René Alberto López
El ¡ya basta! de la prensa en México
La vaguedad del gobierno ante las denuncias por los crímenes de periodistas en México y el sistemático discurso de odio contra la prensa, proveniente del propio presidente López Obrador, colmó la paciencia del gremio de comunicadores en México.
Ayer se suscitaron dos protestas que hoy son noticia mundial: Los reporteros que cubren la fuente de la Cámara de Diputados federal se manifestaron en el pleno de San Lázaro, y sus pares en el Senado también se movilizaron.
Estas protestas son parte de las muchas que se han realizado ante la ola de violencia contra la prensa en México, que en las primeras semanas de este año tiene un saldo de cinco muertos y varios casos más de amenazas.
Por eso, justo cuando un diputado de Morena tomaba la palabra, al unísono los comunicadores, dándole las espaldas al presídium de la Cámara baja, comenzaron a gritar las consignas: “Nos queremos vivos”, “Justicia” y “Libertad de prensa”.
Los legisladores, sorprendidos en un principio, una vez repuestos de la inesperada protesta, los de oposición les aplaudieron a los reporteros. En cambio, personal de la Cámara, cuyos trabajadores responden a la bancada mayoritaria en manos de Morena, apagó el sonido para intentar que las voces de los manifestantes no se escucharan, pero 30 minutos después, el tema era viral en las redes sociales.
Ahí están, pues, pintados los diputados del partido en el gobierno, los dizque adalides de la democracia, los que se creen dueños de la verdad absoluta, impidiéndole la libertad de expresión a los periodistas que a diario transmiten todo lo que pasa en las sesiones del Congreso.
Pero si con eso no bastara, ayer los periodistas comisionados por sus medios en el Senado de la República, también protestaron. Este grupo abandonó una conferencia convocada por los senadores de Morena, para dar un posicionamiento en apoyo al presidente AMLO.
Los reporteros acomodaron en el suelo las cámaras fotográficas, así como grabadoras y libretas –en señal de protestas– y salieron del lugar, donde ya estaban los senadores. Esto es, no les cubrieron la información.
Por supuesto, que estas acciones son para demandar justicia en los asesinatos de sus compañeros caídos por ejercer el oficio, lo mismo que para defender la dignidad del gremio.
Ya basta que un día sí y otro también, desde el Palacio Nacional se siga agrediendo y descalificando el trabajo reporteril. Lo más grave del tema, es que el mandatario federal meta a toda la prensa en el mismo costal.
Por supuesto que, así como hay políticos íntegros, a los que no se les conocen mancha alguna en su ejercicio público, en México hay miles de periodistas que con la frente en alto realizan su trabajo todos los días para informar a la sociedad. Que quede claro.
Y es que el discurso de odio, machacado a cada rato, incita a los seguidores del régimen –por suerte cada vez son menos– a insultar a periodistas que realizan críticas al gobierno o funcionarios.
Estas personas, muchas de ellas que se esconden en el anonimato, no conocen la trayectoria de los comunicadores y lanzan insultos, pues dirán: “Si así lo hace el presidente, pues también nosotros”, y se exhiben como lo que son…
Bien. Nuestra solidaridad y nuestro reconocimiento a los reporteros que alzaron la voz en las Cámaras de diputados y senadores.
Ahí se las dejo.
Ahí se las dejo.