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Afganistán y el fin de la ocupación

Carlos Martínez Assad

Proceso

Los afganos que no han salido están identificados con alguna de las 14 etnias que se agrupan en el país; predominan la de los pastunes, tayikas, hazara, uzbecos, aimak, turcomanos, baluchi, nuristanis, guijar, árabes, brahui, pamiri, kirguís y urguis.

Nadie parece convencido de que fuera el mejor momento para que Estados Unidos abandonara Afganistán o que se retirara de la forma en que lo hizo. Al igual que el presidente George W. Bush que desde 2003 expresó haber cumplido su misión en Irak, cuando la drástica guerra apenas comenzaba, Joe Biden va más allá y considera un “extraordinario éxito” la retirada. En aquel año se abrieron las puertas al terrorismo de Daesh, que por su acrónimo en árabe se traduce como el califato de Siria e Irak, también conocido como ISIS o el temible Estado Islámico.

El riesgo de que algo semejante sucediera aconteció en el transcurso de la evacuación en el aeropuerto de Kabul con el atentado que causó un centenar de víctimas, la mayoría afganos, reivindicado por el llamado ISIS-K o Estado Islámico del Gran Jorasán, región designada así desde el Medioevo y que abarca la mayor parte del Levante, incluyendo Afganistán, Pakistán y fragmentos de India. Esta filial surgió hace seis años, después de que en 2014 la ofensiva en Siria rebasaba los límites impensables de la violencia y la intolerancia. Sus primeros integrantes fueron pakistanos que, apoyados por los talibanes de Afganistán, expresaban su desacuerdo con las posiciones moderadas. También se dice que se encuentra ligado al Movimiento Islámico de Uzbekistán y algunos miembros de la única provincia sunita de Irán, así como al Partido Islámico de Turkestán en el que participan los uigures del noreste de China.

En ese riesgo contribuye igualmente la presencia de Red Haqqani, una franquicia de Al-Qaeda con cierta autonomía entre los islamistas radicales, por cuyo dirigente Estados Unidos llegó a ofrecer 5 millones de dólares en 2008, y de quien se dice es responsable de la seguridad en Kabul; por lo que vendría bien el dicho aquel de poner la Iglesia en manos de Lutero.

El cuadro completo expresa la composición heterogénea que ha dificultado tanto los arreglos y acuerdos posibles con los occidentales ligados a la idea de lo homogéneo y con enormes dificultades para entender lo disperso. Allí donde se carece de la idea del Estado Nación, que ha conformado a los países modelo y que ha podido aglutinar a sus habitantes en torno a una identidad común, mientras las sociedades donde la organización tribal prevalece las identidades se multiplican y permiten formas de asociación diferenciada. Algunos con simplismo lo reducen a la democracia como salvadora de todos los atavismos. Para aproximar esas posiciones se contó con la mediación de Motlaq Bin Majid al Qahtani, el hombre de Catar para mediar con el nuevo gobierno desde que inició sus contactos con el expresidente Hamid Karzai, con la pretensión de alcanzar un gobierno reconocido internacionalmente.

Pero 20 años de ocupación era demasiado tiempo, por lo que Estados Unidos y los países de la coalición estaban presionados para poner fin a algo que expresaba muchas cosas excepto el éxito del que habla el presidente Biden. Cualquier acción estaba destinada a repercutir entre los afganos, cuya percepción de los hechos es casi imposible de conocer porque lo único que trascendió fue la aglomeración en el aeropuerto de quienes buscaban salir; se decía que tal aglomeración se debía al pánico provocado por la llegada del nuevo gobierno talibán, pero la explicación resulta insuficiente. Tampoco se sabe de quienes celebraron la salida de las fuerzas de ocupación, ni quiénes son los que

apoyaron al talibán para resistir durante 20 años y en unos cuantos días lograron la retirada del ejército más poderoso del mundo. Algo que inevitablemente recuerda la salida de Vietnam hace más de 40 años.

El gobierno apoyado por Estados Unidos tampoco logró consolidarse en Afganistán, si es que hubo algún diseño organizativo que consideró las condiciones culturales de ese país, y cabe la hipótesis de que su armamento y hasta sus hombres entrenados habrían terminado en el ejército de los rebeldes. Está el ejemplo contundente de 5 mil soldados que en julio defeccionaron y se refugiaron en Tayikistán.

Estados Unidos organizó una de las salidas más numerosas de la época contemporánea al lograr el traslado al exterior de 120 mil personas que previsiblemente colabo­raron con Estados Unidos y otros países de la coalición durante la ocupación, seguramente la mayoría extranjeros y muchos afganos. Pero éstos siempre han salido si se ven las cifras de llegada desde hace años principalmente a Irán, Pakistán y Turquía. El primero ha debido regresar recientemente a 700 mil de esos migrantes y el último no puede con la presión de los más de 3 millones de refugiados sirios en su territorio. Además se calcula que hay 4 millones de afganos desplazados, cifra que supera 10% de su población total, de 38 millones. Rusia, como otros países cercanos, se prepara para hacer frente a la avalancha de personas que puede producir la llegada del talibán al poder, como lo han demostrado los contingentes que ya se aglomeran en las fronteras.

Sin embargo, es muy probable que las salidas de los afganos en estos años y aun hoy estén vinculadas no sólo al temor que inspiran los talibanes, sino a la pobreza extrema en que viven. La economía de esta nación se encuentra en el sitio 115 de 196 países que registra la ONU, aunque proveen 80% de la cocaína y heroína que se produce en el mundo y que por ser ilegal no entra en las estadísticas formales. Pese a todo, son supervivientes de la ayuda externa, la espada de Damocles que se alza amenazante para que los talibanes se porten bien.

Pero ¿quiénes son entonces esos 120 mil que lograron beneficiarse con la extensa red de aviones de los aliados liderados por Catar que salieron del país en tan escasos días? No se conocen todavía las estadísticas de los que salieron, aunque un indicador es el de quienes llegaron a México. Es previsible que los filtros establecidos permitieron salir al personal calificado, como las jovencitas que participan en los equipos de robótica, las primeras en llegar. Después, el contingente ya más grande de trabajadores de algunos medios estadunidenses, como The New York Times o The Washington Post. Del tercero es del que menos información se ha dado.

Qué bueno que México haga lo que humanitariamente corresponde y además salga a relucir la tradición de asilo que tanto se invoca y tan escasamente se aplica. Pero ¿se trata realmente de refugio o de la participación en un operativo planeado por Estados Unidos con el objetivo de distribuir fundamentalmente a personal calificado en ciertos países? En ese sentido, México estaría ejerciendo el papel que ya se le ha conferido de “tercer país seguro” para retener a quienes desean ingresar en aquel territorio y sólo lo logran luego de pasar los filtros establecidos, que pueden darse por la calidad profesional.

Con un trato diferenciado se encuentran en México los haitianos, cubanos, hondureños que no llegan en los aviones de Catar, pero también son solicitantes de asilo e incluso han hecho parte de su trayecto a pie y esperan hacinados en los puestos fronterizos del norte y del sur del país.

Los afganos que no han salido están identificados con alguna de las 14 etnias que se agrupan en el país; predominan la de los pastunes, tayikas, hazara, uzbecos, aimak, turcomanos, baluchi, nuristanis, guijar, árabes, brahui, pamiri, kirguís y urguis. Y no resulta fácil de entender que con esa fragmentación en una encuesta de 2009, 72% de los entrevistados calificó su identidad como afgana primero, antes que la de su etnia. Los une que la mayoría se encuentra afiliada a la rama sunita del Islam y son los primeros quienes nutren al talibán. Ejercen su religión en forma peculiar, siguiendo al pie de la letra la

Sharia, algo primitivo porque en general en los países de la región con visos de modernidad, la secularización es practicada por el impulso de las mujeres. La etnia hazara –entre las más numerosas– ha sido perseguida por su filiación chiita, pero cuenta con el apoyo de Irán.

En un número anterior de Proceso (2338) se indica una pista que puede seguirse para explicar el triunfo del talibán, como se desprende de la opinión de Carlos Navarro, director de Estudios y Proyectos Internacionales del INE, quien formó parte de una misión internacional de observación electoral en los comicios legislativos del 18 de septiembre de 2010 en aquel país, y para quien “no se puede entender el fenómeno de los talibanes sin arraigo social (…), como un puñado de hombres con armas e ideas extrañas; son mucho más que eso: representan el sentir de amplios segmentos de la sociedad”. Y entender esas bases sociales es lo que muchas veces se escapa.

Arsenal

El PRI no dará votos para eliminar los actuales consejeros del INE; “es un irreductible”, dicen

Francisco Garfias

Excelsior

A muchos nos provoca suspicacia que Morena haya cedido al PRI la presidencia de la Junta de Coordinación Política, órgano de gobierno de la Cámara de Diputados, el primer año de la Legislatura que arranca y el tercero al PAN. Cuesta trabajo suponer que a los morenos les pegó súbitamente la “fiebre de la pluralidad” y que ya entendieron que hay que ser más incluyente para gobernar con estabilidad. ¿Se negociaron votos para las reformas de AMLO? El PRI es el partido sobre el que pesan sospechas de que ayudará a Morena para que el Ejecutivo alcance la mayoría calificada (dos tercios de los presentes) que se requiere en el Congreso para reformar la Constitución.

El argumento de los sospechosistas es que tiene muchos cadáveres en el clóset y que Morena tiene un arma muy poderosa para ganar voluntades: la UIF.

* López Obrador anunció que en la segunda parte de su mandato serán tres las iniciativas que enviará al Legislativo para modificar la Carta Magna. 1- La electoral que, entre otras cosas, propone la eliminación de los pluris y el cambio de consejeros electorales y magistrados del TEPJF. 2.- La eléctrica, que pretende fortalecer la CFE sobre los generadores privados de energías limpias. 3.- La que fusiona la Guardia Nacional con la Sedena. AMLO ha dicho públicamente que los votos que falten para aprobarlas los va a buscar en el PRI. A Morena y aliados les faltan 56 diputados y 12 senadores para alcanzar esa mayoría calificada.

Augusto Gómez Villanueva, presidente de la mesa de decanos en San Lázaro, dice que política es negociación y que en la negociación hay que ceder para avanzar. ¿A cambio de qué? Allí está el detalle. Antes de entrarle al tema no está de más hacer notar que en la bancada del PRI en San Lázaro hay dos militares. No se necesita un sesudo análisis para saber que van a votar a favor de lo que envíe el Presidente. Es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.

Otro factor a considerar son los gobernadores. Los diputados suelen cuadrarse a sus lineamientos. Al PRI le quedan cuatro: Coahuila, Estado de México, Hidalgo y Oaxaca. Ellos también juegan. ¿Cómo? Ordenando a sus diputados votar a favor o en contra o ir al baño cuando se produzca la votación. Es lo que ocurrió cuando se elevó a rango constitucional la revocación de mandato, en 2019. ¿Y qué hará el PRI frente a las reformas del Ejecutivo? Lo que señaló Gómez Villanueva: negociar. Sabemos que la

bancada tricolor no va con la eliminación de consejeros del INE. Es lo que llaman “irreductible”. Algunos respaldan, eso sí, quitar al INE el control de los OPL.

Los priistas que aún pregonan el nacionalismo revolucionario, que los hay, darán su respaldo a la reforma de la CFE. Los neoliberales dicen que no va a prosperar, porque es un riesgo para el medio ambiente.

La reforma que fusiona la Guardia Nacional con la Sedena tiene asegurados los dos votos de los militares. El resto de la bancada puede negociar el apoyo a la iniciativa a cambio de más fondos para la seguridad en los municipios.

Abro paréntesis. El exvocero de Fox, Rubén Aguilar, hombre de contactos con los mandos militares, da cuenta del “malestar” que hay en el Ejército con esa reforma. En un recomendable artículo que leímos en El Imparcial (06/IX/21), el exvocero de Fox afirma que hay “militares” convencidos de que la GN tendrá gran crecimiento y que el cuerpo del Ejército se va a reducir. Sostienen también que la GN es un cuerpo de policía, sin las habilidades para desempeñarse como soldados.

* Esta postura del PRI no necesariamente haría volar el bloque PAN-PRI-PRD en pedacitos. Los azules apoyaron la propuesta de nombrar a Rubén Moreira presidente de la Jucopo en San Lázaro. Ya vimos también que el consenso no es imposible. Allí está la Ley de Revocación de Mandato. Salió casi por unanimidad. “Era importante que naciera la ley secundaria con el consenso. Es un cambio trascendente… debo reconocer que, en esta ocasión, sí hubo disposición del grupo mayoritario y también de toda la oposición por lograr el consenso”.

Zepeda, por cierto, dejo claro que él, con Vox, partido de ultraderecha en España, no va “ni a la esquina”. La senadora Lilly Téllez, externa del PAN, tuvo el valor de admitir que cometió un error al adherirse a la Carta de Madrid que promueven los ultraderechistas de Vox para frenar el comunismo.

“Asumo responsabilidad y ofrezco disculpa. No estoy de acuerdo con las posturas extremas”, subrayó en Twitter.

México SA

Deuda subnacional asfixia finanzas estatales// Gobernadores cínicos: no nos alcanza// Partido Acción Nazinal, facho de clóset

Carlos Fernández-Vega

La Jornada

Es prácticamente cotidiana la queja de no pocos gobernadores: no tenemos recursos, no nos alcanzan, no la libramos, no podemos pagar la nómina burocrática ni la magisterial, etcétera, etcétera, y responsabilizan al gobierno federal por no entregar a tiempo las partidas presupuestales que por ley corresponden a las entidades de la República. El lamento es recurrente, al igual que el malo de la película.

Sin embargo, en lo que respecta al gobier-no federal el presidente López Obrador ha sido puntual: “a los estados de la República se les han entregado puntualmente las participaciones en todos los casos; es más, se les dieron hasta por adelantado, al grado de que ahora que hay problemas en algunas entidades donde hay cambios, los (gobernadores) que van a entrar están planteando que ‘ya no les entreguen todo (a los que se van), porque no nos va a quedar na-da’, pues hay casos en los que se dio por adelan-tado para ayudar las participaciones y los que van a entrar van a recibir muy poco. ¿Qué pasó? Pues que vienen arrastrando problemas financieros, se endeudaron muchos estados. ¿Por qué no administras bien? ¿Por qué no aplicas un plan de austeridad? ¿Por

qué sigue el derroche? ¿Por qué solapaste al que endeudó al estado y no dijiste nada?, porque te ayudaron en campaña, porque estableciste relación de complicidad”.

Los gobernadores, pues, intentan aventar la papa caliente, cuando son ellos los que viven a cuerpo de rey (como si el dinero fuera de ellos), derrochan recursos públicos y para tapar los consecuentes hoyos financieros endeudan a sus respectivos estados en proporción creciente, lo que sólo aumenta el problema, como documenta el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados.

Ese organismo del Legislativo ha documentado que las entidades que presentan un mayor incremento en los últimos 12 meses (segundo trimestre de 2020 a igual periodo de 2021) son: Guanajuato, con alza de 58.5 por ciento en términos reales (en este caso la deuda subió de 6 mil 336.2 a 10 mil 411.9 millones de pesos); Yucatán, 49 por ciento (de 4 mil 975 a 7 mil 684.6 millones); Jalisco, 18 por ciento (de 27 mil 487.9 a 36 mil 72.6 millones); Durango, 13.8 por ciento (de 8 mil 228.7 a 9 mil 707.3 millones); y Aguascalientes, 11.4 por ciento (de 3 mil 033.5 a 3 mil 503.6 millones).

Según el CEFP, las participaciones federales a estados y municipios constituyen uno de los componentes más relevantes de sus ingresos, al representar 48.6 por ciento del gasto federalizado presupuestado para el ejercicio fiscal 2021. Éste último es el componente más relevante de los ingresos locales, al representar 85.5 por ciento de éstos. El gasto federalizado son los recursos federales que se transfieren a las entidades, municipios y alcaldías de la Ciudad de México. La determinación de los montos de estos ramos, así como su asignación a los distintos fondos que los constituyen y su distribución entre los gobiernos locales, está expresamente establecida en la Ley de Coordinación Fiscal, detalla el organismo.

En términos desagregados por entidad, aquellas con los niveles más altos de dicho indicador en el periodo de referencia son: Nuevo León, con una deuda que representa 196.6 por ciento de sus participaciones; Quintana Roo, con 175.3 por ciento; Coahuila, 173.9 por ciento y Chihuahua, 173.5 por ciento. Estas entidades sobresalen por presentar niveles más de dos veces y medio superiores al promedio subnacional de 64.4 por ciento. En el otro extremo se ubican Tlaxcala, Querétaro, Guerrero y Puebla, con cifras inferiores a 20 por ciento.

Al cierre del segundo trimestre de 2021, el saldo de la llamada deuda subnacional ascendió a 622 mil 200 millones de pesos; de ese monto, cerca de 87 por ciento corresponde a los gobiernos estatales y el resto se distribuye entre ayuntamientos y entes públicos estatales y municipales.

Las rebanadas del pastel

Andrés Manuel dice que si los fascistas de Vox quieren venir a México, pues que vengan. Pero no hay necesidad de importar ese tipo de esperpentos (que se declaran franquistas, monárquicos y anticomunistas), porque desde hace un buen rato están aquí, son autóctonos y se disfrazan de blanco y azul, aunque son de clóset.

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