Columnas Escritas
El Postigo

Ambrosio Gutiérrez Pérez
Las patadas de Alito
Era previsible, lo habíamos dicho en éste y otros espacios, cuando la justicia empezara a cerrar el círculo en torno a Alito Moreno, intensificaría su actuación de víctima, de defensor de la democracia y de la nación; aumentarían sus acusaciones (sin una sola prueba) contra actores de los gobiernos de la 4T, de incapaces, de corruptos, de narcos.
Aumentarían sus quejas y lloriqueos ante gobiernos y organismos extranjeros, buscando quizás en su mentecita enferma, que por sus dichos vengan a invadirnos y se convierta en el héroe de capa y copete que siempre ha querido ser.

La comentocracia y sus medios, los mismos que vienen diciendo desde el 2018 que nos convertiríamos en Venezuela o Cuba, conceden a Alito amplios espacios para repetir y repetir sus absurdos, sin una sola pregunta de por qué la Fiscalía Anticorrupción de Campeche tiene abiertos varios procesos penales en su contra y lo acusan de peculado, enriquecimiento ilícito y varias lindezas más, y por lo cual solicitó nuevamente su desafuero como senador.
El apunte
Claro, Adán Augusto no es la «carnita» sino la vaca entera que irresponsablemente puso el «grupo Tabasco» en la mesa para que el prianismo se esté dando un gran banquete, pero ni por asomo le han quitado plumas al gallo morenista.
El viaje de Layda
No habría ninguna necesidad de que nadie saliera a explicar el viaje de Layda Sansores a Holanda (que sí fue a ese país) o el que se le pegara su regalada gana. Tiene derecho a descansar, tiene dinero propio para hacerlo (y desde endenantes diría el Campe), pero por supuesto que gana un salario suficiente para ir a Europa, Asia, Latinoamérica o África, si decidiera hacerlo.

Es cierto, por otro lado, lo que publicó Walther Patrón, el vocero gubernamental. En Países Bajos vive una hija de Layda y sus nietas que son parte de sus amores; es cierto que un conflicto judicial prácticamente las arrojó hasta allá y que, como madre y abuela, busca procurar la cercanía afectiva que ellas no pueden darle por ahora.
Pero era innecesaria cualquier explicación, dijimos, porque bastaría el derecho humano, la libertad, para viajar lícitamente a donde se quiera. Claro, Layda no es, no ha sido, también por voluntad personal, la mujer que espera en un rincón de la casa que pase la vida frente a sus ojos. Es irredenta, argumenta, señala y acusa cuando de injusticias se trata, pero saca las uñas si de por medio está la violencia contra la mujer en cualquier manifestación.
Por ello la persiguen, le buscan, la difaman, la insultan, la burlan, la ofenden… porque al final no ha sido, no será seguramente, una mujer sometida a estereotipos de orangutanes con una pluma en la mano.
Se pudo, se puede
«En cumplimiento a lo ordenado por el Tribunal Electoral del Estado de Campeche, se ofrece una disculpa a la Gobernadora Constitucional del Estado de Campeche, porque las expresiones emitidas en un programa de Youtube y Facebook, fueron ofensivas, estereotipadas y generaron violencia política en razón de género, en su vertiente de violencia digital y mediática”, leyeron los periodistas Hubert Carrera Palí, Carlos y Abraham Martínez Caamal.

Pese a que apelaron la sentencia del Tribunal estatal, fue confirmada por la sala federal de Xalapa, Veracruz, y tuvieron que acatar la sanción.
¿Ven que sí se pudo, que sí se puede? Y no me refiero a la sentencia misma en favor de Layda Sansores, sino a lo que hicieron estos comunicadores, leer una disculpa pública por encima de su soberbia y prepotencia; por encima de sus propias majaderías; por encima de su relación dependiente de Alito.
Rendijas
— Pablo Gómez es idóneo para conducir el proceso de reforma electoral que plantea la presidenta Caludia Sheinbaum. Lo es por varias razones, entre las que se cuentan experiencia e inteligencia, pero ante todo, la confianza que le tiene la Presidenta… o ¿espera la comentocracia que se lo encargara a Alito? No mamen!
— El lloriqueo del prianismo, incluso del mocismo, es consecuente con el horizonte que vislumbran: ni una sola posición regalada a quien no vaya por el voto ante los ciudadanos.
— Pues no es fácil aceptar que el refugio de delincuentes (algo me recordó a Alito), las pluris y el fuero, se vaya como agua entre los dedos… jijiji…
