Columnas Escritas
Lo que dicen los columnistas
Nadando entre tiburones
¿Por qué no le salen las cosas a la oposición?
Víctor Beltri
Excelsior
Algo sigue sin funcionar con la oposición. Lo advertimos en estas mismas páginas, desde hace algún tiempo (https://bit.ly/3g1n16j), y el tiempo se agota sin que se perfilen liderazgos claros rumbo a 2024, ni tampoco iniciativas que logren entusiasmar más que a quienes las integran en primera instancia. Así, antes de seguir en un camino —probablemente— equivocado, valdría la pena detenerse, por un instante, y tratar de entender lo que está pasando.
La oportunidad sería clarísima. El Presidente está débil, tanto en lo físico como en lo institucional, y su salud mental se deteriora —visiblemente— conforme su periodo se agota. La presión se incrementa en lo externo, con las posibles consultas al T-MEC, y la lucha de las corcholatas por llamar su atención —que tanto debe estar disfrutando— se ha convertido en una lucha a dentelladas en lo interno. Las instituciones que ha favorecido están en entredicho, y no sería extraño que él mismo estuviera sorprendido por la cantidad de información que le ha sido ocultada en las reuniones del Gabinete de Seguridad, y que ha sido revelada en la colección de los archivos Guacamaya. A pesar de su popularidad, el gobierno que planeó durante 18 años se hunde.
La oposición —sin embargo— sigue sacando cuentas, como si la política sólo se tratara de hacer aritmética, y se organiza como si los asuntos públicos pudieran resolverse en redes sociales o por mensajería instantánea. Como si se tratara del mismo juego democrático que conocieron en el pasado, y en el que tampoco saben ganar; como si los partidos tuvieran credibilidad, y se pudiera confiar en sus dirigentes; como si sólo se tratara de encontrar causas que aglutinen en contra del bando contrario, sin tratar de entender las razones de la ciudadanía que continúa apoyando al Presidente a pesar de que su gestión sea un fracaso evidente. La mitad del país, que, cuando el Presidente se vaya, continuará aquí.
Es el momento de enfrentar la realidad, aunque resulte dolorosa. Es momento de pensar a futuro, y dejar atrás el enfoque —de cortísimo plazo— de una aritmética electoral en la que ni por asomo se contempla lo que podría pasar el día siguiente a los comicios: el país está al borde del incendio, y una estrategia de confrontación sería el equivalente a arrojar gasolina sobre la pradera en llamas. Los próximos años serán muy complicados: existen estudios que han demostrado que, al incremento en un punto porcentual a las tasas de desempleo, le corresponde un 5% de incremento en consultas en instituciones psiquiátricas. En nuestro país, la gente está a punto de llegar al límite: si a la desesperación económica se añade la fatiga postpandemia; la falta de estado de Derecho, la inseguridad y la inminencia de un proceso electoral en el que ambos bandos parecen estar dispuestos a jugárselo todo, con tal de aniquilar al enemigo, el futuro inmediato no parece muy promisorio.
El reto de la oposición no puede limitarse a conseguir el triunfo en un proceso electoral, sino que debe enfocarse —desde ahora— en la construcción de un país viable, en el que quepamos todos. Todos. La polarización favorece a los autoritarios de ambos bandos, y de nada serviría ganar la Presidencia de un país que fue necesario incendiar con tal de conseguir el poder: es necesario pensar a futuro, y sentar las bases de la nación que queremos, no para el próximo año, sino para dentro de 20, 30 o 50 años. La transformación del país, a final de cuentas —y, aunque no resulte la que sueña el Presidente— ya está en marcha.
La oposición quiere hacer gobierno, pero no sabe para qué. Y continúa quejándose —y buscando causas que aglutinen— sin darse cuenta que, primero que nada, debería dejar de responder al Presidente, y enfocarse en los temas locales; acercarse a los contrarios, y crear una oportunidad de síntesis. Volver a creer en la resolución de los asuntos públicos a través del diálogo; volver a creer en lo que, en realidad, es la esencia de la política. Este, como ningún otro, es un momento de estadistas.
Juegos de poder
¿Es Claudia Sheinbaum la nueva reina del cash?
Leo Zuckermann
Excelsior
He leído el libro político de la temporada: El rey del cash. El saqueo oculto del Presidente y su equipo cercano, de Elena Chávez. No es, ni pretende ser, un trabajo periodístico sobre las fuentes de financiamiento que llevaron a López Obrador a la Presidencia. Se trata, y así se presenta, de un testimonio de una mujer que estuvo cercana al círculo más cercano de López Obrador durante muchos años.
Chávez era la pareja sentimental de César Yáñez, el fiel escudero de López Obrador, encargado de llevar la relación con los medios desde el paso del tabasqueño por la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal (2000-2005) hasta su última campaña presidencial de 2018.
Más allá de los chismes, que hay muchos y sabrosos, me parece que el valor del libro reside en la narración de un presunto modus operandi del lopezobradorismo para allegarse de recursos económicos. A sus campañas habría llegado dinero de desvíos de gobiernos estatales y municipales, pagos de funcionarios públicos a los que obligaban a “cooperar” y entregas de empresarios interesados en hacer negocios futuros en los gobiernos de López Obrador. Todo el dinero se habría manejado en efectivo, con el fin de no dejar huellas.
¿Será verdad lo que describe Chávez?
No lo sé porque no presenta pruebas, aunque confiesa que tiene información muy comprometedora que se hará pública si le ocurre algo extraño. En lo personal, el modus operandi que ahí se pinta me parece verosímil. Existen algunas pruebas que corroborarían esta manera de allegarse de dinero para financiar la vida privada de López Obrador y sus eternas campañas.
Ahí están los videos donde aparecieron René Bejarano y Carlos Imaz recibiendo efectivo del empresario Carlos Ahumada. Están los diezmos que obligatoriamente cobró la entonces presidenta municipal de Texcoco, Delfina Gómez, con el fin de financiar la creación de Morena. No olvidemos los videos de militantes morenistas depositando cash en Banca Afirme para un fideicomiso con la presunta intención de ayudar a las víctimas del terremoto de 2017. Cierto, no son muchas las pruebas, al parecer porque existía una especie de omertá dentro del lopezobradorismo. Según Chávez, la consigna era: “Si te descubren, te echas la culpa y te quedas callado”.
El libro resulta polémico al ser un testimonio de una mujer no sólo desilusionada con López Obrador, sino despechada por lo mal que terminó su relación sentimental con Yáñez. Que cada quien lo lea y saque sus propias conclusiones.
El Rey del cash es particularmente perjudicial para una de las corcholatas presidenciales: Marcelo Ebrard. Varias veces se menciona cómo el entonces jefe de Gobierno de la Ciudad de México, entre 2006 y 2012, habría enviado maletas llenas de dinero a López Obrador. Recursos que venían del gobierno capitalino y entregaba personalmente el entonces secretario de Finanzas, hoy dirigente de Morena, Mario Delgado. De ser cierta esta versión, nuestros impuestos, de los chilangos, habrían financiado la vida personal y política de López Obrador durante esos años.
Del otro lado aparece Claudia Sheinbaum como una especie de heroína que estuvo dispuesta a sacrificar a su marido, Carlos Imaz, para quedar bien con López Obrador. No tuvo empacho en alertar al tabasqueño que su esposo también había recibido cash de Ahumada. Desde entonces, según Chávez, la hoy jefa de Gobierno se convirtió en una de las consentidas del hoy Presidente.
Sheinbaum es la corcholata favorita de López Obrador, de eso no tengo duda. Tampoco tengo de que ya está en campaña rumbo a la Presidencia. El país entero está tapizado de propaganda a su favor. Ella viaja todas las semanas a todo tipo de destinos para darse a conocer.
La pregunta es quién está financiando todo eso.
Los anuncios espectaculares cuestan. También la pinta de bardas. Ni se diga las giras a los estados. Y nadie nos ha explicado de dónde salen los recursos.
¿Será que Claudia es la nueva reina del cash?
¿Será que ella es la que ahora utiliza el mismo modus operandi de López Obrador?
Son preguntas, me parece, legítimas. Al igual que a López Obrador, no creo que a Sheinbaum la mueva el dinero. No se le ha comprobado un estilo de vida inconsistente con sus ingresos. Pero sí la mueve el poder. Quiere ser la heredera de su mentor y llegar a la Presidencia, lo cual no tiene nada de malo. El problema es cómo lo está haciendo y de dónde sale el dinero de su campaña.
El fin no justifica los medios. López Obrador presume su honestidad cuando en realidad, según Chávez, recibía millones de pesos en efectivo para hacer política. Actos no sólo incongruentes con su discurso, sino ilegales. Mal haría Claudia en seguir por ese mismo camino.
Astillero
¿Reforma electoral PRIMorosa? // Modificar INE y TEPJF // Elecciones democráticas // General posterga a diputados
Julio Hernández López
La Jornada
El poblano Ignacio Mier, coordinador de los diputados federales de Morena y, en tal condición, virtual jefe político de San Lázaro, ha anunciado que esta semana iniciará el proceso en busca de aprobar una reforma electoral.
La resolución del enigma global estará del lado de las bancadas priístas: Morena y sus aliados constantes tienen mayoría simple, suficiente para aprobar modificaciones no en la Constitución, sino en las normas reglamentarias.
Pero lo sustancial, lo que implique reformas constitucionales, necesitará mayoría calificada (dos terceras partes de los votos emitidos), que el morenismo y sus anexos no reúnen, pero ya el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, anunció en días pasados que se trabó un acuerdo con el Partido Revolucionario Institucional que va más allá del punto de la Guardia Nacional y la continuidad militar en ella.
Ante los diputados de los partidos Verde, del Trabajo y Morena, el otro López tabasqueño reveló: vamos y ese es un compromiso, aquí se los digo, vamos a intentar recuperar temas como la reforma eléctrica, intentar construir una verdadera reforma electoral. Pillado por tal infidencia, Alito Moreno la negó, aunque dejó abierta la puerta: estaremos trabajando en el Congreso para fortalecer siempre las instituciones de democracia participativa, dijo.
La iniciativa presidencial, que fue redactada por Pablo Gómez, director de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, y Horacio Duarte, quien entonces era director de Aduanas, tiene entre sus objetivos una modificación del esquema tradicional del instituto electoral, antes IFE y ahora INE, y del Tribunal Electoral federal. No sólo en cuanto a reducción de presupuestos sino, sobre todo, la eliminación de las cuotas partidistas como método para integrar el instituto y el tribunal. Se proponen elecciones por voto popular de consejeros y magistrados electorales como fórmula para erradicar los tradicionales repartos partidistas.
A reserva de detallar en otra entrega algunos de los puntos centrales de esta propuesta de ciudadanización electoral, vale reiterar lo que en esta columna se ha planteado: una verdadera reforma debe frenar el efecto corruptor del dinero en los procesos partidistas y electorales y, además, abrir cauces realmente viables a las candidaturas ciudadanas para no depender de los aparatos partidistas.
El general secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, canceló la reunión que iba a sostener con la correspondiente comisión de diputados federales y la dejó en blanco, para una fecha indefinida, según informó Sergio Barrera, integrante de esa comisión a nombre de Movimiento Ciudadano.
Los legisladores habían pretendido que el general hablara sobre las filtraciones englobadas en el término Guacamaya, la falta de seguridad cibernética en los archivos de la Sedena, la fijación de responsabilidades y castigos (en Chile, tuvo que renunciar el jefe del Estado Mayor Conjunto de las fuerzas armadas por una filtración menor a la habida en México) y los riesgos que implica esta difusión de material delicado.
El general Sandoval no aceptó ir a un recinto legislativo y, más bien, citó a los diputados para este martes en instalaciones castrenses. La posposición de este encuentro, para una fecha indeterminada, no abona a la percepción de que los jefes militares vayan a estar bajo supervisión civil en temas relevantes para la sociedad.
Aunque lo ejerzan las fuerzas armadas, el presupuesto que tienen, sus fallas y errores, así como las decisiones que se hayan tomado o no se vayan a tomar en temas socialmente relevantes deberían estar bajo escrutinio civil. En estos temas y, desde luego, en el de la Guardia Nacional. Pero…
Y, mientras la FGR anuncia que tiene carpetas de investigación sobre la compra, en el peñismo, del sistema Pegasus y su correspondiente uso espía.