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Layda Sansores pone a Campeche en la nueva política industrial

Raúl García Araujo

En Campeche se está escribiendo una nueva página de su historia. El convenio firmado por la gobernadora Layda Sansores San Román y el subsecretario de Industria y Comercio, Vidal Llerenas Morales, para instalar el Polo de Desarrollo Económico para el Bienestar Seybaplaya I, no es un acto protocolario más: representa un hecho sin precedentes que rompe décadas de rezago y dependencia del petróleo, para colocar al estado en la ruta de la diversificación económica y el desarrollo sustentable.

Layda Sansores lo dijo con la pasión que la caracteriza: este Polo es un sueño largamente anhelado por los campechanos, un detonador que marcará un antes y un después en la vida de miles de familias. Y no exagera. Por primera vez, Campeche entra en la estrategia nacional de la nueva política industrial impulsada por la Cuarta Transformación, una política que ya no se limita a administrar la desigualdad, sino que apuesta por generar ecosistemas productivos y arraigar oportunidades en cada región del país.

La mandataria campechana recordó que, históricamente, el estado estuvo condenado a la invisibilidad: la mancha del petróleo lo hizo parecer rico, pero en realidad lo sumió en la dependencia y la marginación. Hoy, bajo el liderazgo de la presidenta Claudia Sheinbaum y con el impulso inicial que dio en su momento Marcelo Ebrard al presentar los Polos Económicos, Campeche cuenta con aliados para alcanzar la justicia económica tantas veces negada.

Seybaplaya no es un nombre más en el mapa: es un puerto estratégico que, conectado con el Tren Maya y con sectores como la agroindustria, la energía, la manufactura y la economía circular, tiene condiciones para convertirse en un nodo logístico internacional. Layda lo visualiza con audacia, incluso como un “nuevo canal de Panamá”. Puede sonar ambicioso, pero así nacen los proyectos que transforman a los pueblos.

Este Polo significa también esperanza para la juventud campechana, que ya no tendrá que migrar en busca de oportunidades. Significa empleo, inversión, cadenas productivas y, sobre todo, la dignidad de un pueblo que reclama su lugar en el desarrollo nacional. Con el respaldo de la Federación, los estímulos fiscales decretados y la voluntad política de un gobierno estatal decidido, Campeche se pone de pie.

La cooperación entre la gobernadora Layda Sansores y la presidenta Claudia Sheinbaum ha sido clave para concretar este avance histórico. No se trata solo de coincidencias políticas, sino de una verdadera sintonía de proyectos y visión: ambas líderes entienden que la justicia económica empieza en las regiones olvidadas, y que el sureste mexicano debe convertirse en motor de crecimiento nacional.

Esa relación política y de confianza mutua ha permitido que Campeche cuente hoy con un lugar privilegiado en la estrategia de polos de desarrollo. Claudia Sheinbaum ve en Layda Sansores a una gobernadora que, con firmeza y carácter, empuja la transformación desde lo local, garantizando que los proyectos federales se traduzcan en beneficios tangibles para la población.

Por eso, cuando Layda Sansores habla de que los “astros están alineados”, lo hace con razón. No se trata de un simple optimismo: la alineación política entre la Federación y Campeche es real y se refleja en obras, inversiones y políticas públicas. Sheinbaum y Sansores representan dos liderazgos complementarios: una, al frente del país, diseñando la nueva política industrial; la otra, en su estado, asegurando que esa visión se traduzca en justicia y desarrollo para su gente.

Layda Sansores está demostrando que la transformación no solo se mide en discursos, sino en hechos concretos que devuelven la confianza al pueblo. El Seybaplaya I es prueba de que cuando se alinean la visión federal y la determinación local, los astros, como ella misma dice, también se alinean. Campeche florece, y con Layda Sansores, florece con justicia, con dignidad y con futuro.

Desde La Muralla: Salud con prevención: Campeche actúa con responsabilidad

En Campeche, el derecho a la salud no se queda en el discurso: se ejerce con hechos. La Secretaría de Salud, encabezada por Josefa Castillo Avendaño, confirmó la detección de 49 casos de virus Coxsackie en menores de escuelas de Calkiní y Hopelchén, y de inmediato se desplegaron acciones preventivas para proteger a la población y contener posibles brotes.

La secretaria de Salud fue clara: la enfermedad no es nueva ni extraordinaria, es estacional y se puede prevenir con medidas básicas de higiene como el lavado frecuente de manos y el uso de cubrebocas. Pero lo importante no es solo la información, sino la responsabilidad con la que el gobierno estatal enfrenta estos retos, con un enfoque que privilegia la prevención y la coordinación con madres, padres y comunidades escolares.

La gobernadora Layda Sansores ha puesto especial énfasis en que la salud es un derecho humano y no un privilegio. Hoy, el sistema estatal de salud responde con rapidez y sensibilidad, demostrando que la transformación también pasa por cuidar lo más valioso que tiene Campeche: su gente.

Desde El Fuerte: Campeche combate al dengue con prevención y resultados

En Campeche, la salud pública no se deja a la improvisación. La Secretaría de Salud, a través del Departamento de Vectores y Zoonosis, mantiene una estrategia permanente y sistemática contra el dengue, demostrando que la prevención y la organización comunitaria son la clave para cuidar a las familias campechanas.

Los números hablan por sí mismos: en lo que va de la semana epidemiológica 37 de 2025, se han trabajado más de 152 mil viviendas con control larvario, eliminando casi medio millón de depósitos considerados de riesgo para la proliferación de mosquitos. Esta cifra no es menor: significa que miles de familias hoy están más seguras frente a una enfermedad que durante años golpeó al sureste mexicano con fuerza.

Además, se nebulizaron más de 45 mil hectáreas en 194 localidades y se protegieron más de 7 mil viviendas mediante rociado residual en zonas con casos sospechosos. Las escuelas tampoco quedaron fuera de la estrategia: 71 planteles fueron rociados y 127 recibieron termonebulización, protegiendo a niñas, niños y adolescentes en sus espacios de estudio.

Estos resultados no son obra de la casualidad. Son fruto de un gobierno que entiende que la salud no es un privilegio, sino un derecho, y que debe garantizarse con brigadas en territorio, cercanía con la población y políticas públicas que no descansan. La gobernadora Layda Sansores ha sido clara: la salud es un eje central de la transformación, y su equipo lo está cumpliendo con hechos.

El combate al dengue en Campeche es, hoy, ejemplo de cómo la Cuarta Transformación también se mide en resultados concretos. Mientras en el pasado los problemas de salud se escondían o se atendían tarde, hoy se enfrentan de frente, con prevención, transparencia y compromiso. Porque cuidar la salud de la gente es la mejor manera de hacer justicia social.

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