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Huachicol, el riesgo de la gobernabilidad
La onda expansiva de esta bomba alcanzaría la gobernabilidad de la presidenta Sheinbaum, porque entre los posibles implicados podrían estar políticos integrantes de Morena
Proceso
En su número más reciente Proceso publicó una investigación periodística en la que se deshebra el complejo negocio multimillonario del saqueo de combustible a Pemex refinado en Estados Unidos y vendido en el mercado internacional con la participación de mandos militares —marinos y soldados—, empresarios, agentes de Aduana y hasta funcionarios coludidos con cinco organizaciones criminales que construyeron el saqueo de combustible más grande en la historia del país.
El texto del director de Proceso, Jorge Carrasco, basado en fuentes de inteligencia, seguridad y judicial involucradas en la indagación, ofrece elementos sustanciales de una averiguación que está en curso y que en los próximos días dará a conocer nuevos cómplices de esta zaga criminal que ya tiene en su haber tres muertes en condiciones sumamente extrañas.
Hasta ahora lo que sabemos públicamente es que con el famoso huachicoleo fiscal, delito que involucra la importación y venta ilícita de hidrocarburos, se construyó una enorme estructura criminal durante el gobierno de Andrés Manuel López y que tuvo su cúspide en esta administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien en el arranque de su gobierno fue advertida de su existencia y ordenó que se investigara a fondo.
La presidenta Sheinbaum tomó una decisión muy difícil porque implicaba investigar a los militares que puso el presidente López Obrador al frente de las aduanas en todo el país. Pero en la balanza también pesaba el riesgo que existe del impacto negativo que puede tener o que ya tiene en el proyecto de la Cuarta Transformación de mantenerse con todo el poder en las elecciones del 2027 para la renovación de la Cámara de Diputados y 17 gubernaturas, así como en la elección presidencial de 2030.
La dimensión de este saqueo y el tamaño de la estructura criminal eran tan evidentes que si la presidenta Sheinbaum no tomaba la decisión de una pesquisa profunda y que se castigara a los responsables, el problema se convertiría en una bomba de tiempo cuya explosión se presentaría muy pronto, principalmente porque en Estados Unidos ya se tenía la información de que los cárteles de Sinaloa, del Golfo, Jalisco Nueva Generación, La Línea y La Familia Michoacana estaban involucrados.
En su texto, Jorge Carrasco adelanta que en su investigación Proceso tuvo acceso a información que “indica que unos 200 elementos de la Marina y unos 150 del Ejército se encuentran bajo investigación. Pero el grupo compacto se cifra en 15 mandos militares de ambas Fuerzas Armadas que ocuparon las aduanas marítimas y terrestres durante la segunda mitad del sexenio de Andrés Manuel López Obrador”.
Señala que “las indagatorias no han terminado y están encaminadas a la búsqueda de más órdenes de aprehensión en las que podrían figurar generales de Ejército, jefes (coroneles y mayores) y oficiales (capitanes), así como sus equivalentes en la Marina: capitanes, contralmirantes, vicealmirantes y almirantes; además de mandos y jefes de la Guardia Nacional por haber custodiado el transporte de pipas con combustible ilegal”.
Sin embargo, la onda expansiva de esta bomba alcanzaría la gobernabilidad de la presidenta Sheinbaum, porque entre los posibles implicados podrían estar políticos integrantes de Morena, lo cual generaría una desestabilización del proyecto político de Andrés Manuel López Obrador.
La honestidad es uno de los pilares del proyecto morenista y la corrupción su némesis. Si salen involucrados funcionarios o miembros de Morena, los alcances del impacto del huachicoleo llegarán a los niveles más altos de esta administración, pegando en el corazón mismo de la Cuarta Transformación.
Otra de las razones, por cierto, que también fueron tomadas en cuenta para decidir que se investigara el saqueo del combustible es que de acuerdo con cifras extraoficiales causó pérdidas significativas al gobierno. En 2024 se estima que el huachicol fiscal costó al gobierno 177 mil 170 millones de pesos, equivalente a 485 millones de pesos diarios.
Estos recursos financieros son vitales para este gobierno en 2026, sobre todo para mantener los costosos programas sociales que tienen una traducción en votos durante los tiempos electorales.
Razones
Soberanía, corrupción y traición
Se siguió insistiendo en algo que ahí está y que no puede ocultarse: las tensiones internas del oficialismo y el peligro de división.
Jorge Fernández Menéndez
Excelsior
En los días en que mayor es el cuestionamiento sobre la Marina, derivado de la trama criminal del tráfico de combustible, con la implicación de altos mandos del sexenio pasado e incluso sospechas fundadas contra el exalmirante secretario Rafael Ojeda; en medio de la tremenda controversia por la participación de Adán Augusto López en la estructura de La Barredora con el exsecretario de Seguridad Hernán Bermúdez Requena; cuando hasta en la primera plana del New York Times se habla de la creciente corrupción de Morena, sus dirigentes y funcionarios, la presidenta Claudia Sheinbaum conmemoró su primer año de gobierno, respaldada por una alta popularidad personal que no es acompañada en porcentajes similares en distintas tareas del gobierno, sobre todo en corrupción, donde los escándalos la han minado.
Lo hizo con dos discursos muy diferentes: el primero, el sábado, en Veracruz en el 204 aniversario de la creación de la Marina Armada de México, con un discurso filoso, dirigido en forma directa al propio poder. El segundo, ayer en el Zócalo, fue para sus bases, marcado por los lugares comunes de siempre.
El discurso de Veracruz, inusualmente duro y dirigido directamente a su equipo, a su gabinete, a los dirigentes de su partido, y dicho en el centro de poder de la Marina Armada de México, puso el acento en que la defensa de la soberanía necesita de valores en las personas y las instituciones. Y equiparó la corrupción con la traición. No son palabras menores en un momento como el que estamos viviendo y menos aún en el lugar y ante el público en el que fue pronunciado.
No hace mucho decíamos que a fines del sexenio pasado un muy alto funcionario militar me había dicho, para que lo registrara off the record, que en la Marina y en las aduanas se estaba cometiendo una traición a la patria. Jamás había escuchado a un alto mando militar hablar de esa manera, con excepción del general Enrique Cervantes, secretario de la Defensa de Ernesto Zedillo, con el que pude hablar unas horas después de que hubiera sido detenido el general Gutiérrez Rebollo por su relación con el narcotraficante Amado Carrillo, El Señor de los Cielos.
Ahora la que utiliza el término es la presidenta Sheinbaum y lo extiende, para que se entienda con claridad, a todo su gobierno. Corromperse es traicionar y la traición agreguemos nosotros, no se perdona. Sabe, como escribió William Shakespeare, que “hay puñales en las sonrisas de los hombres; cuanto más cercanos son, más sangrientos”.
Ahora bien, para ello hay que castigar la traición. Cuando se deja malheridos a los traidores si conservan posiciones y prerrogativas, recuperarán poder y volverán a traicionar. Ése es el gran desafío de la presidenta Sheinbaum de cara al futuro. Si la mandataria se hace eco de discursos tan vacíos y grandilocuentes como el de Clara Brugada el domingo, no irá a ningún lado: para la jefa de Gobierno capitalino todavía están en la campaña de 2018 y la Ciudad de México (y el país) está pasando por un momento maravilloso. Gritó tanto que se quedó sin voz, y sin un solo punto de la agenda en el que cupiera, aunque sea el más pequeño margen de autocrítica. Fue el mismo día en que le jaquearon la base de datos de su centro de seguridad, su C5.
La profundidad del discurso presidencial del sábado se convirtió en una pieza propagandística el domingo. Se entiende, uno era un evento con funcionarios y militares, el otro un acto de masas. Pero en los dos, en Veracruz y en el Zócalo, se siguió insistiendo en algo que ahí está y que no puede ocultarse: las tensiones internas del oficialismo y el peligro de división. Cuando la Presidenta dijo ayer que en la época neoliberal se construyeron “fortunas al amparo del poder público”, podría haberle hablado directamente a algunos de los que la escuchaban y veían, en esta ocasión desde la segunda fila, y que son, se supone, de los suyos.
La mandataria debe hacer cambios importantes. Lo de Adán Augusto López es ya intransitable: lo ocurrido el jueves en el Senado cuando a la iniciativa de las reformas a la Ley de Amparo se le adjuntó un transitorio para hacerla retroactiva, es la tercera ocasión en la que su bancada, que dirige Adán Augusto, torpedea sus iniciativas presidenciales.
La investigación sobre aduanas y la Marina ha sido un esfuerzo político notable, pero pareciera que las presiones internas quieren que quede estancada. La procuradora fiscal dijo en su comparecencia en el Congreso que el daño causado por el contrabando de combustibles el sexenio pasado superó los 600 mil millones de pesos, una cantidad inmanejable sin una profunda estructura de complicidades estatales y sin un ejército de factureros leales: hay que saber a dónde fue ese dinero, quién se lo quedó y qué se hizo para lavarlo.
Eso implica cambios en las áreas de justicia y en el SAT como ya los hubo en la UIF y el CNI. Implica no sólo seguir descabezando a los grupos criminales, como se ha hecho y bien, sino también golpear a sus cómplices y patrocinadores en el poder.
Es verdad, pocas cosas vulneran más la soberanía que la corrupción, y ésta es una forma de traición. La corrupción y la traición son las que la presidenta Sheinbaum debe erradicar de su movimiento. Porque hoy, y desde hace años, no anidan en los opositores neoliberales, sino en los funcionarios que han dejado frustración y desencanto entre sus propios militantes.
Juegos de poder
Una tontería más de la 4T
Varios estudios sugieren que el vapor emitido por los vapeadores contiene menos sustancias tóxicas en comparación con el humo del tabaco.
Leo Zuckermann
Excelsior
Conozco gente que vapea. Ninguno ha dejado de hacerlo desde que, en enero pasado, se prohibió “toda actividad relacionada con cigarrillos electrónicos, vapeadores y demás sistemas o dispositivos análogos que señale la ley” en la Constitución.
Tampoco creo que ninguno dejará de vapear ahora que el Congreso apruebe una iniciativa de reforma a la Ley General de Salud que legislará la prohibición constitucional. La iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum contempla sanciones de uno a ocho años de prisión y multas de hasta 226 mil pesos para quienes produzcan, distribuyan o comercialicen vapeadores y cigarrillos electrónicos.
¡Cómo pierde nuestro país tiempo, dinero y energía en tonterías!
Ya parece que el Estado, en su papel de papá prohibidor, logrará abatir la adicción a estos dispositivos.
Sí, como no.
Pongo la palabra “vapes” en Google y aparecen varios establecimientos comerciales que los venden en la Ciudad de México. Supongo que todos estos negocios desaparecerán ahora que el Congreso apruebe la iniciativa de *Sheinbaum.
¿Adónde irán los adictos a vapeadores y cigarros electrónicos a comprar su droga?
Pues al mercado ilegal.
El Estado le está regalando al crimen organizado un enorme negocio.
En un documento de trabajo de El Colegio de México. Jaime Sempere e Iñaki Zardain calculan el valor del mercado anual de líquidos consumidos, cartuchos de e-líquidos y cigarrillos desechables en 26 mil 316 millones de pesos para 2024.
En lugar de ponerle un impuesto a estos productos (los autores citados calculan que el gobierno federal podría recaudar entre cinco y siete mil millones de pesos al año) y utilizar este dinero para campañas de educación y salud pública orientadas a combatir su adicción, la 4T demuestra su gusto prohibicionista que no funcionará.
Lo que sí va a funcionar es la corrupción que traerá dicha prohibición.Las policías ya se están frotando las manos con esta nueva ley.
Yo quiero ver a cuántas personas multan o meten a la cárcel por la producción, distribución y comercialización de vapeadores. El crimen organizado les dará su tajada a las autoridades para proveer estos productos en el mercado negro.
No faltarán, además, los policías codiciosos que detendrán a chavos ingenuos que anden vapeando, los amenacen con llevarlos a la cárcel y les acaben sacando una lanita para evitarlo. Se abre, así, una enorme ventana de oportunidad en el reparto de las ganancias de este mercado para policías y políticos que protejan a los delincuentes que dominen este negocio.
Amén que, sin regulación del Estado, quién sabe cuál será la calidad de los productos que se vendan en el mercado ilegal, lo cual incrementa el riesgo sanitario de que lo mezclen con otro tipo de drogas más dañinas que la nicotina.
Todo esto en un país que todavía tiene que resolver sus altos índices de homicidios dolosos, extorsiones, secuestros y robos. Ya parece que la policía tiene espacio en México para ahora dedicarse a perseguir la venta de vapeadores.
Es una tontería.
Tontería magnificada porque el Estado está prohibiendo y sancionando los vapeadores, pero no los cigarrillos tradicionales. Francamente no lo entiendo.
Hay un debate entre los expertos en salud pública de qué es más dañino, si vapear nicotina o fumar un cigarrillo de tabaco.
El líquido de los vapeadores contiene nicotina, que es adictiva y tiene efectos adversos en la salud, como aumentar la presión arterial y el desarrollo cerebral en adolescentes. Por su parte, los cigarrillos convencionales producen humo que contiene más de siete mil sustancias químicas, muchas de las cuales son tóxicas y carcinógenas. Esto incluye alquitrán, monóxido de carbono, nicotina y una variedad de compuestos nocivos.
Está comprobado empíricamente que fumar cigarrillos está relacionado con una serie de enfermedades graves, incluyendo cáncer de pulmón, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, padecimientos cardiovasculares y otras condiciones de salud.
Varios estudios sugieren que el vapor emitido por los vapeadores contiene menos sustancias tóxicas en comparación con el humo del tabaco. Sin embargo, no está exento de riesgos para la salud. Todavía no los conocemos a cabalidad porque los vapeadores son relativamente nuevos en el mercado.
El debate entre qué es más dañino, si los vapeadores o los cigarros tradicionales, continuará. Lo que no está a debate es lo mucho que perjudican los segundos.
¿Por qué prohibir unos y no otros?
Porque esta “genialidad” se le ocurrió al líder fundador de Morena, es decir, a López Obrador. Y, como tantas ocurrencias del tabasqueño, los morenistas se abocaron a hacerla realidad.
En esas tonterías andamos, cuando hay tantos problemas que resolver en México.
Nadando entre tiburones
Que se oiga bien, que se oiga lejos
Víctor Beltri
Excelsior
“Nuestro país transita por un camino de justicia social, de dignidad y de garantía de derechos sociales, libertad, democracia y soberanía”, afirmó la presidenta Sheinbaum en la celebración de su primer año de gobierno. El Zócalo estaba a reventar, y sabía que todos los reflectores estaban puestos sobre su persona.
“No es un logro menor ni pasajero” continuó mientras preparaba el terreno para la definición de lo que sin duda será el resto de su mandato. “Es el fruto de décadas de lucha pacífica, de organización, de resistencia. Y es también la herencia de un hombre honesto y profundamente comprometido con su pueblo, el presidente Andrés Manuel López Obrador”.
El pueblo bueno respondió con vítores a la mención del Caudillo. El aparato oficial ha convertido al exmandatario en un símbolo: un tótem capaz de resguardar incluso las políticas públicas opuestas a las de su administración, siempre y cuando se hagan en su nombre. “Se han empeñado en separarnos, en que rompamos”, aseguró la Presidenta en alusión a los adversarios habituales.
“Pero eso no va a ocurrir porque compartimos valores, honestidad, justicia y amor al pueblo de México”. “Porque compartimos proyecto, el humanismo mexicano”, continuó tras una breve pausa. “Y porque no llegamos al gobierno sólo para administrar, llegamos para seguir transformando la nación para el bienestar del pueblo. Andrés Manuel López Obrador fue, es y será siempre un ejemplo de honradez, de austeridad y de profundo amor al pueblo”. El clamor, otra vez, fue instantáneo.
“Que se oiga bien, que se oiga lejos”. Los invitados de confianza la escucharon bien, desde la primera fila; tras la valla, un poco más lejos, quienes dejaron de contar con ella tras haber desdeñado a la titular del Ejecutivo por tomarse una foto con el delfín del Macuspana. El poder en México reside en una sola persona, y no se comparte nunca: “No llegamos al gobierno sólo para administrar, llegamos para seguir transformando”, dejó claro desde un principio la mandataria.
“En este México nuevo la honestidad no es la excepción, es la regla”, resonaron las palabras de la presidenta en la Plaza de la Constitución; “y quien traiciona al pueblo, quien robe al pueblo enfrenta la justicia”, timbró en los oídos de quienes sufrieron un verano de pesadilla tras haberse ventilado sus excesos y corruptelas en medios y redes sociales. “El poder no es para enriquecerse, es para servir con humildad”, escucharon Adán Augusto y el tal Andy desde un segundo plano cuya distancia los hacía más notorios todavía; “se prohíbe dejar como herencia un puesto de elección, no al nepotismo’, fueron las palabras que parecían destinadas a ser escuchadas en Zacatecas y Guerrero.
El discurso continuó por los senderos habituales, tocando los lugares comunes que –a final de cuentas— se repiten cada día en las conferencias mañaneras sin la necesidad puntual de celebrar aniversario alguno. Soberanía, Poder Judicial, cifras triunfalistas que pretenden demostrar la reducción de la violencia sin tomar en cuenta el evidente y documentado incremento exponencial de las personas desaparecidas.
El mensaje político ya había sido enviado, sin embargo: desde sus formas, hasta su contenido, lo que la Presidenta comunicó —con un evento diseñado a la más vieja usanza corporativa priista— es un poder político mayor al que sus propios adversarios externos, y sobre todo internos, habían calculado que tendría después de un año de gobierno. Un poder que, sobre todo quienes han pasado, en unos meses, de sentarse en la primera fila a la ignominia de escucharla detrás de las vallas, ahora saben que está dispuesta a utilizar sin titubeos.
El día de ayer, sin duda alguna, comenzó por fin el sexenio de Claudia Sheinbaum. Y sin necesidad de rompimiento alguno.
Astillero
Claudia en un Zócalo compartido // Charrismo; también apoyo genuino // Invocar a AMLO; relegar a Adán // ¿Y los mexicanos en Israel?
Julio Hernández López
La Jornada
Zócalo lleno, con notable presencia de estructuras corporativas: el charrismo del SNTE, ahora significativamente pintado de guinda; la “CTM-4T”, llamada Catem, del indefendible empresario y diputado monrealista Pedro Haces; la corruptísima herencia sindical petrolera de Carlos Romero Deschamps, ahora encabezada por Ricardo Aldana. Hartos autobuses, contingentes, banderolas, pitidos de locomotora (¿el gánster Víctor Flores, cacique de lo que fue el sindicato ferrocarrilero, ya “redimido”?), pero, por encima de todo, una concurrencia importante de personas de a pie, con asistencia individual convencida y esperanzada; la base social de la Cuarta Transformación que sigue fielmente empujando para sostener el proceso de cambio esperado.
Retórica sin destinatarios expresos pero fácilmente identificables. No más un sistema judicial de amparos (refugio de evasores) que sirva a empresarios mala paga, se apelliden o no Salinas Pliego, para prolongar indefinidamente el cumplimiento de obligaciones fiscales; la reiteración de que quien robe y traicione al pueblo enfrentará a la justicia, sin que se hubieran pronunciado los nombres de Adán Augusto o de vicealmirantes de tío hasta ahora intocado; la insistencia en que México no se doblegará ante presiones extranjeras, sin mencionar a Donald Trump, y que la política de construcción de la paz se decide soberanamente en México, sin señalar a la DEA, el Pentágono, la Casa Blanca o instancias intervencionistas similares.
La bandera de la unidad 4T por delante, la invocación de Andrés Manuel López Obrador, la promesa de no romper y el argumento de que es la oposición la que impulsa la idea de un distanciamiento respecto a Palenque, en tanto que Adán Augusto López Hernández y otros quienes un año atrás habían estado de espaldas, desatentos, cuando la presidenta pasaba caminando, ahora eran enviados a segunda fila, valla de por medio, sin cuando menos un saludo presidencial a la distancia.
Informe en la capital del país (con discurso empalagoso y olvidable de Clara Brugada) que cerró la gira nacional dedicada a difundir el informe oficial presentado al iniciar septiembre ante el Congreso.
Cifras, estadísticas, enumeración de logros alcanzados y de proyectos en curso. Punto relevante el relacionado con la disminución de ciertos grados de pobreza y de la desigualdad económica y social. Ninguna referencia a los mexicanos secuestrados por Israel ni al genocidio en Gaza. Cierre discursivo de emotivo compromiso absoluto con las causas que llevaron al movimiento guinda al poder, ante otro Zócalo lleno, aunque a saber si con los mismos contenidos.
La organización legal Adalah (que defiende los derechos humanos en Israel y, en particular, los de la minoría árabe palestina en este país) dio a conocer mediante un comunicado dominical, ya que representa a la mayoría de los integrantes de la Global Sumud Flotilla, detenidos ilegalmente, que tuvo testimonios de maltratos: “manos atadas durante horas, obligados a sentarse o arrodillarse bajo el sol, exposición a patadas, palizas y abusos verbales con connotaciones racistas”. El diario de ese país, Haaretz, que a su vez revisó 288 protocolos judiciales relacionados con los detenidos, encontró denuncias similares (https://goo.su/dACYR).
Tales denuncias, entre las cuales destaca la correspondiente al ensañamiento contra Greta Thunberg, la figura más conocida de esa flotilla, deberían provocar reacciones de los países a los que pertenecen los agraviados, en demanda de freno a las violaciones a los derechos humanos y rápida extradición. En ese conjunto de detenidos hay ciudadanos mexicanos por los cuales el gobierno claudista debería abogar más allá de las rutinas, aplicándose a la exigencia de esclarecimiento de las condiciones en que se encuentran y de su rápida devolución a México.
