Columnas Escritas
Lo que dicen los columnistas
Vacuna para el mundo
Marta Lamas
Proceso
Lo que está en juego no es la filantropía, sino si continuamos aceptando el paradigma neoliberal de la salud como una mercancía que los hospitales privados y las compañías de seguros médicos administran con grandes ganancias.
“La microbióloga hondureña María Elena Botazzi ofrece al mundo una vacuna libre de patentes contra Covid.”
Cuando un amigo mío, interesado en la epidemia que estamos viviendo, vio este titular no leyó toda la noticia, publicada en la sección “ciencia” del periódico El País, pues no le resultó creíble que una persona de Honduras pudiera ofrecer una solución al mundo.
En la entrevista de Manuel Ansede para El País (6 enero, 2022) nos enteramos que Botazzi, nacida en Italia y criada en Honduras, es codirectora del Centro de Desarrollo de Vacunas y del prestigioso Baylor College of Medicine, ambas instituciones sin fines de lucro, ubicadas en el Texas Medical Center de Houston. Este Centro Médico, el más grande del mundo, cuenta no sólo con una cantidad impresionante de instalaciones clínicas para la atención al paciente (13 hospitales, dos escuelas de medicina y cuatro escuelas de enfermería), sino también con destacados equipos de investigadores en varias especialidades.
Ansede le pregunta a Botazzi por qué dice que la suya es “una vacuna para el mundo”, acaso “¿la de Pfizer, la de Moderna, la de AstraZeneca y la de Janssen no eran para el mundo?”. Ella responde: “Decimos que es para el mundo porque existe la capacidad de producirla a una escala suficiente para cubrir toda la necesidad mundial”. Y además porque no tiene patente. Esos dos elementos, la tecnología ya existente en otros países y el no tener patente, dan a esta vacuna, cuyo nombre es Corbevax, un carácter distinto.
Botazzi asegura que Corbevax, que se fabrica con un proceso que ya se utiliza desde hace décadas en multitud de lugares para hacer la vacuna contra la hepatitis B, tiene una eficacia de 90% ante covid y que se está ahora “confirmando la efectividad frente a la variante ómicron”.
Lo que cada día queda más claro es que, con covid, o nos vacunamos todas las personas o seguirán apareciendo variantes. Por eso el camino a seguir es abaratar los costos de producción y un paso fundamental es el de no cobrar las patentes.
El otro codirector del Centro de Desarrollo de Vacunas, Peter Hotez, ha calculado que se necesitan 9 mil millones de dosis para vacunar a todo el planeta Tierra. La empresa india BiologicalE es capaz de producir 100 millones de dosis mensuales, o sea, más de mil millones anuales. Y también las compañías Biofarma de Indonesia y la Icepta Pharmaceuticals de Bangladesh pueden hacer lo mismo, siguiendo con el rigor científico indispensable los protocolos establecidos. Y en la medida en que la vacunación avance irá produciendo un efecto “bola de nieve”.
En la entrevista que le realiza Ansede a Botazzi, el periodista de ciencia recuerda que los ingresos previstos para las multinacionales estadunidenses Pfizer y Moderna, más la alemana BioNTech, por las ventas de sus vacunas contra el coronavirus llegaron a 62 mil millones de euros en 2021. La investigadora señala que “hay que ser más altruistas”, pues estamos viviendo una situación de emergencia por la pandemia mundial.
Pero el problema de fondo no es el “altruismo”, sino el de si la salud es un derecho universal que hay que hacer realidad. No es ético tener segmentado el acceso a los servicios médicos en función de quién puede pagarlos. Esto no quiere decir que yo no valore los gestos altruistas que han rodeado y, más aún, fortalecido el desarrollo de esta vacuna sin patente. Pero el punto es otro. La entrevista de Ansede se inicia recordando que en 1953 el equipo del virólogo Jonas Salk obtuvo la primera vacuna contra el virus de la polio. Cuando le preguntaron en la televisión a Salk quién era el dueño de la patente, éste respondió con lo que Ansede califica una de las frases más famosas de la ciencia: “Bueno, yo diría que la gente. No hay patente. ¿Acaso se puede patentar el sol?”.
Hoy el neoliberalismo imperante ha contaminado todo y todo tiene precio y dueño.
La tradición del Centro de Desarrollo de Vacunas ha sido la de desarrollar vacunas para prevenir los problemas desatendidos en los países pobres, como las enfermedades tropicales. Botazzi dice que hay que “descolonizar” la producción de vacunas y esto supone que no se produzcan vacunas solamente en países de altos ingresos. Y justo eso es lo que hizo Cuba con la vacuna Abdala (ya autorizada por Cofepris) y también México con la vacuna Patria.
Botazzi comenta que para los 20 meses de trabajo que implicó la labor de investigación, producción y evaluación de esta vacuna, los gastos ascendieron a 5 millones de dólares, y fueron subvencionados con donativos altruistas, entre ellos los de una compañía que hace vodka. En cambio Pfizer y Moderna recibieron del gobierno estadunidense más de 2 y medio billones de dólares, o sea 2 mil millones y medio de dólares de apoyo para producir las vacunas que venden. La desproporción es brutal, como lo es la ilimitada voracidad de ganancia de esas farmacéuticas.
Pero, insisto, lo que está en juego no es la filantropía, sino si continuamos aceptando el paradigma neoliberal de la salud como una mercancía que los hospitales privados y las compañías de seguros médicos administran con grandes ganancias, y que ciertas instancias altruistas apoyan, o si pugnamos por que los servicios médicos y la salud sean verdaderamente derechos humanos.
Juegos de poder
El regreso de la hegemonía territorial del partido del Presidente
Leo Zuckermann
Excelsior
Durante la época dorada del autoritarismo, el PRI gobernaba en todo el país. Cuando Carlos Salinas tomó posesión como presidente en 1988, su partido controlaba 32 de las 32 gubernaturas (en ese entonces, el Distrito Federal no se consideraba como estado ni se elegía a su gobernante quien era designado por el Ejecutivo federal). La democratización del país se fue dando en la medida en que la oposición comenzó a ganar gobiernos estatales. En 1989, el PAN se llevó la gubernatura de Baja California comenzando, así, la alternancia en el poder.
Cuando Ernesto Zedillo llegó a la Presidencia en 1994, el PRI ya no era el único partido gobernante en los estados, pero tenía la hegemonía de estos gobiernos: un total de 28 de 32, incluyendo el DF que seguía siendo territorio federal donde no se elegía al gobernante. Cuando terminó Zedillo, el PRI ya sólo contaba con 20 gobiernos estatales.
Llegó Fox en 2000 y el PAN tenía sólo ocho de las 32 gubernaturas. Subió a nueve más, nunca pasó de este número durante todo el sexenio. Por primera vez en la historia desde la posRevolución, el partido gobernante a nivel federal era minoritario en gobiernos estatales.
Lo mismo sucedió durante el sexenio de Calderón donde el PAN nunca tuvo más de ocho de las 32 gubernaturas. Luego llegaría Peña en 2012 con un PRI que contaba con 20 gobiernos estatales. El tricolor, de hecho, había recuperado la Presidencia a partir de su fuerza territorial en los estados. Peña, sin embargo, terminó su sexenio con 14 gubernaturas del PRI.
En 2014, el Instituto Federal Electoral le otorgó el registro al nuevo partido Morena que creció como la espuma. En 2018 ganó la elección presidencial y, cuando López Obrador tomó posesión, su partido ya contaba con cuatro de los 32 gobiernos estatales. Un año después, en 2019, ya eran seis. El año pasado arrasaron en las elecciones de los estados ganando diez nuevas gubernaturas para un total de 16 que son las que actualmente tiene Morena y/o sus aliados.
Este año habrá comicios en otros seis estados. De acuerdo con las encuestas, Morena y/o sus aliados podrían ganar entre cuatro y cinco de las seis contiendas. Si es así, terminando 2022, el partido del Presidente tendría entre 20 y 21 gubernaturas. De esta forma, habríamos regresado a la hegemonía territorial de un solo partido: el del Presidente.
Precisamente, uno de los objetivos del proyecto político de López Obrador es concentrar el poder. Sin lugar a dudas lo está consiguiendo rápida y eficazmente en los estados. De llegar a 20 o 21 gobiernos morenistas locales, se debilitaría uno de los contrapesos de nuestro régimen político, es decir, un auténtico federalismo donde los poderes locales se diferencian del Presidente y lo limitan.
Hacia allá vamos. Por eso son tan importantes los comicios de gobernador este año.
En Aguascalientes gobierna Martín Orozco del PAN. Este partido tiene altas probabilidades de volver a ganar. De hecho, el líder nacional de los panistas, Marko Cortés, admitió que quizá ésta es la única gubernatura que puedan ganar este año. Para tal efecto, se aliaron con el PRI y PRD y lanzaron como su candidata a Tere Jiménez.
Durango lo gobierna José Rosas Aispuro y, al parecer, la coalición de Morena, PT y Verde, que seguramente lanzará a Marina Vitela como su candidata, tiene una ligera ventaja sobre la coalición del PAN, PRI y PRD.
Hidalgo es uno de los pocos estados en la República donde no ha habido alternancia política. Lo sigue gobernando el PRI con Omar Fayad. Habrá coalición del tricolor con el PAN y el PRD, pero hoy se ve muy factible que Morena finalmente le quite esta entidad al PRI.
A Oaxaca la gobierna Alejandro Murat del PRI, un mandatario muy cercano a López Obrador, quien ha visitado esta entidad en múltiples ocasiones. Se da por descontado que Morena, con su candidato Salomón Jara, gane las elecciones.
Carlos Joaquín González es el actual gobernador de Quintana Roo por una coalición del PAN y PRD. Estas dos fuerzas no llegaron a un acuerdo para unirse con el PRI, que irá solo, lo cual partirá el voto antiMorena y, por tanto, se incrementan las probabilidades de ganar de este partido con su candidata Mara Ledezma.
Finalmente, está Tamaulipas que gobierna Francisco García Cabeza de Vaca del PAN. Habrá coalición con el PRI y PRD, pero todo indica que Morena se llevará el triunfo con Américo Villareal.
Esto es lo que se prevé hoy y, desde luego, puede cambiar. Faltan las campañas. Lo que está en juego no es poco: el regreso de una posible hegemonía territorial del partido del Presidente.
Astillero
Salinas Pliego ante Twitter y SAT // Suspensión parcial de cuenta // Corte ordena pague 2,636 mdp // Pendientes, onerosos juicios
Julio Hernández López
La Jornada
Twitter decidió suspender parcialmente la cuenta (con más de 972 mil seguidores) del multimillonario Ricardo Salinas Pliego. Ahora sólo se pueden ver los mensajes que colocó antes de la sanción, pero no podrá generar nuevos por un tiempo aún indefinido (probablemente corto).
Según reportó el propio presidente del Grupo Azteca en sus cuentas de Instagram y Facebook, la empresa del pajarito azul le informó del bloqueo por incumplir las reglas que prohíben el abuso y el acoso, pues no puedes participar en situaciones de acoso dirigido a una persona ni incitar a otros a hacerlo. Esto incluye desear o esperar que alguien sufra daños físicos.
La reacción de Twitter fue motivada por un mensaje de Salinas Pliego en el que se preguntaba si iniciaría la semana con un concurso de memes dirigidos al yutubero Ignacio Rodríguez, conocido como el Chapucero, a la académica Denisse Dresser y al empresario Simón Levy, a quienes mencionó con etiquetas de insulto que aquí no se reproducirán. Pensaría, dijo el dueño de Televisión Azteca, tiendas Elektra y Banco Azteca, si a ese concurso le pondría 500 o mil dólares de incentivo.
Así explicó Salinas Pliego su suspensión tuitera: “hay personas que buscan promover sus ideas y silenciar las ideas de los demás, grupos de personas que se llevan y no aguantan… ellos se organizaron y denunciaron mi última publicación como si fuera acoso selectivo, yo quería hacer un concurso de memes y no me dejaron, me bloquearon parcialmente la cuenta, de todos modos ya estoy viendo qué hacer, así que pronto me tendrán de regreso en Twitter”.
Bajo el argumento de que Twitter suspende cuentas que se defienden de los ataques de pendejos, pero no de quienes por años se han dedicado a golpear, acusar y mentir, Salinas Pliego anuncia: Va la mía. Me dicen que lo que hicieron fue organizarse y denunciar cada tuit como acoso selectivo, por si ustedes les quieren hacer lo mismo a ellos. Y agrega las cuentas tuiteras de Rodríguez, Levy, Dresser, GatitosvsDesig, Sabina Berman y Marietto Ponce.
Más allá de afinidades o diferencias ideológicas o políticas con cualquiera de los involucrados, lo cierto es que Salinas Pliego ha sostenido, particularmente en meses recientes, una intensa campaña de participación en redes sociales, sobre todo en Twitter, cargada de exhibicionismo de sus lujos y riqueza, de su privilegiada forma de vida material y (además de promover sus productos empresariales) de posicionamiento como una especie de líder de opinión al estilo Donald Trump, incluyendo respuestas o comentarios sumamente agresivos y ofensivos hacia quienes controvierten con él.
Estas acometidas internéticas de una de las personas más ricas del país, promotor original y miembro de un comité empresarial de asesoría a la Presidencia de la República y uno de los capitalistas más beneficiados en lo que va del sexenio obradorista, se producen en una temporalidad en la que aspira a comprar Banamex, luego que Citigroup lo ha puesto en venta.
Tiene enfrente, además, desenlaces de litigios fiscales, como sucedió ayer cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación negó el amparo con que Grupo Elektra pretendía eximirse de pagar 2 mil 636 millones de pesos por un crédito fiscal relacionado con deducciones ilegales en el impuesto sobre la renta de 2006, cuando fusionó dos de sus empresas. En febrero de 2021, la entonces titular del Sistema de Administración Tributaria, Raquel Buenrostro, consideró que las empresas de Salinas Pliego adeudaban unos 40 mil millones de pesos en impuestos.
Ayer mismo, el multimillonario y tuitero parcialmente suspendido anunció que emprenderá la defensa de sus derechos fiscales ante instancias internacionales. Habrá de verse si también toma la bandera de la defensa de la libertad de expresión por el caso Twitter.