Columnas Escritas
Lo que dicen los columnistas
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Arsenal
Los ‘otros datos’ y el ‘político pedorro del viejo régimen’
Francisco Garfias | Excelsior
Los “otros datos” es una marca registrada por la cuatroté. Andrés Manuel López Obrador la inventó y la utilizó con éxito para tapar ineficiencias y rezagos en materia de seguridad, salud, economía, educación, empleo.
Las cifras del anterior gobierno chocaban invariablemente con las de organizaciones no gubernamentales en temas como homicidios, secuestros, desapariciones, fallecidos por la pandemia, niños con cáncer, escasez de medicamentos, empleo…
En los 4 meses, 18 días que Claudia Sheinbaum lleva en el cargo no ha cambiado esa estrategia. En la mañanera del 28 de enero de 2025, la Presidenta aseguró, por ejemplo, que del 10 de diciembre de 2018 al 30 de enero del 2025 la reducción de los homicidios dolosos fue del 27 por ciento.
Y, sin embargo, las agencias especializadas en investigación reconocen que en la administración de AMLO fueron asesinadas alrededor de 200 mil personas, la cifra más alta en la historia del México moderno.
Sobre el tema, el jefe de la bancada del PRI en San Lázaro, Rubén Moreira, puso el dedo en la llaga al preguntarse:
¿Cómo transparentamos las estadísticas?
Explicó: “Hoy se nos está anunciado una baja de homicidios que muchos de nosotros consideramos que no es real. No se están contabilizando los hallazgos de fosas, no obstante que algunas de las inhumaciones son recientes”. Hizo otra pregunta: “¿Por qué la página de la Secretaría de Seguridad eliminó lo que se llaman ‘fuentes abiertas’ (reportes de prensa) que obligaban al gobierno a corregir?”. La respuesta es obvia.
* Nos cuentan que el fin de semana anduvo por Quintana Roo Gerardo Fernández Noroña, presidente de la mesa directiva del Senado, quien tiene planes para el 2030.
Entre otras cosas, se reunió con legisladores de Morena, pero sin la diputada federal guinda Marybel Villegas. “La gobernadora (Mara Lezama) la repudia”, explican las fuentes.
Noroña, como le gusta que lo identifiquen, aprovechó su estancia para hacer un mitin, en el que hizo una consulta a mano alzada sobre la propuesta de cambiar el nombre del municipio Solidaridad y ponerle Playa del Carmen.
El cambio es impulsado por la presidenta municipal de Solidaridad, Estefanía Mercado.
La funcionaria alega, no sin razón, que le pusieron ese nombre al ayuntamiento como un “favor político” —así se llamaban los programas sociales de Salinas de Gortari—, mientras que Playa del Carmen es una marca conocida internacionalmente.
Noroña preguntó:
“Alce la mano quien esté de acuerdo en que Playa del Carmen se llame Playa del Carmen (casi todos la levantaron)… Ahora alce la mano quien quiera que se llame Solidaridad (abucheos)”.
Afirmó: “Anda por ahí un político pedorro del viejo régimen que dice que le va a costar mil millones de pesos al municipio cambiar el nombre. Ni que fuéramos el PRIAN, todo se robaban, con cualquier pretexto andaban saqueando al pueblo.
“Nosotros surgimos del corazón del pueblo y al pueblo defendemos. Que se oiga bien y lejos: Playa del Carmen se seguirá llamado Playa del Carmen (sic)”. ¡Órale!
* El tren suburbano que correrá de la estación Buenavista hacia el AIFA no sólo registra un retraso de más de dos años, sino un sobrecosto de 70% del presupuesto original, afirma el diputado Héctor Saúl Téllez, vicecoordinador económico de la bancada del PAN San Lázaro.
El monto original de casi 13 mil millones de pesos que AMLO proyectó para la obra en 2021 va en 24 mil 548 pesos al cuarto trimestre de 2024 y contando.
“El gasto supera 21 mil 548 millones de pesos y la obra tiene sólo un avance de 85.3%”, puntualizó.
La misma historia que con “la refinería que no refina” (Dos Bocas). Hasta hoy ha costado 20.1 mil millones de pesos y nada que nos llega la autosuficiencia energética.
El costo inicial fue estimado por AMLO en 8 mil millones de dólares. El plazo de construcción era de tres años, con la promesa de alcanzar autosuficiencia en hidrocarburos. Estamos en 2025 y aún no refina.
* Les recomiendo que busquen en Latinus la videocolumna de Arturo Sarukhán, exembajador de México en EU. Habla sobre las similitudes entre AMLO y Trump.
Entre otras cosas, destaca que ambos líderes han recurrido a la purga de funcionarios de carrera, la erosión de pesos y contrapesos y la eliminación de organismos independientes.
“Es parte —dice— de una estrategia para debilitar las instituciones democráticas y reforzar su control sobre el aparato estatal”. ¿Coincide? Yo sí.
* Crece la versión en corredores del INE de que la comisionada del Inai Julieta del Río promueve ante su amiga Guadalupe Taddei, consejera presidenta del instituto, a Óscar Flores para la coordinación de Comunicación Social de ese órgano electoral. Pero hay un pequeño detalle. El comunicador promovido salió del Inai —donde ejercía esa función— por un escándalo de acoso sexual.
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Razones
Amenazas de aranceles y traiciones
Trump quiere reducir impuestos, pero no reducir el gasto.
Jorge Fernández Menéndez | Excelsior
Hay en la lógica de Trump, que está semana cumple apenas un mes en el poder, una suma de confusiones en las que ha metido al mundo, muy difíciles de comprender. Los aranceles son, sin duda, un instrumento para presionar y negociar, pero Trump y su equipo los entienden también como una forma de recaudar, por eso lo del 25 por ciento a todos los productos importados, o al acero y el aluminio.
Son decisiones que económicamente tendrán más costos que beneficios para la sociedad estadunidense, porque dispararán la inflación y afectarán la productividad de su país, y que tampoco lograrán compensar lo que quiere en el fondo Trump, que es reducir los impuestos a las grandes empresas.
Ayer sostuvo que considerará el IVA como una suerte de arancel y que a todos los países que apliquen el IVA a sus productos les cobrará un arancel extra. No tiene el menor sentido, más de 170 países cobran IVA a sus consumidores, incluyendo por supuesto Estados Unidos, que además tiene impuestos locales al consumo adicionales al IVA general. El impuesto al consumo tampoco es un arancel: el IVA es un impuesto que grava el consumo de bienes y servicios en cada etapa de la cadena productiva y no discrimina entre bienes nacionales e importados. A diferencia de un arancel, que es un impuesto específico sobre bienes importados, el IVA se aplica por igual a todos los bienes y servicios en el país donde se implementa, o sea se aplica a los consumidores de cada país, y en absoluto se aplica sólo a bienes importados. En la Unión Europea se aplica un IVA diferenciado a los productos que vienen de fuera, pero también existen mecanismos para regresar el IVA a los productores y evitar que tengan una doble tributación.
La tendencia internacional más liberal pasa por mantener y generalizar el IVA y reducir los impuestos al consumo, para gravar el primero y fomentar precisamente el gasto y el ahorro con menos impuestos a las ganancias. Lo que quiere Trump es reducir impuestos, pero no quiere reducir el gasto, sino recuperar esa reducción vía aranceles. Es una fórmula de principios del siglo XX que entonces terminó provocando la crisis de 1929.
Lo que resulta evidente es que Trump y su equipo han designado como su adversario principal a China, pero en lo inmediato sus medidas más duras van contra sus aliados, incluyendo a México y Canadá, pero sobre todo contra la Unión Europea. La amenaza de los nuevos aranceles equiparándolos con el IVA es directa contra la Unión Europea, pero se liga también con la forma en que Trump ha negociado con Vladimir Putin una hipotética paz en Ucrania.
Lo que Trump ha hecho con Ucrania es terrible: en los hechos no lo considera un país agredido; al agresor, a la Rusia de Putin, le ofrece una negociación concediendo los temas principales (que mantenga los territorios ocupados, cerca de 25 por ciento del territorio ucraniano, incluyendo la península de Crimea) antes de empezar las negociaciones y a cambio de nada; le dio a Putin talla de interlocutor privilegiado, sacándolo de su aislamiento internacional; ignoró a las autoridades ucranianas e incluso estaría dispuesto a obligar a Ucrania a convocar a elecciones inmediatas con el poco disimulado objetivo de terminar con el poder del presidente Zelenski; ha aceptado por adelantado que Ucrania no forme parte de la OTAN, uno de los temas centrales de la agenda ucraniana para impedir futuros ataques rusos y, además, ha dicho que como Estados Unidos ha financiado a Ucrania durante la guerra (lo que es verdad muy a medias) la Unión Europea no tiene derecho a participar en las negociaciones con Rusia. Son tantas barbaridades que es difícil comenzar por alguna. No sé a usted, pero la plática de Trump con Putin a mí me recordó el acuerdo Hitler-Stalin de repartición de Polonia en 1939.
No sólo eso, el vicepresidente JD Vance terminó prácticamente rompiendo con los países europeos en la reciente cumbre de Múnich, donde sostuvo que la Unión Europea se está convirtiendo en un Estado, imagínese usted, totalitario, porque mantiene políticas contra las agrupaciones ultraderechistas e incluso neonazis, las mismas que están impulsando el propio Vance, Elon Musk y otros personajes del entono trumpiano. Y comparó la militancia de la ecologista Greta Thunberg (una adolescente sueca, muy reconocida en ese ámbito y, para mi gusto, no siempre acertada en sus juicios y propuestas) nada más y nada menos que con las intervenciones en política electoral europea de Elon Musk, el hombre más rico del mundo y que, además, es funcionario y hombre de confianza de Trump.
La deriva de las decisiones en torno a Musk van más allá: su oficina de Eficiencia Gubernamental, más que recortar el gasto, lo que está haciendo en realidad es acabar con todas las políticas públicas con las que Trump (y Musk) no están de acuerdo. Éstas incluyen la exigencia de Musk de poder ingresar a la base de datos del sistema fiscal, donde se concentra toda la información privada de casi todo Estados Unidos y de cualquiera que haga allí negocios, una base de datos protegida por un riguroso sistema de acceso, a la que no entraba el propio presidente sin una causa justificada. El tema ya está en las manos de la justicia.
La idea que subyace en la actual Casa Blanca no sólo es un cambio en las relaciones globales, sino también una modificación profunda del sistema de gobierno del propio Estados Unidos. Los aranceles y todo lo demás son simples expresiones de esa intención autoritaria, proteccionista e ignorante de las relaciones globales.
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Juegos de poder
Ahí siguen los tiranos
Todo el mundo predecía, incluyéndome, que el régimen tiránico en Cuba no duraría mucho más tiempo. 34 años después, ahí siguen. Parecen inamovibles. Como ahí sigue la tiranía chavista en Venezuela.
Leo Zuckermann | Excelsior
La última vez que viajé a Cuba fue en 1991, en medio del “periodo especial”. La escasez campeaba y prevalecía una economía de trueque. La gente estaba muy enojada. Todavía vivía Fidel Castro. Todo el mundo predecía, incluyéndome, que el régimen tiránico no duraría mucho más tiempo. 34 años después, ahí siguen. Parecen inamovibles.
Como ahí sigue la tiranía chavista en Venezuela, a la que me ha tocado darle seguimiento desde que comenzó a gobernar Hugo Chávez, en 1999.
Ahora, desde luego, con Nicolás Maduro al frente. Se figura que no hay manera de sacarlos del poder.
Son dictaduras que han desarrollado mecanismos muy sofisticados para afianzarse y, la verdad sea dicha, al mundo le vale un cacahuate lo que está pasando en esos países.
A lo largo de los años he observado, con tristeza, cómo la democracia va feneciendo en Venezuela.
Día con día, Hugo Chávez se fue sacudiendo los pesos y contrapesos institucionales que caracterizaban a un régimen democrático.
El resultado ha sido una dictadura. Como en la antigua Roma, el presidente es el magistrado supremo con poderes extraordinarios. Un Ejecutivo que controla al Legislativo y Judicial, incluyendo a la institución que organiza las elecciones.
En una democracia no es posible que un solo gobernante haga lo que se le antoje sin que nadie lo cuestione. Que las minorías opositoras sean marginadas y no tengan la posibilidad de desafiar a la corriente mayoritaria. Chávez, y luego Maduro, a imagen y semejanza de su héroe, el dictador Fidel Castro, de Cuba, consolidaron el poder supremo de ordenar (o desordenar) lo que les apetecía.
Nicolás Maduro heredó la tiranía cuando Chávez falleció de cáncer en 2013. Este dictador, a pesar de haber perdido las elecciones del año pasado, sigue ahí; muy campante, aunque las actas electorales demuestran su derrota, tomó posesión por otro periodo más de seis años y mandó al exilio al candidato opositor que, de presentarse en territorio venezolano, sería encarcelado.
Terry Karl, politóloga norteamericana, estudió el proceso de democratización en Venezuela y el papel que jugó el petróleo en ella. En 1958, después de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, vino el Pacto de Punto Fijo, donde las distintas fuerzas políticas acordaron un régimen político para acomodar y procesar sus distintos intereses.
Esta democracia pactada terminó en un sistema de dos partidos dominantes que se iban alternando en el poder. Y, según Karl, los grandes recursos petroleros pagaron las cuentas de esta democracia subsidiando tanto a los negocios (la clase capitalista) como a los sectores populares (la clase trabajadora).
La democracia pactada comenzó a resquebrajarse cuando los precios del petróleo cayeron en la década de los ochenta. Para los noventa, los partidos estaban desgastados y desprestigiados. Fue entonces que surgió la figura de Hugo Chávez, quien, en 1992, intentó un golpe de Estado que fracasó. El militar fue encarcelado y luego amnistiado.
En 1998 se lanzó como candidato presidencial y ganó las elecciones por un amplio margen. La ineficacia gubernamental para resolver problemas básicos de la sociedad permitió que un golpista se convirtiera en presidente. Y Chávez, que nunca fue un demócrata, comenzó el desmantelamiento lento y paulatino de la democracia en su país.
Chávez, a diferencia de Maduro, siempre contó con un gran respaldo popular en su intento de perpetuarse en el poder sin tener ningún contrapeso. Y, una vez más, como fue el caso de la democracia pactada, la renta petrolera financió este nuevo régimen político. El dictador tuvo la suerte de contar con recursos extraordinarios que repartió entre las clases populares. Gran parte de la población estaba muy contenta con el boom consumista que tuvo Venezuela durante años.
La triste conclusión es que la gente está dispuesta a tolerar a un dictador a cambio de buenas cuentas económicas. Es una historia conocida. Ocurre hoy en China. Ayer sucedió lo mismo en la Alemania de Hitler o en el Chile de Pinochet. El dinero que legitima al poder absoluto que corrompe absolutamente. La muchedumbre que vende su democracia por un plato de lentejas.
Y, cuando las lentejas se acaban, como es la situación actual en Venezuela, los dictadores suelen estar muy bien asentados en el poder, por lo que es muy difícil sacarlos.
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Astillero
Milei: infantilismo político // Se exonera por su buena fe // Política y negocios estilo Musk // Desgasta a derechas y libertarios
Julio Hernández López | La Jornada
Javier Milei se parapetó tras una presunta inocencia, casi infantil, sustituida a tramos por un cinismo de crupier, más un irrefrenable (casi ciego) ímpetu por agregar a Argentina a los avances tecnológicos (sean éstos como sean, incluso fraudulentos), al salir a su primera entrevista (con el periodista Jonatan Viale, del canal Todo Noticias) luego del torbellino de la criptoestafa.
Lleno de tics, farfullante o enredado en varias partes de esa entrevista, obstinado en no ir realmente al fondo del problema, el presidente argentino pretendió hacerse sentir volátil, por encima de las minucias y miserias de la política, para dibujarse sin pecado concedido: arguyó que sólo difundió, pero no promovió la estafa de Viva la Libertad Project en su cuenta oficial de la Presidencia, con la liga a la página del proyecto y el formato para comprar la criptomoneda $Libra.
Para el libertario Milei, lo sucedido equivale a lo que puede acontecer en un casino donde la gente va a participar a sabiendas de los riesgos. ¿Responsables de la estafa?, pues los mismos participantes en la difusión que el propio Milei hizo: “los que entraron en ese mercado son traders de volatilidad; es como alguien que jugó a la ruleta rusa y le tocó la bala”. Además, alegó, ni fueron tantos los afectados: unos 5 mil, pero no los más de 40 mil que se mencionan; de los cuales muy poquitos son argentinos, pues la aplastante mayoría son chinos y estadunidenses.
La distorsión de la realidad que caracteriza al mandatario argentino le lleva a suponer que su buena voluntad, sus buenas intenciones, pueden fusionar el poder económico con el político, el interés empresarial con el gubernamental o el servicio público con el lucro. Un ejemplo de esa ruda incursión de las firmas privadas en el aparato gubernamental se está viendo en Estados Unidos con Elon Musk metido hasta las entrañas del gobierno federal, sus finanzas y sistemas internos, mediante una comisión crecientemente poderosa que creó otro representante de esa fusión del capital con la política, Donald Trump.
Vale tener muy en cuenta este episodio debido a las implicaciones de erosión que implica para la oratoria y la práctica política de los grupos de derecha, ultraderecha y libertarios que mantienen a Milei como referente. A primera hora de este jueves viajará a Estados Unidos para participar en el cónclave de esos grupos: la Conferencia Política de Acción Conservadora, que en 2022 fue organizada en México por Eduardo Verástegui, a quien Trump empujaba para ser el próximo presidente; en 2024 el anfitrión fue el propio Milei, en una reunión desangelada en Buenos Aires en la que participó el empresario Ricardo Salinas Pliego.
Más allá de la autoexculpación previsible (frase para enmarcar: no cometí ningún error, porque actué de buena fe), Milei deberá enfrentar la solicitud de juicio político con intenciones de destitución que probablemente no avanzará por la división de fuerzas partidistas en su Congreso, más las demandas penales en la propia Argentina y en Estados Unidos.
Por lo pronto, queda cascada la figura de quien mantiene a Argentina en una aguda crisis social a cuenta del logro estrangulante de estadísticas de presuntas mejorías en el papel. Si ha manejado y está manejando la economía de su país como lo ha hecho en el caso de la criptomoneda $Libra, a nadie extrañen futuras revelaciones de impericia, corrupción y amiguismo de buena fe. Los aliados de Milei también deben poner a remojar sus barbas libertarias, entre ellos los mexicanos Verástegui y Salinas Pliego.
Y, mientras el Instituto Nacional Electoral ha decidido publicar las listas de candidatos a cargos judiciales, a pesar de errores detectados, y que espera el Senado repare en pocas horas, ¡hasta mañana, con el aparato militar y harfuchista en acelerada recolección de muestras del tejido narco de México para tratar de conseguir que el dicta(mina)dor naranja entregue desdeñoso alguna calificación aprobatoria al cumplirse el mes de gracia!
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México, SA
Javier Milei, delincuente // Fraude con criptomonedas // Vivan las coimas, carajo
Carlos Fernández-Vega | La Jornada
El esperpéntico Javier Milei acumula 14 meses de gobierno masacrando socialmente a los argentinos (a los de hasta arriba no, porque les ha dado todo), pero ello no ha provocado mayor condena o rechazo por parte de los propios afectados, incluso en otras latitudes. Ha destrozado la vida de millones –especialmente jubilados y asalariados– y los ha condenado a la pobreza y la miseria.
Eso y más, pero como nadie lo contiene, Milei creyó que no habría consecuencias al participar y promover (vía la red X) un megafraude con una criptomoneda ($Libra; Viva la Libertad Project) que en cuestión de horas, muy pocas, se llevó entre las patas a los inversionistas y provocó pérdidas multimillonarias a quienes en él confiaron, en una trama en la cual las coimas también están presentes.
Parece que el hambre y el desempleo que Milei y su plan de gobierno han provocado resultan insuficientes para una condena mundial, pero como en esta ocasión hay plata de por medio, y más tratándose de una operación fraudulenta promovida y operada por el presidente argentino, parece que el ánimo cambia y termina en escándalo internacional.
Así, en cuestión de horas, este personaje, en connivencia con un grupo de especuladores del mercado de las criptomonedas, operó el multimillonario fraude, lo que provocó el repudio generalizado que ha llevado a la Cámara de Diputados a constituir la comisión de juicio político en contra de Milei “por mal desempeño y eventuales delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 53 y concordantes de la Constitución (mal desempeño en sus funciones o delito en el ejercicio de sus funciones); se investigará y dictaminará sobre la responsabilidad del presidente de la nación por su posible participación en la presunta defraudación vinculada a la criptomoneda $Libra”.
Además, el Código Penal de Argentina trata de negociaciones incompatibles con el ejercicio de funciones públicas. El artículo 265 estipula que ese accionar será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis años e inhabilitación especial perpetua al funcionario público que, directamente, por persona interpuesta o por acto simulado, se interesare en miras de un beneficio propio o de un tercero, en cualquier contrato u operación en que intervenga debido a su cargo ( La Jornada, Stella Calloni).
Desde que se instaló en la oficina presidencial, Javier Milei ha gobernado por medio de las redes sociales; todo el día está activo en ellas y por ese mismo medio promovió la citada criptomoneda, asociado con un grupo de especuladores. Cuando todo se hundió y fue descubierto el fraude, sus jilgueros salieron a defenderlo (fue engañado, no sabía, no tiene nada que ver, aunque lo cierto es que de tiempo atrás ha participado en estas movidas especulativas y defraudadoras, amén de que cobra por ello). Ahora, sus enloquecidos adoradores se desgañitan para culpar a terceros y prefieren pendejear a su ídolo antes que reconocer su participación directa en el fraude.
El hambre y la miseria acicateada por Milei y su gobierno no han sido motivo de denuncias, pero con el fraude de $Libra ya se acumulan cientos de ellas en Argentina y en Estados unidos, cuando menos, al tiempo que el mercado bursátil de Buenos Aires se desplomó cerca de 6 por ciento (llegó a caer alrededor de 7), en espera de que la tendencia empeore, porque ayer el estadunidense no operó. El tipo de cambio se zarandeó y los bonos de deuda gubernamental cayeron más de 3 por ciento. Hoy puede ser la debacle, sobre todo para el que dice gobernar la nación conosureña, es decir, el mismo ególatra que se promueve para el premio Nobel de Economía y está metido en el cripto fraude hasta las manitas, con todo y que sus enloquecidos defensores sólo atinan a decir que el citado mensaje en X lo subió a la red en su tiempo libre. ¿En serio?
Bien lo apunta la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner: “Argentina se convirtió en un casino donde el croupier es el mismísimo presidente, algo que nunca en la historia se había visto”.
Y esto apenas comienza.
Las rebanadas del pastel
Deambula por los pasillos de la Casa Rosada el fantasma del ex presidente Fernando de la Rúa (el del corralito), quien en diciembre de 2001 renunció al cargo y huyó en helicóptero, dejando tras de sí la mayor crisis político-financiera desde el regreso de la democracia a Argentina, en 1983. Cierto es que Javier Milei nunca debió ocupar la posición política que hoy ostenta, pero ya que lo hizo llegó la hora de hacer maletas, y se ha tardado. Total, el autogiro está listo para volar.
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