Columnas Escritas
Franja Sur

RENÉ ALBERTO LÓPEZ
28-04-2022
Adán Augusto, padre del “dedazo”
Dos acciones de gobierno a todas luces antidemocrática y además autoritarias bajo el cielo de Tabasco son la “Ley dedazo” y la “Ley garrote”, ambas creación del hoy secretario de Gobernación, Adán Augusto, gobernador con licencia.
Por lo pronto hablaremos del aberrante “dedazo”, modalidad para imponer a los delegados municipales, que nació al reformarse en el estado la Ley Orgánica de los Municipios en julio del año pasado a propuesta del Ejecutivo y aprobada por sus diputados de Morena en el Congreso tabasqueño.
En esa fecha solo alzaron la voz dirigentes políticos de los partidos de oposición, lo mismo que organizaciones de abogados, y un grupo de ex delegados, quienes advirtieron el problema que ocasionaría la modificación las colonias y comunidades de Tabasco.
Por cierto, la llamada “Ley dedazo” riñe con los principios que dice abrazar el movimiento de Morena, así como el presidente López Obrador, de que todas las acciones de gobierno se debe consultar al pueblo, pues siempre ha gritado la consigna desde Palacio Nacional “el pueblo pone y el pueblo quita”.
Hasta hoy, cuando pobladores de las comunidades están viviendo en carne propia lo que es sufrir la imposición de sus representantes comunitarios, están levantando la voz y han llevado sus quejas ante el Congreso del estado, y a las organizaciones defensoras de los derechos humanos. Además, dicen, están promoviendo un amparo que presentarán a los tribunales, y no descartan realizar un viaje a la Ciudad de México para ver si los escucha “nuestro paisano” el presidente, que está en chino, pero nada pierden con intentarlo.
Los reclamos más graves se localizan en las poblaciones choles del municipio de Tacotalpa, zona de la sierra en la que los lugareños señalan al alcalde Ricky Arcos Pérez, de Movimiento Ciudadano, de abusar de su cargo de presidente municipal, para imponer a “sus amigos” y “allegados” en las delegaciones. “Con su carita de yo no fui, se sirvió con la cuchara grande sin pena ni más vergüenza”, acusan.
Otra localidad en la que la autoridad municipal violó los derechos de “usos y costumbres” de las poblaciones indígenas fue en Nacajuca, corazón de los chontales, donde la alcaldesa Sheila Álvarez “resultó peor” que los ex alcaldes del PRI, PRD y PAN, acusan los afectados ante tamaño desplante autoritario con la imposición de los delegados.
Por supuesto, en el contexto de los reclamos y discusiones salta en automático el nombre del “gobernador represor” (así le llaman a don Adán), pues ya todo Tabasco sabe que el “padre de la Ley dedazo”, es el secretario de Gobernación.
Aunque sabemos de las pocas posibilidades de que el Notario Público, también con licencia, sea designado candidato por su amigo López Obrador, pues la candidatura ya tiene dueña desde hace rato, en el remoto caso de que surgiera un imponderable y se diera un milagro, sus adversarios le restregarían en la cara sus sentimientos ocultos de político represor, con los temas de “La ley dedazo” y “Ley Garrote”. Y, México no aguantaría otro Presidente tabasqueño.
Esas marcas no se las limpiará el secretario de Gobernación. Son tatuajes, sellos imborrables de su paso por el gobierno de Tabasco, derivados de desplantes autoritarios, dignos de caciques del siglo pasado
Ahí se las dejo.
