Columnas Escritas
El Postigo

Alito… en la mira de la justicia
Ambrosio Gutiérrez Pérez
No sorprendió a nadie que tras la revelación de la gobernadora Sansores y el fiscal Sales sobre las carpetas de investigación abiertas contra Alito (también conocido como Alejandro Moreno Cárdenas) por enriquecimiento inexplicable, probablemente ilícito (así se dice, probablemente aunque ya nadie tenga dudas al respecto), respondiera de las dos formas en que ya lo hizo: asegurando que es una persecución política y desafiando a la autoridad porque está preparado para enfrentarlo.
Y, de paso, por si tenía usted duda, se trata exactamente de la misma actitud asumida por Elito (su clon político también conocido como Eliseo Fernández Montúfar por las acusaciones en su contra y sobre el que hay ya una orden de aprehensión que debe ser cumplimentada en cualquier momento). Alito y Elito, lo hemos dicho ya muchas veces, son dos caras de la misma moneda; antiguos aliados de correrías vandálicas, de ambiciones políticas y económicas; dispuestos a hacer lo que sea para cumplir sus caprichos, incluido el desvío de recursos del erario.
Alito, luego de confirmar la revelación de las investigaciones en su contra, empezó a desplegar una estrategia ya armada pues esperaba que, en cualquier momento, le saltara la liebre. Sabía perfectamente que las investigaciones en su contra habían iniciado formalmente desde el inicio de la actual administración estatal, aunque varias carpetas de investigación ya se habían abierto desde tiempo atrás en el ámbito federal.
Recordemos que durante su campaña, López Obrador fue insultado públicamente por Alito, le dijo que aquí lo iba a educar y el actual Presidente respondió en una entrevista que el entonces gobernador era uno de los políticos más corruptos del priismo. AMLO ganó la Presidencia y Alito se deshizo en elogios al tabasqueño al grado de lograr el mote de “Amlito” pues fue a Palacio Nacional a ofrecer hasta las perlas de la virgen, pero cuando se dio cuenta que no lograría más que el respeto institucional que da el Presidente a otras autoridades, tomó distancia y entonces se convirtió en “opositor” al proyecto de la Cuarta Transformación.
Con un PRI perdiendo elección tras elección, con una bancada de diputados y senadores en su mayoría pluris, Alito no tuvo más remedio que ir a hacer equipo con el PAN y los restos putrefactos del PRD. Es decir, su única salida para mantenerse en el foco nacional era hacer lo que hizo, aliarse y apoyar candidatos en su mayoría de Acción Nacional.
Pero el Presidente lo conoce, por algo dijo que era el político campechano más corrupto que conocía. Tenía ya información confiable, precisa, del enriquecimiento de Alito sólo explicable en función a malos manejos… Y el fiscal Sales lo dijo claro y conciso: ni sumando todos sus ingresos de sus periodos como diputado federal, senador y gobernador le alcanzaría para tener lo que tiene: decenas de casas, más la mansión de Lomas del Castillo (la más cara), más los departamentos en Santa Fe y Polanco en Ciudad de México, más su avión, más vehículos de lujo, más terrenos, más y más y más. Claro, pensará que con hacer donaciones a sus hermanos e incluso a su madre podría tapar su corrupción. Pues no.
Las carpetas de investigación contra Alito avanzan y en cualquier momento, si no es que ya ocurrió, se empezarán a judicializar pues no hay manera de que evada la acción de la justicia.
La grabación
Para sumarle a lo que todo mundo ya sabía, circuló una grabación –y la presentó la Gobernadora en su Martes del Jaguar– que le hicieron a Alito. Una llamada telefónica en los tiempos de campaña. Trata con uno de los suyos, uno de sus financieros, temas pendientes y le responden que el de Solá (el publicista español creador de campañas sucias –hizo aquella de que AMLO era un peligro para México– que trajo para tratar de hacer ganar a su sobrino la gubernatura). Le responden, a Solá que ya le pagaron la mitad, 2.5 millones en dólares depositados en una cuenta de Panamá, y queda pendiente una cantidad igual que le transferirían el siguiente lunes.
Lo denunciamos en su momento. Hicimos circular fotos de Solá en Campeche, desayunando tranquilamente con Rubén Moreira, operador político y financiero de Alito. En ese momento no tuvimos duda: los dos estaban en el estado para desatar la guerra sucia que padeció Layda Sansores. Ahora, con la grabación, se comprueba.
Solá fue contratado por el Alito, por el PRI, para la guerra sucia contra Layda. De ahí surgieron los insultos, las ofensas por su condición de mujer, por su edad.
Tratándose de Alito no podía ser de otra manera, es el vándalo de siempre, aunque además de las fotos que circularon delatando la presencia de Solá no se tenía otra prueba tan contundente como la grabación donde se confirma lo que le pagaron.}
Además, le dicen que van a resolver Campeche. ¿Qué de Campeche? Quizás entre ello se encuentren las decenas de millones que destinó Alito al pago de medios de comunicación, de periodistas y comentócratas que hoy siguen pululando en redes sociales y en sus propios medios insultando a López Obrador y Layda Sansores.
Elito, envalentonado
Elito (también conocido como Eliseo Fernández Montúfar) sigue envalentonado, contestatario y desafiante, desde sus cuentas en redes sociales, contra las autoridades estatales pese a que está ahí y se cumplimentará en cualquier momento la orden de aprehensión por peculado.
El más reciente episodio fue la entrega de una obra en la colonia Mirador, un centro cultural y recreativo, que gestionó él durante su administración pero financiada con recursos del gobierno federal. Su pupila (y todos los etcéteras que le quiera usted poner), la alcaldesa Biby Rabelo, fue a inaugurar la obra y no invitó ni por equivocación a quienes aportaron el dinero. En cambio, hubo agresión contra periodistas, insultos y un zipizape encabezado por lideresas que ahora sirven a la alcaldesa.
Bien, pues en refuerzo de la actitud de su pupila (y todos los etcéteras que le quiera usted poner) Elito publicó en su cuenta su historia sobre los terrenos donde se construyó la obra, donde acusa a la familia de la gobernadora Layda Sansores de todo y que, esa denuncia, es lo que propició la persecución en su contra.
La Biby alcaldesa algo tendrá que hacer para dejar de ser la sombra, o mejor dicho, para quitarse la sombra de Elito que ya la está perjudicando al grado de poner en riesgo su carrera política (si es éso es lo que quiere). Tratar de agandallarse la obra hecha con recursos federales no es más que consejo de Elito, revanchismo de Elito, pese a que sabe muy bien que la obra es federal.
¿De qué se trató al final? De una jugada sucia más de Elito para llevar el tema al lloriqueo y la victimización que son ya las únicas armas que le van quedando frente a la certeza de los delitos que cometió: robo al erario municipal, peculado se le conoce, entre otras lindezas.
Rendijas
–La gobernadora Sansores fue a Guatemala, invitada por el gobierno de aquel país, y también por el presidente López Obrador, a la gira por ese país (aunque el Presidente recorrió prácticamente todo Centroamérica). Importante gira para hermanar y conjuntar esfuerzos que llevan la intención, en primer lugar, de establecer programas que arraiguen a la gente en sus países y comunidades.
–Ya es cosa de locos… ahora resulta que Alito es aliado de Estados Unidos y que va para la “grande”… pues el papel aguanta todo, eso dicen.
