Columnas Escritas

Lo que dicen los columnistas

Published

on

La relación México-Estados Unidos en la incertidumbre

Si tomamos en cuenta la importancia que se había dado a la relocalización de empresas en México, la nueva incertidumbre es profundamente disruptiva. El tan comentado Plan México pierde viabilidad.

Olga Pellicer | Proceso

Las primeras semanas del gobierno de Trump han resultado aún más amenazantes y disruptivos de lo que se había esperado. Los anuncios relativos a la nueva geopolítica mundial que, encabezada por Estados Unidos, pretende apropiarse de Groenlandia, controlar el Canal de Panamá, convertir la franja de Gaza en la Riviera del Medio Oriente, desmantelar a la OTAN y arreglar, conjuntamente con Rusia, el fin de la guerra de Ucrania son sólo un botón de muestra de ambiciones imperialistas desbocadas, indiferentes a principios elementales que permitan una convivencia civilizada entre países y regiones del mundo.

La noticia de un proyecto de ley presentada por líderes republicanos en el Congreso para revocar la pertenencia de Estados Unidos a la ONU es impactante. Sus consecuencias para el destino de las instalaciones existentes en Nueva York, el presupuesto de la organización (Estados Unidos siendo el mayor contribuyente) auguran el fin de las Naciones Unidas. Este final iría precedido de un discurso pleno de descalificaciones sobre el mal funcionamiento de la organización, su ineficiencia y objetivos contrarios, según los representantes de Trump, al interés de Estados Unidos.

El ambiente internacional que se está conformando deja pocas posibilidades para contrarrestar la arrogancia, la soberbia y la irracionalidad que acompaña la nueva era de Trump, cuyo rasgo sobresaliente es el desconcierto y la impotencia que provoca.

En México tales son los sentimientos que dominan.  Por una parte, poco se ha avanzado en la definición de los aranceles que serán aplicados a partir del próximo 14 de marzo. Las pláticas apenas han comenzado y al momento de escribir estas líneas el panorama sigue siendo bastante opaco.

Por otra parte, la presencia de drones y aeronaves no tripuladas sobrevolando el espacio aéreo mexicano para recolectar información principal, aunque no únicamente, sobre los laboratorios de fentanilo, abre una gran interrogante sobre los proyectos al futuro de cooperación entre México y Estados Unidos en materia de seguridad.

La clasificación de ocho organizaciones delictivas como organizaciones terroristas extranjeras, de las cuáles seis operan en territorio mexicano ( las más conocidas el Cártel de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, la Familia Michoacana y el Cártel del Golfo) es una decisión que contribuye a profundizar esa incertidumbre.

De acuerdo con las leyes internas de Estados Unidos, toca al Departamento de Estado establecer los criterios e identificar las organizaciones consideradas terroristas. Interesante señalar que no hay, hasta ahora, organizaciones que tengan que ver con cárteles de narcotráfico. El único país latinoamericano, además de México, que se encuentra entre dichas organizaciones es Colombia, en su caso por motivo de acciones de insurrección militar. 

A partir de esos antecedentes hay preguntas clave para reflexionar sobre las consecuencias para México de los acuerdos o desacuerdos a que se llegue con el gobierno de Trump.

La primera pregunta es, ¿cuál es la consecuencia de tener la amenaza de imposición de aranceles, posiblemente durante los cuatro años que Trump esté en el poder?

Si tomamos en cuenta la importancia que se había dado a la relocalización de empresas en México, la nueva incertidumbre es profundamente disruptiva. Es posible que algunas empresas decidan realizar inversiones, es aún más probable que varias opten por esperar. En resumen, la incertidumbre tiene resultados concretos que pueden resumirse en el escepticismo sobre el crecimiento de la economía mexicana los próximos años. El tan comentado Plan México pierde viabilidad.

La segunda cuestión, y la más compleja, es referente a las acciones en materia de seguridad. En primer lugar, existe la decisión del gobierno de Claudia Sheinbaum de establecer una cooperación para combatir la producción y envío de fentanilo a Estados Unidos. Los vuelos de aeronaves no tripuladas en el espacio aéreo del territorio mexicano no son nuevos, pero se ha intensificado notablemente. La información obtenida está siendo compartida. Los reclamos soberanistas persisten por parte de la presidenta mexicana llegando incluso a la reforma constitucional para asegurar que ello no dé lugar a acciones intervencionistas. Poco significado pueden tener tales reformas. 

Los verdaderos obstáculos para esa cooperación son de otra índole. En primer lugar, cabe preguntarse si tiene una utilidad real, es decir, si se logrará de verdad terminar con la fabricación y tráfico de Fentanilo.  

En segundo lugar, hay dudas sobre si la colaboración que ya se ha decidido tiene apoyo dentro de las filas del partido en el poder. Parte de dicha colaboración se refiere a la “alianza imperdonable” (según dice Trump) que existe entre políticos y narcotraficantes. Dentro de tales políticos hay varios que pertenecen a las filas de Morena.

El tema ha dado lugar a un interesante debate entre quienes consideran que para México es fundamental atacar a los narcotraficantes lo cual requiere, sin duda, de la acción conjunta con Estados Unidos. Se propone entonces buscar un Tratado de Seguridad entre México, Estados Unidos y Canadá que establezca con claridad los compromisos y concesiones que están dispuestos a tomar cada una de las partes contratantes.

 Las opiniones están divididas. Si para algunos terminar con los cárteles es sin duda un objetivo prioritario para México, que no se puede lograr sin el apoyo de Estados Unidos; para otros el costo de ese apoyo es muy alto y no proporciona confianza. Dadas las características del gobierno de Trump, más vale buscar otras alternativas.  

Las diferencias anteriores nos llevan a la pregunta final, ¿puede México escapar a su profunda vinculación geopolítica y económica con Estados Unidos, independientemente de quien se encuentre en el poder?

Lo cierto es que lograr ese entendimiento defendiendo al mismo tiempo los intereses del país es el gran desafío que, con altibajos, avances y retrocesos ha caracterizado la historia de México desde su nacimiento como país independiente.

Enfrentar tal desafío sólo es posible si se logra un apoyo generalizado de las fuerzas políticas internas, no sólo en las filas del grupo en el poder sino en el conjunto de la sociedad. ¿Puede surgir ese consenso en las condiciones actuales? Por lo pronto la respuesta es no.  La incertidumbre es la única certeza en estos momentos difíciles.

Razones

El Mayo no tiene quien le escriba

En Nueva York, donde está siendo procesado, existe la posibilidad de que se le condene a la pena de muerte, aunque no se aplica desde hace décadas.

Jorge Fernández Menéndez | Excelsior

Y a El Mayo Zambada le ha dado por el género epistolar. La nueva carta de El Mayo enviada por sus abogados al consulado mexicano en Nueva York es una suma de amenazas, chantajes y algunas verdades mezcladas con algunas mentiras. Pero básicamente lo que pide El Mayo es que lo regresen a México, que no lo juzguen en Estados Unidos, donde dice que pueden aplicarle la pena de muerte, y amenaza que si no, hablará y provocará el derrumbe del gobierno.

Es literalmente imposible, o mejor dicho sería inviable, que la administración Sheinbaum pida el regreso de El Mayo Zambada, pese a que varias figuras de la 4T han comenzado a tratar de hacer avanzar esa posibilidad. No es viable por muchas razones: primero por la simple política real: Estados Unidos jamás aceptará regresarlo luego de que logró atraparlo después de años de que las autoridades mexicanas (por lo menos durante la administración de Peña y la de López Obrador) lo dejaron prosperar sin molestarlo. Segundo, porque en realidad el gobierno de nuestro país no sabe qué pasó con El Mayo.

Lo que sabemos es lo que él mismo cuenta en la misiva anterior y que la FGR ha aceptado, pero nada más. Todavía hoy se sigue insistiendo en pedirle información a la Unión Americana sobre lo que sucedió aquel 25 de julio cuando El Mayo y Joaquín Guzmán López llegaron en un avión al aeropuerto de Santa Teresa, en Nuevo México, a pocos kilómetros de El Paso.

Si esa versión fuera cierta, como parece aceptarlo la FGR, es incomprensible que tantos meses después no se haya tomado medida alguna más allá de abrir una investigación por “traición a la patria” contra Joaquín Guzmán López. Si esa versión es considerada cierta, por qué no se investiga si el gobernador Rubén Rocha iba a participar en esa reunión o no; quién mató a Héctor Melesio Cuén; deberíamos saber quiénes han sido investigados y detenidos por el montaje que hizo la fiscalía del estado sobre la supuesta muerte en una gasolinería del diputado federal electo y exrector de la UAS; quiénes participaron en organizar esa hipotética reunión, por qué El Mayo, que siempre se movía con un fuerte dispositivo de seguridad (recordemos la última entrevista de María Scherer con éste, realizada muy poco antes de su detención), llegó a esa reunión con sólo dos guardaespaldas que, por cierto eran agentes de la Policía Judicial del estado. Ninguna de esas preguntas ha tenido respuesta por parte de las autoridades mexicanas porque la verdad es que no se sabe qué sucedió ese día o quizá lo sucedido es tan políticamente peligroso que es preferible no divulgarlo.

El Mayo argumenta que si no se le regresa a México, se le aplicaría la pena de muerte. Es una posibilidad muy lejana porque por más que Trump insiste en ese tema, en Nueva York, donde está siendo procesado, existe esa posibilidad (porque está acusado de delitos federales que ahora son catalogados, además, como terrorismo), pero no se aplica desde hace décadas. Aunque en realidad lo que dic erá obligado, para eludir la pena de muerte, a hablar tanto que destruirá al propio gobierno mexicano. Es un chantaje.

Eso nos lleva nuevamente a la vertiente política de todo este tema. México está realizando una notable operación de desmantelamiento de laboratorios y detenciones de los principales operadores de esas organizaciones criminales, en especial de Los Chapitos y la caída de Iván Archivaldo parece ser simplemente una cuestión de tiempo. Pero las agencias estadunidenses tienen una lista de aproximadamente 40 personas, entre políticos, funcionarios o exfuncionarios mexicanos, que ellos consideran que tienen lazos con el crimen organizado y que con la nueva declaratoria de terroristas se convierten en sus objetivos.

Si más allá de las exitosas operaciones antinarcóticos no se comienza a actuar en el ámbito político, la tentación de acciones discrecionales de Estados Unidos crecerá geométricamente. Con un agregado: será El Mayo Zambada, a partir de que no sea regresado a México, el que proporcionará esos y otros nombres. Recordemos que su próxima audiencia en un tribunal de Nueva York será el 22 de abril. Y atención, porque la del chapito Ovidio, será, en principio, el 27 de febrero en Chicago.

Y para colmo El Mayo designó como sus abogados y representantes en México nada menos que a dos muy ligados a Morena: Juan Pablo Penilla y Juan Manuel Delgado, condecorados por la Cámara de Diputados y la de Senadores, asesores judiciales “honorarios” de Tamaulipas, con fotos en la campaña con la entonces candidata Sheinbaum y visitantes frecuentes de legisladores en ambas cámaras.

Lo cierto es que se vuelven a cruzar en el caso de El Mayo los gobiernos de Sinaloa, Tamaulipas y las dirigencias de Morena. Y por ahí van también las listas de objetivos estadunidenses. Y aquí seguimos esperando que estalle la bomba.

Saludos nazis

Eduardo Verástegui, cuya representatividad política en México es nula, imita a Steve Bannon y Elon Musk haciendo un saludo nazi en la conferencia de acción conservadora de Miami. Qué ridículo, qué insensato.

Francisco

Mientras estamos preocupados por la salud del papa Francisco hay que leer y recomendar la carta del Papa enviada a los obispos estadunidenses sobre el tema de la migración y las deportaciones, un mensaje de sensatez y ética política.

Juegos de poder

Sobre cuánto poder tiene Claudia Sheinbaum

Ahora resulta que Sheinbaum no tiene tanto poder como pensábamos.

Leo Zuckermann | Excelsior

Un muy interesante debate ha comenzado: ¿cuánto poder tiene, en realidad, Claudia Sheinbaum?

Todo surgió a propósito de la permanencia de Rubén Rocha como gobernador de Sinaloa. El tipo es impresentable, un lastre para la 4T. Sus vínculos con el crimen organizado son evidentes.

Muchos se preguntan por qué la Presidenta no lo ha invitado/presionado a renunciar o, de plano, iniciarle un proceso judicial que desemboque en su salida como gobernador.

El 12 de febrero, en Milenio, Denise Maerker lanzó una pregunta pertinente: “¿No quiere o no puede Claudia Sheinbaum mandar un potente mensaje de que durante su gobierno no se tolerará ninguna complicidad entre autoridades y crimen organizado?”.

Al día siguiente, también en Milenio, Jorge Zepeda le hizo eco: “¿Cuál es el poder que realmente tiene Sheinbaum? ¿Para cuánto le alcanza?”.

Resulta que muchos estábamos argumentando (me incluyo) que la 4T estaba desmantelando instituciones democráticas, concentrando el poder en el Ejecutivo y estableciendo un régimen autoritario cuando, de pronto, aparece la idea de que, a lo mejor, la Presidenta no tiene tanto poder como pensábamos.

Según Zepeda: “La consolidación del liderazgo de Sheinbaum es un proceso inacabado”. La Presidenta “irá de menos a más” y “una vez en vuelo crucero y en pleno ejercicio de todos los botones y palancas del tablero podría comenzar la depuración ética de su movimiento”.

Ahora resulta que Sheinbaum no tiene tanto poder como pensábamos. Puede ser, pero también suena a pretexto. En política, muchas veces no se trata de cuánto poder tiene un gobernante, sino de su voluntad de ejercerlo.

Sheinbaum sí tiene mucho poder formal, el jurídico que le otorgan las leyes al Ejecutivo federal. Controla una chequera de nueve billones de pesos, es la comandanta de las Fuerzas Armadas y cuenta con un millón 620 mil empleados. Puede utilizar muchísimas palancas de la Presidencia para imponer su voluntad a otros. No es poca cosa ni puede menospreciarse.

En todo caso, donde puede haber más debate es en qué tanto poder de hecho tiene, es decir, la capacidad real de influir o controlar acciones y eventos más allá de las normas legales.

Pongamos el ejemplo de la Fiscalía General de la República (FGR). En el sexenio pasado, el fiscal, a pesar de ser autónomo, se subordinó a los dictados del Presidente, como ocurría en los tiempos en que los procuradores dependían del Ejecutivo federal.

Uno pensaría, en este sentido, que la Presidenta cuenta con el enorme poder de perseguir judicialmente a los que se resistan a cumplir con su voluntad, la ancestral práctica mexicana de utilizar políticamente a la justicia.

Resulta que la FGR comenzó a investigar el asesinato del archirrival de Rocha, Héctor Cuén, en la reunión en que Estados Unidos secuestró a El Mayo Zambada. La Fiscalía encontró irregularidades y omisiones de las autoridades sinaloenses. Súbitamente, sin embargo, la FGR ya no volvió a hablar del caso. Alguien presionó a la FGR para darle carpetazo al asunto.

La pregunta es si fue o no la Presidenta. Si fue ella, se estaría comprobando el poder real que tiene sobre la FGR. Si no fue ella, habría otras personas que, de facto, ejercen ese poder en detrimento del poder presidencial.

Hace unas semanas comenzó a hablarse de la posibilidad de utilizar la “revocación de mandato” como posible vía para remover al gobernador. Días después apareció la fotografía de Andrés Manuel López Beltrán, hijo de AMLO y secretario de Organización de Morena, dándole su credencial del partido a Rocha.

El poder también se ejerce a partir de los símbolos. Y si alguien sabe hacer eso es AMLO. La foto se trata de un espaldarazo del expresidente al gobernador. Una de las destinatarias que recibió ese mensaje fue la Presidenta.

Poder es el que demostró AMLO al final del año pasado. Ya con un nuevo Congreso y Sheinbaum en funciones, el expresidente logró que se aprobaran varias de sus reformas constitucionales. Eran de él y no de ella. Los legisladores de Morena y aliados no les cambiaron ni una coma a las iniciativas originales del exmandatario.

¿Será la misma dinámica con Sheinbaum? ¿Tiene el Ejecutivo el poder de hecho sobre el Legislativo? ¿Los líderes morenistas en la Cámara de Diputados (Ricardo Monreal) y Senado (Adán Augusto López) implementarán la voluntad de la Presidenta sin chistar, tal y como lo hicieron con AMLO?

Maerker y Zepeda sugieren que Claudia todavía no tiene el poder de hecho sobre varios personajes y grupos de la coalición gobernante. Es una hipótesis tentadora. Si es así, la pregunta es si la Presidenta, con el poder legal y factual que ya tiene, podrá acrecentarlo paulatinamente, de tal suerte que un día pueda, por ejemplo, remover a personajes impresentables como Rocha. Porque de lo contrario…

Astillero

El Mayo y las trampas justicieras // Atender demandas o colapso // Colocar a Sheinbaum en dilema // Verástegui: saludo delator

Julio Hernández López | La Jornada

Le asiste al ciudadano Ismael Zambada García, apodado el Mayo, el pleno derecho de solicitar protección y asistencia diplomática y jurídica al gobierno del país del que es oriundo, sobre todo si, como es el caso, su detención y traslado al extranjero se produjo en una situación sumamente irregular, que el involucrado asegura constituyó un secuestro, y por la cual la administración de Estados Unidos no ha rendido cuentas y la mexicana no ha podido avanzar más allá de hacer preguntas.

En el alegato elaborado por sus abogados, Zambada García señala supuestas violaciones a leyes y tratados que, en principio, deberían ser atendidas con ánimo justiciero, más allá de las acusaciones y culpabilidad que al propio Mayo le correspondiera en materia de crímenes sistemáticamente cometidos.

Sin embargo, la planicie judicial se en-frenta a una serie de picos y abismos expre-sados por el propio Zambada; es decir, sus abo-gados, al mezclar el ejercicio de ese derecho conuna serie de consideraciones y expresiones po-líticas que parecieran ser amenazantes, hasta chantajistas, respecto al gobierno mexicano que, como es sabido, libra una delicada batalla de resistencia ante la política intervencionista de Donald Trump, en específico en materia migratoria y de cárteles del crimen organizado.

De manera expresa, el texto firmado por Zambada García advierte al gobierno de la presidenta Sheinbaum que no hacer caso de la exigencia de ayuda implicaría un colapso en la relación entre México y Estados Unidos. Alega que aceptar que se cometiese una injusticia contra él, como sería llegar a la ejecución de la pena de muerte, significaría abrir la puerta a similares abusos contra otros mexicanos.

Dado que es el capo mexicano que se mantuvo durante más tiempo en el negocio sin haber sido detenido (sino hasta el año pasado, en el episodio sumamente complejo, que aún no se esclarece), y que es reconocido como un personaje hábil en una especie de diplomacia con los poderes locales y nacionales de todas las denominaciones partidistas, todo en el marco de una corrupción institucionalizada, sistemática, se especula que la de El Mayo es una carta envenenada, que trata de colocar a la administración Sheinbaum en el difícil dilema de atender los requerimientos jurídicos legítimos de un ciudadano procesado de manera irregular en Estados Unidos (aunque ello alimentaría las versiones ya emplazadas en el sentido de que constituiría una confesión de identificación con el narcotraficante) o hacer caso omiso de tales exigencias y dejar al capo a su suerte, con el riesgo de que ello le dé motivo para soltar declaraciones y acusaciones, ciertas o falsas, en momentos sumamente críticos en la relación México-Estados Unidos.

Astillas

Deferencias de Donald Trump a Javier Milei en el marco de la ultraderechista Conferencia Política de Acción Conservadora realizada en Estados Unidos, mientras en Argentina un juez ha dado entrada a la demanda de investigación por la estafa con criptomonedas que significó pérdidas por más de 100 millones de dólares a seguidores del libertario que creyeron en su promoción de la moneda denominada $Libra. El mexicano Eduardo Verástegui, al que sin méritos políticos reales se le ha pretendido inflar como figura opositora en ese tipo de conferencias, se unió a la tendencia de utilizar un saludo en actos públicos que es similar al de los nazis: primero fue Elon Musk, luego Steve Bannon y finalmente el neocristero Verástegui.

Y, mientras en Alemania ha tenido mayoría electoral el conservadurismo, pero con un notable avance de la ultraderecha, ¡hasta mañana, con la creciente exigencia de que, a seis años del asesinato de Samir Flores, activista contra el Proyecto Integral Morelos, se castigue a los responsables (Cuauhtémoc Blanco y Hugo Eric Flores en la lista de necesaria investigación a fondo) y se frenen las agresiones ambientales y sociales en esa región!

México SA

No estoy contento // César insatisfecho // Netanyahu, genocida

Carlos Fernández-Vega | La Jornada

Qué lástima: quien se cree emperador del mundo por obra y gracia del destino manifiesto dice no estar contento con México ni Canadá, porque bajo su muy imperial óptica sus otrora socios y “amigos (hoy, según él, firmes candidatos a convertirse en los estados número 51 y 52 de Estados Unidos) no han hecho lo que él ha ordenado. Y parece un cuento, pero no: Donald Trump cree tener derecho a decidir quién sí, quién no y en qué medida cumple sus instrucciones, cuando él no ha hecho nada más que amenazar y chantajear.

Lo que son las cosas: en semanas recientes el gobierno mexicano ha incautado cantidades récord de droga (4 toneladas de metanfetaminas, entre lo más reciente, más fentanilo y cocaína) y armas de uso exclusivo del ejército gringo que ingresan por contrabando, al tiempo que ha capturado a un buen número de narcotraficantes, mientras en los últimos seis años el gobierno canadiense ha desmantelado, en su territorio, cerca de 50 laboratorios de fentanilo, incluido uno de proporciones gigantescas en enero pasado, localizado en la Columbia Británica.

Pero, en este tenor, del gobierno estadunidense no se conoce una sola detención relevante de narcotraficantes (de hecho, los tiene que secuestrar en México, como a Ismael El Mayo Zambada, operativo del cual se ha negado a informar), megaincautación de drogas ni aseguramiento de armas de alto calibre ilegalmente destinadas a México, de tal suerte que si alguien ha incumplido los acuerdos es el propio Donald Trump, como si en su país todo fuera color de rosa. En cambio, el César neoyorquino ha sido muy aplicado a la hora de agredir, amenazar y chantajear a todo el mundo, mientras mantiene irresueltos los grandes problemas internos de su país (por ejemplo, anualmente mueren alrededor de 100 mil personas por sobredosis de estupefacientes). Tampoco, operativo alguno para aprehender a los responsables gubernamentales por la introducción masiva de droga, porque no llega a territorio gringo como por arte de magia.

Por ejemplo, el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos advierte que la disponibilidad de fentanilo ilícito sigue aumentando vertiginosamente en el país y la afluencia de pastillas que lo contienen es particularmente alarmante. ¿y quién permite el ingreso y distribución de ese estupefaciente? Pero resulta que el gobierno estadunidense ni siquiera tiene una campaña antidrogas para combatir su consumo, de tal suerte que Trump se vio en la penosa necesidad de aceptar la oferta de la presidenta Sheinbaum para reproducir la que se lleva a cabo en México.

Sin embargo, Trump se da el lujo de decir que no está contento con sus vecinos sureño y norteño (obviamente descontentos e insatisfechos con el proceder del César), mientras él no ha movido un dedo para detener a los capos gringos –especialmente los dedicados a la venta de fentanilo– ni desmantelar la distribución de droga en su territorio. Ahora, habría que ver qué sucedería si un día desaparece el abasto de estupefacientes en una sociedad como la estadunidense, que se fuma hasta las cortinas.

Información del gabinete de seguridad del gobierno mexicano da cuenta de que en los últimos cuatro meses en territorio nacional fueron detenidas casi 12 mil personas por delitos de alto impacto, se aseguraron 124 toneladas de droga, incluyendo un millón 266 mil 750 pastillas de fentanilo; se incautaron 5 mil 692 armas de fuego, se desmantelaron 192 laboratorios clandestinos para la elaboración de metanfetaminas, se destruyeron 154 plantíos de amapola en 16 hectáreas y 100 plantíos de mariguana en ocho hectáreas; desde octubre pasado, sólo la Secretaría de Marina, ha incautado cerca de 27 toneladas de cocaína en alta mar; y, ya en el exceso, se decomisaron seis kilogramos de fentanilo que pretendían enviarse por paquetería desde Acapulco a Nueva Jersey. Eso y mucho más.

Pero no está contento, sin observar el tiradero que tiene en casa.

Las rebanadas del pastel

El genocida Benjamin Netanyahu dice estar preparado para reanudar los combates intensos en cualquier momento en la franja de Gaza; terminaremos por completo los objetivos de la guerra. Es decir, se dice listo para continuar con el exterminio de palestinos e intensificar el expansionismo israelí, lo que da cuenta, por si alguien dudara, de que el supuesto alto el fuego decretado el pasado 19 de enero, con vigencia al 1º de marzo, sólo fue para refrescar tropas y rearmarse, siempre, desde luego, con el abastecimiento garantizado de Estados Unidos, cuyo mandatario ya decretó que los palestinos deben emigrar a Egipto y Jordania.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Lo más Visto

Salir de la versión móvil