Los monólogos de la Martina

Nicolás Canto González

Cuando Alito, alias Alejandro Moreno Cárdenas, le hizo saber a los de su círculo cercano que había decidido imponer como su sustituto interino a Carlos Miguel Aysa González, al menos uno de ellos tuvo los suficientes eggs en su lugar para advertirle: ten cuidado, Aysa no es la persona indicada; terminarás mal con él.

Hoy las palabras de esa persona, uno de los políticos campechanos más experimentados, se han vuelto proféticas.

Alito ha terminado mal, muy mal sus relaciones con Aysa. Por no decir, de la peor manera posible.

Y pensar que hasta hace poco tiempo Moreno Cárdenas se llenaba la boca ante quien lo quisiera escuchar, diciendo que si el tiempo pudiera regresar y tuviera que tomar una segunda decisión para dejar en su cargo de gobernador a alguien, de nuevo esa decisión sería a favor de Carlos Miguel Aysa González.

Aysa papá, luego de que la bancada opositora en el senado pospusiera la eventual aprobación de su nombramiento como embajador en República Dominicana, ha instruído, o al menos convencido a su hijo, el diputado federal Carlos Miguel Aysa Damas, para que vote a favor de la nueva reforma eléctrica, luego de que 2 días antes había asegurado que lo haría en contra, junto con el bloque priísta de 70 diputados encabezados por el enfant terrible Alito.

Hoy, en jueves de semana santa, Alito ya puede, ahora sí, hablar de traiciones y de Judas Izcariotes.

Una traición más de las que se queja amargamente de haber sufrido, como la de su ex compañero de correrías juveniles, Eliseo Fernández Montúfar, o bien la de su ex coordinador de comunicación social, Walter Olivera. O la de el gallito Cetina Gómez. Sólo por citar algunos ejemplos.

Olvida Alito que la traición y la deslealtad corren por dos vías, sin importar superioridad jerárquica; y que la regla de oro en política y en la vida misma es no hacer lo que no deseas que te hagan.

Esta vez su ex cómplice de canalladas, abusos de poder, trapacerías, raterías y traiciones, Carlos Miguel Aysa González, le ha propinado a Alito una tremenda puñalada por la espalda. Y vaya que le ha resultado dolorosa.

En lo político, la acción del junior de Aysa es, para decirlo coloquialmente, la aceituna apretujada en el pomo que logra salir y permite salir a las demás.

Es decir, la deserción del grupo compacto priísta de Aysa hijo pudiera ser el disparo de salida para que otros diputados federales priístas que hasta ahora están por votar en contra de la reforma eléctrica, hagan lo mismo que el hijo de papi este domingo. Difícil, pero no imposible.

Lo que nunca tuvo a bien explicar Moreno Cárdenas a sus cercanos, fueron las razones que le llevaron a dejar en el cargo de gobernador sustituto interino a Carlos Miguel Aysa González. Nunca.

En uno de sus libros acerca de la trilogía del poder, Luis Spota narra cómo el candidato presidencial Víctor Ávila Puig reflexiona en cuanto a los motivos y las razones que llevaron al presidente Aurelio Gómez Anda a nombrarlo su sucesor a la presidencia.

Finalmente Ávila Puig llega a una dolorosa conclusión: lo designó candidato por considerarlo el más pendejo de su gabinete. Y por tanto, el más manipulable.

Acaso esas mismas fueron las razones que llevaron a Moreno Cárdenas a dejar en la silla mayor del cuarto piso a Aysa González.

Alito tal vez haya acertado en lo primero. Más no en lo segundo, vistos los hechos recientes. Prácticamente imposible, dicen los que saben de esto, manipular a un demente.

Hasta la vista, caros amigos y generosos lectores. Que sigan pasando bien su día.