Columnas Escritas
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Transparencia y pobreza: el desafío de la confianza en los datos del Estado
El INEGI asumió parte de las responsabilidades de evaluación de las políticas públicas. No obstante, aún estamos a la espera de conocer con precisión cuál fue la metodología científica de la cual se derivó que en México el 29% de la pobreza disminuyó.
Proceso
En el primer informe de gobierno, la titular del Poder Ejecutivo federal afirmó que la pobreza en nuestro país (que en 2008 alcanzaba al 45% de la población) disminuyó al 29% en 2024. Una reducción de tal magnitud es, sin duda, una noticia alentadora, pues disminuir los niveles de pobreza es una aspiración compartida por todas y todos quienes servimos al país desde cualquier trinchera.
Sin embargo, los resultados de las políticas públicas deben estar siempre sustentados en información pública, verificable y, sobre todo, en que dichos resultados sean producto de una metodología adecuada.
Históricamente el encargado de realizar estas mediciones fue el extinto Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), organismo autónomo que no sólo generaba los indicadores oficiales de pobreza, sino que también los acompañaba de metodologías detalladas, desgloses técnicos y mecanismos de rendición de cuentas. Este organismo desapareció junto con otros seis entes autónomos, y sus funciones fueron asumidas parcialmente por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
El INEGI asumió parte de las responsabilidades de evaluación de las políticas públicas. No obstante, aún estamos a la espera de conocer con precisión cuál fue la metodología científica de la cual se derivó que en México el 29% de la pobreza disminuyó.
Si bien hay expertos en materia de evaluación de política social que han reconocido el trabajo realizado, el INEGI tiene el reto de legitimarse a partir de la objetividad, profesionalismo y transparencia en estas funciones que le han sido asignadas. Va desde aquí un voto de confianza por una institución que se ha consolidado por su independencia y capacidad, a la que además me tocó conocer desde el Sistema Nacional de Transparencia.
Es indispensable conocer los fundamentos metodológicos, las variables consideradas y los criterios utilizados para garantizar la transparencia en el origen de estas cifras. Solo así podrá generarse confianza pública en los datos y en las políticas que de ellos se deriven.
De acuerdo con el INEGI, la pobreza multidimensional pasó de 46.8 millones en 2022 a 38.5 millones en 2024.
Esta disminución se atribuye a los programas sociales del gobierno federal, que habrían mejorado las condiciones económicas de millones de hogares.
El INEGI también dio a conocer que bajó la pobreza extrema. En 2022, 7.1% de la población vivía en esta condición, mientras que en 2024 el porcentaje se redujo a 5.3%, lo que significa que alrededor de 7 millones de personas enfrentan ahora este nivel de carencia.
Debemos recordar que, de acuerdo con indicaciones institucionales, los programas sociales, becas y transferencias económicas realizadas con recursos públicos están dirigidos, en su mayoría, a personas que se encuentran en situación de pobreza. Si dichos indicadores cambian de forma significativa, entonces es necesario revisar también los criterios de elegibilidad y focalización de estos apoyos. Lo cual significa que entonces debería de haber un ajuste presupuestal al respecto.
De lo contrario, se corre el riesgo de generar confusión en la aplicación de la política social, otorgando beneficios sin información clara y objetiva, lo que incluso podría excluir de estos programas a personas que realmente los necesiten.
En estos temas tan relevantes para la vida del país se debe garantizar la máxima transparencia en el proceso de generación y validación de cifras y datos. La política social debe estar sustentada en evidencias públicas y comprobables. Y en una democracia, la transparencia más allá de ser parte del discurso público, debe ser una obligación del Estado.
Porque, como bien sabemos, sin transparencia, la información pública pierde certeza. Y sin certeza, no hay justicia social duradera.
Arsenal
Colosio sí piensa en 2030
Francisco Garfias
Excelsior
Luis Donaldo Colosio Riojas admite que “sí” le ha pasado por la cabeza la idea de ser candidato presidencial en el 2030, “pero no me voy a marear”, nos dijo en corto.
Previamente, en rueda de prensa, el senador de Movimiento Ciudadano manifestó que, “definitivamente” se sumará al esfuerzo para sacar a Morena del poder. Es un axioma que, hoy por hoy, la oposición carece de liderazgos firmes y carismáticos con posibilidades de derrotar al oficialismo en las urnas.
Colosio es de los poquísimos con posibilidades de crecer para competir por la Presidencia, según las encuestas. La cautela que mostró frente a la posibilidad de abanderar la candidatura presidencial de MC en 2024, lo proyecta como un hombre sensato. La amnistía que pidió para Mario Aburto, asesino de su padre, lo refleja como alguien sin rencores. En Monterrey, donde fue alcalde, dejó una buena imagen.
Los panistas Ricardo Anaya y Mauricio Vila también aparecen en las mediciones de los encuestadores sobre opositores para 2030. Samuel García, gobernador de Nuevo León, punteaba, pero ha bajado. Manolo Jiménez, del PRI; Jorge Álvarez Máynez, de MC; Lilly Téllez, del PAN, y Alito Moreno, del PRI, completan la lista.
Colosio hizo una recomendación para sacar a la oposición de la mediocridad en la que se encuentra: “Dejar de patalear y hacer berrinches por cualquier cosa; de ser oposición y realmente ser una alternativa. Responder no sólo con críticas, sino con propuestas. Y sobre todo, no dejar de lado a quien debemos de estarle hablándole: a la gente de México”.
* Bajo consigna de “No más poder al poder”, el empresario Claudio X. González, la activista Ana Lucía Medina y jóvenes de organizaciones afines anunciaron ayer el inicio de una campaña para recabar 130 mil firmas ciudadanas.
El objetivo es presentar, en el Congreso, una iniciativa electoral de los ciudadanos, a principios de 2026. La prpuesta contiene cinco “irreductibles”: un árbitro justo y autónomo; cancha pareja para los contendientes, cero trampas, fuera delincuencia organizada, y no a la sobrerrepresentación.
En un acto convocado en el Hotel Hilton Alameda, Claudio X. declaró: “El camino que marcan López Obrador y Sheinbaum hacia el autoritarismo es tramposo, es autoritario y es peligroso. Es tramposo, porque usa la máscara del lenguaje democrático para destruir la democracia. Es autoritario, porque quita a los ciudadanos lo que es su derecho, para dárselo a un puñado de ambiciosos del poder. Es peligroso, porque busca cerrar las puertas al cambio y a la alternancia política,” puntualizó.
* Noroña no entiende que no entiende. Es senador de un partido en el poder que incluye, entre sus mandamientos, la austeridad republicana. Él dice que no está obligado a observar ese principio. No le gustó lo que leyó la mañana de ayer en Reforma. Su nota principal titulaba: Hace gira Noroña en avión privado.
Lo hizo patente ayer, entrevistado en su escaño. Cubierto con una kufiya (bufanda) palestina, justificó su vuelo a Coahuila con el argumento de que la “compañera Presidenta dijo que cuando es necesario se puede utilizar el avión”.
—¿Se justificaba?, le preguntaron.
—Claro, porque tenía poco tiempo para hacer la gira por Coahuila. Estuve en Torreón, en Francisco I. Madero, Piedras Negras y Acuña en dos días. Requería moverme con mayor rapidez.
Y acusó al gobierno de Coahuila de subir el video de manera ilegal.
—¿Va a transparentar el costo del vuelo?, insistieron.
—No tengo nada que transparentar. Voy a seguir recorriendo el país, anunció.
El vuelo redondo, según el citado diario, costó alrededor de 14 mil dólares. Algo así como 280 mil pesos.
Sin comentarios.
* El senador de Morena Manuel Huerta Ladrón de Guevara fue el que presentó el polémico artículo transitorio que hacía retroactiva la nueva Ley de Amparo.
El Senado aprobó el transitorio. Al día siguiente, la Presidenta se deslindó. “No lo propuse”, dijo. En comisiones, la Cámara de Diputados le quitó al dictamen la retroactividad. Como fue modificado, regresará al Senado. Ayer le pedimos al senador Huerta desentrañara el misterio de la autoría del transitorio. “Aquí lo elaboramos, con asesoría”, aseguró.
—¿De quién?, insistimos. Ya no especificó.
Las palabras de la Presidenta, ayer en la mañanera, parecen confirmar los señalamientos de un senador de Morena que nos dijo, fuera de grabadora, que el autor del transitorio fue el ministro en retiro Arturo Zaldívar. Sheinbaum dijo que, de acuerdo con lo que platicó con Zaldívar y con Ernestina Godoy, “hay jurisprudencia en la Corte, en donde se han aprobado leyes que tienen que ver con los procedimientos y que, aunque venga un juicio desde antes, los nuevos procedimientos hacia adelante ya se hacen a partir de la nueva ley. Digamos que a la hora de aprobar, quedó mal una pequeña redacción”, puntualizó.
Juegos de poder
¿Está muerto el T-MEC?
A los estadunidenses no les gusta la visión estatista que tiene el gobierno mexicano en el sector energético con la dominancia de los dos monopolios públicos del Estado (Pemex y CFE).
Leo Zuckermann
Excelsior
No, el T-MEC no está muerto.
Está tan vivo que es lo que le ha permitido a México seguir exportando hacia Estados Unidos con una tasa de arancel efectiva de alrededor del 4 por ciento.
Antes que entrara Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos, esta tasa era casi cero. Ahora se pagan más aranceles, pero, comparativamente con otros países, el nuestro tiene una carga impositiva menor. Esto es gracias al acuerdo trilateral de libre comercio que sigue vigente. La mayoría de las exportaciones mexicanas están entrando al vecino del norte bajo el paraguas del T-MEC.
Muy bien.
Sin embargo, Estados Unidos está violando el T-MEC. Ha impuesto todo tipo de aranceles. Por eso ha subido la tasa efectiva. Hay sectores económicos que han sufrido un incremento importante en las tarifas como la producción de acero, aluminio y cobre, más la industria automotriz.
En el ánimo de no enfrentarse con Trump, el gobierno mexicano ha decidido pasar por alto las violaciones al tratado. No ha utilizado los mecanismos de resolución de controversias del T-MEC para defenderse del aumento unilateral de los aranceles. En este sentido, aunque vivo, el tratado parece enfermo.
¿Curable o mortal?
Ésa es la pregunta.
Ni duda cabe de la enfermedad del T-MEC a la que podríamos denominar “proteccionismo comercial”. A diferencia de sus antecesores, el presidente Trump no cree en el libre comercio. Tiene una visión mercantilista del siglo XIX. Cree que su país puede ganar más poniendo aranceles con el fin de salvaguardar a la industria manufacturera de ese país que efectivamente está en declive porque, como toda economía desarrollada, Estados Unidos hoy exporta más servicios que bienes de consumo.
Esa visión proteccionista no va a cambiar de aquí a que termine Trump su periodo presidencial. Ergo, el T-MEC estará enfrentando esa enfermedad. Regreso, entonces, a la pregunta: ¿es pasajera o en algún momento el paciente fenecerá?
El gobierno de Estados Unidos está enviando todas las señales de su intención de enterrar al T-MEC.
Antier, el presidente Trump abrió la posibilidad de que termine el tratado trilateral para pasar a uno bilateral con México y otro con Canadá. Esto es lo que más le conviene a Estados Unidos al ser la economía más fuerte de las tres. En las negociaciones puede presionar más a sus vecinos por separado.
Creo que por ahí va la tirada de Trump. Si es así, la enfermedad actual del T-MEC efectivamente será terminal. En el mejor de los casos, daría paso a un nuevo tratado bilateral con México.
Estados Unidos ya está presionando a México en diversos temas. Así lo reveló el Representante Comercial de la Casa Blanca, Jamieson Greer, el pasado 3 de octubre. Se quejó de que México “juega con otras normas y no se vale”. En particular señaló tres sectores clave en los que, según Estados Unidos, nuestro país está incumpliendo con el tratado: energía, telecomunicaciones y agricultura.
A los estadunidenses no les gusta la visión estatista que tiene el gobierno mexicano en el sector energético con la dominancia de los dos monopolios públicos del Estado (Pemex y CFE).
También han visto cómo una de sus grandes empresas de telecomunicaciones, AT&T, ha perdido hasta la camiseta en sus inversiones en México por no poder competir en igualdad de circunstancias en contra del monopolio de Carlos Slim protegido por las autoridades gubernamentales.
Y en el caso de la agricultura, ahí está toda la tontería de prohibir la importación de maíz transgénico desde Estados Unidos sin evidencia científica que lo justificara. El asunto generó un conflicto que precisamente fue resuelto a favor del vecino del norte en un panel del T-MEC.
Greer es el jefe negociador de los estadunidenses en el proceso de revisión del T-MEC que formalmente comenzará el 1 de julio de 2026 pero que, en la práctica, ya empezó. El mismo reconoció que ya están ocurriendo las discusiones con nuestro gobierno sobre los temas que preocupan a los estadounidenses.
“Confiamos en que en el mes próximo estaremos en condiciones de saber cuál es la posición de México en estos asuntos”, dijo. Así que pronto sabremos hasta qué punto el gobierno mexicano está dispuesto a relajar su estatismo energético, combatir las prácticas monopólicas de Slim en las telecomunicaciones y abandonar la superchería de los transgénicos para salvar a un T-MEC que está vivo, pero enfermo.
Astillero
Trump, ¿paz en Gaza y Palestina? // Maltrato a los seis y al embajador // Reversa a la “retroactividad” // Gobernadora de Baja California anuncia divorcio
Julio Hernández López
La Jornada
El presidente de Estados Unidos se apresuró a publicar en su cuenta de Truth Social la aceptación firmada de Israel y Hamas para una primera fase de un proyecto amplio de pacificación, que incluye el intercambio de prisioneros y rehenes, el retiro de fuerzas israelíes hacia una línea acordada y, presuntamente, el desarme de la citada organización armada palestina.
Trump, quien insiste en creerse merecedor del Nobel de la Paz, ha propuesto un plan de aparente aquietamiento que en principio han aceptado las partes combatientes. En primera lectura es importante que se avance en la pacificación de esa zona, aunque habrá de verse si en los detalles se estanca o vuelve a estallar.
No queda claro qué seguirá luego del retiro de las fuerzas de Israel y cuál es el compromiso exacto de Hamas en cuanto a desarme. Si este grupo se deshace de su armamento, quedará a expensas de una nueva acometida de Israel, que sólo se habría “retirado” a una línea específica. También será importante avizorar los alcances de los planes de reconstrucción en Gaza, que alimentan la voracidad empresarial estadunidense, y la conformación específica de un nuevo órgano de gobierno, con Estados Unidos deseoso de ganar y controlar lo más posible.
En México, mientras tanto, muy de mañana habían llegado al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México los seis connacionales que formaron parte de la flotilla embarcada rumbo a Gaza, con ayuda humanitaria, que fue detenida con violencia por el ejército de Israel y secuestrados los viajeros, para irlos liberando días después, por etapas.
Varios de los mexicanos repatriados señalaron que hubo maltrato físico, tortura y una agresividad que alcanzó al propio embajador de México en Israel, Mauricio Escanero, un diplomático de carrera hacia el cual hubo coincidentes reconocimientos por su eficaz labor. Según se aseguró, hubo un trato verbal grosero y desatento contra el representante del Estado mexicano.
El regreso a casa de los navegantes, en el contexto de la liberación general de los detenidos procedentes de diversos países, no atemperó las exigencias de que, ante el genocidio israelí practicado en Gaza, asuma una postura más firme, sin tibiezas, el gobierno mexicano (a cuyo canciller, Juan Ramón de la Fuente, expresamente se le ha reprochado su adhesión o cercanía con el sionismo).
Vale también destacar que los viajeros retornados plantearon que, más allá de lo que les sucedió en lo personal, debe estar el propósito central de mantener la vista puesta en lo que pasa en Palestina y redoblar la batalla mediática y política en su apoyo.
Astillas
Los diputados corrigieron la plana a los senadores en cuanto al aberrante artículo transitorio que pretendía otorgar retroactividad a reformas a la Ley de Amparo. Con la corrección, es decir, dejando el texto tal como originalmente lo había enviado la Presidencia de la República, pasará al Senado, donde seguramente aceptarán la enmienda… Sin embargo, la oposición señala que este enredo relacionado con la retroactividad sirvió para aparentar que hay ánimo de rectificación, en este punto escandaloso, a la vez que se mantienen otros aspectos nocivos de dicha reforma… En Palacio Nacional fue presentado a empresarios de 17 países (miembros del Foro Económico Mundial) el Pastel, perdón, el Plan México (promovido por Alta Gracia Neoliberal) que descansa, entre otros puntos, en la creación de 26 Polos de Desarrollo Económico para el Bienestar; 15 en todo el país y 11 adicionales en el sur sureste, “que son un esquema con incentivos económicos para la inversión”, según dijo la presidenta Sheinbaum… La gobernadora “morenista” de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda, informó ayer que está en proceso de divorcio de Carlos Torres, un ex panista este año afiliado a Morena. A ambos les retiró Estados Unidos la visa en mayo pasado. Torres era, a título “honorario”, jugoso coordinador de proyectos de regeneración de espacios públicos con su esposa gobernadora…
México SA
Trump: más veneno al T-MEC // Sheinbaum: “somos optimistas” // ¿“Socios, aliados y amigos”?
Carlos Fernández-Vega
La Jornada
El cavernícola de la Casa Blanca repite el guion de su primera estancia en la Oficina Oval: amenaza con cancelar el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC, “sustituto” del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN, que entró en vigor el 1º de enero de 1994); reitera que “ha sido el peor acuerdo comercial jamás firmado, un horror”; apunta a llevar a cabo “tratos diferentes” (bilaterales, no trilaterales), y, en fin, que la “renegociación” no es su problema, sino de mexicanos y canadienses, oficialmente sus “socios, aliados y amigos”. Que se hagan bolas, dice.
Ante el inicio de “consultas” y “revisión” del T-MEC (al que México se aferra), de nueva cuenta Donald Trump acelera su maquinita de chantajes e imposiciones en materia comercial (como en tantos otros sectores) y desde ya manifiesta su rechazo a un tratado que él mismo aprobó y firmó, de tal suerte que si “fue un horror” (lo mismo dijo del TLCAN) debe asumir su responsabilidad y no culpar a terceros, como acostumbra.
Mañana quién sabe qué dirá y cómo procederá (se desdice todos los días), pero ahora, cuando apenas los “socios, aliados y amigos” calientan motores para “consultas” y “revisiones” (que culminarían en 2026), el cavernícola asegura que “podríamos renegociarlo (el T-MEC) y eso sería bueno, o simplemente podemos hacer acuerdos diferentes. Podríamos hacer tratos que sean mejores para cada uno de los países; me da igual; quiero hacer lo que sea el mejor acuerdo para este país, y también teniendo muy presente a Canadá”, país éste al que le patea el trasero cada vez que puede, y puede seguido (recuérdese el caso del ex primer ministro Justin Trudeau en Mar-a-Lago y la permanente amenaza de “convertir (a esa nación) en el estado número 51”, la que reiteró en su reciente encuentro en la Casa Blanca con el primer ministro Mark Carney).
El tema no es nuevo, porque desde su primera estancia en la Casa Blanca, Trump (sin olvidar las barbaridades que dijo en su campaña electoral) se pronunció abiertamente en contra del TLCAN, lo que llevó a su “renegociación” y al “nacimiento” del T-MEC, el cual se firmó el 30 de noviembre de 2018, es decir el día previo a la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, éste puso muchos peros (especialmente en materia energética: “no acepté lo que estaba originalmente en el proyecto y eso atoró la negociación y produjo nerviosismo, pero al final se llegó a un acuerdo; eso limpió mucho el camino, porque era un asunto fundamental para nosotros, algo que tenía que ver con nuestra soberanía”) y comenzó un proceso de revisión por la parte mexicana, con la anuencia gringa y canadiense, para finalmente entrar en vigor el 1º de julio de 2020, luego de lo que se denominó “protocolo modificatorio”.
Pero, un accidente más de la política, Trump de nueva cuenta ocupa la Casa Blanca y refrenda su hostilidad en el marco del T-MEC, un tratado que “es ley y debe respetarse”, como dicen por ahí, pero resulta más que obvio que ésta es lo menos que le importa al cavernícola y simplemente se la pasa por el arco del triunfo, porque “esa es su forma de negociar”, ergo, sólo hay que sortear las del cavernícola.
Sobre el punto, la presidenta Sheinbaum señaló que “el T-MEC es ley en Canadá, en Estados Unidos y en México, es decir, pasó por el Congreso. Si quisiera cambiarse, tendría que hacerse una revisión muy profunda. Puede ser que en el proceso de revisión haya reuniones bilaterales, que no todas sean trilaterales, porque hay algunas cosas importantes entre México y Estados Unidos, Estados Unidos y Canadá, y Canadá y México; es decir, no necesariamente todas tienen que ser trilaterales”.
La mandataria detalló que “hay cerca de 50 puntos que planteó Estados Unidos que considera ‘problemas de México’ frente al tratado. Muchas de ellas se están aclarando, porque no necesariamente es la visión que ellos tienen. Por ejemplo, en el caso laboral, ellos plantean que no hay suficientes recursos para los tribunales de Justicia Laboral. Ellos estaban contando nada más el presupuesto que da el gobierno federal, pero cada estado de la República da un presupuesto a sus propios tribunales. Si los juntas todos, son más de 4 mil millones de pesos. Entonces, cuestiones como ésas, sencillamente se aclaran y se resuelven. Y la revisión formal todavía no se abre. Y creemos que nos va a ir bien, somos optimistas”.
Las rebanadas del pastel
De la destartalada bola de cristal del FMI: “la economía mundial no va tan mal como se temía, pero está peor de lo que necesitamos; evoluciona mejor de lo que se esperaba, pero no lo suficiente”. ¿Dudas?