Conoce más de nosotros

Columnas Escritas

Lo que dicen los columnistas

Published

on

Twitter
Visit Us
Follow Me
You Tube
Instagram

Reforma judicial, remuneraciones de ministros/as de la SCJN

Se trata de un asunto donde hasta hace poco no había información detallada y era un tema que se mantenía fuera del radar de la opinión pública.

Ernesto Villanueva / Proceso

La iniciativa de reforma judicial del presidente López Obrador incluye el relativo a los ingresos máximos para quienes integran la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Se trata de un asunto donde hasta hace poco no había información detallada y era un tema que se mantenía fuera del radar de la opinión pública. 

Ya hace casi un año traté el tema someramente en estas páginas con los datos disponibles en aquel momento. Las cosas ahora se han convertido en parte de la agenda de la discusión pública y el tema es además de coyuntura por la probable reforma constitucional. Veamos.

Primero. El artículo 127 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece en las partes relevantes para esta entrega: “I. Se considera remuneración o retribución toda percepción en efectivo o en especie, incluyendo dietas, aguinaldos, gratificaciones, premios, recompensas, bonos, estímulos, comisiones, compensaciones y cualquier otra, con excepción de los apoyos y los gastos sujetos a comprobación que sean propios del desarrollo del trabajo y los gastos de viaje en actividades oficiales. 

“II. Ningún servidor público podrá recibir remuneración, en términos de la fracción anterior, por el desempeño de su función, empleo, cargo o comisión, mayor a la establecida para el presidente de la República en el presupuesto correspondiente”. 

Es entendible, por lo anterior, que la iniciativa de reforma constitucional en materia de remuneraciones de quienes integran la Suprema Corte de Justicia incorpore el enunciado normativo del artículo 127, fracción II de la Constitución en la redacción propuesta del nuevo artículo 94, párrafo décimo tercero, en el que se precisa que la remuneración de los juzgadores federales “no podrá ser mayor a la establecida por el presidente de la República en el Presupuesto correspondiente”. Y esta propuesta tiene, por supuesto, una razón de ser atendible, a diferencia de otros aspectos de la iniciativa de reforma que he ido abordando, donde he mostrado mis discrepancias y las razones de ello.

Segundo. La remuneración mensual de l@s Ministr@s de la SCJN total asciende a 595 mil 102 pesos con 25 centavos netos (es decir, después de impuestos) según los datos dados a conocer por la ministra Lenia Batres Guadarrama en un apreciable ejercicio de transparencia inédito en la SCJN. 

Los sueldos no sólo son altísimos como se perciben, sino que no admiten equivalente en los países considerados modélicos y altamente desarrollados. 

En efecto, en Alemania el sueldo mensual neto de un juez del Tribunal Constitucional es de aproximadamente 296 mil 160 pesos.

En Estados Unidos, el sueldo del presidente de la Suprema Corte de Justicia (quien gana un poco más que el resto de los jueces y juezas de esa Suprema Corte) neto, es decir después de impuestos es de 363 mil 728 pesos mexicanos aproximadamente por los flujos de la paridad cambiaria.

En el Reino Unido, cada juez o jueza de la Suprema Corte de Justicia en el Reino Unido tiene un sueldo neto de 349 mil pesos mexicanos también aproximados.

Las remuneraciones de México no sólo son las más altas en números absolutos, sino que si se miden por salarios mínimos mensuales resulta que en México cada ministr@ obtiene al mes 85 salarios mínimos mensuales, en Alemania nueve salarios mínimos, en Estados Unidos 15 salarios mínimos y en el Reino Unido, 11 salarios mínimos.

Tercero. Las cosas son todavía más graves si se incluye el factor de ajuste por el costo de la vida (he tomado Numbeo, pero hay otras bases de datos). Para que un juez de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos tenga el mismo poder adquisitivo que tiene en EU viviendo en México debería ganar 214 mil 500 pesos mensuales, un juez o jueza de la Corte Constitucional de Alemania, 225 mil pesos y un juzgador de la Suprema Corte de Justicia del Reino Unido, 160 mil pesos mexicanos, todos de manera aproximada. 

Sin duda, los números pueden tener algunas variaciones dependiendo de los parámetros de referencia utilizados, pero una cosa es cierta: en todos los casos va a resultar que el costo de la vida en México es sustancialmente inferior al de Alemania, Estados Unidos o el Reino Unido. Y, además, cabría preguntarse si en un país en vías de desarrollo como México un/a ministr@ de la SCJN debe tener el mismo poder adquisitivo de sus pares de Alemania, Estados Unidos o el Reino Unido o debería ser menor. 

Pero si se da por buena esa idea, ¿quién, en su sano juicio, podría considerar que tener un sueldo equivalente al de un juez de la Corte Suprema de Estados Unidos, de Alemania o del Reino Unido es oprobioso? ¿Cómo argumentar que l@s ministr@s de la SCJN son excepcionalmente preparados que se justifica que deban tener un ingreso en promedio superior al 100% al existente en Alemania, Estados Unidos o el Reino Unido? ¿Alguien en verdad podría sustentar que los jueces y juezas de los máximos tribunales en Alemania, Estados y el Reino Unido son menos preparados, capaces y probos como para tener un ingreso sustancialmente menor que el de los mexicanos? 

– – –

Arsenal

El mundo nos envidia

Francisco Garfias / Excelsior

En 17 minutos, Claudia Sheinbaum sintetizó lo que espera de la mayoría oficialista en el Congreso: no dar marcha atrás en la Cuarta Transformación.

Era el primer discurso pronunciado como la virtual primera presidenta de México ante legisladores electos del oficialismo, reunidos en el WTC. Diputados que la acompañarán hasta la mitad de su sexenio y senadores que, como ella, concluirán su mandato hasta el 2030.

La virtual Presidenta electa habló de las reformas constitucionales y legales que tienen su respaldo.

Deliberadamente, no mencionó la del Poder Judicial de la Federación, que es una prioridad para López Obrador y una pesadilla para los 1,695 juzgadores que serán cesados cuando la reforma se haga ley.

¿Una forma de reflejar su desacuerdo con esta reforma calificada, técnicamente, como “golpe de Estado” por la magistrada Paula María García Villegas, hija de la senadora Olga Sánchez Cordero? Es pregunta.

* Antes de terminar su discurso, Sheinbaum pidió a los legisladores electos ponerse de pie y repetir el precepto guía de los morenos y sus aliados: “No mentir, no robar, no traicionar” al pueblo de México.

Los legisladores que serán mayoría en la próxima legislatura obedecieron. Ya de pie repitieron a coro estos tres mandamientos de la 4T, que no se cumplieron cabalmente durante el mandato de López Obrador, sobre todo en lo que se refiere a no mentir.

En el inmenso salón del WTC estaba la cúpula oficialista. Sólo faltaba el guía moral, aunque su nombre estuvo en el discurso y en boca de los legisladores electos: ¡Es un honor estar con Obrador!

Mario Delgado, presidente del guinda, y Citlalli Hernández, secretaria general, flanqueaban a la virtual Presidenta electa. En tribuna, también las otrora corcholatas, Ricardo Monreal, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López Hernández, Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco.

Los presidentes del PT, Alberto Anaya, y del PVEM, Karen Castrejón, completaba la imagen de unidad. Todos bajo un icónico letrero: “Mayoría del Pueblo”.

“No dejar a nadie solo, no dejar a nadie atrás”, fue una de las frases afortunadas de Claudia Sheinbaum.

Lo demás es como un estribillo: en México hay menos desigualdad, menos pobreza, menos desempleo. Somos, dijo, la 12ª economía del mundo, el principal socio comercial de Estados Unidos. El peso es una de las monedas más sólidas.

“El humanismo mexicano —dijo— ha demostrado que se puede construir un país más justo, democrático, con un principio básico: la prosperidad, que debe ser compartida o no será o, dicho de otra forma, por el bien de todos, primero los pobres”. El mundo nos envidia.

* Margaret Satterthwaite, relatora especial de la ONU, manifestó su preocupación sobre la independencia de ministros, magistrados y jueces en México, y el maltrato del que son objeto por parte de López Obrador, de los legisladores oficialistas y de la FGR. “Han agredido verbalmente y amenazado a jueces que emiten resoluciones con las cuales estarían, aparentemente, en desacuerdo”, dice la relatora de la ONU.

El documento de Satterthwaite es del 16 de abril pasado, pero López Obrador ni se inmutó. Ya no sólo los ataca. Los quiere desaparecer. En la mañanera de ayer volvió a la carga:

“Se necesita una reforma en el Poder Judicial porque hay mucho influyentismo, corrupción, nepotismo, muchos vicios, y se deja en libertad a delincuentes de cuello blanco y de la llamada delincuencia organizada si hay dinero de por medio, si tienen buenos abogados.

“Esto debe leerse de abogados influyentes, no necesariamente que sean buenos juristas, sino que tienen buenas agarraderas o son duchos en el tráfico de influencias. Eso lo sabe la mayoría del pueblo”. Ni cómo ayudarlo, dirían en mi pueblo.

* Muy graves las acusaciones que hace Juan José Rodríguez Prats, exsenador, tres veces diputado federal, a Marko Cortés.

Hablamos con él vía teléfono celular. Nos dijo que hace trece años, cuando era delegado del PAN en Michoacán, denunció en los órganos correspondientes que el actual jefe nacional del PAN es un mercenario.

“Me confesó haber recibido dinero con la promesa de hacer negocios con el gobierno. Su argumento es espeluznante: todos lo hacen”, dijo el veterano panista.

Se preguntó: “¿Por qué una gente así llega a cargos de responsabilidad política?” Él mismo respondió:

“Ante una amenaza similar, los panistas no deberíamos permitirlo. La condescendencia con la deshonestidad ha sido el origen de nuestros males”.

Rodríguez Prats fue candidato del azul al Congreso local de Tabasco en las pasadas elecciones del 2 de junio. Morena le pasó por encima. Él mismo nos dice que el PAN perdió el registro en el estado que dio vida a López Obrador. Hizo notar que la composición del Congreso local no permitirá la deliberación.

La alianza Morena, PVEM y PT obtuvo 27 diputados; el PRD, cuatro; MC, 3; el PRI, uno, y el PAN, ninguno.

– – –

Nudo gordiano

La tremenda mayoría

Yuriria Sierra / Excelsior

La contundente victoria de la coalición Morena-PT-PVEM en las recientes elecciones ha dejado un panorama político sin precedentes en México. La impactante mayoría obtenida, tanto en las cámaras legislativas federales como en los congresos locales, y que fue materialmente evidente en el encuentro sostenido ayer con la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, abre un abanico de oportunidades, pero también conlleva enormes responsabilidades y riesgos para un partido que se ha convertido, prácticamente, en hegemónico en un país con los complejos problemas que enfrenta México.

Por un lado, esta mayoría brinda a Morena y sus aliados un poder inmenso para impulsar su agenda de transformación y llevar a cabo cambios profundos en el país. Con un control casi total del Poder Legislativo, la coalición tendrá la capacidad de aprobar leyes y reformas de manera expedita, sin enfrentar mayores obstáculos de la oposición. Esto podría permitirles avanzar en temas clave, como la lucha contra la corrupción, la reducción de la desigualdad, la mejora de los servicios públicos y la atención a los grupos más vulnerables.

Sin embargo, esta concentración de poder también conlleva una enorme responsabilidad. Morena y sus aliados deberán demostrar que son capaces de ejercer este poder con prudencia, transparencia y en beneficio de todos los mexicanos. La tentación de abusar de esta mayoría para imponer una agenda unilateral o para silenciar a la oposición podría ser grande, pero caer en ella sería un grave error que socavaría la legitimidad del gobierno y la confianza de la ciudadanía.

Además, el hecho de convertirse en un partido casi hegemónico en un país con los problemas que enfrenta México también implica riesgos significativos. La falta de contrapesos efectivos y de una oposición sólida podría derivar en una maquinaria más cerrada, menos receptiva a la crítica y menos dispuesta a corregir sus errores. Y eso por no tocar el tema del debate y la construcción de consensos. Asimismo, la concentración del poder en un solo partido podría generar un ambiente propicio para la corrupción y el clientelismo, dos males que han lastrado históricamente al país y que Morena ha prometido combatir.

Para evitar estos riesgos, será fundamental que Morena y sus aliados se comprometan con la transparencia, la rendición de cuentas y el diálogo con todas las fuerzas políticas y sociales del país. La virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, tendrá un papel clave en este sentido, pues deberá ejercer un liderazgo incluyente y conciliador, que busque construir consensos y que evite la polarización y la confrontación estéril.

Asimismo, será crucial que la coalición gobernante se enfoque en atender los problemas más apremiantes del país, como la inseguridad, la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades. La mayoría legislativa debe ser utilizada para impulsar políticas públicas efectivas y basadas en evidencia, que tengan un impacto real en la vida de los mexicanos. De lo contrario, se corre el riesgo de que esta mayoría se convierta en un fin en sí mismo en lugar de un medio para transformar el país.

La impactante mayoría obtenida por Morena y sus aliados representa una enorme oportunidad para transformar a México, pero también conlleva grandes responsabilidades y riesgos. De cómo se ejerza este poder dependerá en gran medida el éxito o fracaso del próximo gobierno. Si Morena y la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, logran ejercer un liderazgo responsable, incluyente y enfocado en resolver los problemas del país, esta mayoría podría ser un parteaguas en la historia de México. Pero si caen en los vicios del pasado y sucumben a la tentación del poder sin contrapesos, esta mayoría podría convertirse en un lastre para el país y para el gobierno mismo. La pregunta que todos debemos hacernos, ellos incluidos, es: ¿qué tanto harán con este poder inmenso que les ha dado el pueblo? ¿Qué querrán hacer con esa tremenda mayoría?

– – –

Astillero

Monreal, Adán y Ebrard: fundado recelo // Dos a las cámaras, otro al gabinete// ¿Qué gana CS con estas cesiones? // ¿De qué lado las lealtades?

Julio Hernández López / La Jornada

Aun cuando la virtual presidenta electa (VPE), Claudia Sheinbaum, incluyó a Marcelo Ebrard en la contienda por la coordinación de las cámaras, ayer todo apuntaba a que serán Ricardo Monreal Ávila y Adán Augusto López Hernández los predeterminados para encargarse del control político de San Lázaro y el Senado, respectivamente.

Según las versiones extraoficiales de las palabras de la VPE durante una reunión con los virtuales legisladores electos, que entrarán en funciones el 1º de septiembre próximo, los compromisos hechos en Morena se cumplen (ese fraseo fue mencionado específicamente por Monreal, asumiendo que será él quien lidere los trabajos en la Cámara de Diputados).

El compromiso no fue diseñado, sino aceptado por Sheinbaum, como parte del proceso que el presidente López Obrador echó a andar tres años atrás al decir: “Ahora sí que ya no hay tapados: yo soy el ‘destapador’ y mi ‘corcholata’ favorita va a ser la del pueblo, ésa es la regla. La gente va a decidir en su momento en forma libre, democrática”.

Los términos de destapador y corcholatas provienen de tiempos de Luis Echeverría Álvarez, quien hizo abrir el juego sucesorio con seis aspirantes, para desplazar al secretario de Gobernación, Mario Moya Palencia, y optar por el de Hacienda, José López Portillo. A su vez, Miguel de la Madrid organizó una pasarela de seis aspirantes, entre los que se contaba a Manuel Bartlett, secretario de Gobernación, aunque el dedo presidencial se posó finalmente en la carta preconcebida, Carlos Salinas de Gortari.

De las seis corcholatas del juego de ilusionismo elaborado por López Obrador dos son ajenas formalmente a Morena: Manuel Velasco, del Verde, y Gerardo Fernández Noroña, no afiliado, pero impulsado por el PT. De las cuatro piezas restantes, una resultó ganadora (Sheinbaum) y tres no parecen susceptibles de la entrega de una confianza política plena por parte de la ahora VPE.

Véase caso por caso: Monreal mantuvo una guerra interna desde 2018 contra la candidata a jefa del Gobierno capitalino, la cual se redobló en 2021 con la derrota guinda en varios lugares, sobre todo en la ahora alcaldía Cuauhtémoc, adjudicado en Palacio Nacional este sonoro fracaso morenista a maniobras divisionistas del zacatecano, con la aberrante Sandra Cuevas como ganadora en lo inmediato.

Marcelo Ebrard mantuvo una postura de menosprecio a Sheinbaum e incluso de impugnación formal ante órganos partidistas, atribuyendo a la ahora VPE y a miembros del equipo central de López Obrador maniobras de delictividad electoral, graves acusaciones de las que hasta ahora no se ha desdicho formalmente, ni ofrecido disculpas o explicaciones.

Adán Augusto también regateó reconocimiento claro y oportuno a Sheinbaum: ausente en ceremonias clave para la consolidación de la científica capitalina, concentrado en presionar para que en Tabasco quedara una pieza que le fuera cercana y no el distante Javier May. Con amplio historial polémico, López Hernández podría ganar a Monreal y Ebrard en cuanto a expedientes oscuros recientes, sobre todo por la cascada de recursos de origen inexplicable, o muy explicable, que sirvieron para apoyar una campaña tan ostentosa como fallida, con financistas preocupantes.

El mantenimiento de apariencias unitarias durante la campaña electoral es entendible, pero con la enorme legitimidad proveniente de las urnas, ya como virtual presidenta electa, resulta difícil precisar cuáles serían las ganancias políticas de Sheinbaum al entregar cargos importantes (sugerir a los legisladores entrantes) a Monreal y a Adán en las cámaras y, según algunas versiones, a Ebrard en el gabinete.

Los compromisos reales de los tres personajes no son con Sheinbaum, aunque ella ahora debe asumirlos en acatamiento de un viscoso compromiso aherrojante, de un jactancioso cumplimiento de palabra que los integrantes de la mencionada trinidad de beneficiarios no cumplieron a plenitud en su momento.

– – –

México, SA

Larrea, depredador // Impunidad, su sello // Apropiación ilegal

Carlos Fernández-Vega / La Jornada

Si de depredación se trata, los grandes corporativos mineros gritan ¡presente!, y en la historia de los desastres ecológicos –más los sociales y humanos– en primerísimo lugar siempre aparece Grupo México, del tóxico barón Germán Larrea, dueño de la mayor empresa del sector en nuestro país, construida y alimentada a costillas de los bienes nacionales, y mantenida impune por gobiernos anteriores, especialmente durante el régimen neoliberal, que, de todo, le dio todo.

El fundador de lo que hoy se conoce como Grupo México fue papá Larrea (Jorge, conocido por los mineros como El Azote), uno de los socios de Miguel Alemán Valdés, altamente beneficiado por él –junto con otros barones, como Raúl Baillères –aunque el boom de su empresa se dio a partir de la mexicanización de la minería en tiempos de Adolfo López Mateos, y especialmente a partir del salinato, cuando de forma por demás oscura se quedó con la Compañía Minera de Cananea –hasta entonces del Estado–, la joya del corporativo, rebautizada como Buenavista del Cobre.

En octubre de 2023, el gobierno federal denunció penalmente a Grupo México por incumplimiento en la remediación ambiental por el derrame (6 de agosto de 2014) de 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico en los ríos Bacanuchi y Sonora, que contaminó 270 kilómetros de territorio y afectó a ocho municipios con alrededor de 25 mil pobladores, en lo que fue calificado como el peor desastre ambiental de la historia de la minería en México. Y no se trató de un accidente –como quiso venderlo el corporativo– sino de negligencia de la empresa.

En esa fecha, la secretaria de Medio Ambiente, María Luisa Albores, presentó un informe sobre dicho desastre ecológico, y un elemento que subrayó fue que Grupo México, mediante el Fideicomiso Río Sonora, gastó cuatro veces más en propaganda (estrategia de comunicación, la llamó) que en cuestiones de salud de la población afectada por el derrame tóxico. Para la remediación, el gobierno peñanietista y Grupo México “establecieron un compromiso de un monto por 2 mil millones de pesos, en cuatro ministraciones de 500 millones, pero sólo hicieron dos, mil millones en total. Ellos dicen ‘ya cumplimos’, pero el ambiente sigue contaminado –agua, aire, suelos–y hay gente enferma”.

Una década después del citado desastre ecológico (vendrían más, como en el Golfo de California), la remediación se mantiene pendiente, los pobladores afectados no han sido atendidos ni resarcidos plenamente, el barón sigue tan campante y se desconoce el curso de la demanda presentada en 2023. Además, sin solución se mantienen las tres huelgas mineras (Taxco, Sombrerete y Cananea), estalladas legalmente en 2007.

Tétrica historia la de Germán Larrea –el mismo de Pasta de Conchos, con 65 mineros muertos por no gastar en medidas de seguridad para los trabajadores–, y peor aún la protección política y judicial de que ha gozado este oscuro personaje, siempre rodeado de gentuza como Claudio X. González Laporte.

Pero no queda ahí. La Jornada (Angélica Enciso) informó: Grupo México comenzó a extraer alrededor de 60 mil litros de agua al día desde hace dos meses de pozos de dos ranchos que adquirió en el acuífero del río Bacoachi, los cuales son llevados a las instalaciones de la minera Buenavista del Cobre, que ya utiliza líquido del río Sonora, mientras los habitantes de la zona se han quedado sin el recurso, afirmó Fernando Ramírez, integrante del grupo de productores por defensa del agua.

Larrea no tiene llenadera, a la par que los políticos no se cansan de agacharse ante el barón. La Jornada añade: (Ramírez) mencionó que la Comisión Nacional del Agua indicó que el río Bacoachi cuenta con 4 millones de metros cúbicos disponibles; sin embargo, Grupo México tiene concesionados 14 millones y 40 pozos; hablamos de 10 millones de metros cúbicos más de lo que dispone el sitio, de acuerdo con información que dio el organismo de Cuenca Noroeste de la dependencia. El agua se traslada en pipas que cargan y descargan las 24 horas; se han contado unas 23 unidades cada 15 minutos, por lo que para evitar la extracción del acuífero manifestantes les cerraron el paso en el cañón de Evans, del municipio de Cananea, desde hace 11 días.

Bien lo subraya la Rayuela jornalera de ayer: Minería que destruye vidas, deja sin agua a las comunidades y envenena el medio ambiente. Es el sello de la casa de Grupo México.

Las rebanadas del pastel

Sigue el culebrón: de nueva cuenta aplazan sentencia de Genaro García Luna hasta octubre. Lo condenaron en febrero de 2023, pero desde entonces la sentencia se aplaza y aplaza.

– – –

Oposición a la deriva

Juan Becerra Acosta / La Jornada

Tras la simbiosis negativa que representó la alianza del bloque opositor, el saldo de su derrota dejó además de una baja –el Partido de la Revolución Democrática–, a sus secuaces, los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN), pulverizados, divididos y aún más a la deriva de lo que ya estaban. Mucho, demasiado, queda a deber la oposición no solamente a sus militantes, sino también a detractores y al país en general, debido a que, como siempre y en toda nación, la oposición es absolutamente necesaria para el correcto funcionamiento de una democracia, es precisamente en la oposición donde radica la responsabilidad de inspeccionar al gobierno y ser un contrapeso serio, el presentar alternativas y fomentar el diálogo, nada más democrático que ello.

No ha entendido la oposición que de nada sirve cambiar de colores o esconder logos y siglas nada más. Su disfraz no engaña a nadie más que a ellos mismos mientras se niegan a reconocer con seriedad que sus fracasos en las urnas resultan del fracaso de lo que equivocadamente llama proyecto cuando sólo es ambición. Para volver a ser gobierno tendría primero que convertirse en una oposición que asuma el papel de ser actor político coherente y honesto que abone a la vida política del país. Para lograrlo tendría que dejar de entorpecer o torpedear acciones o programas de gobierno con la única intención de sabotear a su rival político o beneficiar intereses ajenos a los soberanos. Debería proponer alternativas que construyan, y sólo criticar cuando sea edificante. Hacer más política y menos politiquería. Necesita tener proyecto en lugar de demagogia.

No sorprende que la organización política que usurpó el nombre del PRD haya quedado sin registro al no haber alcanzado 3 por ciento de los votos en la elección federal. Aquel partido llamado de la Revolución Democrática, referente de las izquierdas y surgido del Frente Democrático Nacional tras el fraude electoral de 1988, fue víctima de viejas inercias priístas infiltradas en sus filas con las que se formaron grupos –o tribus– endogámicos que llevaron a la organización política a tener a su peor enemigo dentro de su propia militancia. Aquel hueso tan deseado por la jauría posrevolucionaria que enterró la lucha de inicios del siglo XX en México para satisfacer su sed de poder, se manifestó en el PRD aventando sillazos para conseguir una candidatura por el partido también llamado del sol azteca.

En 2015, después de tanto sol, la Ciudad de México se puso Morena y con ello el PRD recibió su primer aviso de desahucio, pero no hizo caso. Tres años después, aquel partido que en su momento aglomeró a las izquierdas levantó la mano de Ricardo Anaya para convertirlo, a través de una alianza con la derecha, en su candidato a la Presidencia. Seis años después, ya en agonía, volvió a atentar contra sus bases fundacionales y traicionar su ideología al unirse, nuevamente, al PAN y al PRI para postular a Xóchitl Gálvez. Hoy sus exequias se llevan a cabo en el panteón de la soledad, en la plaza del retiro, donde se colocan, a lo mucho, un par de mesas chicas para que su todavía militancia tenga suficiente espacio para estar cómoda; sillas seguramente no habrá para evitar que se las arrojen entre ellos mismos.

Mientras, el PAN sufre en su interior un movimiento disidente a la dirigencia, una desavenencia encabezada por ex gobernadores, legisladores y parte de su cada vez más íntima militancia que exige regresar a los principios fundacionales propuestos por Manuel Gómez Morín, remover a Marko Cortés del liderazgo nacional, y convocar a un replanteamiento general. Por su parte, el PRI parece apostar por continuar exactamente igual, repetir su dirigencia, apostar por prerrogativas y curules o escaños en el Legislativo, y aguantar en la medida de lo posible una diáspora que enflaca cada vez más a un viejo dinosaurio que resiste por subsistir.

Si algo sigue compartiendo el agonizante bloque opositor es el desmarque, y hasta bronca, que trae con quien hasta apenas 17 días era su candidata a la Presidencia, Xóchitl Gálvez, quien ya acusó a Marko Cortés de haberle gritado –aunque extrañamente no lo ha denunciado por violencia política en razón de género– el día de la elección, mientras los dirigentes del PRI y el PRD ni se inmutaron.

Vendrá, dicen, el intento por crear un nuevo partido que capitalice el color rosa con el que un grupo político escondió los colores de los tres partidos más repudiados de México para tomarle el pelo a miles de ciudadanos que no están de acuerdo con la Cuarta Transformación y buscan, desesperadamente, una oposición que los represente. Hasta donde se puede observar, ese intento carece de lo mínimo esencial, proyecto, y aunque lo nombre como la rosa de Guadalupe, seguirá siendo la de Acosta Naranjo y los mismos que fallaron siendo gobierno y no saben ser oposición.

Twitter
Visit Us
Follow Me
You Tube
Instagram
Continue Reading
Publicidad
Presiona para comentar

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Publicidad

Lo más Visto

Copyright © 2021 Cauce Campeche. Diseñado por Sin Contexto.