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Mensaje directo
Trump, el vecino incómodo
El gobierno de EU involucra a sus agencias, como la DEA y FBI, y ofrece protección a cambio de información.
Fabiola Guarneros Saavedra
Excelsior
¿Esa persona incómoda vive junto a nosotros, escucha y ve todo lo que sucede en nuestra casa y vecindario. A veces opina, otras calla por conveniencia y en algunas ocasiones lo difunde sin pudor.
Así es Donald Trump, el presidente de Estados Unidos. Y en los días recientes nos demostró que su gobierno tiene demasiada información sobre nuestros problemas y sabe que no podemos solucionarlos y que estamos atrapados entre la corrupción y la impunidad.
EU es el vecino que, entre habladurías, reveló lo que no queríamos asumir y mucho menos atender y parar: crecimiento del crimen organizado, violencia imparable, disputa entre cárteles de monopolios que arrebató al Estado, como el cobro por “derecho de piso”, retenes, patrullajes clandestinos, y toques de queda en algunos lugares de Sinaloa, por ejemplo. Y lo peor, la penetración de esos grupos criminales en nuestra imperfecta e inacabada democracia.
Hoy los narcotraficantes ponen o quitan (asesinan) a candidatos, deciden donde se instalan las casillas y quienes pueden votar.
Trump es el entrometido que hace justicia en su casa, porque en México las autoridades voltean siempre para otro lado y patean el problema de la delincuencia sexenio tras sexenio, como si fuera carrera de relevos, pero sin meta.
El gobierno de Estados Unidos, con su tecnología e informantes infiltrados (y no es serie ni ficción) captura a los delincuentes, procesa a líderes del narcotráfico en sus cortes, involucra a sus agencias, como la DEA y el FBI, y ofrece protección a cambio de información que revele lo que todos sabemos: que la corrupción y omisión de las autoridades de los tres niveles de gobierno crearon un pacto de impunidad.
Es el vecino que a cambio de información pacta, diseña y pone la logística para las traiciones entre criminales de un mismo bando, como la captura de El Mayo, o recibe y otorga protección y residencia a familiares de los Guzmán.
Es el residente de la casa millonaria de junto que nos recuerda todo el tiempo que tenemos un acuerdo comercial clave para nuestra economía; que nos amenaza constantemente con la aplicación de aranceles y que nos recuerda nuestra angustiante dependencia económica porque le apostamos al comercio regional.
Si tan sólo hubiéramos aprovechado esa balanza comercial para fortalecer procesos productivos internos, al campo y a las industrias mexicanas y abrir mercados fuertes en Europa y Asia…
Estados Unidos es la potencia que nos sanciona por nuestras omisiones: robo de combustible (huachicoleo), pesca ilegal, gusano barrenador… y el colmo, le chocamos su puente de Brooklyn. ¿Con qué cara?
Trump es el vecino incómodo que sabe de nuestros cadáveres en el clóset y ahora nos amaga o extorsiona con aranceles o impuestos a remesas, nos asusta con acusaciones y acciones por “narcoterroristas”, que cancela visas, nos detiene las exportaciones de ganado y que pretende doblegarnos, claro, si nos dejamos.
Hagamos más que pedir explicaciones a Estados Unidos, o ¿usted le pregunta a su vecino por qué es tan entrometido? Resolvamos los problemas de delincuencia, impunidad y corrupción que tenemos aquí en casa, no heredemos el problema.
Número cero
Huachicol fiscal y ajedrez político
José Buendía Hegewisch
Excelsior
El contrabando de combustible es como esos espectros malvados que promueven la corrupción y la malicia hasta revelarse el estratosférico daño autoinfligido a las arcas del Estado. El negocio ilegal crece en las fronteras y coloca a Claudia Sheinbaum en aprietos, por su inocultable relación con Pemex y sus ramificaciones a la política en alianzas inaceptables, como las que denuncia Trump. Por el daño a sus haciendas y la fuga de recursos al crimen, el huachicol fiscal se ha convertido en prioridad común de Sheinbaum y Trump dentro de la persecución más amplia de los cárteles de droga. Sería suicida no compartir ese objetivo de seguridad, de entrada, por el hoyo al erario, y en segunda, por el financiamiento del crimen a la política; aunque destapar la cloaca deje un reguero de salpicaduras y amenace en particular a varios políticos y gobernadores de Morena.
Pero el caso es que Trump y Sheinbaum pactan contra el mismo enemigo, incluso a pesar de implicaciones y amenazas veladas a la narcopolítica con la supuesta elaboración del gobierno de EU de una lista “negra” de restricciones diplomáticas a líderes partidistas, gobernadores y del gobierno de López Obrador; y sin dejar de lado la espinosa relación bilateral en seguridad por las pretensiones de intervención militar estadunidense, que sólo conseguiría exacerbar la violencia.
El llamado huachicol fiscal es una modalidad de contrabando de gasolina a gran escala diferente al robo de combustible en los ductos, que combatió López Obrador al llegar al gobierno y declaró extinto tras una espectacular cruzada. Si bien no es ni nuevo ni ido, la dimensión de su espectro se ha extendido y evolucionado en una operación muy compleja y de alta tecnología, sin la cual no podría entenderse el paso fantasmal de buques con millones de litros de combustible a ambos lados de la frontera. La intercepción de embarcaciones a últimas fechas en Baja California y Tamaulipas con más de 18 millones de litros de gasolina son un pálido reflejo de las redes que protegen la importación con registros falsificados para ahorrarse impuestos, manejo, almacenamiento y distribución. La nueva modalidad exige involucrar a responsables de aduanas, agentes de seguridad civiles y militares, empresas trasnacionales y Pemex; y esto es aún más claro con “golpes” sin casi detenciones, que se pierden detrás del fantasma del narco en las amplias coberturas mediáticas en EU y México.
Incluso, de cargamentos asegurados que desaparecen, como recientemente sucedió a la Marina con uno de 10 millones de litros de gasolina, lo cual refuerza la narrativa de Trump sobre la capacidad “todopoderosa” del narco. La evolución del negocio se asocia al empresario tamaulipeco Sergio Carmona, El Rey del Huachicol, que armó una infraestructura de pipas y camiones para el contrabando de gasolina y su aparente relación con políticos de Morena. Carmona fue ejecutado en 2021 en Monterrey cuando al parecer comenzaba a hablar con la DEA, mientras que su hermano Julio, exresponsable de la aduana de Reynosa, huyó a EU; a partir de ahí se desveló una red de cuentas secretas en paraísos fiscales que, según una investigación de Código Magenta, estarían destinadas a apoyar elecciones de candidatos de Morena.
La prioridad contra el huachicol para EU es clara: evitar el saqueo de sus arcas y cortar el dinero a los cárteles; sus capos están en la red de “narcoterroristas”, como prueba está la declaración de dos de ellos como los primeros clasificados en esa denominación; y también con ese mensaje se interpreta el retiro de la visa a la gobernadora de Baja California. Pero la presión puede ser una oportunidad para Sheinbaum, si no es que no forma parte ya de un acuerdo de respaldo con Trump para enfrentar la inestabilidad y resistencias de los afectados del negocio dentro y fuera de su partido.
Por lo pronto, desde la Secretaría Anticorrupción, Raquel Buenrostro declara ir con todo contra el huachicol e indagar su operación en Pemex, en un momento delicado financieramente en la paraestatal. Precisamente por eso, Sheinbaum no puede permitirse un harakiri que se llega a estimar en 100 mil mdp al año por el desentrañamiento del cuchillo afilado de las redes del huachicol, y menos que estos recursos vayan a políticos que los usen para imponérsele o fortalezcan al narco.
No es el infortunio
No son pocos los que se pasean en plena campaña electoral, como si impartir justicia se tratara de un simple ejercicio de popularidad.
Carlos Carranza
Excelsior
Los días trascurren con un aire de desasosiego y se experimenta una cierta sensación de que se vive bajo una suerte de locura cada vez mayor, que rompe los límites de todo juicio y sensatez.
Pareciera que todo se encuentra sujeto al capricho de la barbarie cuando las noticias que nos rodean apuntan a un elemento común que termina por ser una explicación de nosotras y nosotros mismos como sociedad: la violencia gravita a nuestro alrededor mientras los gobiernos –federal y estatal– se envuelven en los ropajes de la impunidad cuyos hilos conforman el entramado de la corrupción y la simulación.
Y, sin quedar fuera de esta ecuación, también se vive como una sociedad que aclama y celebra los nefandos ropajes del emperador o, simplemente, observa impávida la indolencia de quienes se pasean por las calles de la desgracia. Vaya nudo en el que nos encontramos.
Cualquiera podría pensar que las soluciones, las alternativas para que la actual realidad del país cambie drásticamente serían responsabilidad de quienes pretender gobernar y a quienes reciben más que un peso por ejercer las funciones que les fueron conferidas –todo parece reducirse a simplones discursos de campaña y su perniciosa retórica de promesas–. Sin embargo, sabemos que el poder y la ambición no suelen amalgamarse con aquello que se requiere para que nuestro país salga de este callejón en el que imperan los signos de la barbarie –inclusive, se puede entender que justamente ese desconcierto sea el combustible que les brinde la posibilidad de actuar con total impunidad–.
Cualquiera llegaría a la conclusión de que uno de los principales factores en estas posibles soluciones radicaría en todo aquello que implica la palabra justicia. Y, luego de escribirla o leerla, es momento de respirar profundamente, pues el nudo parece apretarse aún más en nuestras manos; en el callejón que transitamos las cosas no parecen ser muy halagadoras.
Estamos a unos cuantos días de otra clara muestra de los procesos irracionales y absurdos a los que nos han acostumbrado los dos últimos gobiernos, la famosa elección que es resultado de una pretendida reforma judicial que, evidentemente, no toca a ninguna fiscalía ni con la respiración.
Lo que resulta inaudito es observar que todo parece tan normal y poco importante cuando se ha evidenciado que, en la boleta avalada por quienes son responsables directos de esta elección, aparecen personajes que han estado ligados, de una manera u otra, al crimen organizado o han sido el centro de atención de investigaciones que hablan directamente de su calidad moral y ética.
Y no son pocos los que se pasean en plena campaña electoral, como si impartir justicia se tratara de un simple ejercicio de popularidad –bueno, también se entiende que la única respuesta de los gobiernos de la llamada Cuarta Transformación a todos los problemas suele ser, precisamente, un supuesto índice de popularidad–.
Lo que sorprende es el cinismo con el que, repentinamente, no existen responsables de este peligroso desaguisado: ante los cuestionamientos todos se lavan las manos, se señalan, se retan, “nadan de muertito” como suele decirse.
Nadie duda que en esa boleta aparezcan nombres cuya carrera y formación académica avalen su postulación; sin embargo, en este país suelen pesar más los hilos invisibles que zurcen esos ropajes de la corrupción y la impunidad. ¿En dónde anda el INE? ¿Y el TEPJF? ¿Los poderes Legislativo y Ejecutivo? En efecto, jugando su propio papel en esta tragicomedia, avalando el peligro de que en estas elecciones la suerte del país se juegue a los dados y en un proceso sombrío.
No es mala suerte, ni producto del infortunio que esto suceda con el Poder Judicial y la búsqueda de la justicia cuando la barbarie termina por sentar su reino en nuestro país.
Siempre es bueno recordar a Shakespeare, fino y meticuloso observador del poder que, en voz de Iago –terrible personaje de Otelo, el moro de Venecia– dice: “(…) Porque, señor, tan verdad como sois Rodrigo, que, a ser yo el moro, no quisiera ser Iago. Al servirlo, soy yo quien me sirvo.
El cielo me es testigo; no tengo al moro ni respeto ni obediencia; pero se lo aparento así para llegar a mis fines particulares…”. Habrá que analizar, en las líneas del silencio oficialista, quién juega el papel más servil en el escenario de unos personajes que creen que apagan el fuego silenciando una canción.
O maquillando estadísticas. O envolviéndose en el patrioterismo más elemental que deja tras los telones aquello que puede hacer cenizas al teatro mismo. Y eso no es cuestión de la mala fortuna ni una pésima coincidencia en el tiempo.
Pepe Mujica y su reivindicación de la política como voluntad humana
Rolando Cordera Campos
La Jornada
¿Es concebible un político que pasa 12 años de su vida recluido en una mazmorra infrahumana por ser militante de la guerrilla tupamara y puede mirar sin odios ni rencores? Sí, si pensamos en Pepe Mujica.
¿Es concebible un político que, contra el devastador desfondamiento de la vida comunitaria, mantiene y da vigor a su apuesta por el respeto, la política y la palabra? Sí, si pensamos en Pepe Mujica.
Un hombre sabio y cabal se ha dicho, que no se engañaba a sí mismo ni descalificaba al adversario con cargo a su indiscutible autoridad histórica. Asumía que, sin ser perfecta, la democracia era el único camino civilizado, capaz de construir y reconstruir sociedades enteras, como ocurrió con su patria.
Como lo recuerda la ex presidenta chilena Michelle Bachelet en un discurso ante jóvenes brasileños: La democracia está llena de defectos porque son nuestros humanos defectos, pero hasta hoy no hemos encontrado nada mejor. Por lo tanto, es fácil perderla y es difícil volverla a ganar. Tienen que cuidarla. (El País, 14/5/24).
Hombre justo y cabal. Preocupado y ocupado por y en el hombre, la justicia social, el medio ambiente. Infatigable luchador social, humanista en cuerpo y alma, filósofo estoico consecuente hasta el final. Salido de la arbitraria y cruel prisión, abrazó con profunda convicción y envidiable destreza la necesidad de tejer acuerdos, establecer puentes que duraran.
Mirada amplia y severa, generosa y escasa que, esa sí, convertida en virtud pública y política, como lo han conseguido los uruguayos con Pepe a la cabeza, buena falta nos hace. Su ausencia se nos presenta a diario como lección dolorosa a medida que la política democrática se nos va como agua entre las manos. En aras de no sabemos qué razón histórica se aplasta la deliberación entre distintos e iguales y se impone el eco maldito de la negación y el silencio como vehículos únicos del quehacer en la política y el Estado.
Descanse en paz el gran hombre de palabras, entendimiento y paz. Que sus paisanos lo lloren y sus pares lo honren. Y que el mundo se comprometa con su memoria y haga lo necesario para salvarse como humanidad y natura. Como lo quería este Gran Viejo.
Hablaremos más adelante del Plan Nacional de Desarrollo, recientemente aprobado en ignominioso fast track por una mayoría seducida por el poder y sus oropeles. Y de sus funestas consecuencias políticas, si es que los mandatarios se empeñan en el autoengaño y repiten que en sus decisiones siguen sus mandatos.
Fumata blanca, Papa negro
Jorge Durand
La Jornada
Cuando vi la cara del papa León XIV en el balcón del Vaticano, me vino a la mente una sospecha, que era moreno, pero al saber que era de Chicago, no podía ser otra cosa que negro.
Efectivamente, el New York Times, afirma que el papa León es descendiente de Creole, técnicamente “ people of color”. Sus abuelos son descritos en varios documentos oficiales como megros o de raza mixta. En nuestros términos, el Papa sería mulato, moreno o mestizo; en los términos del país vecino, negro.
Más aún, el abuelo se llamaba Joseph Martínez y la abuela Louise Baquié, de apellido de origen francés de Nueva Orleans y la madre del Papa se llama Mildred Martínez. Al parecer también hay orígenes dominicanos o haitianos.
La regla de oro de la clasificación racial, en Estados Unidos, es, y sigue siendo, la de una de gota de sangre negra, es negro. No importa que tenga 50 por ciento de blanco, como el ex presidente Obama. Aunque ahora, en el caso de León XIV, propiamente sería de raza mixta.
Propiamente su nombre completo es: Robert Francis Prevost Martínez, lo que le añade a su ADN, un toque adicional de latinidad, que se suma a las décadas vividas y sufridas en Perú, como sacerdote y luego Obispo de Chiclayo.
Tener, saber y reconocer que León XIV es a un Papa mulato y latino, nos representa culturalmente a toda América continental, la tierra del más profundo y rico mestizaje, que incluye a mil millones de personas, culturalmente cristianas, racialmente mestizas y nacidas en suelo continental americano.
El Papa León XIV confronta como persona, con su propia corporeidad, al supremacismo blanco de Trump y sus secuaces. La narrativa actual se ha centrado en si es progresista o tradicional; de hecho, algunos lo calificaron como el caballo negro que podía ser papable.
Pero en realidad es un papa negro, que no tiene nada de WASP, de blanco, sajón y protestante y tiene todo, de lo que sería la MESCLA: MEStizo, Católico, LAtinoamericano. Su segundo apellido de Martínez, precisamente le da el estatus de origen migrante, de hispano-latino en Estados Unidos.
Steve Banon, uno de los intelectuales orgánicos de la ultraderecha de Estados Unidos y del gobierno de Trump, se lamentó de que el papa León XIV fuera del ala progresista. La Iglesia católica en Estados Unidos tiene una fuerza institucional, social, política y económica muy relevante en ese país. Los protestantes o cristianos están totalmente fragmentados en múltiples denominaciones y no forman un bloque tan compacto como la Iglesia católica, de ahí su fuerza y poder.
No obstante, los obispos católicos de Estados Unidos no tienen una posición homogénea con respecto a varios problemas sociales, donde la posición de la Iglesia es relevante, entre ellos la migración y las políticas represivas de Trump. Al respecto, el papa Francisco fue muy claro y enfático, en una carta dirigida a los obispos, en la que los instaba a definirse en contra de las políticas represivas de Trump, que tienen un tinte claramente racista, discriminativo y de falta de respeto a los derechos humanos.
La raza y el racismo juegan un papel muy relevante en Estados Unidos y la narrativa actual anti woke ha emprendido una lucha cultural en contra de la diversidad racial, cultural, lingüística y genérica. En ese sentido, que el papa León XIV hablara en español y no en inglés en su primera alocución, aporta un sentido muy claro de pertenencia, de identidad y podría intuirse cuál sería su opinión sobre el “ English Only” y otras posiciones supremacistas blancas que hoy están en boga.
Que en Estados Unidos se reconozca la negritud del Papa tiene un significado, un simbolismo y un impacto político muy fuerte; que no se reconozca también, indicaría que la concepción de raza y negritud está cambiando y dando paso a un profundo mestizaje.
Como quiera, los peruanos están fascinados con León XIV, los consideran un peruano, un moreno, un cholo, que se naturalizó y vivió muchos años en el Perú y se integró de una manera muy intensa con el país, la feligresía de su diócesis y sus pares de obispos peruanos. Lo sienten como uno de los suyos y no tiene pinta de gringo. Las cávalas y los memes ya empezaron a propalarse. Dicen que le gusta la Inka Kola, el seco de cabrito, el arroz con pato y el ceviche al estilo chiclayano.
Dicen también que es fanático del Alianza Lima, el club de los pobres, de los grones, de los negros del barrio La Victoria y también ahora dicen que cuando Ratizinger era papa, ganó la copa de futbol Alemania, luego con Francisco la ganó Argentina, ahora será Estados Unidos, que juega de local, pero los peruanos afirman que, si clasifican, lo que sería un milagro de don Roberto (están en penúltimo lugar), contarán con bendición papal para ganar.
La comida y el folclore peruano llegaron al Vaticano.
