Columnas Escritas
Lo que dicen los columnistas
Haniye o la muerte sin permiso
Las muertes de tantos líderes y jefes militares palestinos lo único que han demostrado es la continuidad de un conflicto sin fin.
Carlos Martínez Assad | Proceso
En los capítulos de sangre que se viven todos los días en Medio Oriente se busca que los asesinatos selectivos tengan las consecuencias de más impacto; el periodista israelí Ronen Bergman ha documentado más de dos mil 300 operaciones con ese fin, según su libro Rise and Kill First (2018). Todo apunta a que el de Ismail Haniye es uno de ellos. El jefe del buró político de Hamás fue asesinado en Terán el 31 de julio pasado, luego de asistir a la toma de posesión del nuevo presidente de Irán, Massoud Pezeshkian. Resulta aún inexplicable que no se hubiese podido controlar un sitio tan estratégico como la residencia del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica en la que siempre se alojaba sin colaboración desde el interior.
No se ha podido constatar la forma en que se dio la operación, pero de inmediato la sospecha cayó sobre Israel, que ha guardado silencio. No es para menos, si apenas el día anterior la incursión de su aviación en el sur de Beirut había liquidado a Fouad Shukr, uno los líderes centrales de la milicia de Hezbolá. En relación con Hamás, el 2 de enero Israel había liquidado del mismo modo a Saleh el-Arouri, adjunto de Haniye, y con ese mismo procedimiento se realizó el que acabó con la vida de Mohsen Fakhrizadeh en 2020, uno de los más reconocidos científicos responsables del programa nuclear iraní.
Luego entonces, las sospechas sobre la responsabilidad de Israel en el asesinato de Haniye no resultaban infundadas. La nueva versión de su muerte la proporcionó el periodista judío por más de 25 años Elon Perry, y con una experiencia de 28 años como soldado de élite de la Brigada Golani del Ejército de Israel, aparecida en el diario The JC (5 de agosto de 2024). Afirmó que el procedimiento fue puesto en práctica por el Mosad, a través de la infiltración con al menos dos miembros de la Guardia Revolucionaria. En la acción se habría colocado una bomba debajo de la cama destinada al líder que fue operada desde las inmediaciones, y aunque el gobierno iraelí no ha dicho una palabra sobre su participación, las credenciales de Perry hacen factible la versión.
El procedimiento sería en la práctica el mismo ya aplicado y lo importante es saber en beneficio de quién o de qué grupo se ejerció el crimen. Son varias las lecturas posibles: 1.- El descarrilamiento de las negociaciones para poner un alto al fuego en Gaza, ya que Haniye fungía como enlace entre Hamás y la Autoridad Palestina con Israel, con la mediación de Egipto y Catar. 2.- Considerado entre los moderados (si alguien puede serlo en alguno de los bandos), Haniye podría encabezar el posible Estado palestino, dada su relación con los palestinos de Gaza y Cisjordania. Esto se refuerza con su intervención en la reforma de la carta política de Hamás de 2017, en la que se asentó como objetivo: “la creación de un Estado palestino soberano e independiente … en las fronteras del 4 de junio de 1967 … como fórmula de consenso nacional”.
Ese planteamiento es profundamente político y alejado de las declaraciones ideológicas que desvían el más importante objetivo de los palestinos. Haniye tenía la popularidad de un personaje avalado por Hamás en las elecciones de 2006 en Gaza, algo que en ese momento fue considerado imposible pero sucedió. Dejó pasmados a los observadores y críticos de todas partes la realización de un proceso democrático realizado allí donde apenas en 2005 se habían desmantelado los asentamientos judíos –en su mayoría ortodoxos– aceptando a regañadientes una decisión del primer ministro israelí Ariel Sharon. Fue un proceso difícil porque incluso debió evitar el cumplimiento de amenazas terroristas de los expulsados y la condición fue la destrucción de todas las viviendas construidas y de la infraestructura: fábricas, talleres e instalaciones hidráulicas en los 21 asentamientos.
Por lo tanto, en un tiempo récord se organizaron unas prometedoras elecciones, en las que Hamás compartió brevemente el gobierno con la Autoridad Palestina, ganando varias plazas del Consejo Legislativo, que llevó a Ismail Haniye al cargo de Primer Ministro, mientras Mahmoud Abbas conservaba el de presidente.
Llegaba revestido de los años que vivió en una cárcel israelí, por los cargos que se le imputaron de su participación en actos terroristas. Las divisiones internas le obligaron separarse del cargo, aunque continuó ejerciendo sus funciones para terminar al cabo de unos años refugiado en Catar. Su popularidad seguramente influyó para la intención de desacreditarlo de parte de Estados Unidos que lo llamó “terrorista global”. Su sino también fue trágico con la pérdida varios de sus familiares, sólo en abril en el contexto de la guerra que dura 10 meses, perdió a tres de sus hijos y cuatro nietos en un bombardeo israelí en un campo en Gaza.
3.- La liquidación de Hamás, su muerte es la segunda de la organización de la Franja de Gaza, él era el encargado del buró político del territorio gazatí, con la actividad que realizaba desde Doha, aunque el control en la Franja lo ejercía Yahya Sinouar; el otro líder ya asesinado fue Saleh el-Arouri, quien fungía como el representante de Cisjordania. Por su parte, Khaled Mechal es el representante de la diáspora palestina, por lo que su actividad la realiza desde el exterior.
Se especuló que sería éste el sustituto de Haniye, pero el grupo radical islámico optó por Yahya Sinouar, el jefe de las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam, concentrando en la misma persona el brazo armado y el político. Lo cual resulta un golpe bajo para Israel porque es el más buscado por atribuírsele la organización del asalto del 7 de octubre de 2023 y el que ha mantenido la resistencia desde los túneles de Gaza. Liquidarlo sería desmantelar a Hamás dejándola sin su actual dirección.
Se trata de un panorama incierto, porque este nuevo periodo no apunta sino a más de lo mismo, porque las muertes de tantos líderes y jefes militares palestinos lo único que han demostrado es la continuidad de un conflicto sin fin. Todavía queda la vía de la negociación, muy difícil dadas las posiciones radicales y la escasa sensatez de ambas partes.
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Razones
Salvando al gobernador Rocha
No tengo elementos para afirmar que existe una relación del gobernador con Los Chapitos, pero se suman las dudas sobre la misma. No desde ahora, sino desde tiempo atrás.
Jorge Fernández Menéndez | Excelsior
Todavía estamos lejos de saber qué ocurrió el pasado 25 de julio con la operación que terminó con la detención en Estados Unidos de Ismael El Mayo Zambada y Joaquín Guzmán López, el hijo de El Chapo y uno de los jefes de Los Chapitos.
Tampoco con la muerte de Héctor Melesio Cuén, el exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, diputado electo por el PRI en alianza con el PAS, un viejo amigo (por lo que se sabe ahora) de El Mayo Zambada y asesinado ese mismo 25 de julio. El video que exhibió la Fiscalía de Sinaloa no demuestra nada ni se puede ver nada más que a un joven disparando contra una camioneta: nadie sabe si ahí iba Cuén o no, si siquiera había un coconductor. Lo cierto es que pasaron casi 12 horas desde la cita en la que fue supuestamente secuestrado El Mayo (en la carta que divulgó su abogado dice que ahí mismo asesinaron a Cuén) y el intento de asalto que la Fiscalía de Sinaloa asegura que terminó con la muerte de Cuén a las diez de la noche.
Porque el punto central es que con todo y video, la fiscalía, el mismo 25 de julio dijo que Cuén fue asesinado en un intento de robo. Según el video que divulgó la propia fiscalía 18 días después, fue un ajusticiamiento. De acuerdo con El Mayo, murió en la cita de la mañana. En realidad, sería sencillo saber si alguien vio o no a Cuén en ese lapso de 12 horas transcurrido entre las dos versiones.
El problema con la Fiscalía de Sinaloa es que no tiene legitimidad para encabezar esta investigación cuando el propio Mayo asegura que eran comandantes de su policía judicial quienes lo cuidaban y cuando tardó más de dos semanas en descubrir que un video que tenía en su poder exhibía un supuesto ajusticiamiento en lugar de un asalto.
Lo que sí se hizo con rapidez fue la operación “salvando al soldado Rocha”. Todos los gobernadores de Morena salieron en defensa del gobernador, así como el presidente López Obrador y la presidenta electa, Claudia Sheinbaum. El primer mandatario dice que Rocha “mostró valentía” al negar cualquier relación con El Mayo Zambada, pero la verdad es que esa negativa no dice absolutamente nada. Tampoco que el gobernador muestre que ese jueves casualmente voló, a la misma hora en que, supuestamente, ocurrían los hechos en la capital el estado, a Los Ángeles con su familia. Nadie dice que estuvo en ese lugar, sino que ahí lo habían convocado. No se dice que su supuesta relación no era fundamentalmente con El Mayo Zambada (el amigo de éste era Cuén, enemigo de Rocha), sino con Los Chapitos. Rocha es de Badiraguato, la tierra de Guzmán Loera y su familia y allí, como ha dicho el gobernador, todos se conocen.
No tengo elementos para afirmar que existe una relación del gobernador con Los Chapitos, pero se suman las dudas sobre la misma. No desde ahora, sino desde tiempo atrás. Recordemos lo sucedido con el caso Sergio Carmona y el financiamiento a la campaña de Rocha, documentado por transferencias bancarias realizadas por el hijo de Américo Villareal (ahora gobernador de Tamaulipas y entonces representante de Morena en la campaña de Rocha en Sinaloa). Recordemos que el hermano de Carmona es, desde el asesinato de su hermano, testigo protegido de la DEA. O lo ocurrido el día de la elección, cuando fueron secuestrados, durante todo el fin de semana por integrantes del cártel, casi todos los operadores electorales y principales representantes de casillas de la oposición. Quizás valga lo que aquí divulgamos apenas en mayo pasado sobre un acuerdo con Los Chapitos cuando, como reacción a un robo en una propiedad de Iván Archivaldo Guzmán, fueron secuestradas más de cien personas. O lo que informa el colega Salvador García Soto de un reconocimiento de Rocha de sus reuniones con el cártel. Son muchas historias.
No se puede saber si todo eso constituye el cuerpo de un delito, pero en cualquier otro caso ello hubiera obligado a realizar una investigación independiente y al gobernador Rocha a separarse del cargo mientras se realizaba esa investigación. Porque, además, esa investigación ya existe, pero más allá de nuestras fronteras: en Estados Unidos, con base en la propia declaración de El Mayo Zambada, en lo que estén hablando Joaquín, Ovidio y El Nini, entre otros.
Por eso resulta desconcertante la parálisis, aunque se comprende que a 45 días de dejar el gobierno a la administración de López Obrador le resulte difícil y molesto emprender un camino que puede cuestionar, incluso su accionar en el ámbito federal. Pero esa será una tarea ineludible de su sucesora: Claudia Sheinbaum tendrá que lidiar con las investigaciones en curso en la Unión Americana, verosímiles o no, producto de pruebas o de simples declaraciones de criminales reconvertidos en colaboradores, iguales a las que el juez Brian Cogan acaba de ratificar, aunque tampoco existan pruebas materiales, en el caso García Luna.
Muchos arriesgaron su vida, cuenta la película de Tom Hanks, para salvar al soldado Ryan. Quién sabe cuántos la arriesgan hoy o la arriesgarán el día de mañana para salvar al gobernador Rocha.
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Juegos de poder
El Mayo, la soberanía y la corrupción
Ismael El Mayo Zambada ya comenzó a despepitar.
Leo Zuckermann | Excelsior
Alguien en Washington se la tenía guardada a López Obrador. Al final de su gobierno llegó el momento y los estadunidenses pusieron al Presidente de México en graves aprietos. Detuvieron al capo histórico más importante del país, que llevaba más de cuatro décadas impune, y lo trasladaron a territorio de Estados Unidos.
Ismael El Mayo Zambada ya comenzó a despepitar. Por lo pronto, puso en la picota a todo el gobierno de Sinaloa, incluyendo a su gobernador. Si le creemos a sus declaraciones, el líder histórico del Cártel de Sinaloa es el que verdaderamente gobernaba en el estado. Era el que mediaba en las disputas entre los políticos locales. Además, su seguridad estaba a cargo de la policía sinaloense.
Que se pongan a temblar todos porque El Mayo puede hablar y embarrar a toda la clase política local y nacional, actual y del pasado. Total, él ya no tiene qué perder. Sólo ganar al involucrar a los políticos mexicanos que se han beneficiado del rentable negocio del trasiego de drogas.
Para López Obrador, todo este asunto representa un dolor de muelas.
Zambada ya quemó al gobernador de Sinaloa con sus declaraciones.
El Presidente le dio credibilidad a los testigos protegidos que involucraron a Genaro García Luna con el Cártel de Sinaloa. Ahora no puede desacreditar a personajes similares que lo involucren a él y/o a sus aliados.
Según Zambada, él iba a mediar una disputa entre el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, y su adversario político, Héctor Melesio Cuén, cuando lo secuestraron y se lo llevaron a Estados Unidos.
¿Debemos creerle?
Pues tanto más o tanto menos como le creímos a los delincuentes que testificaron en contra de García Luna, a quien un jurado estadunidense encontró culpable por participar en una empresa criminal.
Lo del Mayo Zambada le pega en dos frentes a López Obrador.
Primero, en la narrativa de que éste es un gobierno nacionalista que defiende a ultranza la soberanía del país.
Pues resulta que un comando del vecino del norte se infiltró en territorio nacional y detuvo aquí, de manera ilegal y extraterritorial, al narcotraficante para luego trasladarlo en un avión privado a Estados Unidos.
¿Dónde quedó la soberanía mexicana?
Penoso ver al gobierno de López Obrador sin información alguna de lo ocurrido. Tratando de adivinar qué es lo que pasó y exigiendo explicaciones del gobierno estadunidense. Muy machitos, muy nacionalistas, pero, a la hora de la verdad, el gobierno de Estados Unidos hace lo que se le pega la gana en México. Ahí está la soberanía nacional.
El segundo frente tiene que ver con la supuesta lucha del lopezobradorismo en contra de la corrupción.
Ahora resulta que dicho fenómeno continuaba en este sexenio. ¡Oh, sorpresa!, por lo menos las autoridades de Sinaloa, del partido Morena, estaban coludidas hasta el tuétano con uno de los cárteles más poderosos del mundo.
Preguntas legítimas:
¿Tan sólo las autoridades locales o también las federales?
¿Hasta dónde llegaban los tentáculos del poder del Cártel de Sinaloa en los distintos niveles del gobierno de México?
¿Y las Fuerzas Armadas?
El hecho indubitable es que los estadunidenses no compartieron ninguna información con sus pares mexicanos en la operación para extraer al Mayo Zambada. Temían, supongo, que una filtración echara a perder la operación que, por cierto, les salió impecable.
Esta historia viene a abollar el final del sexenio de López Obrador. Después de la fiesta electoral de junio, donde Morena arrasó, el Presidente aparece sin brújula, amargado por la detención del Mayo. Carece de explicaciones de qué sucedió. Le afecta a su discurso nacionalista y anticorrupción.
Además, AMLO tendría que estar muy preocupado por lo que Zambada pudiera “cantar” frente a las autoridades estadunidenses. Invenciones o no, la honestidad del actual sexenio depende hoy de las posibles declaraciones de un narcotraficante de 76 años que sabe todo el tejemaneje de un negocio que no puede operar sin la colusión de policías y políticos. El Mayo le ha echado a perder a AMLO el final de su sexenio. O, para ser más precisos, las autoridades estadunidenses, que se lo llevaron a su país sin el permiso de las mexicanas. Sus razones tendrán para ello.
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México SA
Ganan los hipócritas nacionalistas // Reversa a la modernidad de EPN // Reforma judicial, dictaminada
Carlos Fernández-Vega | La Jornada
Para justificar la descarada entrega de los bienes de la nación al gran capital, el régimen neoliberal creó su Diccionario de Eufemismos Tecnocráticos (DET) para evitar utilizar el término real de su acción: privatización. Así, cada vez que una paraestatal causaba baja por medio de ese mecanismo, el gobierno en turno decía que la entidad pública que pasaba a manos particulares no se privatiza, sino que en realidad se moderniza, se desincorpora, se democratiza, se liberaliza, se adopta un mecanismo complementario y muchos terminajos más.
Aunque nadie les creyó, en estos menesteres muy creativos fueron los seis gerentes neoliberales en Los Pinos en su intento por disfrazar la entrega de los bienes de la nación a la oligarquía autóctona y a una que otra trasnacional, siempre con el afán de privatizar las ganancias y socializar las pérdidas, porque todos los costosísimos rescates de las empresas públicas entregadas al gran capital corrieron a cargo del erario (banca, carreteras, aerolíneas, ingenios azucareros y un larguísimo etcétera), es decir, de los mexicanos de a pie.
En ese tenor, en pleno día de la Guadalupana de 2013, el Congreso aprobó la reforma energética de Peña Nieto, y este, en uso del DET, aseguró que su intención no era privatizar Petróleos Mexicanos ni la Comisión Federal de Electricidad, sino de superar mitos y tabúes para dar un gran paso hacia el futuro a través de sus instituciones democráticas (¡Ole!). De pilón, ya aprobado el mamotreto peñanietista, Manlio Fabio Beltrones, entonces diputado (plurinominal, desde luego) y coordinador de la bancada priísta en San Lázaro, se aventó al ruedo con este comentario: a los opositores a esa reforma, que reivindicaban la pertenencia estatal de Pemex y a la CFE, les llamó hipócritas nacionalistas (¡Recontra ole!).
Peña Nieto y su pandilla condenó a ese par de joyas de la nación a la inanición financiera (las endeudaron y saquearon) y a la indefensión técnica y jurídica, a la par que descaradamente privatizó (le llamó pluralismo económico, transición energética, participación conjunta y/ o acompañamiento del capital privado) los mercados petrolero y eléctrico para favorecer a la oligarquía nacional y foránea (española, principalmente), siempre con la clara intención de borrar del mapa a las otrora paraestatales a las que reclasificó como empresas productivas del Estado’ que debían competir en igualdad de condiciones con los consorcios particulares, eso sí carentes de alicientes, facilidades y garantías del gobierno a los privados. Una desgracia.
Pues bien, nueve años después de tal barbaridad, los hipócritas nacionalistas dieron un giro de 180 grados para modificar los artículos 27 y 28 constitucionales y retomar el carácter de empresas públicas de Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad y dejar atrás la eufemística modernidad de ser catalogadas como empresas productivas del Estado (léase primero van los consorcios privados), para lo cual en la Cámara de Diputados se aprobó un dictamen con esas características.
La Jornada (Enrique Méndez y Fernando Camacho) lo reseñó así: “Morena y sus aliados aprobaron en comisiones cambios a los artículos 27 y 28 de la Constitución para devolver a Pemex y la CFE el carácter de empresas públicas del Estado mexicano, medida para revertir la figura de empresas productivas que les impuso la reforma energética de 2013. ‘Este es un pequeño paso que recobra la rectoría del Estado de manera plena, no sólo regulatoria’ en materia energética, dijo el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, Juan Ramiro Robledo”.
El dictamen fue aprobado por 21 votos a favor y 16 en contra, y la comisión (de Puntos Constitucionales) precisó que la expectativa es que se vote en el pleno de la Cámara en octubre. Uno de los ejes centrales define la prevalencia de la CFE en el mercado eléctrico sobre los generadores privados; las actividades de la empresa pública no constituirán monopolio; su esencia es cumplir con su responsabilidad social, y garantizar la continuidad y accesibilidad del servicio de electricidad, así como proveer energía al menor precio posible (ídem). Y en esto no hay eufemismo alguno: regresa a la nación lo que a ella pertenece.
Las rebanadas del pastel
Al borde de un ataque cardíaco, la autodenominada oposición ha sido enterada de que la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados tiene listo el proyecto de dictamen de la reforma judicial propuesta por el presidente López Obrador. Valium para Norma Piña.
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Trabajadores del OPD-IMSS- Bienestar
Gustavo Leal F. | La Jornada
Tras ser designado por la presidenta electa Claudia Sheinbaum nuevo titular del OPD-IMSS-Bienestar, Alejandro Svarch se comprometió a acercar la atención médica a cada comunidad, siempre escuchando a la población y al personal de salud (La Jornada, 14/8/24).
Quienes trabajaban en la Secretaría de Salud-CDMX (Sedesa) basificados en el OPD-IMSS-Bienestar, quedarán bajo las condiciones generales de trabajo de ese instituto, que se diferencian –a la baja– de algunas prestaciones que disfrutaban con Galene Salud (Sedesa), acusándose la diferencia al compararla con las bases con dígito sindical. Como jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum señaló que sus condiciones mejorarían, señalamiento que a partir de las basificaciones traza una notoria diferencia salarial y en prestaciones comparadas con las más altas otorgadas por Sedesa. En julio 2024, ésta transfirió al OPD su red hospitalaria.
En entrevista, la secretaria local de Salud, Oliva López, sostuvo que se hicieron asambleas informativas y mesas de trabajo para que los trabajadores estuvieran informados del proceso de transición al OPD, atendiendo las inconformidades manifestadas con ese cambio por los contratos precarios, por honorarios, y del régimen Galene Salud (implantado por Sheinbaum). Subrayó que la intención es proteger a los eventuales mejorando prestaciones y salario (Milenio Diario 25/8/23).
¿Es esto cierto? Difícilmente lo es. Las basificaciones con CGT del OPD portan prestaciones menores que las de Sedesa. Por ejemplo, para trabajadores de base, los horarios en fines de semana (sábados, domingos y días festivos) disponen jornadas de 12 horas. El OPD establece 14.5 horas los sábados y 24 horas los domingos. Sedesa otorga tres periodos vacacionales, uno corresponde a infectorriesgo. El OPD establece dos vacacionales, y uno adicional –para sustituir al de infectorriesgo– será otorgado por puntualidad y visto bueno de autoridades, siguiendo la Ley de estímulos y recompensas civiles con un concurso nacional que reduce el universo beneficiado.
En Sedesa se cubre a deudos con 140 días de salario tabular; capacitación y adiestramiento con becas a quienes las soliciten y sean aceptados; dos dotaciones de vestuario anuales; aportación al Fondo de Ahorro Capitalizable; escalafón con categorías B y C para fortalecer la profesionalización; licencias con y sin goce de sueldo anuales y reducción de jornada de ocho a siete horas: si son madres, se disminuye una hora más. Entonces, la jornada suma seis horas (por la hora de lactancia legal).
Existen cuidados maternos; reducción de la jornada (una hora) cuando se estudie en escuela oficial y facilidades para servicio social, permisos para examen profesional, pagos por titulación del trabajador o familiares directos. Se agregan descansos obligatorios en días feriados oficiales y apoyos con días de descanso cuando se contrae matrimonio. En el OPD, el apoyo de titulación es sólo para el trabajador, además de prohibir el uso excesivo del celular.
En Sedesa se pueden generar notas buenas por puntualidad y disciplina en el trabajo. Las notas buenas son transformadas –según su número– en días de descanso o premios en efectivo: 12 días extras de descanso anuales y dos pagos semestrales por puntualidad. En el OPD, los estímulos y recompensas se otorgarán de acuerdo con la valoración del jefe inmediato y el visto bueno de la autoridad. Sólo son diplomas, constancias, menciones honoríficas y ocasionalmente, días de mérito o un periodo vacacional extra. En Sedesa hay pago económico y descanso el 8 de marzo. También, dos pagos semestrales para fomento de la convivencia familiar (actividades culturales y deportivas); apoyo económico el Día del Padre o la Madre; pago por Día del Niño y menores de 11 años. En el OPD, el Día de la Madre es descanso obligatorio, y el 31 de agosto, Día del trabajador IMSS-Bienestar. Sedesa brinda a las madres cuatro meses retribuidos por lactancia materna más tres por maternidad: siete en total. Las madres que firmaron base en OPD fueron llamadas inmediatamente a incorporarse a sus labores. Para agosto 2024, el OPD aún no publica la actualización del tabulador salarial (autorizado por la SHCP en marzo de 2024) que incluye prestaciones de la compensación por servicios y polivalencia. Pero aun con ella, persiste la pérdida de hasta 36 por ciento en el salario global integrado respecto de Sedesa.
Así que la basificación de Sedesa en el OPD-IMSS-Bienestar reserva a los trabajadores una franca desigualdad de derechos. A trabajo igual, salario igual. Al ofrecer consolidar el OPD y la federalización durante 2024 a 2030, la presidenta Claudia Sheinbuam y su nuevo titular, Alejandro Svarch, pueden ahora tomar cartas para homologar al alza esta marcada división entre todos los trabajadores con base definitiva que acompañan esa federalización. La oferta de escucharlos puede materializarse inmediatamente.
* UAM-X.
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El nuevo régimen
Gustavo Gordillo | La Jornada
La verdad es que el país bascula entre la expansión territorial del crimen organizado y la creciente ineptitud de los aparatos burocráticos. El aparato judicial está deteriorado. Los partidos están desfondados. Sin temor a equivocarme nos enfrentamos a la peor clase política de la historia reciente del país. Para contextualizar recurro a Wendy Brown y a Nadia Urbinati.
Democracia desfigurada. Urbinati señala que la democracia de partidos ha sido sustituida por una democracia de audiencias, es decir una democracia plebiscitaria: La política se ha escindido de la sociedad, ha descartado su función mediadora y ha decidido moverse como una esfera diferente y diferenciada de la ciudadanía. Es democracia porque en todos los casos se llega al poder a través de procesos electorales y, a menudo, en medio de grandes movilizaciones sociales. Pero, una vez en el poder se concibe a sí misma como una democracia de las mayorías en donde la minorías tienen si acaso un espacio político débil y vulnerable.
Tiempos nihilistas. Wendy Brown publica este texto referido al momento actual, pero pensando con Max Weber (2023) Lo hace a partir de dos famosas conferencias del pensador alemán: La política como vocación, donde Weber expuso su famosa teoría del monopolio de la violencia del Estado, y La ciencia como vocación, que crítica a las calamidades de la Academia en la Alemania del final de la Primera Guerra Mundial.
Democracia plebiscitaria. Wendy Brown toma para sus reflexiones sobre el nihilismo los planteos de Max Weber sobre que el desmoronamiento de la autoridad sólo puede ser superado por un líder carismático, como puente para reconstruir una nueva institucionalidad democráctica. Pero el líder de Weber es un sueño. Líder político que se siente atraído por el poder, pero no se deja embriagar por él. Gratificado por su capacidad de influir, pero superando las tentaciones de la vanidad o el narcisismo.
Pocos contra muchos. En su ensayo Pocos contra muchos (2023), Nadia Urbinati muestra por qué los nuevos estallidos sociales parecen estar condenados al fracaso y en qué forma una democracia minimalista –nacida de las ruinas de la democracia social que sostenía al Estado de Bienestar– ha producido una licuefacción de las estructuras partidarias clásicas. Urbinati muestra, además, el maridaje entre neoliberalismo y populismo (al que define como algo más que una retórica y una ideología).
Conflictos contemporáneos. En una entrevista con Mario Schuster en la revista Nueva Sociedad, afirma Urbinati que cuando hay conflicto, las organizaciones que desarrollan las protestas tienen representaciones capaces de operar no sólo por fuera, sino también por dentro de las instituciones. La razón por la que los estallidos de hoy no llegan a configurarse en la forma de un conflicto político es porque los muchos han perdido esas organizaciones clásicas con las que contaban para rebelarse frente a los pocos. Esas organizaciones –sindicatos, cooperativas, asociaciones– han cambiado tan fuertemente de forma y se han desligado de su función mediadora entre sociedad e instituciones, que la sociedad sólo puede manifestarse en forma explosiva, sin canales interconectados con la política institucional.
Continuidad en el cambio. Así que se desenvuelve el cambio de mandos, desde dentro de un mismo movimiento político. Este movimiento político ha obtenido una apabullante victoria que se prolonga al poder legislativo y a los gobiernos y congresos estatales. La fuerza simbólica de la presidenta electa crece; pero la presencia del presidente en funciones no mengua.
Las restricciones. Dos son los factores que definirán el tránsito, pero sobre todo al nuevo sexenio: la presencia del crimen organizado y las relaciones económicas, políticas y culturales de México con Estados Unidos.
Los factores limitantes exigen en consecuencia un Estado fuerte, articulado y legitimado. ¿Lo tenemos?