Columnas Escritas
Pinta Raya
Francisco Javier Vázquez Burgos
Florería “Rutilio”
La situación está que arde en Chiapas, la violencia por la delincuencia organizada ya hizo erupción, hay ejecuciones, enfrentamientos, – menos detenciones- la muerte ronda la entidad; en el tema política la ingobernabilidad crece, las protestas por temas postelectorales suben de tono, hay bloqueos carreteros y enfrentamientos, y en los últimos días el tema ya llegó al Congreso.
Los perdedores piden que se formen consejos municipales y que se desconozca el proceso electoral; los ganadores exigen que se respeta el resultado en las urnas, que no se acepten los consejos municipales, y en esta indefinición de las autoridades no aparece por ninguna parte la secretaria de gobierno, Cecilia Flores, ni duda cabe que es sólo un florero más de Rutilio, sin capacidad ni autoridad de decisión.
El problema es que está apatía e incapacidad de la secretaria de gobierno permite que el conflicto escale, crezca y no dudamos que se torne violento, que haya enfrentamientos con un saldo lamentable e irreversible, pero será culpa de Rutilio y de su nuevo florero, Cecilia, que esto ocurra, pues no toman cartas en el asunto, no toman una decisión apegada a derecho y a la democracia. Pareciera que dejan que en Chiapas gobierne la ley del más fuerte, que se maten entre ellos y negocian con el que gane. Salomónica decisión, según ellos, pero esa es la tónica de las autoridades incapaces de Chiapas.
Reforma Eléctrica
Como siempre, nuestros gobernantes y nuestros legisladores andan perdidos, extraviados, discutiendo temas que desconocen, y que no resuelven nada. Hay estándares internacionales que nos dicen que es lo adecuado en el tema de la generación de energía eléctrica, pero aquí andan discutiendo sin atender a esas recomendaciones científicas internacionales.
En la disputa, en el circo que se traen por la reforma Eléctrica, el presidente Andrés Manuel López Obrador habla de que se beneficia demasiado a la iniciativa privada, que se le da prioridad para que vendan sus energías limpias, con lo que se causa un daño a la CFE, y es cierto, pero no habla del riesgo de no tener otro sector que genere energía, no entiende de quedarse en el pasado en la generación de estas energías, no habla del riesgo del monopolio de Estado, no entiende de la incapacidad del Estado para estos temas, y no entiende que la presencia del Estado en el sector es para lograr equilibrios, no para asumir el control, para darle el sentido social, y también hacer negocio y sostener a la CFE.
La comunidad internacional por su parte dice que hay poco avance en la generación de energías renovables porque todos los países en vías de desarrollo siguen subsidiando la energía que se genera a partir de restos fósiles; en la discusión por la Reforma Eléctrica en México hay sus intereses ocultos, se dice que los partidos votan a favor de las energías renovables no por el compromiso con el medio ambiente sino que lo hacen porque esos grandes corporativos extranjeros que construyen la infraestructura para generar energías limpias son agradecidos y pueden generar contraprestación por los favores recibidos, inclusive luego se convierten en donadores en las campañas. De eso el PAN y el PRI saben bastante. Han sido los eternos beneficiarios de sus pillerías.
La otra parte de esta disputa la encabeza un tipo sin visión, que se quedó atrapado en el pasado, con ese romanticismo del nacionalismo, y eso no es malo, lo malo que no entiende los nuevos tiempos, ni se acomoda a ellos, puede pelear por ser dueño de la energía, pero tendría que hacerlo generándolo con métodos modernos, amigables con el medio ambiente, e inclusive así, es incorrecto que una sola parte, ya sea la del gobierno o la del sector privado predomine, aquí tiene que existir una sana competencia donde el beneficiado sea el consumidor.
El asunto es que se pelean a muerte y hacen circo por el tema de las energías, sobre todo la eléctrica, lo que deja claro que son unos legisladores mal informados, puesto que esa energía, la eléctrica, según agencias internacionales, solamente representa el 20 por ciento de la energía que comúnmente se utiliza, y el resto de las energías provienen de combustibles fósiles como carbón, petróleo y gas, y pese a ello discuten a morir, pero no dicen absolutamente nada de las otras energías que ocupan el 80 por ciento del consumo y que son verdaderamente contaminantes. Y son temas en los que nos encontramos en pañales, puesto que no saben qué hacer con la aviación, el transporte marítimo y el transporte pesado, donde se consumen esos combustibles fósiles.
Realmente la discusión sobre el tema de la Reforma Eléctrica, que resolvería si se toma una buena decisión, -que sería la coexistencia de los dos sectores privados y público, y se vela por el cuidado al medioambiente, en una sana competencia- es una pelea de egos y de intereses; el ego del presidente de hacer su santa voluntad sin atender a lo técnico, lo moderno, y el interés de otros partidos de cuidar a sus aliados y patrocinadores financieros, apoyando las desventajas en que se enfrenta el sector público a las empresas extranjeras, práctica de años que hoy tiene a la CFE y a otras paraestatales al borde de la quiebra. Hay que acabar con esas malas prácticas, pero hay que dejar la presencia del sector privado en el sector. Así de difícil y así de simple. EL equilibrio es lo único que puede salvar al sector.
Pobre de los mexicanos, no hay políticos que de verdad piensen en el bienestar de la colectividad, defienden intereses y caprichos de grupo, la suerte del pueblo es lo que menos les interesa, saben que las masas no tienen memoria y hagan lo que hagan, el voto se consigue con la dadiva, por eso asumen esas conductas tan cínicas y descaradas, de total desprecio a una masa que todavía se deja engañar como si fueran niños.