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Revocación del mandato: un pretexto para distraer y manipular

Elisur Arteaga Nava

Proceso

¿Por qué tanto afán en realizar ese ejercicio y gastar dinero en algo que, de antemano, se sabe que va a fracasar?

La revocación del mandato es algo simple, o debería serlo: es el derecho que se reconoce a la ciudadanía a enmendar un error. El pueblo no siempre es sabio. También se equivoca.

La revocación tiene una razón de ser: en los sistemas políticos en que se fija un plazo a la duración del ejercicio de una función pública, y éste es largo, es una vía para neutralizar los efectos de una mala elección. Es una institución política que funciona, preferentemente, en países que cuentan con una población bien informada y con escaso o mediano territorio. Donde no se presentan esos supuestos, se presta a ser utilizada como instrumento de manipulación política. Tal es el caso de México.

Cuando la ley establece un plazo fijo para el ejercicio de una función pública, como el previsto para ejercer el cargo de presidente, a través de la revocación, la ciudadanía, por haber perdido la confianza en quien ella eligió, debe abandonarlo antes de tiempo. En teoría, es la ciudadanía, como titular del derecho a elegir, la única que, por sí, debiera accionar la consulta. Lo demás es abuso, manoseo de los negocios públicos.

La revocación del mandato fue idea de AMLO y de Morena. Se introdujo en la Constitución en 2019. La institución nació viciada: se señaló como titular de accionarla a 3% de los ciudadanos inscritos en la lista nominal de electores. Se antoja difícil alcanzar cuando es auténtica.

Nunca un presidente o sus secuaces, en ejercicio de su “facultad de insinuar, sugerir o de provocar a la ciudadanía”, lo harían sabiendo que van a perder la consulta. Lo intentarán, como es el caso, como un subterfugio para manipular a la opinión pública. Caso parecido es la fracción II del artículo 127, que fue reformada en 2009, durante la administración de Felipe Calderón, para introducir el tope salarial para los servidores públicos. AMLO, que no es dado a leer leyes y, mucho menos, a respetarlas, fue informado de su existencia. Le quedó “como anillo al dedo”. La estimó útil para fines demagógicos. La utilizó para atacar al Poder Judicial, al Tribunal Electoral y, en general, a los órganos autónomos. No dio para más.

Nadie sabe para quién trabaja. Como dice el verso del son veracruzano: “Vida, quién me lo dijera: que yo pusiera el columpio, para que otro se meciera”. Así es la vida. Hay alguien que ha sabido sacar provecho de las necedades o aciertos de los gobiernos que lo precedieron.

Volviendo al tema: se entiende que debía ser la ciudadanía la promotora de la revocación del mandato; y no que un gobernante fuera quien la utilizara con el fin de afianzarse en el poder. Hasta ahora, quien debía ser la titular de la acción revocatoria no se ha pronunciado por que sea reglamentado; tampoco ha mostrado un afán desmesurado por “ejercer” ese supuesto derecho. No ha habido una campaña ciudadana para quitar al actual presidente.

¿Por qué tanto afán en realizar ese ejercicio y gastar dinero en algo que, de antemano, se sabe que va a fracasar? Son el presidente de la República y nuestros supuestos representantes, no todos, principalmente los de Morena y la “menudencia” que los acompaña, los que, siguiendo órdenes de arriba, han calentado el tema.

El texto del precepto constitucional que prevé lo relativo a la revocación del mandato es claro y está encaminado a un propósito específico: plantear un problema de desencanto,

desilusión o desconfianza por haber hecho una mala elección. Es la ciudadanía aceptando, implícitamente, su error la que la provoca. Se reconoce a la ciudadanía, por una sola vez, el derecho a arrepentirse.

Por la revocación del mandato se desvirtúa el alcance del voto emitido; por ello, la institución que lo prevé tiene efectos limitados. No puede derivar en un voto expreso de confianza ni utilizarse para obtener un voto aprobatorio, como ahora se pretende hacer con la pregunta:

“¿Estás de acuerdo en que a (nombre), presidente/a de los Estados Unidos Mexicanos, se le revoque el mandato por pérdida de confianza o que siga en la Presidencia de la República hasta que termine su periodo?”

Morena y AMLO no pueden arriesgarse a tener un nuevo fracaso; de ahí que hayan recurrido a la alternativa de ser ellos los promotores de la revocación.

Los adversarios políticos de Morena deben tener bien claro cuál es su papel en cada una de las etapas que la organización y realización que la consulta implica:

Obstaculizar y dilatar la expedición de la ley reglamentaria;

Para el caso de que se apruebe la ley reglamentaria, recurrir a la controversia constitucional y a la acción. Los argumentos sobran: haber pasado, con exceso, el plazo para expedir la ley reglamentaria; que en la forma en que se pretende reglamentar excede la naturaleza de la institución y que la pregunta en sí es ilegal. Hay otros argumentos:

Recurrir al amparo para impugnar la ley reglamentaria y solicitar la suspensión;

Convencer a la ciudadanía a que no se preste a la simulación, con vista a impedir se reúna 3% de los electores, que son los necesarios para iniciar el proceso;

Para el supuesto de que se superen los obstáculos anteriores, la acción de los opositores a la consulta debe estar encaminada a desanimar a los electores a participar en ella, a fin de que no se alcance 40% de los electores, que es mínimo de participantes para que sea válida; y

Llegado el caso, untar a los promotores de ella su fracaso.

No alcanzo a entrever a qué otra maniobra distractora recurrirán los morenos para desviar nuestra atención y lograr que cerremos los ojos a la tragedia que vivimos. Los problemas sobran: de salud, carestía, inseguridad generalizada, falta de trabajo, aumento de la burocracia, previsible fracaso de los tres grandes proyectos, aumento del costo a mediano y largo plazo de la actual administración, el maltrato y humillación de que son objeto los inmigrantes extranjeros y el sometimiento de México al gobierno de Estados Unidos en niveles nunca vistos.

Las obras de relumbrón, la manipulación de la opinión pública y la revocación del mandato son juegos de artificio. Prácticas burdas. Van con la manera de ser de la actual administración: aparenta, acosa, descalifica, mal informa, distrae y no permite que la ciudadanía deje de hablar de ellos. En resumen: demagogia; perdón, rectifico: demagogia, sí, pero corriente. Eso es inherente a la 4T; es lo que va con el carácter de AMLO y la naturaleza de Morena.

Juegos de poder

La lucha por la libertad no termina nunca

Leo Zuckermann

Excelsior

Bibliotecas enteras se han escrito sobre la libertad. En las universidades se enseñan cursos para entender este concepto. Hay muchas diferencias. Qué bueno. Es la libertad de debatir la libertad. Es la historia de una lucha permanente por dejar que los individuos

tomen sus decisiones con responsabilidad. Pequeños y grandes eventos van marcando el destino de la libertad. A veces se ganan espacios, a veces se pierden. Hoy voy a poner tres ejemplos que coincidentemente se conmemoran el once de septiembre de cada año.

Comienzo con uno chiquito, pero que me encanta. Me refiero al Festival Rock y Ruedas de Avándaro, que se llevó a cabo el 11 de septiembre de 1971. Los protagonistas fueron, una vez más, jóvenes mexicanos de clase media hartos del control del régimen autoritario priista. No les permitían vestirse como querían, dejarse el pelo largo, reunirse para oír rock o ver películas que no fueran censuradas.

Ya se habían manifestado en 1968 y en 1971 con funestas consecuencias. Como bien decía Luis González de Alba, querían fiesta, carnaval, desmadre. En una palabra: libertad. Un 11 de septiembre se fueron a Avándaro a hacer “el Woodstock mexicano”. Un concierto de rock como manifestación libertaria. Cientos de miles de desconocidos hermanados por la música. Sí, algunos fumaron mota. Sí, unos pocos se desnudaron. Pero en general el festival transcurrió sin mayores desórdenes.

Sin embargo, el régimen político, que tardó años en entender la demanda de libertad, reaccionó como siempre: cerrándose. Prohibió los conciertos de rock por muchos años. En la radio censuraron las canciones consideradas como “inconvenientes” para la juventud. Y echaron a andar la maquinaria propagandística de los medios para desvirtuar el festival. Ahí está la siniestra portada del popular diario Alarma! que anunciaba: “El infierno en Avándaro! Asquerosa Orgía Hippie! Encueramiento, Mariguaniza, Degenere Sexual, Mugre, Pelos, Sangre, Muerte!”.

Saldo de Avándaro para la libertad: asustado, el régimen político mexicano cerró espacios siguiendo el libreto de 1968; pero lo que se atrevió a hacer aquella generación de jóvenes fue determinante para que el país eventualmente se liberalizara y democratizara.

Un once de septiembre también se conmemora el golpe de Estado en Chile de 1973. El gobierno de Salvador Allende había llegado al poder por medio de las urnas. Inmediatamente comenzó a implementar un proyecto radical de izquierda. Eran socialistas que pensaban que no podía haber libertad en una sociedad con tanta desigualdad y pobreza.

Como consecuencia, la economía chilena colapsó y, en el contexto de la Guerra Fría, se aliaron algunos partidos, empresarios y las Fuerzas Armadas para remover a Allende del poder con el apoyo de Estados Unidos. El golpe militar trajo como consecuencia 17 años de la infame dictadura de Augusto Pinochet. Una larga noche para Chile que, aunque mejoró económicamente, sufrió un retroceso histórico en una de las democracias liberales más añejas del continente.

Saldo del golpe en Chile: absolutamente negativo para las libertades políticas en ese país y en otras naciones sudamericanas que, desgraciadamente, siguieron su ejemplo.

Finalmente, un once de septiembre también conmemoramos los atentados terroristas en Nueva York y Washington de 2001. Es horrendo reconocerlo, pero Osama bin Laden y su movimiento se salieron con la suya. Generaron un miedo insoportable en Occidente. Y, como suele ocurrir después de un evento de este tipo, las sociedades aceptaron restringir las libertades como condición para garantizar su seguridad.

En Estados Unidos se promulgó la nefasta Ley Patriota, se legalizaron diez formas de tortura bajo el eufemismo de “técnicas mejoradas de interrogatorio”, se encarcelaron a cientos de personas en la base militar de Guantánamo sin respetar el debido proceso y se llevaron a cabo un sinfín de operaciones dizque militares que mataron a miles de civiles inocentes.

Saldo de los atentados: gran retroceso para los derechos y valores liberales, sobre todo en los países de Occidente, en particular Estados Unidos, de lo cual estamos lejos de recuperarnos. Sí, los malditos terroristas se salieron con la suya.

Tres eventos en un 11 de septiembre que tuvieron consecuencias para la libertad. Acontecimientos tan nimios como un concierto de rock o tan significativos como un golpe

de Estado o el mayor acto de terrorismo de la historia. Eventos que nos recuerdan que la lucha por la libertad, derecho inherente a la condición humana, no termina nunca.

Astillero

Premiar al gobernador de Sinaloa // Elecciones, cártel, embajada // También al nayarita Echevarría // Ceder el paso a Morena

Julio Hernández López

La Jornada

Hay cuando menos cuatro consecuencias inmediatas de la postulación de Andrés Manuel López Obrador para que el gobernador saliente de Sinaloa, Quirino Ordaz Coppel, sea embajador de México en España:

1) Se añaden ingredientes a la versión de que en ámbitos del gobierno federal se tienen demasiadas deferencias hacia el máximo grupo de poder fáctico de esa entidad y el país, el cártel de Sinaloa (caso Ovidio, saludo a la madre de El Chapo, sobre todo).

2) Se premia a un priísta que operó contra el interés de su propio partido para dar paso a la victoria electoral de Morena, por lo cual se estaría pagando el favor sucesorio local con una de las principales embajadas mexicanas.

3) Se empaña el anunciado objetivo de recomponer las relaciones diplomáticas con España, al proponer como representante mexicano a alguien que durante casi seis años gerenció una entidad federativa donde tuvo plena fluidez operativa un principal y predominante negocio ilícito.

Y, 4) se extiende un manto federal de protección al mandatario que está por dejar el poder. Es de anotarse que Sinaloa es una entidad donde autoridades y cártel han sostenido históricamente una convivencia siempre susceptible de indagaciones judiciales, a tal grado que en casi 30 años ningún gobernador saliente ha podido reinsertarse a un buen nivel de la actividad pública: el último en hacerlo fue Francisco Labastida Ochoa, quien salió de la gubernatura en diciembre de 1992 y enseguida ocupó posiciones relevantes; pero Renato Vega Alvarado, Juan S. Millán, Jesús Alberto Aguilar Padilla y Mario López Valdez (llamado MaLoVa) dejaron el cargo sin obtener algún otro de relevancia nacional.

No está de más recordar lo publicado en el semanario Ríodoce el pasado 13 de junio (https://bit.ly/3tz3InN) y retomado en esta columna el 17. Así iniciaba el Astillero de esa fecha: “El periodista Ismael Bojórquez (director de Ríodoce, donde publicaba Javier Valdez) ha publicado que cuadros de acción electoral del Partido Revolucionario Institucional en Sinaloa fueron secuestrados por grupos de la delincuencia organizada para obligarlos a revelar sus estrategias para los comicios del pasado 6 de junio e impedir que el tricolor pudiera impedir o entorpecer la victoria de Rubén Rocha Moya, postulado por Morena y el Partido Sinaloense (PAS)” (https://bit.ly/2XfhM9F).

Mientras en algunos ámbitos se considera la incorporación de Quirino Ordaz a la plantilla de la Secretaría de Relaciones Exteriores como una jugada pragmática que divide al priísmo, y en particular al frente conformado por PAN, PRI y PRD, e incluso como el temprano retiro de una presunta candidatura presidencial priísta, el propio López Obrador anunció que ha invitado a colaborar con su gobierno a otro personaje no morenista, Antonio Echevarría García, quien llegó a la gubernatura de Nayarit postulado por los partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática, del Trabajo y de la Revolución Socialista (local).

El próximo acompañante de la llamada 4T es hijo de Antonio Echevarría Domínguez, a quien postularon en 1999 los mismos partidos que en 2017 lo harían con su vástago. El

padre es la persona más rica de la entidad (Grupo Alica) y la madre, Martha Elena García, en 2005 pretendió, sin conseguirla, la candidatura a este cargo a nombre del PAN (buscando sustituir a su esposo como otra Martha, Sahagún, lo pretendió respecto a Vicente Fox).

El antecesor de Echevarría García fue el priísta Roberto Sandoval Castañeda, actualmente encarcelado en México bajo acusaciones relacionadas con el crimen organizado (el fiscal estatal era Édgar Veytia, también preso, apodado sin equívoco El Diablo). La narrativa de las acusaciones contra el general Salvador Cienfuegos tuvo como referencia Nayarit, bajo el desgobierno de Sandoval. El sucesor Echevarría, a quien no se acusa de nexos con ningún cártel, dejará plácidamente el poder al morenista Miguel Ángel Navarro Quintero. Otros gobernadores que cedieron paso a Morena ven con esperanza estos movimientos compensatorios.

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