Columnas Escritas
Lo que dicen los columnistas
El ritual
Javier Sicilia
Proceso
López Obrador no se equivoca en la base de su planteamiento: “Primero los pobres”. En lo que se equivoca, como se equivocaron la Iglesia imperial y el Estado, es en que eso que descubre en el Evangelio no es susceptible de ser institucionalizado, mandatado y criminalizado si no se cumple.
A la memoria de doña Rosario Ibarra de Piedra,
compañera de dolor, compañera de lucha.
Se han dado muchas definiciones sobre la 4T. Yo, después de padecerla tanto, no encuentro mejor palabra para definirla que “el ritual”: un procedimiento, dice Iván Illich al hablar de la escolarización, que genera un mito lo suficientemente poderoso como para ocultar sus propias contradicciones.
Todos los pueblos han tenido y tienen sus ritos de iniciación, pero nunca un ritual que en su constante repetición reclame una validez universal, un procedimiento que se presente como el único camino exclusivo hacia un destino necesario e inevitable para todos en todas partes. El que López Obrador desde el púlpito del Palacio Nacional ejerce día tras día en nombre de la 4T es de esa naturaleza. Tiene su origen, como todo el Estado moderno, en la manera en que la Iglesia imperial se adjudicó el monopolio de la salvación. Ella, según Illich, fue la primera institución que afirmó que sus servicios y su clerecía eran la única puerta de entrada a la redención: “Fuera de la Iglesia no hay salvación”, exclamaba Cipriano de Cartago en el siglo III, es decir, fuera de sus sacerdotes, de sus sacramentos y de su enseñanza no había posibilidad de ser redimido.
Algo de ello resuena en el ritual de la mañanera, que ha pasado de decir “fuera del Estado no hay salvación” a “fuera de la 4T no hay salvación”. Quien lo niegue es una especie de hereje –un “fifí”, un “conservador”, un “adversario”, palabra que a lo largo de la Biblia aparece como sinónimo de Satán–, un reo del infierno, al que hay que purificar para que no contamine la pureza por la que el reino prometido llegará.
Esta herencia de la Iglesia imperial pasó de manera implícita al Estado y sus burocracias (como ella, el Estado –develó Illich a lo largo de su obra– otorga a su clerecía de burócratas y profesionales poder legal sobre los seres humanos; como ella hace que los ahora ciudadanos dependan de sus servicios, y hace de sus ritos y enseñanzas el único camino autorizado para adquirir el estatus de viviente). Pero es López Obrador quien no sólo lo hace explícito cada mañana, sino que reduce ese camino ya no a un aparato institucional, sino a sí mismo. Él, que no niega su filiación cristiana, se siente como una especie de enviado que reina vicariamente en nombre de Cristo. El padre Solalinde, un intoxicado de despropósitos, lo ha incluso calificado de “otro Cristo”. El ritual al que convoca cada mañana, recuerda, citó al Illich de La sociedad desescolarizada, “a la Baja Edad Media, cuando la demanda de servicios fue más allá de la duración de la propia vida y se creó el Purgatorio para que, antes de entrar en la paz universal, las almas se purificasen bajo el control del Papa”.
López Obrador no se equivoca en la base de su planteamiento: “Primero los pobres”. En lo que se equivoca, como se equivocaron la Iglesia imperial y el Estado, es en que eso que descubre en el Evangelio no es susceptible de ser institucionalizado, mandatado y criminalizado si no se cumple. El amor que revela Cristo, que se encuentra en la Encarnación –la renuncia de Dios a su poder para hacerse uno como nosotros– y de manera muy clara en la Parábola del Buen Samaritano –el amor al prójimo–, es un acto de absoluta libertad. Ese amor, que Jesús analoga con el Reino de Dios, está por encima y más allá de cualquier regla ética, de cualquier ordenamiento jurídico, de cualquier poder. No es el cumplimento de un deber.
Es su contrario: una gracia, una respuesta personal y libre a un llamado, un vínculo voluntario y directo que alguien decide establecer con alguien porque lo mueve la “compasión”. Es, en consecuencia, un acto de conversión, es decir, “una vuelta hacia adentro que comienza en las entrañas y termina en una relación única y completamente personal”, escribió David Cayley comentando a Illich. Es, por lo tanto, la delicadeza de una atmósfera que, como toda atmósfera, corre el peligro de ser corrompida engendrando cosas espantosas. “La corrupción de lo mejor es lo peor”, decía Illich, haciéndose eco no de la perversidad de Cipriano de Cartago, sino de San Jerónimo, que un siglo después entrevió los estragos que la divisa de Cipriano, adoptada por la Iglesia imperial, traería al mundo.
No se equivocó. Cuando la atmósfera del amor, esa preciosa libertad, se reglamenta y se convierte en imposición, en ordenamiento, como lo hizo la Iglesia imperial, como después de la Ilustración lo ha hecho el Estado y ahora, de manera desmesurada, López Obrador en su ritual mañanero, el amor se corrompe y se vuelve monstruoso. En su nombre, no sólo la gente se hace dependiente de todo tipo de clerecías, incluso ilegales, como las del crimen organizado, que administran sus vidas desde el nacimiento hasta la muerte, sino que, como sucede ahora, se les criminaliza, descalifica, persigue y de ser necesario se les condena al purgatorio de las inquisiciones, transformadas en redes sociales, o al infierno de la exclusión si no se someten a sus cuidados y dan la respuesta correcta a su catecismo.
En esa corrupción, el prójimo del que habla el Evangelio se borra y sólo queda la oscura e imprecisa salvación de los que se someten a rituales corrompidos y han aprendido a instrumentalizar al prójimo.
Además opino que hay que respetar los Acuerdos de San Andrés, detener la guerra, liberar a todos los presos políticos, hacer justicia a las víctimas de la violencia, juzgar a gobernadores y funcionarios criminales, esclarecer el asesinato de Samir Flores, la masacre de los LeBarón, detener los megaproyectos y devolverle la gobernabilidad a México.
Razones
México-EU: corazón espinado
Jorge Fernández Menéndez
Excelsior
Pasada la celebración del primero de mayo, con un evento digno de las épocas del partido y la central sindical únicos, donde no parecía que hubiera pasado ya más de medio siglo desde aquellos que celebraban don Fidel Velázquez y Luis Echeverría, le tocó ahora al presidente López Obrador tratar con una nueva etapa de la relación con Estados Unidos, que nuestro mandatario quiere llevar de la misma forma que la que llevaba Echeverría con Richard Nixon. Para el Presidente, el mundo de aquellos años era mejor que éste y se refleja y entiende en ese modelo: y allí quiere colocar la relación con el presidente Biden y con EU.
Quizás porque se había acostumbrado al maltrato y a las amenazas concretas y extemporáneas de Donald Trump, pareciera que López Obrador cree que Joe Biden es débil y que él puede presionar más a Estados Unidos con el tema migratorio que la Unión Americana a México. Y eso se aplica a la migración, la seguridad, la energía, la implementación del T-MEC o, incluso, a la posición regional ante Rusia por la invasión a Ucrania.
Al Presidente siempre le ha impresionado la gesta cubana de Fidel Castro y sus décadas de enfrentamiento con el imperio del norte. Pero se queda en la leyenda de la revolución y no en los defectos reales que ella ha causado en el pueblo cubano: hace ya mucho que la educación y el sistema de salud en Cuba no son como se proclama en la isla; años van de que no hay plena ocupación ni mejora en la calidad de vida; la moral revolucionaria ha sido cambiada por la de una muchacha vendiéndose por unos jeans, los jóvenes que protestaron meses atrás pidiendo comida y libertades terminaron en la cárcel y ahí siguen.
Obrador reclamó al presidente Biden que en la próxima cumbre de las Américas que se realizará en Los Ángeles, en junio, participen también Cuba, Nicaragua y Venezuela. Olvida que una de las condiciones para participar en ese encuentro es que se trata de regímenes democráticos. Es un encuentro que comenzó formalmente en 1994, en diciembre, cuando Zedillo llevaba apenas unos días en la Presidencia y a una semana de que la economía colapsara. Pero con todo, en ese encuentro, que si mal no recuerdo, se realizó en Miami, quizás lo más importante es que quedó plasmado que se trataría de encuentros para fortalecer los sistemas democráticos de la región. Invitar a Cuba, Venezuela y Nicaragua sin compromisos previos, no tiene sentido: son tres regímenes dictatoriales que apoyan, los tres, a Rusia en su aventura en Ucrania, con todo lo que eso significa geopolíticamente, pero, sobre todo, no muestran interés alguno por abrir su vida política, nada tienen que hacer en esa cumbre de Los Ángeles.
Preocupa profundamente que el Presidente no asuma con claridad que no somos simples socios comerciales de Estados Unidos. Tenemos una sociedad regional que involucra desde millones de mexicanos viviendo en la Unión Americana hasta ser parte de una de la cadenas productivas más amplias, poderosas y eficientes del mundo. Sin la reticencia presidencial, y cultivando la seguridad ciudadana y jurídica, México podría consolidar mucho más su posición, atrayendo las inversiones de las empresas que están dejando China.
En el terreno energético, si se aplicara una política global seríamos hoy uno de los grandes productores de gas, pero para eso necesitamos ir a la ruta exactamente contraria a la seguida por la CFE y el gobierno federal. Necesitamos enormes inversiones privadas que permitan explotarlo. Las reservas existen; los recursos, también, y no de sus más cercanos funcionarios se le acercó al presidente López Obrador (tuve oportunidad de ver el proyecto) una propuesta para cruzar todo el país con gasoductos y explotar nuestras reservas: el proyecto sería financiado por completo por empresarios nacionales y esos empresarios participarían en la explotación del gas. El Presidente lo rechazó para dar paso a la ley Bartlett que va en sentido contrario.
Ya vamos tarde, pero hoy, en plena crisis energética por la guerra de Ucrania, hubiéramos tenido enormes oportunidades en el sector energético de la mano con la mayor potencia energética mundial, que es la Unión Americana. Si fuéramos sensatos, haríamos lo que se propone intrínsecamente en el T-MEC y antes en el TLC: conformar con Estados Unidos y Canadá un mercado energético del norte.
Y seamos claros, nadie quiere venir a robar nuestra riqueza natural, eso es un discurso del siglo XIX y la primera parte del XX: de lo que se trata hoy, es de hacer inversiones comunes y retroalimentarse mutuamente en políticas regionales. Una de las enseñanzas de la guerra en Ucrania y todas su consecuencias no es que, como han dicho algunos, se acabó la globalización. Ésta sigue más viva que nunca, y las propias reacciones al tema de Ucrania lo demuestran, pero la globalización y la integración pasan hoy y se consolidan a través de bloques regionales, y nuestro bloque regional de pleno derecho es América del Norte. Temo que el gobierno federal no lo ve así, no lo asume plenamente, que quiere estar como en los años 60 y 70 en una suerte de tercera posición tan vana como indecorosa en el mundo actual.
Eso es lo que está en fondo de la relación, lo que la enturbia y nos lleva a no poder establecer, más allá de la cordialidad diplomática de los mandatarios, ningún acuerdo estratégico, ninguna política que vaya más allá de las reacciones impulsadas por un corazón que ya sabemos que es un órgano muy elástico que en ocasiones se endurece y anquilosa.
Astillero
Avalar al impugnado fiscal // La política no es maniquea // Ángel Yael: verdad y justicia // L12: impunidad reparatoria
Julio Hernández López
La Jornada
Ante la pregunta de una reportera, el presidente López Obrador extendió un aval, cuando menos provisional, a Alejandro Gertz Manero, el muy impugnado titular de la Fiscalía General de la República (FGR). No estoy yo pensando yo (sic) en intervenir, en inmiscuirme en un asunto que tiene que ver con una institución independiente, sólo que hubiese una cuestión grave; eso es lo que establece la ley, respondió el político tabasqueño.
Se insistió en preguntarle si no consideraba graves las acusaciones hasta ahora hechas, y el Ejecutivo federal contestó: no lo considero, no lo considero. Y hay que ver a todos, porque la política no es maniquea, no es de buenos y malos, no es así. Entonces, siempre hay diferencias, intereses, y mi obligación es garantizar la paz, la tranquilidad, la gobernabilidad que existe en México (https://bit.ly/37XY602)./
De entrada, resulta llamativo que el Presidente utilice en el caso del fiscal Gertz la plausible tesis de la política como algo ajeno al maniqueísmo, a la división entre malos y buenos, justamente cuando en la discusión pública está el ardiente etiquetado morenista de sus opositores, legislativos y partidistas, como traidores a la patria a partir de la votación de la reforma eléctrica.
No es un dato menor, por otra parte, que entre los acusadores formales del fiscal Gertz esté Julio Scherer Ibarra, quien durante el primer tramo obradorista fue ni más ni menos que el consejero jurídico de la Presidencia.
Sin ese peso, diríase que ex institucional, pero sí con una serie de señalamientos hasta ahora no atendidos ni esclarecidos, esta parte de la familia que fue del hermano del fiscal, a una de cuyas integrantes se mantuvo en prisión durante 528 días, hasta que la Corte intervino para frenar las acciones con abierto tufo de venganza familiar o de protección de datos financieros secretos.
Alecxaí Yllades, Dalia Lara y Luis Gerardo Domínguez recuerdan que Ángel Yael Ignacio Rangel, asesinado por un guardia nacional en Irapuato, Guanajuato, “continuamente afirmaba: ‘la ciencia es mi prioridad’”. Además, tenía una gran pasión por el diseño y planes de emprender un negocio junto con sus amigos. Era miembro fundador de una organización juvenil por la ecología y costeaba sus estudios vendiendo productos de cuidado de la piel elaborados por su familia”.
Agrupados bajo la denominación Fuga de Cerebros, los jóvenes plantean: “si de verdad buscamos ‘abrazos, no balazos’ en Guanajuato y en el resto del país, no podemos reducir nuestras exigencias a despedir o encerrar al miembro de la Guardia, quien sólo sigue la ruta de acción del proyecto nacional de seguridad. Es necesario demandar mayor transparencia en los cuerpos de seguridad, investigaciones sobre los presuntos ‘criminales’ asesinados, reconsiderar la presencia de los militares en los operativos contra el robo de combustibles y que se abandone el discurso oficial que justifica la criminalización de jóvenes. No queremos más militarización disfrazada de ‘seguridad’. Exigimos memoria, verdad y justicia” (https://bit.ly/3MIFrns).
En otro tema: ayer se cumplió un año de la caída trágica de un tramo de la Línea 12 del Metro, a la cual en su momento se denominaba Dorada y era presumida como ejemplo de calidad y modernidad. Con 26 muertos y unos 80 heridos como saldo, no hay detenidos ni consignados por lo que ha pretendido asignarse a problemas con unos pernos equívocamente instalados.
No hay sanción para ningún servidor público de primer nivel, ya fuera el inaugural Marcelo Ebrard, o el señalado por no dar mantenimiento adecuado, Miguel Ángel Mancera, o Claudia Sheinbaum, durante cuya administración hubo denuncias y evidencias de fallas estructurales. Es probable que todo quede a nivel del ebrardista Enrique Horcasitas, quien fue director del Proyecto Metro.
Y del Grupo Carso, de Carlos Slim, sólo se ha visto que ha soltado cheques para garantizar que no haya acusaciones en su contra, aprovechando la figura de los acuerdos reparatorios, con ayuda de autoridades del máximo nivel.
México SA
Inflación, huésped indeseado // Alza de precios, por un rato // Pérdida de poder adquisitivo
Carlos Fernández-Vega
La Jornada
De por sí la economía mundial no reporta buenos resultados desde hace cuatro años (lo que no quiere decir que los anteriores fueran espectaculares) y la sacudida por la pandemia más el zarandeo por la guerra en Ucrania no han hecho otra cosa que empeorar el panorama, y una de sus más claras manifestaciones es el –por lo visto– incontenible nivel inflacionario que ha puesto a parir a todos. Y las noticias no son agradables.
El subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Gabriel Yorio, tuvo a bien ilustrar al auditorio: el aumento acelerado de precios seguirá por un rato, pues controlarlo podría tardar al menos 18 meses, debido a que las secuelas de la pandemia en la economía no han sido transitorias y hasta ahora no las ha podido resolver el mercado por sí mismo, a lo que se han sumado los conflictos geopolíticos. El mundo se empieza a complicar (aún más), hay pequeñas crisis alrededor del planeta que generan una situación bastante retadora ( La Jornada, Dora Villanueva).
La inflación carcome el poder adquisitivo y resulta ser una verdadera amenaza para el nivel de bienestar de la población, especialmente la de menores ingresos. Pero, como siempre, la minoría es la que saca raja de todo esto. Sólo hay que registrar el impresionante incremento en las fortunas de unos cuantos barones, mientras los mortales ya no sienten lo duro, sino lo tupido. Y esto se da hasta en el último rincón del planeta.
Yorio detalló que en un primer momento se pensó que las interrupciones en las cadenas de producción con los cierres por la pandemia y luego el aumento de precios por la escasez de mano de obra iban a ser transitorios. Al paso del tiempo no ha sido así y la situación se ha agravado con el conflicto en Ucrania que ha impulsado otro tanto los costos de la energía, los alimentos y ahora los fertilizantes, algo en lo que, dicho sea de paso, ha servido de catalizador la oleada de sanciones a Rusia (muchas de ellas verdaderamente ridículas y que terminaron por dañar a sus impulsores) aplicadas por Estados Unidos y sus perritos falderos de la Unión Europea.
El subsecretario explicó que el mercado no ha logrado ajustar la situación y la inflación ya no es considerada transitoria, por lo que se requieren reformas por el lado de la producción; la política monetaria, a cargo del Banco de México, se ha endurecido, pero se necesitan otros mecanismos para regular el aumento de precios, por el lado de la oferta. No queda claro cuántos incrementos más habrá en la tasa de interés y no hay un tope como tal a esta con el que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público se sienta cómoda; sin embargo, hay consenso entre el banco central y la dependencia federal de que las presiones inflacionarias no cederán en el corto plazo (ídem).
Parte del problema es que los gobiernos no dejan de aplicar las mismas recetas, con lo que es obvio que los resultados serán idénticos, es decir, soluciones de muy corto plazo que sólo dan un respiro relativo en espera del próximo ramalazo, en un circuito interminable. No será con más reformas de corte neoliberal como se solucionarán los problemas de un modelito depredador, cuyo costo, íntegro, se traslada a la población.
En vía de mientras, el Fondo Monetario Internacional (uno de los organismos más aferrados a las fracasadas recetas neoliberales) advierte sobre el creciente nivel inflacionario, el cual, prevé, se mantendrá elevado más tiempo de lo previsto por los altos costos de las materias primas y las más amplias presiones sobre los precios. El incremento de los precios al consumidor será más rápido este año, tanto en las economías avanzadas como en las de mercados emergentes y en desarrollo. Estos pronósticos también están sujetos a un alto grado de incertidumbre.
Junto al incontenible avance de precios aparece la constante reducción de la tasa de crecimiento de la economía global, es decir, doble mandarriazo. El organismo financiero proyecta que en las economías avanzadas la inflación alcanzará 5.7 por ciento, el nivel más alto de los pasados 38 años, mientras que en las economías de mercados emergentes y en desarrollo se acelerará hasta 8.7 por ciento, el mayor desde la crisis financiera mundial de 2008. Durante el próximo año, estas tasas se enfriarían hasta 2.5 y 6.5 por ciento, respectivamente.
Las rebanadas del pastel
Entonces, si de razones democráticas (Biden/ Nichols, dixit) se trata, el primer país que debe ser excluido de la Cumbre de las Américas se llama Estados Unidos.