Pinta Raya

Francisco Javier Vázquez Burgos

Banderitas

Las elecciones del 2024 aunque están muy distantes todavía de celebrarse, la importancia de las mismas ocasiona que, desde ahora, ya todos los partidos estén trabajando en ese proceso, y es que se juega la Presidencia y el Senado, pero todo es incierto, ni siquiera se sabe quiénes serán los abanderados de cada partido para la presidencia, lo que si es un hecho es que si alguien no resulta electo como candidato en un instituto político seguramente se darán rompimientos al interior de él y eso modificará todo el ajedrez político, con lo que queremos decir que todavía van a ocurrir cambios que ni siquiera podemos imaginar.
Miren Campeche, ejemplo claro de lo que se desea y de lo que puede ocurrir. El dirigente nacional ya ordenó a sus comités municipales que se pongan a trabajar para que Christian Castro Bello, su sobrino, sea el abanderado de nuevo al Senado, proceso que perdió en el 2018, -y recientemente perdió la gubernatura en la elección de este año- con esos antecedentes electorales y la forma prepotente y altanera del joven, llega tarde a los eventos, no colabora con los pagos de los actos políticos, la instrucción no causó agrado en los afiliados al PRI y se esperan renuncias de cuadros destacados, simplemente el proyecto no agrada a muchos.
Por otra parte, en la alianza igual se avecinan problemas, los aliados del PAN y del PRD se sienten traicionados por Alejandro Moreno, lo acusan que cooptó a sus líderes para que votaran por la alianza pero marcando en la boleta electoral al PRI y no al PAN ni al PRD, con lo que quedaron disminuidos de sus prerrogativas y presencia en cámaras y cabildos, así que difícilmente se dé de nuevo una alianza, pero si se diera, hay que recordar que en el proceso anterior tanto la dirigencia nacional del PAN como del PRD le advirtió a Alito que con su sobrino no se ganaba la gubernatura, que no había manera, que hicieron ejercicios de cruces de candidato y de situaciones y en ninguna ganaba el sobrino. La alianza parece que llegó a su fin.
Finalmente, en el proceso pasado resultó Christian ser el candidato a la gubernatura; alito, el tío, se entercó, amenazó con romper la alianza en los otros estados si su sobrino no era el abanderado de la alianza a la gubernatura en Campeche, para alito la prioridad era dividir el voto y hacer que pierda Eliseo, evitar un juicio, alito nunca pensó en ganar, y el resultado fue un tercer lugar, lo que podría ocurrir de nuevo de resultar Christian el abanderado al Senado, por lo que difícilmente los partidos aliados -PAN y PRD- acepten hacer banderitas para Christian, ya nadie cree en el PRI de alito.
Por supuesto que no hay que perder de vista que al igual que el PRI, también los otros partidos se debilitan, en una de esas se cae morena o se cae Moci, en fin, todo puede pasar, los milagros existen, y así como el tema podría mejorar para el PRI, también puede empeorar.
Por ejemplo, dicen que el ex secretario de gobierno de Campeche, del sexenio de alito, Pedro Armentía ya pactó con Eliseo, sabe que con el PRI ya no tiene futuro, y sólo espera el momento adecuado para alejarse de alito y del PRI, Armentía quiere ser candidato al Senado, y en ese acuerdo Eliseo sería plurinominal a la Cámara Federal de Diputados, así se ahorra mucho dinero de la campaña.
El pacto ya está, el tema es ver si Eliseo cumple, pues su palabra no es su fuerte. La duda es si Armentía suma votos a Moci o le resta, porque está visto que todo lo que huele a PRI la gente lo rechaza y esa suma de priístas no sabemos si abonarían para Eliseo cuando busque de nuevo la gubernatura o lo debilitaría. Consideremos que el voto de Eliseo fue un voto de odio al PRI.
El Senado para Christian, a un yendo en alianza, está complicado, es obvio que morena o Moci se quedarán uno en el primer lugar y otro en segundo, eso tomando como base el proceso anterior, pero además vemos a esos dos partidos crecer, mientras que el PRI se sigue dividiendo y siguen dañando sus alianzas y estructuras, pero en política nada está escrito, consideremos que se fortalecerán o debilitarán las candidaturas al Senado, en gran medida, por la sombra del poder que tenga el abanderado presidencial. Al tiempo.