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Nudo gordiano

Línea de salida

Yuriria Sierra

Excelsior

El triunfo de Delfina Gómez en el Estado de México no sólo termina con 94 años de gobierno priista, también sepulta al grupo que vio nacer a los últimos liderazgos del tricolor capaces de llegar al Ejecutivo. El domingo, como el futuro posible a lo que estaremos contando dentro de doce meses: ¿Morena arrasó y la oposición no encontró punto sensato a su alianza?

Parte de lo que vimos fue eso. El triunfo de Delfina Gómez en el Estado de México no sólo termina con 94 años de gobierno priista, también sepulta al grupo que vio nacer a los últimos liderazgos del tricolor capaces de llegar al Ejecutivo. Pero evidenció también la falsa unidad que Acción Nacional y lo que queda del PRD pregonaron para con Alejandra del Moral. El pésimo manejo de los minutos tras el cierre de casillas la llevaron a declararse ganadora sin el respaldo numérico de ninguna encuesta de salida.

Tuvo que corregir luego de que las tendencias eran evidentes. Y, después de eso, ni un sólo mensaje de apoyo o agradecimiento al trabajo que hizo la exalcaldesa de Cuautitlán Izcalli hizo para representar el interés que hoy tienen en común estas tres fuerzas políticas (o cuatro, porque Nueva Alianza también se le unió): impedir que Morena llegara al gobierno estatal. Ninguno de los líderes nacionales de esas fuerzas en los minutos que siguieron al reconocimiento de su derrota se aparecieron, prefirieron voltear hasta su otro candidato, el del estado al norte.

Y ahí, en el otro espejo, el coahuilense expuso la división que habita en las filas morenistas, pero también dio una engañosa sensación de fuerza a una alianza que aspira a convertirse en una alternativa competitiva con, al menos, dos años de retraso en su proceso de apuntalamiento de un liderazgo rumbo a la sucesión presidencial. Este mismo lunes, los tres partidos, rivales ideológicos, dicen, ofrecieron, un mensaje en el que anuncian oficialmente que en la elección del 2024 sus logos respaldarán al mismo personaje.

Una firma y un ultimátum, porque enviaron un mensaje a Movimiento Ciudadano, ausente en este proceso electoral para que se una a ellos y den pelea al candidato o candidata morenista. Los integrantes de Va por México adelantaron que el próximo 26 de junio presentarán su estrategia para definir cómo es que elegirán a su aspirante entre los más de 30 personajes que han levantado la mano. Hasta dentro de tres semanas, como si el tiempo no lo tuvieran encima desde hace meses.

Morena, por su parte, se prepara para meter segunda, sino es que estaban listos para meter tercera. Hasta que López Obrador invitó a todas las corcholatas a cenar anoche. Veremos cómo evoluciona en estas semanas la carrera al interior del partido en el gobierno para perfilar su candidatura.

Los siguientes meses serán de definiciones, en Morena lo entienden mucho mejor que en la oposición. PRI, PAN y un PRD en riesgo de perder su registro se dan aliento con al triunfo de Manolo Jiménez en Coahuila, aunque la distancia con la que se llevó la victoria, si bien considerable, se dio más por el conflicto morenista que se intentó resolver en los últimos días a punta de declinaciones a destiempo. Y Movimiento Ciudadano rechazando llamados a la alianza y, tras un periodo de reflexión que los hizo bajarse del proceso electoral de este año, autoconvenciéndose de que son competitivos en solitario.

Para este momento, las fuerzas políticas tendrían que estar todas en la línea de salida, pero algunas se sobreestiman en su propio perjuicio.

Juegos de poder

El ridículo de las encuestas, hacia atrás y hacia adelante

Leo Zuckermann

Excelsior

Al final, el PREP del Estado de México arrojó los siguientes resultados. Primer lugar en la elección de gobernadora: Delfina Gómez (Morena, PT, Verde) con 52.65% de los votos. Segundo lugar: Alejandra del Moral (PAN, PRI, PRD, NA) con 44.34 por ciento. La diferencia entre una y otra fue de 8.31 puntos porcentuales.

 La gran mayoría de los encuestadores se equivocaron en sus últimas mediciones antes de las elecciones. Fueron unos de los perdedores del domingo en los comicios mexiquenses.

Tengo frente a mí una tabla que contiene 27 de las últimas encuestas que se levantaron. Algunas, pocas, se publicaron. La mayoría, no. Por desgracia, ya son pocos los medios de comunicación que contratan y reportan encuestas preelectorales.

De las 27 encuestas, 23 le daban una diferencia de dos dígitos a Delfina sobre Alejandra. Seis reportaban una brecha de más de veinte puntos porcentuales. La que más hablaba de hasta 24.6 puntos entre el primer y segundo lugar. Sólo se equivocó por 16.3 puntos porcentuales, tres veces más que la diferencia real.

Honor a quien honor merece. Las dos encuestas publicadas que arrojaron los resultados más certeros fueron la de México Elige, para Radio Fórmula, que traía una diferencia de 6.4 puntos porcentuales a favor de Delfina, y la del periódico Reforma, con diez puntos.

Todas las demás tienen mayores diferencias y, por tanto, erraron en el pronóstico. Algunas más gacho que otras.

A estas alturas del sexenio, es evidente que los encuestadores están sobreestimando las intenciones reales de voto a favor de Morena y subestimando las de la oposición.

Espero, como han hecho los encuestadores serios en el pasado, que como gremio hagan una reflexión de por qué el método demoscópico está fallando.

Esto es muy importante rumbo al 2024. Al país no le conviene lo que ocurrió en los comicios del Estado de México. La idea de que la elección ya estaba definida, que la ganaría Delfina cómodamente y que, por tanto, la jornada electoral sería un mero trámite.

La propia campaña de Gómez se encargó de difundir esta tesis del “hecho consumado” en spots de radio y televisión. Se trata de una típica estrategia de campaña para desincentivar el voto de los opositores. “Mira, no te hagas bolas, esto ya está definido, va a ganar nuestro candidato, y por mucho, así que no pierdas tiempo en asistir a las urnas para votar por el que va a perder”.

En el Edomex, la abstención fue alta: 50% del padrón no asistió a votar. ¿Habría ido más gente a votar si la percepción sobre la elección era que venía más cerrada de lo que reportaban los encuestadores? Probablemente. Es sabido que las elecciones más competidas atraen a más electores.

Morena, desde luego, va a tratar de replicar la estrategia del “hecho consumado” para la elección de 2024. Ya lo está haciendo minimizando las posibilidades de la oposición de ganar el año que viene. Nomás faltan encuestas que, como en el Edomex, trasmitan esta idea para que se convierta en realidad.

El Estado de México nos enseña que hay que tener mucho cuidado con las encuestas en 2024. Muchísimo. Entre que hay errores metodológicos y algunos encuestadores publican sondeos de propaganda, la información puede ser errónea.

Un último punto sobre el pobre desempeño de las encuestas en el Edomex. Supuestamente, Morena elegirá a su candidato presidencial por medio de encuestas. Pero éstas resultaron un fiasco para medir lo que realmente pensaba el electorado mexiquense.

¿Por qué deberían de confiar las llamadas corcholatas en los resultados que reporten las encuestas cuando se anuncie a la ganadora?

Digamos que Sheinbaum, efectivamente, se alza con la victoria porque Morena publica las encuestas que le daban un margen de diferencia de cinco a diez puntos frente a Ebrard. ¿Con qué seguridad va admitir Marcelo que perdió en buena lid con instrumentos demoscópicos que han perdido credibilidad?

Lo bueno es que lo de las encuestas de Morena es pura faramalla. Al final, será López Obrador, con su dedito, el que decida quién será el candidato presidencial morenista. Pero Mario Delgado deberá preparar un buen show demoscópico para legitimar la decisión del Presidente. No está nada fácil después del ridículo que demostraron las encuestas en el Estado de México.

Astillero

Del Mazo, ¿impunidad y premio? // El priísmo se transforma // Morena regaló Coahuila // ¿El PRI subirá su cotización?

Julio Hernández López

La Jornada

Resultaría cuando menos apresurado redactar el epitafio del priísmo a partir de las elecciones de este domingo en una de sus sedes históricas, el estado de México. Como institución e incluso como siglas y emblema podrá desaparecer el Partido Revolucionario Institucional, pero no la cultura política priísta que, así lo ha demostrado en distintas etapas críticas, es capaz de sobrevivir y remodelarse en organizaciones y personajes supuestamente adversos o enterradores de tal escuela de operación política: Vicente Fox Quesada y el panismo parecieron ser verdugos irremontables del partido tricolor en 2000, pero el ex gobernador de Guanajuato terminó tendido como alfombra al paso de Enrique Peña Nieto para regresar al PRI a Los Pinos y hoy Fox y el Partido Acción Nacional son aliados del citado PRI y lo ensalzan como opción; Andrés Manuel López Obrador asegura que hay un cambio de régimen y que la etapa del priísmo ha terminado, pero en su gabinete, en sus políticas y en la reconformación de gubernaturas mantiene personajes, políticas y prácticas que parecieran transfundir esencias de tres colores.

Los resultados electorales de este domingo confirman la longevidad de la escuela priísta en mención: el gobernador saliente, Alfredo del Mazo Maza, responsable de casi seis años de pésimo gobierno, con corrupción e injusticia al por mayor, entrega la plaza sin pestañear, casi contento, encaminado a recibir impunidad y un eventual cargo público (¿una embajada o consulado, al estilo del pago que ya se ha hecho en casos similares?), en un episodio que hace recordar similares momentos de amabilidad cedente por parte de Peña Nieto y José Antonio Meade.

El Grupo Texcoco suplirá sexenalmente al Atlacomulco y Delfina Gómez, Horacio Duarte e Higinio Martínez tendrán oportunidad de cambiar en el estado de México mucho más que la retórica y deberán suprimir la relación partido-gobierno que ha caracterizado al priísmo (recuérdese el caso probado y sentenciado en firme del uso de descuentos salariales a empleados del municipio de Texcoco para financiar actividades de Morena).

El nuevo partido hegemónico tiene ya sus satélites: uno de planta, el del Trabajo, y otro de itinerancia mercenaria, el Verde. En Coahuila fueron doblegados a última hora para retirar sus candidaturas a gobernador y apoyar a un Armando Guadiana que obviamente no reconoce ninguna ayuda en esa maniobra que, a juicio reiterado de esta columna, sólo pretendió apuntalar una villanía designada para tratar de adjudicar la responsabilidad de la derrota norteña a Ricardo Mejía Berdeja (saltimbanqui partidista) y Lenin Pérez Rivera, cuando fue Mario Delgado quien cumplió el encargo de dividir a la llamada 4T para facilitar la victoria de Manolo Jiménez, es decir, de Rubén Moreira y Miguel Ángel Riquelme.

El PRI mantiene vida en Coahuila porque Morena se la regaló (¿intercambió?) y, con la victoria norteña y el acompasamiento mexiquense, crece su capital político por encima de Acción Nacional y aumenta su cotización rumbo a 2024, de tal manera que igualmente potencia la tentación de vender caro su amor aliancístico y ponerlo a subasta con el ávido comprador 4T.

En la fría báscula electoral, Morena agrega una pieza de mayúsculo valor, el estado de México, a la colección de temporada, con sus tesorerías estatales para la guerra de 2024.

Con 22 gubernaturas (en ellas, Cuauh-témoc Blanco, por Morelos, y Ricardo Gallardo, por San Luis Potosí, como externos originales que terminaron siendo 4T), la popularidad incluso creciente de López Obrador y una oposición pasmada (anuncian que el 26 de este mes definirán su método de elección de candidatura presidencial, mientras MC insiste en que no se unirá a PAN, PRI y PRD), todo apunta a que el mayor problema del partido guinda está en el procesamiento interno de su candidatura presidencial.

México SA

ABC: 14 años de impunidad // Subrogación de guarderías // Los niños como mercancías

Carlos Fernández-Vega

La Jornada

Catorce larguísimos años han transcurrido desde el incendio –evitable a todas luces– en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, pero los responsables se mantienen impunes, tanto los funcionarios federales y estatales involucrados, como, especialmente, la parentela de Margarita Zavala, a quien el gobierno, vía IMSS, subrogó la administración de esa estancia infantil, en la que murieron 49 niños y más de cien resultaron con lesiones de por vida.

Tal subrogación (no la única, sino parte de las más de mil 500 guarderías entregadas por adjudicación directa a particulares, o si se prefiere por tráfico de influencias, entre el sexenio de Ernesto Zedillo y el de Borolas) fue aprobada en 2001 con Vicente Fox en Los Pinos y Santiago Levy Algazi en la dirección general del IMSS (prorrogada, en 2007, por Juan Francisco Molinar Horcasitas como director del Seguro Social, a quien Calderón premió con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes), pero el siniestro en la ABC se registró el 5 de junio de 2009, con Calderón en la residencia oficial y los parientes de Margarita Zavala como concesionarios, en el entendido –el de ellos, execrable– de que los niños también son mercancías y sirven para armar jugosos negocios privados (por aquellos años los beneficiarios de la subrogación de guarderías del IMSS obtenían del erario algo así como 8 mil millones de pesos anuales).

Por cierto, en ese entonces Eduardo Bours, uno de los pollos Bachoco, gobernaba Sonora e hizo hasta lo impensable para evitar que sus amigos involucrados, así como los familiares biológicos de Margarita y políticos de Calderón, terminaran en la cárcel. Tras el incendio en la ABC, este despreciable empresario que se metió a la política cínicamente declaró que los logros de mi gobierno me permiten dormir como un bebito, como niño, y lo bailado ya no nos los quita nadie.

Vale recordar lo publicado en este mismo espacio 14 años atrás: “en el último cuatrienio del sexenio zedillista, el número de guarderías concesionadas por el IMSS se incrementó 98 por ciento; en el gobierno foxista y el primer año calderonista creció 200 por ciento. Y en las tres administraciones el inventario de guarderías directamente administradas y operadas por el Seguro Social permaneció prácticamente sin movimiento. Y fue Zedillo quien agriamente reclamó a aquellos que injustamente aseguran que la tendencia gubernamental es la privatización de la seguridad social, y lo dijo precisamente cuando se privatizaron las pensiones y arrancó la subrogación de servicios del Instituto, entre ellos los de las guarderías, incluidas las del Issste (alrededor de 60 por ciento de ellas se han privatizado)”.

No sorprendió a nadie cuando finalmente (un mes después de la tragedia en el ABC) se conoció la lista (supuestamente completa y sin rasurar) de los beneficiarios de la subrogación de guarderías del IMSS: en esa relación aparecieron parientes de Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón; familiares de gobernadores, exgobernadores y legisladores priístas y panistas, ex directivos del Seguro Social; hermanas del fallecido Luis Donaldo Colosio, los ex mandatarios estatales Fernando Moreno Peña, de Colima; José Antonio González Kuri, de Campeche, así como varios parientes de Eduardo Bours y de Miguel Ángel Osorio Chong; la hermana del ex director del Seguro Social, Genaro Borrego Estrada; un tío del gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza; la madre y el hermano de la ex presidenta del PRI Dulce María Sauri; el yerno del coordinador de los diputados del tricolor, Emilio Gamboa Patrón; nietos e hijos del ex gobernador de Baja California Milton Castellanos; el ex gobernador interino de Guanajuato, Carlos Medina Plascencia, entre muchos otros.

Pues bien, durante la mañanera de ayer Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, subrayó que hoy que se cumple un aniversario de la lamentable tragedia del incendio de la guardería ABC y refrendamos nuestro compromisoy solidaridad con los familiares de todas las víctimas, con los sobrevivientes, y el compromiso para atender y resolver de fondo esta situación para que haya justicia y se castigue a los responsables.

En síntesis, catorce larguísimo años y los responsables se mantienen impunes.

Las rebanadas del pastel

Alito Moreno busca chivo expiatorio por la derrota tricolor en el estado de México, pero lo cierto es que desde que el campechano llegó a la presidencia del PRI el otrora partido invencible de todas, perdió todas las gubernaturas, menos la de Coahuila.

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