamos en la fase de tránsito donde el gobierno dejaba hacer y dejaba pasar, se lavaba las manos y campeaba el tráfico y la trata; ahora entramos a una fase de migración en sentido propio, de un fenómeno natural imparable, donde la gente y los pueblos buscan comida, seguridad, refugio y oportunidades que no encuentran en sus lugares de origen.

Se trata de un éxodo de los pueblos más pobres de continente: Haití, Honduras, Nicaragua y Venezuela, con estados fracturados y capturados por oligarquías y clases políticas corruptas; con pueblos reprimidos que ponen en evidencia el fracaso del neoliberalismo y lo que llaman socialismo.

En este caso, sí vale una política de abrazos y no balazos.

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