Columnas Escritas
Baluarte Político

Claudia Sheinbaum Pardo da un paso firme contra la impunidad
Raúl García Araujo
En tiempos donde la calumnia y la desinformación buscan erosionar la credibilidad de la Cuarta Transformación, es indispensable subrayar con toda claridad que el gobierno encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo actúa con decisión, sin vacilaciones ni complacencias, frente a la corrupción y el crimen, sin importar el cargo, el fuero o la cercanía política de los involucrados.
El caso de Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco, no es una persecución política ni un linchamiento mediático, como algunos sugieren para desviar la atención. Es el resultado de un trabajo coordinado entre instancias federales que están aplicando la ley con firmeza y sin privilegios. Es una muestra del compromiso real del nuevo gobierno con la justicia.
Desde el inicio de esta administración, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y la Procuraduría Fiscal, detectaron operaciones financieras atípicas, triangulaciones sospechosas y redes de empresas vinculadas a Bermúdez y su círculo familiar. Esto derivó en el congelamiento de cuentas bancarias y activos, como parte de una operación mayor contra el lavado de dinero, la simulación fiscal y el desvío de recursos públicos.
A ello se sumó la Secretaría de Gobernación, que suspendió licencias y actividades de casas de apuestas y empresas de entretenimiento ligadas a familiares del exfuncionario. Una acción contundente para evitar que estructuras criminales sigan operando bajo el amparo del vacío regulatorio y la complicidad institucional.
En el frente de seguridad, el Gabinete de Seguridad Nacional, en coordinación con la SSPC, la Secretaría de Marina y la Guardia Nacional, logró la detención de Ulises Pinto Madera, alias El Pinto, exjefe de escoltas de Bermúdez y señalado como segundo al mando de la célula criminal “La Barredora”, brazo operativo del Cártel Jalisco Nueva Generación en Tabasco. Su líder, identificado como Hernán “N”, alias El Abuelo, hoy está prófugo, pero acorralado.
Este grupo —una suerte de “cártel policiaco” conocido como “La Hermandad”— es investigado por delitos de alto impacto: tráfico de migrantes, trata de personas, venta de drogas, extorsión y control territorial de bares y antros.
Frente a estos hechos, la presidenta Claudia Sheinbaum fue clara: no hay encubrimiento para nadie. Hasta el momento, no existe ninguna carpeta de investigación en contra del senador Adán Augusto López ni en la Fiscalía General de la República ni en la Fiscalía estatal de Tabasco. Lo que sí existe es un proceso serio y profesional contra quien sí está vinculado directa y penalmente con actividades delictivas.
Esta postura desmonta la narrativa que algunos actores políticos y mediáticos pretenden imponer: la de un supuesto “pacto de impunidad” dentro del movimiento. Nada más alejado de la realidad. Hoy hay investigaciones, detenciones, congelamiento de cuentas y desarticulación de estructuras criminales. Hay, sobre todo, voluntad de justicia.
La gobernadora de Campeche, Layda Sansores San Román, ha cerrado filas con la presidenta Sheinbaum, demostrando que la Cuarta Transformación no se fragmenta frente a los embates del viejo régimen. Su respaldo político y moral no es un acto de sumisión, sino de convicción profunda por un proyecto que pone al pueblo por encima de la élite corrupta.
Porque lo que está en juego no es sólo el prestigio de un gobierno, sino el alma misma de un proyecto de nación. Los opositores saben que no pueden derrotar en las urnas a la 4T, por eso apuestan a la desestabilización mediática, al golpeteo judicial, a la infamia sin pruebas. Quieren debilitar a la presidenta, pero lo único que logran es mostrar su desesperación.
Se equivocan rotundamente quienes creen que el caso Bermúdez puede minar el liderazgo político de Claudia Sheinbaum Pardo. Al contrario, este episodio demuestra que México ya no tiene una presidencia que encubre, sino una presidenta que actúa. Que no negocia con corruptos, que no calla ante la evidencia y que no se amedrenta por las consecuencias políticas de hacer lo correcto.
La historia no recordará a Claudia Sheinbaum únicamente como la primera mujer en gobernar este país. La recordará como la mujer que rompió con la impunidad desde el poder. La que entendió que gobernar con ética y con valentía también es una forma de hacer revolución.
Y eso, para quienes aún viven de privilegios, complicidades y silencios, es una amenaza insoportable.
Desde La Muralla: Layda Sansores fortalece la salud pública con justicia social y legado humano
En tiempos donde la salud se ha convertido en uno de los ejes fundamentales de la justicia social, el gobierno de Campeche, encabezado por Layda Sansores San Román, demuestra que la transformación no es un discurso, sino una realidad que se construye con hechos.
A pocos días de rendir su Cuarto Informe de Gobierno, la mandataria campechana reafirma que la Cuarta Transformación también se escribe con empatía, dignidad y profundo amor al pueblo.
La reinauguración del Centro Regional de Rehabilitación Integral de Carmen (CRRI) es una muestra palpable de este compromiso.
No se trata de una obra cualquiera. El CRRI no solo representa un centro de atención médica, sino también un símbolo de esperanza, constancia y superación para miles de campechanas y campechanos que han encontrado ahí un espacio para recuperar su movilidad, su independencia, su salud… y muchas veces, su dignidad.
Layda Sansores no solo entrega instalaciones modernas y funcionales, sino que rescata el legado visionario de su madre, Elsita San Román, una mujer que entendió antes que nadie la importancia de la rehabilitación integral como parte del bienestar de los más vulnerables.
Con la rehabilitación y ampliación del CRRI, realizada por la Secretaría de Desarrollo Urbano, Movilidad y Obras Públicas (SEDUMOP), la gobernadora honra esa memoria y la proyecta hacia el futuro con tecnología de punta y servicios de calidad humana.
Esta reinauguración no es solo un acto administrativo. Es la confirmación de que en Campeche se gobierna con el corazón en la izquierda, con la sensibilidad de quien conoce el dolor de la gente y trabaja para aliviarlo.
En un contexto nacional donde se lucha por hacer del derecho a la salud una realidad tangible, Layda Sansores se coloca a la vanguardia, apostando por la atención integral, la inclusión y la verdadera equidad. No hay transformación sin salud, y no hay salud sin infraestructura, sin voluntad política ni visión humanista.
Desde El Fuerte: Salud para el pueblo, vacunas para todos
En Campeche, la salud no es privilegio de unos cuantos, sino un derecho universal garantizado con hechos.
En vísperas del Cuarto Informe de Gobierno de la gobernadora Layda Sansores San Román, vale la pena destacar cómo su administración ha sentado un precedente en políticas públicas de salud, especialmente en materia de prevención y acceso universal a los servicios médicos.
Este fin de semana, la Secretaría de Salud del estado intensificó su Campaña de Reforzamiento de Vacunación en los municipios de San Francisco de Campeche y Carmen, con una jornada que no sólo acerca los servicios médicos a la gente, sino que reafirma un principio fundamental del movimiento transformador: primero los pobres, primero el pueblo.
Con módulos itinerantes en puntos estratégicos —mercados, terminales de transporte y centros comerciales—, el gobierno estatal busca garantizar que ningún niño, joven o adulto quede sin su esquema básico de vacunación, especialmente contra enfermedades que ya deberían estar erradicadas como el sarampión, la rubéola y la tos ferina.
La estrategia preventiva impulsada por la Secretaría de Salud local no solo es un acierto técnico y médico, sino un acto de justicia social, porque se enfoca en quienes más lo necesitan.
Mientras otros apuestan por el abandono del sector salud, Campeche invierte en vida. Mientras algunos difunden miedo y desinformación, aquí se vacuna con calidez y compromiso. Y mientras las élites conservadoras insisten en criticar desde el privilegio, el pueblo campechano avanza con un gobierno que no se doblega ni se distrae.
