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Arsenal

Van 64 muertos y contando

Francisco Garfias

Excelsior

La presidenta Claudia Sheinbaum, a diferencia de AMLO, recorre las áreas afectadas por las torrenciales lluvias. No tiene miedo a que le falten al respeto a la investidura, como El Peje.

En Poza Rica enfrentó gritos, desesperación y el rechazo a la gobernadora Rocío Nahle. Le reclamaron la lenta e insuficiente entrega de la ayuda y la falta de coordinación.

Tres días después de las inundaciones, no habían recibido víveres, agua potable, apoyo para la limpieza del lodo.

Algunos gritos sobresalían en el alboroto:

—¡El Ejército no quiere entrar a las casas!

—¡Hay familias que aún no reciben ayuda!

—¡No queremos a la gobernadora!

La tensión se explica por la lentitud en la reacción de los tres niveles de gobierno. Van 64 muertos y 65 desaparecidos.

Es el saldo provisional de los aguaceros que provocaron daños severos en Veracruz, Puebla, Hidalgo y Querétaro. Otro estado muy afectado es San Luis Potosí, pero, hasta ahora, no se reportan muertos.

¿Se pudo haber evitado la tragedia? Es difícil saberlo, pero el diputado Héctor Saúl Téllez, vicecoordinador de la bancada del PAN en San Lázaro, asegura que hubo un recorte al Fonden por más de 2 mil millones de pesos, sin explicación.

Los diputados autorizaron 18 mil 914 millones de pesos para 2025, pero el presupuesto fue modificado unilateralmente por el Ejecutivo, dejando sólo 16 mil 846 millones de pesos. Estudiantes y familiares de desaparecidos responsabilizaron al gobierno estatal por no advertir a tiempo sobre el desbordamiento del río Cazones, en Poza Rica.

* Héctor Saúl Téllez hizo un balance de los cuatro dictámenes del paquete económico que se pretenden aprobar esta semana en San Lázaro: Ley de Ingresos, Código Fiscal, IEPS y Ley Federal de Derechos.

Por cuestiones de espacio, haremos un breve resumen:

Ley de Ingresos: lo que más preocupa es el financiamiento que se hace a través de la deuda pública. Este año se va a autorizar un techo de deuda pública de 1.8 billones de pesos.

Es el segundo más alto de este 2025. Vamos a cerrar 2026 con un saldo histórico acumulado de 20.3 billones de pesos. Es el doble de lo que este régimen recibió en el 2008.

¿Qué es lo grave aquí? Qué el pago de intereses se eleva hasta en 150 por ciento.

Cuando Peña dejó la Presidencia pagábamos 600 mil millones de pesos de intereses. En 2026 vamos a pagar 1.6 billones de pesos.

Es un gasto mayor que el que se proyecta para los programas sociales, educación, seguridad e inversión física.

* Código fiscal: es la retención “agresiva y confiscatoria” que hacen al ahorro de los mexicanos. Existen alrededor de 90 millones de cuentas bancarias y fondos de inversión que generan intereses.

El gobierno le va a meter el diente a los ahorradores. La retención pasa de 0.5% al 0.9 por ciento. Casi el doble.

“Es un crecimiento desproporcionado. Rompe el espíritu de la Constitución que habla del principio de proporcionalidad. Es confiscatorio y eminentemente recaudatorio”, nos dice

Peor: este porcentaje de retención va sobre el monto total de capital, lo cual es incongruente porque lo que se graban son los intereses, las ganancias, no el monto del ahorro.

En otras palabras, es una retención precautoria. El gobierno se cobra desde antes lo que posiblemente vas a ganar de intereses con tus ahorros. Ya después lo verá en tu declaración anual sobre el ISR. Hay más: subestima la cotización del petróleo. Lo cotiza, para 2026, siete dólares abajo del promedio del precio del barril. Lo proyectan en 54 dólares, cuando, en promedio, está en 62 dólares.

Esto presupone que subestiman alrededor de 83 mil 500 millones de pesos al año. Esos recursos se convierten en excedentes petroleros que son de libre disposición y discrecionales.

* Código Fiscal federal. Contiene obligaciones desproporcionas al contribuyente para brindar garantías de cobro al gobierno. “Hoy, el gobierno dice: me vas a garantizar tu crédito fiscal a través de un billete de depósito que no es otra cosa que casi dinero líquido”.

“¿Por qué te pondrían un crédito fiscal? Por algún error en tu pago del ISR o del IVA en alguna retención. Vemos un Código Fiscal inquisitorio, recaudatorio, agresivo. Es terrorismo fiscal. El gobierno primero cobra y luego averigua.

Trae, además, una actitud fiscalmente invasiva. Va a obligar a todas las entidades financieras a dar acceso al SAT, en tiempo real, a los registros bancarios de cualquier empresa y de cualquier persona, de las propias entidades financieras.

Otra cosa que vemos con preocupación: es un Código Fiscal espía. Permite una invasión a la información financiera que hace cualquier persona a través de las plataformas digitales de venta online.

* Sobre el IEPS: pagarás más impuestos a los refrescos, los videojuegos, el tabaco, lo juegos y apuestas.

“El gobierno nos quiere vender impuestos supuestamente saludables, pero es falso. Son recaudatorios”, puntualiza.

Razones

Otra tragedia sin Fonden

El gran mérito del Fonden era que desde allí se distribuían los recursos y la ayuda en forma inmediata, porque tenía depósitos permanentes, y que se entregaban de inmediato.

Jorge Fernández Menéndez

Excelsior

Las torrenciales lluvias que cayeron sobre varios estados, particularmente en toda la región de las huastecas, en la noche del jueves pasado y durante el viernes han dejado por lo menos 64 muertos y 65 desaparecidos, y a miles de familias les ha arrebatado todo lo que tenían.

Los gobernadores, quizás con la excepción de Mauricio Kuri, en Querétaro, han quedado exhibidos por su pasmosa falta de reacción ante la tragedia, pocos, o casi ninguno, con la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, quien incluso el viernes estaba minimizando lo sucedido en Poza Rica. La consecuencia fue que la presidenta Sheinbaum fue recibida casi con rabia por una población abandonada por sus autoridades.

Como siempre, fue el plan DN-III-E del Ejército mexicano el que primero llegó para paliar los daños más urgentes, acompañado en esta ocasión por el plan Marina. El único funcionario que pudo explicar en la mañanera de ayer, con lujo de detalles, cómo se había desplegado la institución a su cargo, fue el general secretario Ricardo Trevilla.

Hay que reconocer a la presidenta Sheinbaum que haya decidido ir a toda la zona de desastre. Durante sus seis años de gobierno López Obrador no fue a consolar ni apoyar a la población ante una tragedia (recordemos su lamentable actuación ante lo sucedido en Acapulco con el huracán Otis, donde jamás fue a visitar a los damnificados) y Sheinbaum sí lo hizo, sin importar cómo fuera recibida.

Más allá de la displicencia (que debería de tener un castigo político) de gobernadores y presidentes municipales ante la tragedia, una vez más se ha puesto de manifiesto el gravísimo error que fue desaparecer el Fondo Nacional de Desastres Naturales, el Fonden, que servía en forma eficiente ante este tipo de tragedias.

El Fondo Nacional para Desastres Naturales fue creado originalmente como un programa dentro del Ramo 23 del Presupuesto de Egresos de la Federación de 1996, y comenzó a funcionar plenamente en 1999, cuando se emitieron sus primeras Reglas de Operación. El Fonden apoyaba a estados y municipios afectados por desastres naturales casi en forma inmediata, con el suministro de comida o medicamentos; cubría, además, tareas de reconstrucción en viviendas y servicios públicos dañados por un siniestro. No era necesaria la declaratoria de emergencia para que comenzara a operar de inmediato.

El Fonden funcionó con reconocida eficacia, casi siempre de la mano con el Plan DN-III-E, hasta que en 2020 López Obrador decretó su desaparición. El gobierno federal decidió que desapareciera el fondo y que cada dependencia federal, con su propia capacidad operativa y presupuestal, se hiciera cargo de las tareas relacionadas con su actividad ante los desastres. O sea, regresó a como estaban las cosas hasta que se creó el Fonden. Como dijimos cuando se tomó esa decisión, en 2020, lo que ocurriría sería inevitable: más allá de la buena o mala voluntad política, las tramas burocráticas dificultarían la llegada de ayuda, y cada dependencia regatearía sus recursos.

El gran mérito del Fonden era que desde allí se distribuían los recursos y la ayuda en forma inmediata, porque tenía depósitos permanentes, y que se entregaban de inmediato, de todos los productos que son necesarios para enfrentar una emergencia. Ayer decía la presidenta Sheinbaum que había recursos para enfrentar la tragedia. Sería absurdo que no existieran, el problema es que aún no llegan y tardarán todavía varios días en llegar.

López Obrador decía, y de alguna forma lo volvió a repetir ayer la presidenta Sheinbaum, que el Fonden fue desaparecido porque era un nido de corrupción y burocracia. Puede ser, pero entonces lo que habría que haber hecho era investigar la supuesta corrupción; y, si existía, denunciarla y castigarla, nadie fue nunca procesado por malas prácticas del Fonden, pero no desaparecer una instancia que había demostrado su necesidad y eficacia.

Lo que se buscó con la desaparición del Fonden fue que quedara claro que la ayuda venía del gobierno federal y de sus distintas dependencias, aunque tardara mucho más en llegar. Es lo que sucedió tras el paso de Otis, está sucediendo ahora, y seguirá sucediendo en el futuro, porque el esquema institucional de emergencia ante desastres naturales está mal diseñado desde la desaparición del Fonden.

Es evidente que el fondo debería haber sido preservado. Ahora que se está discutiendo el paquete económico para el año próximo, con sentido común y autocrítico, tendría que ser recuperado.

Se fue Annie Hall

Murió una de las grandes musas del cine contemporáneo, Diane Keaton. Una actriz bellísima y extraordinaria, con una personalidad única. Con Woody Allen protagonizó, entre otras películas, la inolvidable Annie Hall; con Al Pacino, otra de sus parejas personales y artísticas, nada menos que en las tres partes de El Padrino.

Redefinió el papel, el estereotipo, hasta la moda de la mujer en el cine y en la vida. Como escribió ayer Woody Allen, desde este fin de semana el mundo es un lugar más triste y, agreguemos, menos bello e inteligente.

Nudo gordiano

Claudia y la tormenta

Yuriria Sierra

Excelsior

Las imágenes de la presidenta Claudia Sheinbaum recorriendo Puebla, Veracruz, Hidalgo, San Luis Potosí y Querétaro este fin de semana marcan un contraste notable con su predecesor. Mientras, hasta el momento, 64 personas han perdido la vida y 139 municipios han sido afectados por las recientes lluvias torrenciales, Sheinbaum no sólo activó el Comité Nacional de Emergencias, sino que puso el cuerpo: visitó comunidades devastadas, implementó puentes aéreos y prometió censos para distribuir apoyos.

Este gesto representa un cambio significativo frente a la gestión de López Obrador, cuya respuesta a desastres como el huracán Otis se limitó a visitas mediáticas para “tomarse la foto”, sin capacidad real de reconstrucción. Sheinbaum merece reconocimiento por su presencia en terreno. La empatía importa, y mucho. Quizá éste es uno de los rostros más importantes (y las diferencias) del poder ejercido en femenino.

Y es aquí donde la buena voluntad choca con una realidad difícil: los recursos para atender desastres naturales se redujeron 67% durante el gobierno anterior. En 2018, el Fonden contaba con 41,400 millones de pesos; para 2023, apenas 13,702 millones. El fondo fue eliminado el 28 de julio de 2021 bajo el argumento de que era un instrumento de corrupción.

Había casos documentados de corrupción en el Fonden, sí. Pero la solución no es eliminar los mecanismos de protección ciudadana, sino depurarlos. Es como clausurar un hospital con mal manejo en lugar de sanear su administración. Las temperaturas en México han aumentado 0.85°C en los últimos 50 años, y se espera un incremento adicional de hasta 2°C para 2039. En 2024, las pérdidas económicas globales por desastres naturales alcanzaron 368,000 millones de dólares. Según la Organización Meteorológica Mundial, 2024 fue el año más cálido registrado en América Central y el Caribe.

El cambio climático está aquí, cobrando vidas mexicanas ahora mismo. Las lluvias torrenciales que acaban de devastar el centro y oriente del país no son una anomalía, sino el nuevo normal. Y el nuevo normal exige mecanismos presupuestarios permanentes, no soluciones artesanales de pago por evento.

Pero no sólo es cuestión de dinero. La tragedia reciente expuso otra debilidad sistémica: las fallas en los sistemas de alerta temprana y coordinación entre niveles de gobierno. Aunque Protección Civil en algunos estados sí emitió los avisos, en muchos municipios las alertas llegaron tarde o nunca. La capacidad técnica y de comunicación en el nivel municipal —el más cercano a la población— es dramáticamente insuficiente. Además, enfrentamos un problema cultural que ningún presupuesto resuelve por sí solo: la resistencia de muchas personas a abandonar sus hogares ante la inminencia del peligro. Pese a las advertencias, familias completas se niegan a acudir a los refugios temporales, ya sea por desconfianza, por temor a los robos o simplemente porque subestiman la amenaza hasta que el agua les llega al cuello. Este componente humano requiere campañas permanentes de educación cívica y protocolos más efectivos de evacuación obligatoria cuando sea necesario.

Por eso, aunque celebramos que la presidenta Sheinbaum haya mostrado un rostro humano, debemos replantear qué cambios en presupuesto y en protocolo deben empezar a considerarse. El presupuesto de egresos debe incluir no sólo la restauración del Fonden o un mecanismo similar (blindado contra la corrupción, pero con recursos suficientes), sino también inversión sustancial en sistemas de alerta temprana, fortalecimiento de capacidades municipales de protección civil y campañas sostenidas de cultura preventiva.

Actualmente, según explicó la Presidenta, los recursos se ejercen discrecionalmente a través de la Secretaría de Hacienda cuando se declaran emergencias. Pero este sistema, dependiente de voluntades políticas y caso por caso, es insuficiente. Los desastres no esperan aprobaciones sexenales.

La presidenta Sheinbaum ha demostrado que entiende la dimensión humana del desastre. Ahora, su gobierno debería entender y modificar también su dimensión estructural. México necesita un Fonden 2.0: transparente, auditado, con candados anticorrupción, pero, sobre todo, real y operativo.

Porque los desastres seguirán llegando y, cuando lo hagan, la empatía presidencial seguirá siendo de la mayor relevancia, para entender, acompañar, consolar, pero sólo el presupuesto se podrá reconstruir.

Astillero

La mula arisca y los aduanales // ¿Huachicol fiscal? ¡Ya no! // Impunidad de agentes-capos // Estados Unidos y reformas aduaneras

Julio Hernández López

La Jornada

Dos altos funcionarios del sistema nacional aduanero, ni más ni menos que el director, Rafael Marín Mollinedo, y el director general de investigación aduanal, Tonatiuh Márquez, dieron a conocer ayer datos, detalles y anécdotas que muestran algunos trazos del gran mural de corrupción relacionado con esas actividades.

Para justificar las denuncias de ahora, el primero dijo que “la mula no era arisca”. Marín Mollinedo es primo de Nicolás Mollinedo Bastar, conocido como Nico, quien fue histórico conductor del automóvil en que se transportaba Andrés Manuel López Obrador; ahora, designado por la presidenta Sheinbaum en febrero de este año, es nuevamente director de aduanas, pues lo había sido desde diciembre de 2022 hasta que en junio de 2023 fue designado por AMLO embajador de México ante la Organización Mundial del Comercio.

La antes mencionada mula arisca podría preguntarse a estas alturas por qué, en su primera gestión como máximo jefe aduanal, Marín Mollinedo no detectó, denunció y castigó lo que ahora está revelando: pagos ridículos por importación de contenedores, fue uno de los ejemplos casi anecdóticos que dio de la corrupción institucionalizada.

Pero, ahora, Marín Mollinedo le diría al hosco animal híbrido estéril que las cosas son diferentes: “ya ahorita está detenido definitivamente el huachicol fiscal; era por las aduanas del norte y de los puertos (…) Lo hemos atajado y estamos pendientes. Si se llega a descubrir uno, procedemos inmediatamente y le damos parte a la fiscalía”.

Antes, durante el sexenio obradorista, el citado servidor público fue director general del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y titular de la Autoridad Federal para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales. Si alguna irregularidad grave o delito encontró en estos encargos, tal vez lo informe algunos años adelante.

Tonatiuh Márquez, el jefe de la investigación aduanera, también asistió a la sesión en el Senado en busca de que sea aprobada una reforma a la ley del ramo. A la salida, ante periodistas, igual que lo había hecho Marín Mollinedo, hizo declaraciones. Una de ellas, estremecedora: 30 agentes aduanales, de un total de 850, serían quienes controlaban (tiempo pasado) el contrabando de combustible. De los 850 agentes existentes se ha logrado “cancelar” la actividad de 45 (entre ellos la treintena de capos). Los agentes aduanales son profesionales, autorizados por Hacienda, para gestionar operaciones aduanales a nombre de terceros; son representantes legales de importadores y exportadores.

En cuanto a acción judicial, es decir, justiciera, hasta el mes recién pasado había 818 carpetas de investigación por el contrabando de combustible llamado huachicol fiscal, algunos de cuyos involucrados están en la cárcel; pero hay 6 mil 889 carpetas más, sin detenidos, y solamente 310 llevadas ante jueces, con 326 vinculados a proceso y más de 78 personas sentenciadas.

El escandaloso panorama que han difundido los jefes de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) no queda solamente en el terreno explicativo o pedagógico, sino que trata de sensibilizar para que el proyecto de reformas aduaneras sea aprobado en el Congreso de la Unión. Ese modelo de exhibición de purulencias, normalmente sin castigo proporcional, ha sido utilizado con frecuencia para argumentar que las voces analíticas o abiertamente críticas de reformas impulsadas por los nuevos poderes obedecen al interés de las corruptelas mostradas.

En este caso, además de la intención de crear una nueva “clase” aduanal, con operadores propicios a los reformistas, se busca abrir el paso a acciones conjuntas o de mayor cooperación con agencias estadunidenses, en el marco de las presiones de la administración Trump.

Y, mientras la presidenta Sheinbaum continúa con sus visitas a zonas damnificadas por las vigorosas lluvias recientes, cubriendo el costo de dar la cara y asistir personalmente, que es menor al de aislarse y desconectarse de la exigente desesperación social que se multiplica y desborda en estos casos.

México SA

Netanyahu-Trump, impunes // “Acuerdo de paz”, unilateral // Medio Oriente, ¿“nueva era”?

Carlos Fernández-Vega

La Jornada

Miente Donald Trump cuando asegura que “terminó la larga y dolorosa pesadilla en Gaza”, porque mientras no exista un Estado de Palestina nada está resuelto, amén de que el expansionismo israelí no cejará en su empeño de robar territorio palestino como lo ha hecho desde 1948. Nada garantiza ni soluciona el supuesto “acuerdo de paz” promovido por el impune delincuente de la Casa Blanca (condenado por la justicia de su país por la comisión de 34 delitos graves) y aplaudido por el impune genocida Benjamin Netanyahu (acusado, desde 2016, por corrupción, fraude y abuso de confianza; además, es prófugo de la Corte Penal Internacional), que ha sido el primero en violarlo. Entonces, ¿“una nueva era”, cuando en los hechos nada cambia? ¿Un “amanecer histórico de un nuevo Medio Oriente” sólo benéfico para una parte?

¿Cuántas resoluciones de la Organización de Naciones Unidas han violado Israel y su titiritero Estados Unidos? Todas, comenzando con la número 181 de 1947, mediante la cual se llevó a cabo la “partición” de Palestina en dos estados, pero sólo se fundó uno, el mismo que desde entonces han impedido, y lo siguen haciendo, la creación del segundo. Y nada ha cambiado, a pesar de que a estas alturas 150 naciones reconocen al Estado de Palestina. Entonces, ¿“una nueva era”, porque “terminó la larga y dolorosa pesadilla”?

Para Trump, “las fuerzas del caos, el terror y la ruina” no son las de Israel (que tan sólo en los últimos dos años asesinaron a más de 67 mil palestinos, la mayoría niños y mujeres, dejaron heridos a cientos de miles y destruyeron Gaza), sino las palestinas. A las primeras, a lo largo de los años, Estados Unidos, cómplice, se ha encargado de financiar, armar hasta los dientes y mantener impunes; en el Consejo de Seguridad ha vetado toda resolución en contra de aquel país por violaciones a los derechos humanos, al derecho internacional, por crímenes de guerra y lo protege como si fuera propio. A las segundas, que “han plagado la región durante décadas, ahora se encuentran debilitadas, aisladas y totalmente derrotadas”, el inquilino de la Casa Blanca las condena a su “desaparición”.

Ayer, Trump se apersonó en el Parlamento de Israel (donde fue servilmente ovacionado) y ahí despotricó en contra de los “terroristas” (¿cómo? ¡Si los tenía enfrente!; sólo faltó un espejo para que él se reflejara), pero los legisladores de aquella nación y el propio inquilino de la Casa Blanca no soportaron que dos parlamentarios exigieran el reconocimiento del Estado de Palestina, algo que no estaba en el guion de cuento de hadas creado para satisfacer al inquilino de la Casa Blanca, por lo que de inmediato fueron expulsados del recinto por personal de seguridad. ¿Cómo se atrevieron a hacerle eso al “pacificador” de Medio Oriente?

El “acuerdo de paz” (“han hecho falta 3 mil años para llegar hasta aquí”, se vanaglorió el inquilino de la Casa Blanca, mientras las Fuerzas de Defensa de Israel, poco después de la liberación de rehenes, “irrumpieron en varias zonas de Cisjordania reocupada y comenzaron a atacar las casas de los palestinos”, de acuerdo con La Jornada) mantiene impune al genocida Netanyahu (quien no ha dejado de atentar contra los palestinos); sale ileso, como el resto de su pandilla. ¿Quién pagará por los asesinatos, el hambre, la destrucción total de Gaza? Para Trump eso es lo de menos, pero hay que subrayar que a ese terrorista israelí se le acabó el pretexto de los rehenes, por él utilizado de forma ignominiosa para esquivar tanto a la justicia de su país y la internacional, como a una parte de la sociedad que exige su renuncia. No obstante, es posible que le llegue la hora –salvo que Trump disponga lo contrario–, pero lamentablemente los que vienen detrás son igualmente salvajes.

Muestra de ello es lo siguiente: “tras el intercambio de rehenes por parte de Israel y Hamas, varios de los detenidos recién liberados condenaron las cárceles israelíes como ‘prisiones de injusticia’, informó el medio Al Jazeera. Uno de los ex rehenes declaró que la mayoría de los prisioneros palestinos en las cárceles israelíes son torturados más de una vez al día. Las tropas israelíes dispararon contra los reclusos con balas recubiertas de goma, causando heridas profundas en las partes íntimas y la espalda. Muchos detenidos también sufrieron descargas eléctricas. ‘Nos tuvieron detenidos en un matadero’”.

Las rebanadas del pastel

¿Cuántos “acuerdos de paz”, siempre de la mano de Estados Unidos, se han firmado a lo largo de casi ocho décadas? Cualquier cantidad, y todos han sido violados por Israel para así robar más y más tierra palestina.

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