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La 79 Asamblea General de la ONU ¿escepticismo o esperanza?

Se pueden buscar consensos para lograr cambios inspirados por la convicción de que renovar la ONU para abordar nuevos problemas concierne y conviene a todos, independientemente de tener posiciones económicas y políticas distintas.

Olga Pellicer | Proceso

Esta semana se iniciaron en Nueva York los trabajos de la 79 Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU); 193 estados miembro de esa organización se reunirán para participar en diversos eventos entre los que sobresale la Cumbre del Futuro y el Debate General, A ello cabe añadir los encuentros  temáticos,  bilaterales, regionales y subregionales que se celebran ahí, convirtiendo a la Asamblea General en un ocasión excepcional para conocer el rumbo que siguen los problemas más serios de las relaciones internacionales en esta tercera década del siglo XXI. 

A nadie escapa la incertidumbre y el peligro que corren la paz y la seguridad internacionales. De una parte, los enfrentamientos bélicos en el Medio Oriente y entre Rusia y Ucrania han llevado a situaciones de una gran violencia, cuyo escalamiento bien podría conducir a la Tercera Guerra Mundial.

Las posibilidades de utilización de armamento nuclear están presentes, por parte de Rusia, Israel y posiblemente Irán. Tales peligros se entrecruzan con la disputa entre China–Estados Unidos por la hegemonía mundial, asociada con cambios geopolíticos que alteran profundamente el orden internacional que, con enormes altibajos, ha prevalecido hasta nuestros días. La sobrevivencia misma de la ONU es prueba de ello.

Más allá de las confrontaciones en marcha, dos grandes peligros de orden distinto amenazan seriamente el futuro de la humanidad: el cambio climático es el más grave. De una parte, por sus efectos visibles en fenómenos como son, entre otros, temperaturas muy altas, lluvias torrenciales, huracanes e inundaciones que están afectando la vida de millones de personas. De otra parte, por los avances tan lentos en la toma de conciencia de la necesidad de modificar costumbres tradicionales que afectan negativamente el cumplimiento de los compromisos para reducir el calentamiento de la Tierra que fueron bien definidos desde los acuerdos de Paris de 2015. 

El posible regreso al poder de Donald Trump ensombrece, aún más, el panorama de un mundo que avanza hacia su destrucción sin que las circunstancias culturales, económicas y políticas permitan poner el freno. El hecho es que, aún en círculos familiarizados con el pensamiento científico, prevalecen dudas respecto al origen y los efectos devastadores del cambio climático. 

El segundo tema que se está definiendo como una nueva amenaza a la paz y seguridad internacionales son las nuevas tecnologías, entre las que destaca la Inteligencia Artificial (IA). El efecto de la IA en el mercado laboral, en las actividades digitales, en la operación de nuevos armamentos y formas de agresión hacen urgente la regulación de tales tecnologías. Sin duda se está buscando esa reglamentación en China, Europa y Estados Unidos, pero, sin duda, también lo que se ha logrado es insuficiente y es dudoso que tenga éxito. 

¿Qué puede esperar un mundo tan atribulado de la Asamblea General de un organismo creado hace cerca de 80 años? La primera reacción conduce al escepticismo. Evidentemente es necesario reformarla, aunque las características de su Carta Constitutiva colocan múltiples obstáculos para que sea posible. Sin embargo, tampoco es imposible. Sin modificar la Carta se pueden cambiar formas de trabajo, elaborar nuevas normas, incorporar a nuevos sectores de la sociedad civil, académicos y empresariales. 

Se pueden buscar consensos para lograr tales cambios inspirados por la convicción de que renovar la ONU para abordar nuevos problemas concierne y conviene a todos, independientemente de tener posiciones económicas y políticas distintas. Ese es el espíritu que anima a la Cumbre del Futuro y a los esfuerzos para avanzar contra viento y marea en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). 

Cierto que las nuevas tecnologías conllevan peligros, pero cierto también que hacen posible la traducción simultánea a través de un simple teléfono celular que permite una comunicación fluida entre países de oriente y occidente que no sospechábamos era posible hasta hace poco tiempo. 

Cabe considerar que la posibilidad de comunicarse es un factor que favorece a la paz. 

Dentro de esa mirada a vuelo de pájaro sobre la 79 Asamblea General debemos detenernos para referirnos a la participación de México. 

Un comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores nos informa que el presidente Andrés Manuel López Obrador estará representado por la canciller Alicia Bárcena. 

Gran conocedora de los procedimientos de la ONU, Bárcena participara con el estilo y la dignidad apropiados. No es fácil, sin embargo, hablar a nombre de un gobierno que, con la excepción de la participación de Juan Ramón de la Fuente en el Consejo de Seguridad, no ha tenido presencia activa en los foros multilaterales universales o regionales. 

Tal ausencia rompió con la conocida actividad y protagonismo de México en el mundo multilateral caracterizado por cuatro elementos.  La trascendencia de los temas que auspiciaba (desarme nuclear, desarrollo del derecho internacional y cambio climático son sólo algunos ejemplos); el profesionalismo de los cuadros del Servicio Exterior Mexicano encargados de cuestiones multilaterales; la habilidad para alcanzar consensos en temas que podían ser polémicos y, por último, la presencia del presidente de la República cuando era el nivel que se necesitaba. 

El sexenio que está por terminar mantuvo la decisión presidencial de colocar en segundo término la política exterior. Sus efectos fueron evidentes. México perdió espacios, presencia e influencia en la política multilateral. 

Sin embargo, el futuro abre nuevos caminos. Designada como la próxima secretaria de Medio Ambiente, Alicia Bárcena tiene la oportunidad de alentar el papel de la nueva presidenta en foros multilaterales promoviendo temas de cambio climático en los que, dada su formación profesional, tiene la posibilidad de desempeñar un papel de claro liderazgo. Así, la asistencia de la presidenta Claudia Sheinbaum a la 80 Asamblea General de la ONU puede ser un hito muy prometedor en la política exterior de México. 

Razones

El desafío de la Fiscalía

No se sabe cómo quedará finalmente el esquema de seguridad y la distribución de responsabilidades en el nuevo equipo de gobierno en el ámbito de la seguridad.

Jorge Fernández Menéndez | Excelsior

La presidenta Claudia Sheinbaum ratificó la permanencia de Alejandro Gertz Manero al frente de la Fiscalía General de la República, un cargo en el que podrá permanecer hasta 2028. Se había especulado con la posibilidad, como ha ocurrido en muchos estados con fiscales electos para un periodo de tiempo que dejan su encargo ante el cambio de administración, con que Gertz podría dejar esa posición. Por lo pronto, como lo confirmó Sheinbaum, no será así.

La relación de Gertz Manero con el presidente Andrés Manuel López Obrador terminó siendo muy buena, aunque no lo es con buena parte del equipo de la presidenta Sheinbaum. En el diseño del plan de seguridad que tiene la próxima mandataria la integración, cooperación y colaboración entre áreas militares, de la Guardia Nacional, de la Fiscalía y de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) es una parte medular. Ha habido mandatarios que han apostado a confrontar esas áreas para hacerlas competir entre sí: se demostró que fue un error, lo mejor es la cooperación más estrecha posible. Y en eso está trabajando el gabinete de seguridad de la administración que comienza sus funciones el próximo martes.

En ese contexto, la Fiscalía General de la República, lo mismo que muchas locales, aparecen en este momento como el punto débil de ese mecanismo de cooperación, porque no se han podido establecer los mecanismos necesarios, incluso se especuló con que algunas áreas de investigación pasarían a manos de Omar García Harfuch en el nuevo diseño de seguridad, capacidades que también tendrá la Guardia Nacional en su nuevo diseño institucional.

No se sabe cómo quedará finalmente el esquema de seguridad y la distribución de responsabilidades en el nuevo equipo de gobierno en el ámbito de la seguridad, pero el hecho es que se considera que es en las fiscalías en donde debe ponerse el acento si se quiere judicializar adecuadamente los procesos y si los esfuerzos en inteligencia, información, operación y capturas se puedan reflejar en mayor certidumbre legal y operativa.

A partir del 1 de octubre, la SSPC, que encabezará García Harfuch tendrá mucho más poder que en cualquier otro momento del sexenio que termina. Tendrá poder real, no sólo de coordinación, sino también de definición de estrategias y músculo policial, precisamente para ciertos casos de investigación, además del control sobre el Centro Nacional de Inteligencia.

En la Secretaría de la Defensa, con el general Ricardo Trevilla, se tiene un diagnóstico muy preciso de hacia dónde se quiere llevar la seguridad pública, interior y nacional, a lo que se sumará la integración  institucional de la Guardia Nacional a la Defensa, lo que permitirá potenciar su consolidación y agilizará sus mecanismos operativos: la Guardia Nacional tiene hoy 130 mil elementos y llegará en el próximo sexenio a los 180 mil, un potencial que no ha tenido ninguna institución de seguridad pública en la historia del país (la Policía Federal tuvo un máximo de 30 mil elementos y no todos operativos en su mejor momento).

La relación entre la SSPC y la Defensa Nacional está avanzando en los planes del próximo sexenio y la Marina comienza a incorporarse a ese esquema, con la diferencia de que el almirante Raymundo Morales proviene de experiencias diferentes a la seguridad y habrá una reestructuración profunda en esa dependencia.

En ese equipo de seguridad se considera que el flanco débil está en la FGR, que no cuenta con fuerzas propias de investigación suficientes y que requiere que sus ministerios públicos sean mucho más activos y tengan una participación mucho más cercana con las fuerzas de seguridad. Me llama profundamente la atención que quienes tanto insisten en que la incorporación de la Guardia Nacional a la Defensa implica una militarización de la seguridad no pongan el acento en que la policía civil por antonomasia, que debería ser la de investigación, no termine de desarrollarse y siga siendo subestimada.

Con un diseño institucional u otro, el esfuerzo político tendrá que estar en tener una policía de investigación de carácter federal fuerte y poderosa, ampliamente profesionalizada, si se quiere un sucedáneo del FBI u otra fuerza similar de la que hoy carecemos: hoy la policía de investigación es relativamente pequeña y operativamente depende en muchas ocasiones de otras dependencias. Que a dos meses de la caída de El Mayo Zambada y de Joaquín Guzmán López todavía no sepamos realmente qué sucedió ese día y quiénes estuvieron involucrados, demuestra lo que se tiene que avanzar.

Y si eso es así en el ámbito federal, en el local y en los estados, la situación es mucho peor, salvo algunas excepciones muy marcadas. Las fiscalías tanto en lo federal como en lo local deben participar en las mesas de seguridad federal y de los estados. Cuando las cosas funcionaron mejor en este sexenio, en sus primeros años, fue porque existían mesas de judicialización donde participaban todas las instancias, incluyendo las fiscalías para tener objetivos comunes en el ámbito nacional y estado por estado. Eso se fue perdiendo, en parte por diferencias internas profundas, y se deterioró seriamente esa cooperación.

Mucho de eso tendrá que revisarse, modificarse y recuperarse en la próxima administración, donde no habrá tiempo para reacomodarse, porque hay desafíos urgentes; dos, sobre todo: Sinaloa y Chiapas.

Sextante

A la vista

Federico Reyes Heroles | Excelsior

La fotografía está en la primera de casi todos los diarios. Hombro con hombro, rindiendo protesta, la nueva presidenta de Morena y el hijo del Presidente —sin militancia destacada— ahora como secretario de organización. Serán centrales de la conducción política. En la edición El Financiero, Sheinbaum aparece abajo, pidiendo a los morenistas evitar el nepotismo. En una misiva del Presidente exige a sus correligionarios “no permitir el vicio del nepotismo”. A la nueva dirigente partidaria —colaboradora cercanísima de Andrés Manuel López Obrador—, el “gran líder” la “destapó” para ese puesto. ¡Viva el caudillismo, reloaded, 2.1! Después vino el detalle del hijo de la meteórica carrera partidaria.

¿Hasta dónde han perdido el principio de realidad, como dijera Marcuse? En Veracruz, al Presidente le arrojan una botella y le gritan dictador. Y Andy, como le dicen, declara que su misión es seguir el legado de su papá. No me puedo imaginar lo que hubiera ocurrido si algún expresidente de la época de la “oscuridad” —según la 4T— hubiera propuesto a su vástago como candado a su sucesor. Pero hoy, se acepta y aplaude, lo que hace no mucho hubiera sido herejía. Seguir con el legado, ah. ¿Pero cuál es el legado? El Universal —mismo día— nos da a conocer que los avales para la construcción del Corredor Interoceánico se consiguieron con firmas falsas y la de uno que otro muerto. ¿O sea, el legado es el engaño, el fraude, la delincuencia, la masacre medioambiental, todo por servir al poderoso? Gran avance.

La secretaria Buenrostro, de Economía, da a conocer una inversión foránea acumulada de 2023 y 2024 de más de 170 mil mdd. Pero, en la misma primera plana de El Economista se anuncia que los mercados del peso en Chicago se desplomaron 94% desde su máximo. Dinero, de Excélsior, reproduce los datos de Buenrostro, pero dedica una nota en primera a un análisis de CEESP, en la que Carlos Hurtado advierte de la elevada incertidumbre. El Financiero —también en primera— pone las palabras del presidente de la ABM, Julio Carranza, quien, en tono optimista, apuesta al diálogo. Pero admite que la volatilidad seguirá hasta conocer las leyes secundarias. O sea… el legado es la incertidumbre. Enrique Quintana deja ver la posibilidad de que alguno de los recursos interpuestos ante la Corte avanzará y, por ello, titula su columna No esperen un desastre…sí una debacle.

Cuidar el legado de AMLO, es la nota principal de Milenio del mismo lunes 23. Alcalde y Andy trazan la ruta. Pero, no que todo debe ser consultado, dónde están los militantes, las bases que aprueben los trazos de Alcalde y Andy. Claro, resulta que eso no es necesario, ya están en las huellas históricas del líder. Legado muy concreto, Pemex como la petrolera más endrogada del mundo, con patrimonio negativo —debe 1.6 pesos por cada peso que tiene—. El Financiero —mismo día— recuerda las pérdidas sexenales de 1.2 billones de pesos. Como premio por sus grandes éxitos, el director se encargará de una de las desarrolladoras de vivienda más grandes del mundo que representa varios puntos del PIB.

Mismo lunes, Excélsior da a conocer el cese de 15 mil miembros de la Guardia Nacional, por haberse formado —gran pecado original— en la Policía Federal. Mientras tanto el país arde, igual en Chiapas que en Sinaloa o Tamaulipas. Corte de caja: 273 muertos de fin de semana y sumando hacia los 200 mil. Cerca del récord de 280 en mayo.

Pero tranquilos, porque 81% —encuesta de El Universal— piensa que Sheinbaum está bien preparada; 74% que tiene el carácter para gobernar; y sólo 47% piensa que sus decisiones dependen del Presidente. Excélsior destaca el inicio del proceso para elegir juzgadores, aunque los propios consejeros del INE aceptan que los huecos legislativos son muchos, tampoco está claro lo de los dineros. Sheinbaum —nota principal de La Razón— ofrece estar a la altura y le pide a Morena no ser partido de Estado.

Tranquilos: nueva República a la vista… o será otra cosa.

Astillero

¿Qué negoció Claudia con Gertz? // Continuidad repudiada // Fiscal, corresponsable como Piña // 43: ¿fabricaciones de fin de sexenio?

Julio Hernández López | La Jornada

Habrá de verse si la continuidad de Alejandro Gertz Manero como titular de la Fiscalía General de la República (FGR) es solamente un movimiento táctico necesario para dar paso a una reforma rápida a las fiscalías, federal y estatales (lo cual en un corto plazo dejaría fuera al pernicioso abogado en mención), o es una concesión cuando menos a mediano plazo al deplorable ejercicio de esa oficina que constituye uno de los mayores lastres del sexenio que está por fenecer.

Por lo pronto, el anuncio hecho por Claudia Sheinbaum no tuvo buena recepción. Cierto es que teóricamente la FGR es un organismo autónomo, pero en la realidad el titular de dicha instancia federal fue propuesto e impulsado por el Presidente de la República saliente (como en los ámbitos estatales dichas fiscalías han tenido titulares impuestos y sostenidos por los gobernadores en su turno decisorio). A unos días de que tome posesión de la silla presidencial se esperaba que Sheinbaum encontrara las formas políticas de convencimiento para que Gertz renunciara o pidiera licencia indefinida al puesto, se nombrara un interino y, ya con la presidenta en ejercicio de sus funciones se propusiera y consiguiera que la plaza fuera ocupada por alguien en consonancia con el proyecto de la propia Claudia.

En estos días, sin embargo, corrió con insistencia la versión de que Gertz Manero renunciaría para que el presidente saliente, López Obrador, alcanzara a designar a alguien cercano que cumpliría el lapso de tres años que aún le restan al periodo de nueve que inició el citado Gertz. Sheinbaum dijo que por lo pronto, el mencionado fiscal federal seguiría adelante, aunque informó que había logrado establecer algún mecanismo de coordinación cuya contundencia y efectividad está por verse.

Si la presidenta electa negoció que el fiscal de marras se mantuviera unos días o semanas más en su lugar para que no le impusieran un relevo difícilmente removible más adelante, se estaría en presencia de un buen movimiento de la doctora, con un pronto plazo de caducidad; pero si esa continuidad fuera prolongada, una aceptación de larga permanencia, habría sido un error ostentoso.

La metralla política y mediática desatada con justa razón contra el aparato de corrupción en el Poder Judicial Federal no se ha atrevido a enfocar a las fiscalías, y en especial a la federal y a Gertz Manero, como parte igualmente responsable de la crisis nacional en materia de justicia. No todo ha de ser Norma Piña y compañía: Gertz Manero es corresponsable cuando menos a partes iguales, vale recordarlo y precisarlo.

Ya se ha informado que en el ámbito de la inminente presidenta de la República se trabaja en la elaboración de propuestas para la reforma de las fiscalías (el pasado 21 de agosto hubo un adelanto en una entrevista en redes sociales: En transitorios habrá ordenamiento de reformar fiscalías: diputado Juan Ramiro Robledo (https://goo.su/uDXoWrl). Es de esperarse que se actúe con premura en este tema y que la mayoría legislativa de Morena y sus aliados hagan propuestas firmes y a fondo en el tema (en consonancia con lo planteado en cuanto a jueces, magistrados y ministros, ¿deberían elegirse por voto popular a los fiscales, los estatales y el federal?)

A última hora se han producido hechos preocupantes en cuanto al expediente de los 43 normalistas desaparecidos 10 años atrás: súbitas detenciones de presuntos autores materiales, como si interesara tener nuevos posicionamientos declarativos judiciales acomodables a las necesidades expiatorias de la administración federal que está por terminar. Y el irregular y manipulable descubrimiento de restos óseos en el famoso basurero de Cocula, el de la presunta incineración masiva, conforme a las mentiras históricas de Peña Nieto y Murillo Karam. ¿Fabricaciones de cierre de sexenio fallido en este tema?

México SA

Salinas Pliego, en la mira // Sin protección de ministros // Debe pagar adeudos fiscales

Carlos Fernández-Vega | La Jornada

El de López Obrador es el cuarto sexenio al hilo: Ricardo Salinas Pliego (marrullero, chantajista y hábil para maicear a los impartidores de justicia) logró evadir al fisco y mantener sin saldar sus voluminosos adeudos fiscales, que acumula desde principios de siglo. Al barón se le hizo fácil con Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, quienes todo le consintieron, le dejaron hacer lo que quiso, pero con el tabasqueño se topó con pared, aunque, juicio tras juicio y amparo tras amparo, pudo posponer el pago de sus obligaciones.

Dicen que no hay quinto malo, pero al barón ya se le acabó la suerte y no se irá limpio, incluso, tal vez, antes del cambio de mando. Ahora, con nuevo gobierno y aprobada la reforma constitucional al Poder Judicial, en breve el empresario de los abonos chiquitos y los intereses grandes deberá pagar sus multimillonarios adeudos con el Servicio de Administración Tributaria, o, lo que es lo mismo, con la nación y los mexicanos.

En la mañanera de ayer, a escasos días de que concluya su mandato constitucional, el Presidente reveló: “tengo información de que ya se enlistaron (los expedientes fiscales de Salinas Pliego) y la semana que viene –ya no voy a estar– la Suprema Corte de Justicia va a resolver”, y es previsible que lo haga en contra del empresario, y deberá hacerlo, porque los cínicos impartidores de justicia ya no tienen margen de maniobra: se exhibieron como defensores del gran capital; incluso cuando menos uno de ellos, Luis María Aguilar Morales, descaradamente encajonó los expedientes durante 10 meses para proteger a Salinas Pliego.

Dijo algo más: Aclaro: primero, se habla de 60 mil millones de pesos (de adeudo fiscal), pero no está demostrado; es lo que se va a revisar, pero no es que se deba de impuestos esa cantidad, lo que está ya por resolverse son estos dos expedientes, uno de 2 mil 500 millones de pesos y otro por alrededor de 25 mil millones; se piensa que con los intereses y otros añadidos van a llegar como a 35 mil millones, los dos.

Además, no puede resolver en el fondo porque ya se demostró que se debe ese dinero. Se acudió a la Suprema Corte, yo pienso que, para insistir en la defensa, como tienen derecho todos los grandes contribuyentes y todos los que aportan sus contribuciones, cualquier ciudadano acude a todas las instancias; sin embargo, ya la Corte no es competente, porque ya el expediente pasó por la Corte y por los tribunales; ya casi es cosa juzgada, ya no le compete a la Corte, porque no es un problema de constitucionalidad.

De hecho, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, “en sentido estricto, no debió darle entrada al recurso (de Salinas Pliego); lo hizo y asignó indebidamente, ilegalmente, a un ministro, una ministra, pero lo que procede es decir: ‘no tenemos competencia, es cosa juzgada’. Quién sabe cómo vaya a terminar. Yo para entonces, pues ya voy a estar en Palenque y pues ni me voy a enterar, porque yo me jubilo y voy a apagar el radio y la televisión, y también Internet. Si acaso lo voy a prender para cuando haya algún partido de beisbol”.

Si se toma como base el adeudo fiscal –con recargos, intereses, multas, actualizaciones, etcétera–, entonces de los 11 mil millones de dólares de fortuna que Forbes atribuye a Salinas Pliego, se puede señalar que alrededor de 32 por ciento de ella corresponde a los impuestos no pagados por el empresario. De cada dólar por él acumulado, 32 centavos provienen de su adeudo con el Servicio de Administración Tributaria. De ese tamaño.

Las rebanadas del pastel

Una vez más: como a los barones de la minería les fascina que todo se los den gratis y, además, no se les pega la gana de gastar un centavo en seguridad para quienes extraen la riqueza del subsuelo que termina en sus de por sí abultados bolsillos, en la mina Clarines –entre los municipios Santa Bárbara y San Francisco del Oro–, en Chihuahua, se registró otro accidente en el que tres mineros quedaron sepultados bajo toneladas de tierra y rocas. Fallecieron, y, en el peloteo de la responsabilidad, primero se dijo que la explotaba Minera Frisco (Carlos Slim), después, que en realidad era Grupo México (del tóxico Germán Larrea), propietaria de todas las concesiones en ese municipio, confirmó Protección Civil del estado.

Ahora dicen que ninguno de los corporativos, porque la mina está en desuso, de tal suerte que los muertos eran simples gambusinos, aunque lo cierto es que ante la desgracia de los trabajadores dichos barones son especialistas en lavarse las manos. Una vergüenza.

La justicia no olvida, señor Zedillo

Pablo Martínez | La Jornada

Increíblemente, después de 24 años el ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León reapareció ante el ojo público en México, invitado para la conferencia anual de la Asociación Internacional de Abogados. En ella cuestionó la reforma judicial propuesta por López Obrador, calificándola de felonía histórica y de ser un instrumento para la destrucción del Poder Judicial.

No sería la primera vez que cuestionaría al actual mandatario. En octubre de 2023, asistió al congreso de la Fundación Internacional para la Libertad (FIL): Democracia y Libertad, celebrado en Madrid, España. En compañía del ex presidente panista Felipe Calderón, emitió severas críticas hacia los gobiernos de izquierda en América Latina, advirtiendo que la democracia en México está en riesgo.

En ambas ocasiones, los ultras apegados al globalismo retomarían las palabras del ex presidente Zedillo como si vinieran de un profeta de la democracia que iluminó la penumbra; es de preocupar el cinismo con que el ex mandatario alardea de su paso por el Ejecutivo mexicano y cómo reprodujeron el mensaje personajes y medios de dudosa reputación, etiquetando al mandatario como el presidente de la transición, como si no supiéramos que quien designó a Fox fue la misma oligarquía que apoyó al PRI por 70 años.

Pero la justicia no olvida, señor Zedillo, el grueso de la población que padecimos sus años de gobernanza no olvidamos los crímenes y violaciones que dejó como un legado de impunidad y conflictos. No olvidamos el caso Aguas Blancas (1995), donde policías estatales de Guerrero mataron a 17 campesinos en un ataque, y la respuesta de su gobierno fue la falta de justicia y la impunidad en el caso.

No olvidamos, señor Zedillo, la masacre de Acteal (1997), donde un grupo paramilitar atacó a 45 personas en la comunidad de Acteal, Chiapas, que se habían refugiado en una iglesia a orar por la paz en la región. Paramilitares que mandó entrenar para asesinar, tiempo después liberándolos, dando como justificación que fue una pugna entre pobladores de las comunidades. Un caso del que usted es responsable directo.

La justicia no olvida, señor Zedillo, la violencia desatada durante su sexenio, el aumento de homicidios, secuestros, etcétera, relacionados con el narcotráfico. Se hizo evidente la complicidad entre cárteles y la policía, dejando a su paso miles de casos de violencia y violaciones a derechos humanos considerados crímenes de lesa humanidad.

No podemos olvidar la acusación que tiene en la Corte Interamericana de Derechos Humanos por su falta de compromiso con las víctimas y la impunidad que tuvo con los perpetradores de crímenes, encubriéndolos. Es por ello que la Corte lo consideró responsable de violaciones de derechos humanos durante su administración.

Se vuelve inverosímil su cinismo, señor Zedillo. Es tan irreal, que vuelve al territorio que empobreció convirtiendo deudas privadas en deuda pública, privatizando patrimonio nacional y bañando de sangre regiones enteras encubriendo asesinos. No olvidamos. Tenemos la tarea de mantener viva la memoria de por qué no es bienvenido.

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