Columnas Escritas
Lo que dicen los columnistas

Luz en la sombra: una memoria viva por la transparencia
Espero que las mexicanas y los mexicanos encuentren en estas letras nuevos alicientes para seguir luchando por la transparencia desde las trincheras en donde nos encontremos.
Proceso
Presenté Luz en la sombra: Mi camino por la transparencia y el INAI en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), como lo he hecho en otros espacios. En esta ocasión acompañada de fundadores del Grupo Oaxaca, periodistas de investigación, académicos y ciudadanía comprometida. Un testimonio que sigue abriendo diálogos donde más se necesitan.
Cuando me propuse escribir este libro lo hice pensando en la imperante necesidad de que las mexicanas y los mexicanos conozcamos la historia de la transparencia en nuestro país y luchemos por su futuro.
Mi intención es aportar una visión crítica y reflexiva sobre lo ocurrido en México, durante los últimos años, en materia de derecho a la información y protección de datos personales; es decir, lo que ha pasado respecto a la libertad que tenemos como ciudadanas y ciudadanos para conocer el quehacer público del Estado y sus instituciones.
Esta obra es fruto de mi trabajo como comisionada del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, encargo que, a su vez, fue el resultado de un camino que he recorrido por distintas instituciones como el Órgano Interno de Control en la Federación, la Contaduría Mayor de Hacienda, la Contraloría General de Zacatecas —estado del que soy originaria— y el Instituto Zacatecano de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales.
El prólogo fue escrito por Rossana Fuentes Berain, periodista y exintegrante del Grupo Oaxaca. También me acompañó el Dr Ernesto Villanueva, integrante de este mismo grupo y fundador e impulsor de estos derechos en nuestro país. La obra está dividida en cinco capítulos: el primero “Sin transparencia no hay democracia”; el segundo, “Historia de la transparencia mexicana de 1977 a 2017”; el tercero, “Casos emblemáticos de la transparencia pública mexicana”; el cuarto, “El derecho a la información cambia vidas”; el cinco, “Adiós al INAI” y al final ofrezco un “epílogo” o conclusión a los lectores.
Esta obra la terminé de escribir a principios del año 2025, en medio del cambio profundo en el ejercicio del derecho de acceso a la información pública y la protección de los datos personales que atraviesa nuestro país.
Espero que las mexicanas y los mexicanos encuentren en estas letras nuevos alicientes para seguir luchando por la transparencia desde las trincheras en donde nos encontremos, alentando a las nuevas generaciones a defender nuestro derecho a la información y a proteger nuestra vida privada.
Además, al finalizar el libro las y los lectores podrán consultar las referencias bibliográficas de cada capítulo, así como un anexo en donde se presenta el desarrollo legislativo de las últimas dos décadas.
Gracias a Sonia Venegas Álvarez, directora de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, así como Abril Uscanga Barradas, profesora e investigadora de dicha facultad; a Sandra Romandía, periodista de investigación y de manera muy especial al director de este espacio, Proceso, Jorge Carrasco.
La historia continúa.
Arsenal
Metamorfosis en el Congreso
Francisco Garfias
Excelsior
Otra vez el Fobaproa volvió a desatar pasiones, gritos, descalificaciones entre el oficialismo y la oposición. Hubo hasta recomendaciones de “tomarse un té de tila, manzanilla y pasiflorina” para calmar los ánimos.
Nada más que ahora se invirtieron los papeles en la sesión de la Comisión Permanente que siguió al cierre del periodo ordinario de sesiones de febrero-abril.
Juzgue usted: la oposición pide hoy que se dejen de pagar los 50 o 60 mil millones de pesos anuales que nos cuesta esa deuda (la cifra es del diputado priista Rubén Moreira).
Morena, por el contrario, mantiene su postura de seguir pagando esa deuda “por responsabilidad”, según el diputado Alfonso Ramírez Cuéllar.
Ambos sostuvieron un debate personal que le sirvió al priista para decirle sus” verdades” a Ramírez Cuéllar. Desde su escaño apuntó: “Usted endeudó al país. Peña Nieto dejó 10.5 billones de deuda. Andrés Manuel dejó 18 billones de pesos y cuando termine el año que entra van a ser 20 billones de pesos. Ésa es una tragedia y la hizo usted que vota el presupuesto y la Ley de Ingresos. Yo no voté ningún Fobaproa, pero usted sí votó esas deudas.
“Usted está matando a los niños, porque no hay vacunas. Usted no le pone presupuesto. Usted votó un tren que no circula, un aeropuerto que no tiene vuelos, una línea aérea que no tiene aviones, una refinería que no ha refinado una tina”, subrayó.
En el debate salió a relucir que el costo original de la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, era de 8 mil millones de dólares. Van en 21 mil millones de dólares y contando.
Ramírez Cuéllar, quien era barzonista cuando se aprobó el Fobaproa, reviró con la afirmación de que PAN y PRI aprobaron la conversión de deudas privadas en deudas públicas.
“Eso es lo que aconteció y todavía, a esas alturas, estamos sufriendo las consecuencias de ese hecho tan vergonzoso para la historia de nuestro país”.
* Más tarde, en rueda de prensa, le pedimos a Moreira que abundara en el tema. No sólo abundó, sino que además lo extendió: “Estamos en medio de la embestida de un estado que se quiere convertirse en una entidad autoritaria y dictatorial. Quien no lo esté viendo comete un error”, dijo.
Y enfocó sus baterías en la famosa Agencia de Transformación Digital que se crea con la iniciativa para una nueva Ley de Telecomunicaciones que a partir de mañana será revisada en foros en los que participarán las partes involucradas.
“Esa agencia tiene rango de secretaría de Estado. Puede bajarle el switch a todo”, dijo Moreira.
El diputado coahuilense incluyó en su respuesta la Ley de Seguridad e Inteligencia. Destacó que la citada Agencia de Transformación forma parte del Consejo de Seguridad. Preguntó: ¿No nos estamos dando cuenta de que es un ente dictatorial?
* No faltó el tema de Paco Ignacio Taibo II, director del Fondo de Cultura Económica, y su propuesta de retirar la concesión a una televisora (TV Azteca). “Fue aplaudido y festejado en el Consejo Nacional de Morena”, subrayó el exgobernador de Coahuila.
Alertó: “Están desmantelando la democracia en este país. Vienen elecciones de jueces seleccionados por el oficialismo. Quitaron los órganos autónomos. ¿Dónde nos vamos a defender?, ¿dónde nos vamos a informar?”, se preguntó.
El nombre del expresidente Zedillo volvió a salir para descalificarlo. La diputada morenista, Dolores Padierna, abrió la agenda política con una embestida al Fobaproa, al que calificó como “el fraude más grande de la historia de México”.
Calificó a Zedillo de “aval de las ambiciones y voracidad” de los banqueros. Pero al argumentar por qué hay que seguir pagando el Fobaproa, utilizó argumentos similares a los que Zedillo esgrimió cuando se aprobó el Fobaproa, un 12 de diciembre de 1998.
“No pagar la deuda significaría incrementar las tasas de interés. México ya no podría renegociar la otra deuda. Habría mucha inflación, desempleo, y caída de ingresos”.
¿Usted entiende al oficialismo? Yo no.
* No me canso de repetir que Gerardo Fernández Noroña es el presidente de la Mesa Directiva del Senado más parcial que he visto en décadas. Le quedó muy grande el cargo.
Una y otra vez ha ignorado su tarea de velar por el equilibrio en las libertades de los legisladores y los grupos parlamentarios. No se ha enterado que representa al Senado y no a Morena.
Ayer ordenó que le cerraran el micrófono al diputado del PRI, Rubén Moreira. Tuvo ríspidos intercambios con la aguerrida senadora del PAN, Lilly Téllez cuando abordaba el tema de Paco Ignacio Taibo II.
A Dolores Padierna le dio diez minutos para exponer su intervención sobre el Fobaproa y a los demás grupos parlamentarios sólo cinco. Afortunadamente su encargo como presidente de la Mesa Directiva termina en agosto próximo y ya ha dicho que no se va a reelegir.
Número cero
Gobierno podría encallar en elección judicial
José Buendía Hegewisch
Excelsior
El gobierno de Sheinbaum podría encallar en la elección judicial como barco asentado en arenas tóxicas. En la recta final parece coladera sin filtros por donde puede escurrirse cualquier candidatura oprobiosa y ganar el cargo. Sus fallas de diseño generan muchas dudas sobre el proceso cuando aún está por venir la máxima prueba de la participación para legitimar la reforma. ¿Quién es responsable de fallos e inconsistencias que afectan una inédita elección a nivel mundial? La respuesta, como en Fuenteovejuna, será que todos y nadie; en exculpaciones similares a las que cobijaron la impunidad del sistema actual que, paradójicamente, justifica la reforma. El reparto de culpas sacude el proceso, mientras el Congreso ensaya maniobras jurídicas para impugnar una veintena de candidaturas “altamente riesgosas”; que se les escaparon a los comités de elegibilidad sin tiempo para atajarlos entre 3,414 aspirantes que irán a las urnas el 1 de junio.
Y que el INE se rehúsa a eliminar porque no fue el responsable de revisarlas y aduce que tendría que esperar hasta que sean electos. Ni cómo tapar el pozo hasta que el niño aparezca ahogado, aunque afecte la confiabilidad del proceso.
La reforma es una promesa que Sheinbaum llevó a las urnas para sacar adelante el plan C de López Obrador con una mayoría que no necesitara del acuerdo con la oposición; ahora toda la responsabilidad del resultado de una elección al vapor recaerá sobre su gobierno, como autor de una ruta con poca certeza y confianza a la mayor transformación del aparto de justicia en un siglo. Aun cuando antes de aprobarse promoviera un debate que, sin embargo, no se reflejó en definiciones claras sobre los procedimientos y mecanismos de control adecuados. La urgencia de acallar críticas sobre los estándares democráticos de la elección y la presión por consumar el plan C al inicio de su mandato pudo más que la serenidad y “cabeza fría” que Sheinbaum ha demostrado en otras situaciones tan delicadas, como manejar las amenazas de Trump o las resistencias a su reforma contra el nepotismo.
¿Por qué? El temor al obstruccionismo del Poder Judicial, como reclamara López Obrador, para lanzar la reforma parece haberla persuadido de librar cuanto antes un escollo que frenara su proyecto, como exigía también su antecesor. Aunque al elevadísimo costo de convertirse en el mayor factor de incertidumbre para su gobierno, quizá mayor que el torbellino comercial de Trump; y a riesgo de quedar varado en un banco radioactivo que envenene la confianza, la inversión y el crecimiento. La corrupción judicial y, sobre todo, la impunidad juegan a favor de la reforma, pero se impuso un diagnóstico político más que la rigurosidad jurídica, a diferencia del caso del freno a la de telecomunicaciones ante las críticas de otros contrapoderes, como los grandes medios. Y el resultado es que ahora, a la puerta de las urnas, nadie puede subsanar los fallos y frenar candidaturas con carpetas de investigación abiertas por delitos graves como peculado, abusos sexuales y defensores del crimen organizado, tras haber logrado burlar los filtros de idoneidad de los comités de evaluación de los Poderes.
El puñado de candidaturas que pide al INE eliminar es, en efecto, un número pequeño, como defiende Sheinbaum, pero suficientemente ilustrativo de los desafíos a la legitimidad y certeza del proceso. Las historias se cuentan con ejemplos y la de la elección tiene que asimilar algunas tan sorprendentes como una candidata a juez en Chihuahua, Silvia Salgado, que hace unos años defendía al Chapo Guzmán; u otro aspirante a la Corte, César Gutiérrez Priego, que hace campaña con filtraciones para inculpar de narco al expresidente Zedillo.
Por no hablar de las campañas sin contenido ni propuesta en redes por parte de candidatos desconocidos para la gente, cuya máxima aspiración es identificar su nombre con un color y su número en la boleta para recibir el voto, sin despejar la duda sobre su idoneidad para ocupar el cargo de juez, magistrado o ministro. Y si todas estas inconsistencias asoman como un banco de arena para la reforma, el mayor desafío para su legitimidad será la prueba del ácido de la transparencia en las urnas y participación en la elección, cuyas estimaciones rondan entre el 8 y 15 por ciento. El peligro para el gobierno es que se inmovilicen sus propósitos de justicia en nuevos tipos de obstruccionismo de candidatos ligados a grupos políticos o al narco a cambio de los que quiere remover.
Astillero
Rubalcava, Tlaxcala y un empresario especial // Desde marzo lo festejaban // Senadores y un magistrado // Sheinbaum asume costos
Julio Hernández López
La Jornada
El pasado 19 de marzo, el empresario José Luis Salinas Gutiérrez, con senadores de la 4T entre sus invitados y un magistrado electoral, celebró su cumpleaños y aprovechó el viaje para mencionar que Adrián Rubalcava, quien estaba a su lado, sería el director del Metro.
En el entusiasmo del momento, Salinas (extrovertido, constantemente deseoso de hacer bromas) mencionó que ocupar tal cargo en la Ciudad de México es mejor que ser gobernador de Tlaxcala. Hubo aplausos y risas. El ex priísta, que un mes y medio después sería confirmado como integrante del equipo de Clara Brugada, se escabulló: él lo dijo, y pidió que el tema no fuera publicado.
El episodio muestra que la designación de Rubalcava estaba determinada desde varias semanas atrás y era del conocimiento cuando menos de ciertos personajes políticos y judiciales. Según se ha identificado en los videos de la fiesta, asistieron los senadores morenistas Emmanuel Reyes Carmona (suplente, en funciones, de Marcelo Ebrard y miembro de La Luz del Mundo) y la hidalguense Sandra Simey Olvera Bautista, además de la petista colimense Ana Karen Hernández y el chiapaneco del Verde, Luis Armando Melgar, relacionado con el grupo empresarial de Ricardo Salinas Pliego. También, un magistrado federal electoral, el temporalmente cuatroteísta Felipe Fuentes Barrera, muy utilizado en meses recientes para defender posiciones de Morena, sobre todo en cuanto a la reforma judicial.
Además, el anfitrión es un ejemplo claro de la vinculación de los poderes político y económico. Salinas Gutiérrez fue accionista del tequila Don Ramón (que patrocinaba la sección de Las mangas del chaleco cuando Joaquín López Dóriga dirigía el noticiero nocturno de Televisa) y ahora mantiene una franquicia.
En 2023 dijo a la revista Valores, que lo puso en su portada: somos productores de aguacate, desarrolladores de casas de interés social, también departamentos de lujo, ahora estamos incursionando en la gasolina y estuvimos también en temas de guarderías (https://goo.su/UVZYsXY). Sumamente dedicado a las relaciones públicas, recorre ciertos territorios de las élites católicas y empresariales (también es dueño de El Pollo Feliz, en Jalisco) y se aplica al ámbito de los políticos; antes, los del priísmo, y ahora, del morenismo.
En septiembre de 2017, Salinas se casó con Iris Vianey Mendoza, entonces senadora perredista por Michoacán (en 2023 ya mencionó que era soltero). Padrinos de velación: Miguel Ángel Osorio Chong y su esposa, Laura Vargas; de lazo, Omar Fayad y su esposa, Victoria Ruffo, y de arras, el entonces titular de la Procuraduría General de la República, Raúl Cervantes Andrade, aunque este no asistió al acto religioso. Varios grupos y solistas estuvieron a cargo de la parte musical, entre ellos, Los Ángeles Azules, Pablo Montero, El Chapo de Sinaloa y Los Cadetes de Linares (https://goo.su/ZCYUzCJ).
Algunos medios de comunicación mencionaron que en 2014 la senadora perredista había sido señalada por presuntas cercanías con Los Caballeros Templarios, a partir de una fotografía en la que se le veía de fiesta con Melissa Plancarte, hija de Enrique, quien en aquella época era el segundo al mando del grupo criminal dirigido por Servando Gómez, La Tuta. La senadora Mendoza pidió licencia para que la investigara la PGR, que no encontró indicios.
Astillas
La presidenta Sheinbaum asumió parte del costo político de la designación de Rubalcava en el Metro al proponer, en su conferencia matutina de prensa, que se le diera una oportunidad y que se le valorara más adelante conforme a los resultados que, dijo, confía en que serán buenos… Y en el entorno de Clara Brugada había voces que aseguraban que la asignación del cargo no había sido por voluntad de la jefa del Gobierno capitalino… Y, mientras en El Vaticano continúa el proceso de votación para elegir al sucesor del papa Francisco, en un debate entre continuidad o freno.
México SA
Zedillo y su rescate carretero // No le gusta la obra pública // Ferrocarriles y mucho más
Carlos Fernández-Vega
La Jornada
La más reciente pataleta de Ernesto Zedillo provocó una apabullante respuesta de la presidenta Sheinbaum, enfocada, fundamental pero no únicamente, en el multimillonario cuan ilegal rescate bancario que ordenó el nuevo prócer de la democracia (Krauze y Aguilar Camín dixit) para beneficiar a los barones del dinero y endosar la factura a todos los mexicanos, misma que, tres décadas después, no terminan de pagar, mientras los banqueros se hinchan de ganancias.
Pero el tema no acabó ahí, con todo y que el ex inquilino de Los Pinos se pasea con la boca sangrante. En la mañanera de ayer la mandataria comentó una de las grandes propuestas de Zedillo: designar un auditor internacional independiente para revisar contablemente las obras de la 4T, como el Tren Maya y la refinería Olmeca. En todo caso, debió comenzar con sus ilegales rescates y salvamentos, que no fueron pocos, con recursos públicos.
Dijo Sheinbaum: lo que pasa es que a ellos (Zedillo y su pandilla) no les gusta que haya regresado la obra pública en México, que estemos construyendo tantas carreteras con recursos públicos; creen que todo debería ser privado, que las carreteras deberían concesionarse todas; bueno, a eso se dedicaron. Y luego, concesionaron todo y también él rescató las carreteras, ¿con qué?, con recursos públicos. Eso, no están de acuerdo que se haya construido un tren, que hayan regresado los trenes de pasajeros. ¡Pues si él los privatizó y los desapareció!, y después se fue a trabajar a una de las empresas beneficiarias de la privatización.
Cierto: no sólo privatizó Ferrocarriles Nacionales, ni exclusivamente rescató a los banqueros, sino que lo hizo con otros integrantes de la oligarquía autóctona, decisión que, como en el caso del Fobaproa, ha implicado el uso de multimillonarios recursos públicos, como en el caso del rescate carretero, ordenado por Zedillo en agosto de 1997, con un costo original de alrededor de 58 mil millones de pesos (indemnizaciones incluidas), cuyos pasivos, al cierre de marzo de 2025, suman cerca de 170 mil millones, sin considerar el voluminoso cuan interminable pago de intereses a lo largo de los últimos 28 años.
Y es la misma historia tétrica del régimen neoliberal: todo para el gran capital, comenzando por los recursos públicos. Por cierto, entre las frases célebres de Zedillo está aquella de “no tengo cash” cuando en una de sus giras una indigente se le acercó a pedirle dinero para comer, y esa fue su respuesta. Pero, ¿qué tal el permanente cuan multimillonario cash para la oligarquía que los mexicanos no terminan de pagar?
Salinas de Gortari concesionó a privados 52 carreteras de la red federal (con una vigencia de 50 años); cinco años después y mediante un decreto, Zedillo rescató 23 de ellas con recursos públicos y, ya saneadas, limpias de polvo y paja, Fox y Calderón las volvieron a concesionar y agregaron otras, hasta sumar 45. En los primeros 10 años de ese rescate, de los bolsillos de los mexicanos salieron cerca de 100 mil millones de pesos sólo para el pago de intereses. A pesar de ello, la deuda del rescate se incrementó 178 por ciento (de cerca de 58 mil a 161 mil millones).
¿Beneficiarios del rescate carretero? Entre otros, Grupo Mexicano de Desarrollo (GMD, de la familia Ballesteros), Triturados Basálticos (Tribasa, de David Peñaloza y la familia Hank), Ingenieros Civiles Asociados (ICA, entonces con Bernardo Quintana a la cabeza), Protexa (de la familia Lobo) y Gutsa (de la familia Gutiérrez Cortina, el de la Autopista del Sol, pésimamente construida y eternamente reparada… por el gobierno federal). Por cierto, todos ellos también fueron rescatados por el Fobaproa.
Los neoliberales ni la burla perdonaban: en 2007, el entonces secretario calderonista de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, anunció más concesiones carreteras, con lo que, decía, la deuda del rescate zedillista terminará de pagarse en 2019, es decir, cuando esa deuda sumó (aparte intereses) 248 mil millones de pesos, y la cuenta sigue.
Pero Zedillo privatizó no sólo los ferrocarriles: aeropuertos, puertos, electricidad, gas natural (con la trasnacional Repsol a la cabeza), satélites, minas y lo que se quede en el tintero.
Entonces, se entiende por qué no le gusta la obra pública.
Las rebanadas del pastel
En su campaña electoral, Ernesto Zedillo prometió a los mexicanos bienestar para la familia, pero no aclaró que únicamente sería para la familia oligárquica. Y le cumplió con creces, a costillas de la nación… Va un enorme abrazo para mi Chícharo amado por una velita más en su pastel. ¡Salud!
