Columnas Escritas
Lo que dicen los columnistas
¿El indispensable?
Agustín Basave
El final de la Presidencia de AMLO traerá consigo varios desafíos: creo que si su candidata ganara la elección habría fuertes reacciones de los sectores radicales del antiobradorismo, y que si la ganara algún abanderado opositor habría fuertes reacciones de los sectores radicales del obradorismo.
La antigua tradición política mexicana conocida como “tapadismo” no ha cambiado tanto como se cree. Cierto, antes se hacían conjeturas y vaticinios sobre el político –uno solo– que el presidente escogería como su sucesor, mientras que ahora las disquisiciones llevan a pronosticar varias candidaturas a la Presidencia de la República, las de los diferentes partidos o alianzas, pues desde el año 2000 ningún presidente –ni Zedillo ni Fox ni Calderón ni Peña– ha podido entregar la silla del águila a su delfín. Pero Andrés Manuel López Obrador ha terminado de restaurar el presidencialismo a ultranza y Morena no está muy lejos de convertirse en partido hegemónico (de hecho, como ocurrió con el PRI en la recta finisecular, ya se prevén desprendimientos del actual partido oficial para nutrir de presidenciables a la oposición), y por ello el grueso de las apuestas se concentra en su futuro(a) candidato(a).
El nuevo juego se parece bastante al viejo. El reciente “multidestape” de AMLO tiene los mismos propósitos que tenían las fintas o prestidigitaciones que sus predecesores hacían por interpósitas personas: quitarle presión a su predilecto(a) vía la dispersión de fuego amigo y enemigo entre diversos aspirantes sin posibilidades reales, darle esperanzas a quienes se sentían perdidos para que no buscaran otras salidas o incurrieran en algún desatino, distraer la atención de los problemas graves de la agenda nacional. Es decir, lo mismo que hizo AMLO cuando se sacó el truco de sus corcholatas, con la sola diferencia de que él no delega nada, ni siquiera las engañifas.
Lo cierto es que en tiempos de la 4T el futurismo debería apuntar más lejos. El final de la Presidencia de AMLO traerá consigo varios desafíos: creo que si su candidata ganara la elección habría fuertes reacciones de los sectores radicales del antiobradorismo, y que si la ganara algún abanderado opositor habría fuertes reacciones de los sectores radicales del obradorismo. Y lo más importante: el país que tendremos en 2024 será difícil de manejar por cualquier otra persona. AMLO ha destruido muchas cosas y ha montado en su lugar un (des)orden creado a su imagen y semejanza. No será fácil para quien llegue, tiria o troyano, ponerse un traje hecho a la medida de otro, especialmente cuando ese otro tiene una fisonomía tan peculiar, o desecharlo y moverse con sus propias prendas encima y lidiar con actores que siguen otros protocolos. Aunque no será imposible “despejar” a México en caso de alternancia, el riesgo de ingobernabilidad estará presente.
Me explico con tres ejemplos. AMLO dejará una militarización que a él le parece muy benéfica y que controla con relativa eficacia, pero que constituye un peligroso error y será un dolor de cabeza para su sucesor; desmontarla costará harto trabajo y tendrá un alto costo político. También dejará clientelas electorales que demandarán que se conserven los mismos programas asistencialistas, algo que a él le complace sobremanera porque asume equivocadamente que son los únicos posibles, que no hay otra manera de redistribuir la riqueza y mantenerse en el poder; si el próximo presidente tuviera la sensatez de acercarse a la socialdemocracia, rediseñar los subsidios y detonar la creación de empleos bien remunerados, enfrentaría grandes obstáculos. Y, por si fuera poco, quedará una huella de voluntarismo caudillista y de debilidad institucional que complicará el establecimiento de una administración pública especializada y profesional.
AMLO está haciendo esto con plena conciencia y absoluta determinación. Es su prioridad crear una transformación irreversible, y en ello pone todo su empeño. Lo pregona todos los días: si por desgracia regresan “los conservadores”, se jacta, no podrán dar marcha atrás a los cambios de su 4T. Desde luego, quienes consideran que ese viraje es bueno para los mexicanos aplauden sus afanes de perpetuidad; el suyo es el paraíso terrenal donde se detiene la historia (acaso podría imaginarse que, como en el materialismo dialéctico histórico, al llegar a la tierra prometida se acaban las contradicciones). Pero a quienes pensamos que militarizar, clientelizar y personalizar la cosa pública daña a México ese socavón nos parece deplorable.
No se necesita creer en los presuntos afanes reeleccionistas de AMLO para concluir que se está saliendo con la suya. Quiere volverse indispensable, ser el único que pueda gobernar a este país, a mi juicio no desde Palacio Nacional sino mediante la forja del nuevo Maximato. Si triunfara, su candidata no querría ni podría desviarse un milímetro de la ruta de la 4T, y a menudo solicitaría su guía para no extraviarse. Y aun si la oposición se llevara la victoria, incluso si quien llegara a la Presidencia fuera alguien con una visión diametralmente contraria, sería concebible que se viera obligado a mantener por algún tiempo varios de los componentes del “sistema” AMLO. Y no sería descabellado vislumbrar que, en un momento de turbulencia social, a ese opositor no le quedaría más remedio que pedirle apoyo al mismísimo –y aparentemente fallido– jefe Máximo de la Transformación.
Arsenal
“Has sido muy tibio”, reprochan a Alito
Francisco Garfias
“Eres presidente, pero no tienes liderazgo”, fue lo último que escuchó Alejandro Moreno, presidente nacional del PRI, en boca del priista Joaquín Álvarez Ordoñez, Premio Nacional de Arquitectura 2018. Era el colofón de un encuentro solicitado por Alito con la exdiputada federal del PRI, Rosario Guerra, y el propio Álvarez Ordoñez, en casa del diputado electo Augusto Gómez Villanueva.
Los dos invitados son miembros del Frente Nacional por la Refundación del PRI, quienes públicamente exigen a Moreno una dirigencia nacional “de tiempo completo”.
En ese cónclave, Alito les dejó claro que será diputado y presidente del otrora partidazo. No se irá del CEN hasta que termine su periodo en 2023.
* De acuerdo con la crónica de la reunión que nos hizo Rosario, hubo franqueza y claridad en el encuentro.
“Has sido muy tibio”, reprochó la exdiputada, antes de hacer un diagnóstico de la situación del partido:
“El PRI ya no tiene ni gobiernos ni dinero. Lo único que le queda son los votos. Hay que trabajarlos. No tenemos claro hacia dónde quieres llevar al partido”.
Pero Moreno está casado con la idea de que el PRI salió triunfante en las elecciones. Alimenta el espejismo con el hecho de que subió su número de curules en San Lázaro. Presume que eso contribuye a evitar que Morena y sus rémoras logren la mayoría calificada (dos tercios) para modificar la Constitución. El análisis del presidente no parece tomar en cuenta que el PRI compitió en la elección de 15 gubernaturas. No ganó ninguna. Perdió ocho estados que gobernaba.
De esa derrota el dirigente culpó a los gobernadores, los mismos que lo respaldaron para llegar a la presidencia del CEN.
Otro agandalle que le reclamaron son los “abusos” con las plurinominales. Alejandro las repartió a modo. Se quedó con 30 de las 40 que le correspondían al tricolor. De ese total, 21 fueron para miembros del CEN y nueve para familiares o cercanos, según Margarita Sánchez Gavito, otra veterana priista.
*Alejandro adelantó a sus interlocutores que hará cambios en el CEN, pero a su ritmo. Se defendió con el argumento de que 35% de los postulados son jóvenes que están en formación. Guerra reviró: “no son jóvenes del país, son tus jóvenes…”. El de Campeche aguantó vara. Se volverá a reunir con integrantes del Frente, pero ahora con todos.
* Se cayó el ingreso promedio trimestral de las familias mexicanas en 5.8% durante el 2020. Duro golpe a un régimen que llegó al poder colgado del slogan “primero los pobres”.
Es lo que da a conocer la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares del Inegi, convertido en pesadilla de los otros datos. La encuesta precisa que en 2020 el ingreso promedio corriente trimestral, por hogar, fue de 50 mil 309 pesos. Un promedio de 16 mil 769 pesos mensuales. En el 2018 fue de 53 mil 418 pesos. Promedio: 17 mil 806 pesos.
“Los resultados de la edición 2020 permiten dimensionar los cambios que, a consecuencia del periodo de contingencia originada por covid-19, se registraron.
“Con las medidas de confinamiento y el cierre de la actividad económica, entre otros factores, sufrieron los ingresos y los gastos en los hogares de México”, puntualiza.
* A los morenos se les hizo bolas el engrudo. Evitaron, con maniobras, que la oposición no votara a favor de convocar a un periodo extraordinario. No se juntó la mayoría calificada requerida. Hubo, incluso, dos abstenciones guindas.
¿Cómo le hicieron? Mezclaron seis temas en un mismo dictamen: desafueros, nombramientos, outsourcing, revocación de mandato, INE y propaganda.
La bronca es que se llevaron entre las patas la propuesta para aplazar, un mes, la ley que elimina la subcontratación. Entra en vigor el 1º de agosto, pero el tiempo que las adecuaciones que esa ley requiere es insuficiente. Metieron al IMSS en una bronca.
El Consejo Técnico del instituto hizo un llamado al Congreso para realizar, este viernes, el periodo extraordinario. Urge postergar la entrada en vigor de la ley.
“El tiempo para la adecuación de los esquemas de trabajo ha resultado insuficiente, razón por la cual nos suscribimos a la pertinencia de ampliar los plazos e implementación de la reforma”, dice el posicionamiento del Consejo.
* Ricardo Monreal firmó hace nueve días un memorándum dirigido a Eduardo Ramírez, presidente de la Mesa Directiva del Senado, en el que le pide gire instrucciones para llevar a cabo cambios en comisiones:
Germán Martínez, de Morena, va a la presidencia de la Comisión de Puntos Constitucionales en lugar de Martí Batres; César Cravioto, de Morena, se da de alta como integrante de las de Trabajo y para la Igualdad de Género.
María Guadalupe Saldaña, del PAN, se suma a la de Educación; Mayuli Latifa Martínez, del PAN, presidirá Estudios Legislativos primera.
Ramírez no ha girado instrucciones para concretar los cambios. ¿Qué pasó?
México SA
Pandemia: grave impacto social // Enigh: influenza y Covid-19 // Calderón-Peña: que siempre sí
Carlos Fernández-Vega
Desde mediados de 2018, aún en el sexenio de Enrique Peña Nieto, resultaba notorio que la tendencia económica (la global y la de México) era descendente y que se avecinaban tiempos difíciles, y si alguien tenía duda ello quedó claramente de manifiesto en el transcurso de 2019. Sin embargo, la pandemia dio la puntilla a cualquier intento, nacional e internacional, de recomponer la situación y en 2020 todo cayó como castillo de naipes.
Algo similar sucedió 10 años atrás, cuando la economía (mexicana e internacional) se desplomó (de 2008 en adelante) y la pandemia de la influenza de 2009 terminó por hundir lo que a todas luces ya era caída libre. Sin embargo, esta plaga fue de mucho menor intensidad y duración que la del Covid-19, la que se ha prolongado por 16 meses y aún hace estragos a nivel global.
Sirva lo anterior para dar contexto a los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh) 2020 divulgada ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), entre los que destaca que el impacto de la pandemia de Covid-19 sobre los ingresos de los hogares mexicanos se tradujo en una disminución de 5.8 por ciento en términos reales (de 53 mil 418 pesos en 2018 cayeron a 50 mil 309 en 2020).
Es destacable, también, que en el periodo 2018-2020, pero especialmente en este último año, el ingreso corriente promedio trimestral por deciles de hogares se redujo en nueve de ellos, pero no en el correspondiente a los más pobres, en donde se observó un aumento de 1.3 por ciento. Del decil II al X todos los hogares vieron sus ingresos disminuidos entre 2.7 y 9.2 por ciento (esta última proporción corresponde al sector de mayor poder económico).
En el balance, el Inegi detalla que la principal fuente de ingreso de los hogares proviene del mercado laboral y en el periodo de referencia registró un descenso de 10.7 por ciento respecto de 2018; el gasto corriente monetario promedio trimestral por hogar también se redujo (12.9 por ciento); en los hogares se dio una disminución del gasto corriente monetario trimestral en el rubro de educación y esparcimiento (44.8 por ciento); vestido y calzado (42 por ciento), y transporte y comunicación (18.9 por ciento); el gasto promedio en el renglón salud aumentó 40.5 por ciento con respecto a 2018; Nuevo León, Baja California y Ciudad de México reportaron el ingreso promedio trimestral más alto del país, mientras que Chiapas, Guerrero y Veracruz registraron el más bajo.
En materia de ingreso corriente promedio trimestral la diferencia entre los hogares es abismal: los que se ubican en el decil X obtienen 16.43 veces más que los del decil I, aunque en el periodo de referencia los hogares más pobres no reportaron reducción en dicho ingreso.
Ahora bien, ¿cuáles fueron los resultados de la pandemia de influenza en 2009? De acuerdo con la Enigh 2010, no hubo hogar en el país que no padeciera un desplome en sus ingresos: el ingreso corriente promedio de los hogares se desplomó 12.3 por ciento; el ingreso corriente total disminuyó 6.8 por ciento en términos reales; el ingreso monetario decreció 8.2 por ciento y el no monetario uno por ciento; el gasto corriente total promedio por hogar cayó 3.8 por ciento; la diferencia entre el ingreso del decil I y el X fue cercana a veinte tantos. Existen grandes diferencias por deciles de hogares: 10 por ciento de los más pobres dedicaron 49.9 por ciento de su gasto a alimentos, bebidas y tabaco, mientras que el decil de más altos ingresos dedicó sólo 22.9 por ciento; el ultimo decil, es decir, el de más altos ingresos dedicó 19.5 por ciento a educación y esparcimiento y el de menores ingresos el 5.4 por ciento.
Las rebanadas del pastel
Calderonistas y peñanietistas gritan a coro: ¡nada supimos, nada compramos!, pero lo cierto es que el gobierno del presidente López Obrador “encontró 31 contratos relacionados con el software de espionaje Pegasus en los sexenios de (¡sorpresa!) Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto”. La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, detalló que de las arcas públicas salieron alrededor de 2 mil millones de pesos “para la adquisición de software, hardware, bases de datos, plataformas, licencias y mantenimiento de estos equipos, entre otros”. Entonces, que siempre sí.