Columnas Escritas
Lo que dicen los columnistas

Donde no hay corrupción, hay efectividad
México lleva más de un siglo sin actualizar su jornada laboral. Hoy está entre los países con más horas trabajadas al año. Reducirla lo acercaría a los estándares de la OCDE.
Proceso
Recientemente tuvieron lugar mesas y diálogos para determinar la implementación gradual de la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales en nuestro país.
Este tema, de interés público, debe darse a conocer ampliamente. En caso de aprobarse es importante saber cómo se implementará, cuáles serán los pasos y la gradualidad del proceso.
Ya existen países donde la jornada de 40 horas es una realidad, como Estados Unidos, así como en varios países de Europa y América Latina.
Hay que destacar las ventajas y desventajas del nuevo esquema. Desde mi punto de vista, una de las ventajas, con la que coincido, es que las personas pueden ser más productivas. Desde mi experiencia en diversas instituciones públicas, siempre he procurado que la productividad sea efectiva, más allá del cumplimiento de horarios. No se trata sólo de permanecer horas en un escritorio, sino de lograr resultados.
Por ejemplo, en el extinto INAI se establecía que quien ingresaba a trabajar y no tuviera seis meses de antigüedad antes del periodo vacacional debía quedarse a realizar las famosas “guardias”. Éstas no siempre se requerían, ya que los plazos, por ley, se suspenden durante los periodos vacacionales. En mi caso, prefería que el personal con cinco meses y medio de trabajo también se fuera a descansar, igual que quien tenía 10 años. Convivir con la familia y desconectarse garantizaba su regreso con mejor ánimo y libre de estrés.
Estoy convencida de que el trabajo puede cumplirse en las horas establecidas, y que si se requiere más tiempo, por un imprevisto o una urgencia, debe ser decisión voluntaria del servidor público.
En mi etapa como coordinadora de la Plataforma Nacional de Transparencia, cuando había una afectación en los servicios y la plataforma debía estar en línea, trabajábamos las horas necesarias. En esos casos no hay horario que valga. Lo urgente se atiende.
He comprobado que un trabajador descansado produce más y se concentra mejor.
México lleva más de un siglo sin actualizar su jornada laboral. Hoy está entre los países con más horas trabajadas al año. Reducirla lo acercaría a los estándares de la OCDE.
Las empresas privadas han expresado su preocupación por el aumento de costos y el pago de horas extra. También se ha solicitado que éstas no sean gravadas. Se ha dado un interesante intercambio de ideas entre Gobierno y sector empresarial, que debe continuar.
Pero hay un factor clave en este debate: la corrupción. La jornada puede reducirse, pero si no se eliminan tiempos muertos, duplicidad de funciones, trámites innecesarios y burocracia, poco se logrará. Donde no hay corrupción, hay efectividad. Trabajar menos no es hacer menos, sino hacer mejor. Con instituciones funcionales y ciudadanos que confían.
Tanto en lo público como en lo privado, quien quiere dar resultados no se limita por el horario. Hay grandes servidores públicos y trabajadores comprometidos. Todo depende de la actitud y de eliminar obstáculos a la efectividad.
Quien aspira a mejorar su calidad de vida, que lucha por ser productivo y conservar su empleo, sabrá adaptarse a las nuevas dinámicas.
Veremos en las próximas semanas cómo avanza el debate. El tiempo dirá si fue un acierto. Pero insisto: sin eliminar la corrupción, ningún cambio traerá los resultados deseados.
Arsenal
“No dejen sola a la Presidenta…”
Francisco Garfias
Excelsior
El mensaje de Trump es claro. Van por los narcopolíticos mexicanos. “Tenemos que hacer algo al respecto”, dijo el presidente de Estados Unidos al promulgar una ley que codifica el fentanilo como sustancia controlada.
Y mientras el republicano aseveraba que las autoridades mexicanas están “petrificadas” frente a los cárteles de la droga, la Comisión Permanente guardaba un elocuente silencio sobre el caso de Hernán Bermúdez, exsecretario de Seguridad de Tabasco vinculado con el sanguinario grupo criminal La Barredora.
La razón del silencio es clara. Bermúdez ocupó ese cargo cuando el senador Adán Augusto López Hernández, líder de la mayoría morenista, fue gobernador de Tabasco (2019-2021).
El oficialismo no lo quiso exponer. La oposición tampoco intentó meter el tema “por la puerta de atrás”, como lo han hecho infinidad de ocasiones.
¿Prefiere ahorrarse la bronca con el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado?
* En corto le preguntamos a Rubén Moreira, jefe de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, su opinión sobre el silencio alrededor del tema. Su respuesta nos sorprendió. “En mucho está el pleito político que se está gestando en Morena (Adán vs. el gobernador Javier May), es de tal intensidad, que se perdieron hasta las formas.
“Allí se debería de buscar la génesis de eso que estamos viendo. Ante la falta de presencia formal de su líder moral, hay una clara descomposición dentro”, puntualizó el priista.
* Fuera del recinto legislativo, el PAN se le fue con todo a Adán Augusto. En rueda de prensa celebrada en la sede del partido (avenida Coyoacán), el diputado Federico Döring anunció que va a proponer, a nombre de su partido, la integración de una comisión especial para investigar a Adán Augusto y a todos los involucrados en el caso Bermúdez en la próxima sesión de la permanente.
Él sabe perfectamente que la demanda será desechada por la mayoría oficialista, pero busca poner el tema sobre la mesa.
El vocero nacional del azul, Jorge Triana, sostiene que desde 2019 la Sedena ya investigaba a Bermúdez por sus vínculos con el crimen organizado.
“Esto lo sabía Adán. Un grupo de asesores externos lo alertó de los vínculos criminales de Bermúdez. Sin embargo, prefirió despedirlos y designar a Bermúdez, alias Comandante H, secretario de Seguridad en Tabasco”, puntualizó.
* La diputada de MC Laura Ballesteros nos dijo que en su partido esperan una explicación por parte del coordinador de los senadores de Morena para que los vacíos no se llenen con versiones extraoficiales.
“Ya es momento de que Morena se haga cargo de sus malos resultados; de sus gobiernos vinculados con el crimen organizado, de sus gobiernos vinculados con la violencia y con la corrupción. No dejen sola a la Presidenta”, pidió.
Ya encarrerada, dijo que Sheinbaum se ha convertido en el único activo de un gobierno que tiene distintas funciones con distintos titulares. “Los vemos ausentes y omisos, igual al canciller que al fiscal general de la República. Ante esas omisiones, la Presidenta tiene que estar saliendo a llenar esos vacíos de poder y de información.
“No es un secreto para nadie lo que sucedió en Tabasco. No ha habido una sola declaración. Ni de la dirigencia de Morena ni de sus personajes principales”.
* En Morena no había muchas ganas de hablar del nexo Adán-Bermúdez. Legisladores guindas salieron a dar una rueda de prensa sobre Guanajuato.
Les hice la pregunta. La respuesta fue que ése no era el tema de la conferencia y que le preguntáramos al exgobernador de Tabasco cómo sucedió. “El problema es que Adán dice que no da entrevistas”, reviramos. Fue entonces que el senador Emmanuel Reyes se animó a hablar.
Dijo:
“Celebremos que la FGR está investigando al exjefe policiaco de Tabasco. No se está siendo omiso, no se está solapando. La posición de la Presidenta es clara: se está investigando.
“El senador Adán tendrá que responder por lo que, en su momento, vivió como gobernador en Tabasco. Me ofrezco a hablar con el senador para decirle que lo quieren entrevistar”.
Y punto.
* Ayer publicamos en este espacio que el diputado local del PAN en Coahuila, Gerardo Aguado Gómez, denunció al diputado del PT Ricardo Mejía Berdeja por “narcopolítico” ante la FGR. Va la réplica del petista:
“Es Manolo Jiménez (el gobernador). Éstos son prostitutos políticos que se alquilan para difamar y calumniar. Mi hoja de servicios está abierta. No tengo escoltas, puedo ir a la calle.
“Tú sabes que acuso siempre por nombre y apellido a los criminales. Hoy presenté una iniciativa para penalizar el reclutamiento forzado. Estoy a prueba de cualquier investigación.
“Pero el objetivo no es la investigación, es manchar. Yo he denunciado que, más allá de la paz coahuilense que se vende con bombo y platillos, Coahuila es hoy la capital del huachicol”, subrayó.
Razones
Tampoco alcanza la energía
La realidad es que no tenemos energía eléctrica suficiente para sostener el desarrollo del país, quizá sí en las posibilidades de generación, pero definitivamente no en la distribución.
Jorge Fernández Menéndez
Excelsior
Días atrás, la Comisión Federal de Electricidad recomendó a los empresarios consumir menos energía —en otras palabras, producir menos— para poder garantizar el abasto eléctrico y no sufrir cortes, mismos que comienzan a ser recurrentes, aunque aún son por corto tiempo, en buena parte del país, pero sobre todo en el sureste.
La realidad es que no tenemos energía eléctrica suficiente para sostener el desarrollo del país, quizá sí en las posibilidades de generación, pero definitivamente no en la distribución para abastecer la demanda creciente, pese a que el país prácticamente no ha crecido económicamente en los últimos años.
El déficit energético en México es una preocupación creciente frente al aumento sostenido en la demanda de electricidad, impulsado tanto por el desarrollo industrial como por el crecimiento poblacional. Estamos enfrentando riesgos evidentes de no alcanzar una generación suficiente para satisfacer las necesidades futuras si no se aceleran las inversiones en infraestructura eléctrica.
México cuenta actualmente con una capacidad de generación total de cerca de 87 mil 863 MW —de los cuales aproximadamente la mitad corresponde a CFE y el resto a empresas privadas— para cubrir una demanda máxima registrada de 50 mil 268 MW. Pero esa capacidad de generación no se equipara con la infraestructura de transmisión y distribución, que es claramente insuficiente.
Según los especialistas, las inversiones en generación y transmisión de energía deberían detonarse en este año para evitar que enfrentemos un déficit notable para fines del sexenio. El déficit energético pone en riesgo, además, la llegada de nuevas empresas, sobre todo las de alto valor agregado y consumo intensivo de energía, muchas de las cuales son parte de la economía del futuro.
El déficit energético actual se estima, según analistas privados, en un 30%, porque si bien la capacidad instalada reportada parece cubrir la demanda máxima, esta cifra no incluye futuras expansiones industriales, la electrificación de sectores como el transporte ni la transición hacia fuentes de energía más limpias. El hecho es que la oferta no es suficiente ni sustentable a largo plazo y, si bien el plan sectorial plantea inversiones superiores a 624 mil millones de pesos antes de 2030, las mismas, en términos reales, no han comenzado, mucho menos la transición a energías renovables, como tampoco se ha detonado la relocalización de nuevas empresas que el país esperaba, precisamente por limitaciones en infraestructura, sobre todo en agua y energía, y por temores evidentes en torno a la seguridad y la seguridad jurídica.
Los proyectos como el Plan México no pueden desarrollarse con carencias energéticas. En este contexto, incluso para reanimar la economía, la inversión privada es fundamental para ampliar la capacidad de generación, modernizar la infraestructura eléctrica y garantizar la seguridad energética. No hay forma de afrontar el incremento de la demanda sin inversiones privadas. Y, en energía, esas inversiones pueden ser muy importantes si se garantizan las condiciones de seguridad jurídica para las empresas.
Dicen fuentes oficiales que el esquema de participación actual de 46% global de generación para el sector privado no tendría que ser un problema porque aún no se alcanza ese límite y que el gobierno está abierto a inversiones privadas en energía que puedan potenciar la generación. Pero el problema está en la distribución de la misma, que es una actividad que se reservó exclusivamente para el Estado.
Pero el gobierno no está en condiciones, hoy, de hacer inversiones importantes en el sector, pese a que CFE, a diferencia de Pemex, tiene buenos números. Y no estará en condiciones de invertir en la infraestructura energética que se requiere tampoco el año próximo si las cifras económicas previstas no se mueven y si seguimos con un Poder Judicial que no garantice, más allá de las promesas oficiales, una real seguridad jurídica a los inversionistas.
Se necesita un marco regulatorio mucho más claro y predecible, a pesar de que, en ese ámbito, las autoridades están haciendo un esfuerzo real. Debe haber reglas claras, certidumbre jurídica y condiciones contractuales competitivas. Mientras que el exceso de regulación frena la entrada de capital privado.
El secreto pasa por la inversión en distribución de energía, el mayor problema del sector, ahí es donde se debería poner el mayor interés y donde se deben buscar mecanismos que incentiven la inversión privada. Salvando todas las diferencias, es como lo que sucede con Pemex Refinación: sin tomar medidas de fondo en la refinación, nunca se podrá sanear Petróleos Mexicanos. En energía nos debemos centrar, sí, en la generación, pero el cuello de botella está en la distribución, que está atada constitucionalmente al gobierno y el Estado. Son temas que también están en el corazón del T-MEC y que siempre han generado controversia con Estados Unidos.
Hablando de Estados Unidos, inversiones y expectativas económicas, Fitch degradó la calificación de Vector, CIBanco e Intercam hasta dejarlas en grado basura. Y todo con una simple notificación del Tesoro estadunidense.
Astillero
Trump: golpismo cantado // Desestabilizar, intimidar // Estados Unidos no se ve a sí mismo // Quintacolumnistas desatados
Julio Hernández López
La Jornada
En cumplimiento del multifactorial guion tan sabido, Donald Trump dio ayer un paso más en su propósito de desestabilizar a México y, en especial, al segundo gobierno de la llamada Cuarta Transformación.
Desde la Casa Blanca, Trump lanzó el golpe más explícito contra la administración Sheinbaum, al firmar la Ley para Detener Todo Tráfico Letal de Fentanilo ( Halt All Lethal Trafficking of Fentanyl Act: HALT, siglas en inglés y vocablo que significa detener).
Teatral, efectista, aseguró que los cárteles tienen mucho control sobre México y que la autoridad mexicana está petrificada para presentarse en sus oficinas, están petrificados sobre ir a trabajar (mentira e imprecisión tan evidentes que ayudan a calificar el resto del provocador libreto donaldino).
El ausentismo laboral de la élite gobernante (en sus tres niveles, ha de suponerse) se debería, según el hacendado inspector del trabajo apellidado Trump, a que los cárteles tienen un tremendo control en México (frase clave en las reiteraciones casablanquistas), en los políticos y los candidatos electos (aquí, el multimillonario se quedó a medias, sin precisar nombres, ni atreverse a acusar a Presidenta, gobernadores o legisladores en funciones, sino electos).
Perdonavidas, el esbozo de interventor dijo que quería ser diplomático, amable con México. Pero, caray, él no se puede quedar con los brazos cruzados, así que (escúchese el cabalgar de los jinetes justicieros gringos siempre dispuestos a salvar a otros, pero no a sí mismos): Tenemos que hacer algo al respecto. No podemos permitir que eso pase.
Trump golpea a México no para combatir de verdad el tráfico de drogas, sino para presionar a la presidenta Sheinbaum y conseguir más cesiones. El poderío concentrado de Morena y sus aliados y la viabilidad electoral que mantienen constituyen un objetivo a abatir por los halcones del trumpismo, que extienden sus garras en otros países latinoamericanos sin la resistencia institucional y popular que en México se mantiene.
El alegato del aparato gobernante de Estados Unidos se deslinda a conveniencia del rol proporcional que le corresponde en cuanto al crimen organizado y sus vertientes del tráfico de drogas y el lavado de dinero. Trump lanza amenazas al exterior, sin revisar sus complicitarios interiores; denuncia aparatos gubernamentales petrificados, sin reparar en la misma condición pétrea de una nación que reporta decomisos, detenciones y sanciones a bancos y empresas en una proporción ínfima en comparación con el altísimo grado de consumo de drogas, de redes de reparto y de lavanderías de alto nivel financiero.
La oratoria belicista de ayer ha sido preparada con toda oportunidad. Una constante narrativa antimexicana, el nombramiento de personajes abiertamente proclives a intervenir directamente en México, el envío de un coronel en retiro y ex agente de la CIA como embajador golpista, las reuniones con empresarios y aspirantes a políticos dispuestos a colaborar con los planes extranjeros, y la siembra y riego de quintacolumnistas que con anticipación han esparcido rumores, verdades a medias y mensajes pavorosos, como pavimentación del aterrizaje de las acciones del trumpismo y sus halcones.
Conviene, en estos momentos de tensión precocinada, recordar lo que es y ha sido Trump: obsceno agresor retórico de los mexicanos, utilizador de aranceles y otras medidas administrativas para chantajes políticos, entrampado por sus problemas internos (Musk, temores económicos, caída de popularidad, división de republicanos, ocultamiento del expediente Epstein), que usa a México como distractor con presuntos tambores de guerra.
Desde luego, los problemas internos de México deben ser resueltos por sus ciudadanos, no por golpes intervencionistas de una potencia que históricamente ha sido adversa a los intereses nacionales y populares, más ahora con el calculadamente agresivo Trump.
México SA
Trump: fábrica de bulos // ¿Y la lista de clientes? // Rebelión en la granja
Carlos Fernández-Vega
La Jornada
En su desesperado intento para alejar los reflectores de la lista de clientes (explotación sexual de menores) del pederasta Jeffrey Epstein (en la que, todo indica, él ocupaba un lugar privilegiado), Donald Trump se dedica a soltar bulos por doquier, especialmente en contra de su obsesión: México. Un día sí y el siguiente también, el susodicho los lanza, trátese de temas financieros, agropecuarios, migratorios, comerciales, geográficos, narcotráfico y los que se le ocurran, mientras bajo mil candados mantiene oculto el citado inventario.
El más reciente, que no el último, se cuenta el protagonizado por una de sus mascotas: Pam Bondi, cabeza visible del Departamento de Justicia y fiscal general de Estados Unidos, quien culpó, sin presentar pruebas y sin dar pista alguna sobre los grandes grupos de distribución de drogas estadunidenses, que muchos migrantes irregulares están haciendo el trabajo de los cárteles mexicanos, grupos a los que responsabilizó por la alta presencia de fentanilo y metanfetamina en varios estados de ese país ( La Jornada).
Esta funcionaria sólo repite el enloquecido, racista y xenófobo discurso utilizado por el propio Trump durante sus dos campañas electorales y sus dos estancias en la Casa Blanca. Se trata de la misma persona que un par de semanas atrás –con la mirada fija en su vecino del sur y otros enemigos de Estados Unidos– histéricamente advirtió: no nos dejaremos intimidar y mantendremos a nuestro país seguro, no sólo de Irán, sino de Rusia, China y México, de cualquier adversario extranjero que trate de matar, físicamente o por sobredosis, a nuestros hijos con drogas.
La información publicada por La Jornada aporta un elemento que la señora Bondi, por obvias razones, dejó fuera: según un estudio del conservador Instituto Cato, en 2021, 86.3 por ciento de los traficantes de fentanilo condenados eran ciudadanos estadunidenses, que están sujetos a menos controles en los pasos fronterizos o en el interior de los vehículos, es decir, no cuidan la casa propia, pero están duro que dale con las ajenas.
Ese dato se refuerza con uno de los más recientes informes sobre el fentanilo (2024) de la Comisión de Sentencias de Estados Unidos (agencia permanente e independiente dentro del Poder Judicial de aquel país, creada en 1984 por el Congreso; sus integrantes son nombrados por el titular de la Casa Blanca y ratificados por el Senado), el cual revela lo siguiente:
El 83.5 por ciento (de los condenados por tráfico de fentanilo) eran ciudadanos estadunidenses; 83.1 por ciento eran hombres; 43.7 por ciento tenía pocos o ningún historial criminal previo; 5.8 por ciento eran personas sentenciadas bajo las pautas para delincuentes habituales; el nivel de delito base medio en estos casos correspondió a entre 400 gramos y 1.2 kilogramos de fentanilo; se redujeron las penas por participación menor o mínima en el delito; los cinco distritos con mayores delitos de tráfico de fentanilo fueron: Arizona, Sur de California, Oregon, Norte de Texas y Oeste de Nueva York.
Algo más: de 61 mil 678 casos reportados a la Comisión en 2024, 18 mil 150 involucraron drogas; de ellos, 18 mil 29 tráfico de drogas; 20.2 por ciento involucraron fentanilo, un aumento de 255.7 por ciento desde el año fiscal 2020; de los sentenciados, 49.2 por ciento fue condenado a menos de cinco años de prisión; 27.7 por ciento de cinco a menos de 10 y 23.1 por ciento a 10 o más. La pena media para los delincuentes que traficaban con fentanilo era de 74 meses; 97.4 por ciento fueron condenados a prisión; 44.2 por ciento fueron condenados por un delito que conllevaba una pena mínima obligatoria; 43.9 por ciento fueron liberados de esa pena.
Desde el inicio de la segunda estancia de Trump en la Casa Blanca, la presidenta Sheinbaum preguntó: en Estados Unidos, ¿quién distribuye esa droga?, ¿quién la pone en venta?, ¿quién lava ese dinero?, ¿quiénes tienen problemas de adicciones? ¿A poco van a resolver el problema de las adicciones con aranceles? Pero no: mejor bulos para desviar la atención.
Las rebanadas del pastel
En la granja de Trump ha comenzado la rebelión de sus seguidores, no solo por negarse a divulgar la citada lista de clientes, sino por utilizar a instituciones del Estado (Departamento de Justicia, con Pam Bondi a la cabeza, y el FBI, que comanda Dan Bongino) para ocultar la información, es decir, lo contrario a lo que esa tercia prometió: revelar la verdad. Ahora, el inquilino de la Casa Blanca dice que se trata de un caso sórdido, pero aburrido; no entiendo por qué sigue siendo de interés; solo gente muy mala quiere que esto continúe.
