Columnas Escritas
Lo que dicen los columnistas
Acceder a un expediente clínico posibilita el derecho a la justicia
Los derechos humanos tienen una dimensión no meramente individual, sino colectiva. Casos como el que expongo revelan con claridad que desaparecer a los institutos de transparencia afectará a miles de personas de manera directa, pero a millones de manera indirecta.
Julieta del Río | Proceso
¿A qué nos referimos con la utilidad social del INAI? La semana pasada resolví un recurso particular en el Pleno del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). Como se podrá ver en las siguientes líneas, este tipo de casos ayuda a comprender la importancia de este organismo autónomo para el bienestar de las personas.
Resulta que una persona solicitó al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) la copia del historial clínico de su familiar fallecido, de su padre. Hasta ahí pareciera un asunto más de los miles que recibimos día a día en el instituto. Sin embargo, el solicitante indicó ser el tutor legal de su hermano interdicto, es decir, que por alguna discapacidad no puede tomar decisiones por sí mismo y su capacidad jurídica depende de su tutor. Además, el solicitante afirmó que su hermano ha sido excluido de un testamento y que por ello requiere el historial clínico referido.
El IMSS contestó y entregó –previo pago y acreditación de la titularidad de los datos personales– la copia certificada del expediente clínico; no obstante, entregó el expediente del hermano en vez del archivo del padre fallecido. Por ello, el solicitante interpuso una queja en el INAI. Después de un análisis, instruimos a que el IMSS entregue el expediente correcto y lo haga sin costo, pues fue un fallo directo de la autoridad.
Este proyecto demuestra dos grandes cuestiones. Primero, la utilidad social de estos derechos (de acceso a la información y protección de datos personales) y de este instituto.
Mediante el acceso a datos personales una persona puede acceder a un expediente clínico, mismo que será clave en un asunto jurídico, lo cual posibilita su derecho a la justicia. Segundo, el ejercicio de los derechos se traduce en un impacto positivo –directo o indirecto– para terceros (como es el ejemplo del hermano de la persona solicitante).
En otras palabras, los derechos humanos tienen una dimensión no meramente individual, sino colectiva. Casos como éste que expongo revelan con claridad que desaparecer a los institutos de transparencia afectará a miles de personas de manera directa, pero a millones de manera indirecta.
En el expediente clínico se integran los antecedentes de atención que haya recibido un derechohabiente. En este sentido, todos los servicios y atenciones médicas que sean proporcionadas a los derechohabientes (pacientes) relacionadas con la atención a su salud deben quedar registrados en el expediente clínico, por ley.
Precisamente, nuestro expediente clínico puede ser visto como un historial de salud a partir de las instituciones en las que hemos sido atendidos, y es una manera de validar que los procedimientos médicos que hemos recibido a lo largo de nuestra vida han sido o no adecuados, y que representaron la mejor opción para nuestra salud.
Todo expediente médico, como la Norma Oficial Mexicana (NOM-024-SSA3-2012) lo indica, debe ser conservado por un período mínimo de cinco años, contados a partir de la fecha del último acto médico. Y uno, una vez acreditando la titularidad, tiene derecho a consultar su expediente o el de algún familiar directo, pues se trata de datos personales.
En el INAI, mediante el Centro de Atención a la Sociedad (CAS) hemos apoyado este año a mil 13 personas para que soliciten su expediente clínico a instituciones de salud como el IMSS o el ISSSTE; y en 2023 fueron mil 757 asesorías personalizadas.
No olvidemos para quiénes trabajamos, pues estos casos son el sentido de nuestro servicio público.
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Nudo gordiano
Mañaneras 2.0
Yuriria Sierra | Excelsior
El primer día de Claudia Sheinbaum como presidenta de México vino acompañado de una expectativa alta, y su primera conferencia mañanera no decepcionó. Si bien la estructura sigue siendo la de un ejercicio matutino con la prensa, el cambio en el tono, los contenidos y la dinámica respecto a su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, fue evidente. Y para muchos, refrescante.
La primera diferencia que saltó a la vista fue la duración. Las mañaneras de López Obrador, en su momento, llegaron a convertirse en verdaderos maratones informativos, con el Presidente dispuesto a contestar preguntas durante más de dos horas. La de Sheinbaum fue concisa, eficiente y al grano. En menos de una hora se abordaron los puntos clave del día, con respuestas claras y una actitud receptiva, pero sin la digresión o el enfoque repetitivo que caracterizaba las de su antecesor.
Lo que también cambió fue la narrativa. Mientras que AMLO usaba las mañaneras como un espacio para exponer constantemente sus posturas políticas, sus batallas contra los “conservadores” y para explicar su visión de país con una retórica que dividía entre “ellos” y “nosotros”, Sheinbaum adoptó un enfoque más inclusivo y colaborativo.
Su mensaje fue claro: México avanza con unidad y diálogo. Ya no se trataba de señalar a los culpables de los problemas, sino de ofrecer soluciones concretas y convocar a todos los sectores de la sociedad a sumarse a su visión de progreso.
Otro cambio crucial fue el contenido. En lugar de centrarse en largos monólogos sobre los logros pasados o en repeticiones de promesas de campaña, la nueva Presidenta optó por presentar un plan de acción con datos específicos sobre la implementación de políticas públicas inmediatas. La educación, la salud y el impulso a la transición energética fueron temas centrales, y lo más interesante fue que, en lugar de utilizar su espacio sólo para defender su agenda, Sheinbaum dedicó tiempo a explicar cómo cada medida impactaría en la vida diaria de los ciudadanos.
El estilo visual de la mañanera también recibió una actualización. Si bien AMLO mantuvo un formato austero, Sheinbaum ha optado por un enfoque más moderno, con gráficas claras y presentaciones visuales que apoyan los datos que expone. Esto puede parecer un detalle menor, pero en una era en la que la información visual y accesible es clave, hace toda la diferencia para una audiencia que está buscando comprender mejor los desafíos del país.
La relación con la prensa, siempre un tema sensible en las mañaneras, también mostró un cambio. Aunque López Obrador marcó una distancia evidente con ciertos sectores de los medios de comunicación, a menudo tildándolos de “prensa fifí”, Sheinbaum hizo un esfuerzo consciente por acercarse y establecer un diálogo respetuoso. Sin perder la firmeza en sus posturas, se notó que estaba dispuesta a escuchar, y no sólo a defender su gobierno.
Es evidente que la nueva Presidenta está tratando de redefinir este espacio informativo. Mientras AMLO lo usó como una herramienta de control político y de mensaje directo a su base, Sheinbaum parece estar buscando convertirlo en un espacio de comunicación más horizontal, más abierto a la crítica constructiva y al intercambio de ideas.
Por supuesto, esto no significa que no habrá tensiones en el futuro o que las mañaneras de Sheinbaum siempre serán perfectas. Pero este primer ejercicio demostró que está dispuesta a marcar una diferencia no sólo en estilo, sino también en sustancia. México está viendo el comienzo de una nueva etapa política, y el formato de la mañanera, una de las marcas más distintivas del lopezobradorismo, parece haberse adaptado con éxito a los nuevos tiempos.
Sheinbaum ha dado señales de que está comprometida con mantener un diálogo constante con el pueblo, pero con un enfoque más técnico y menos polarizante. Si esto se mantiene, podría establecer un nuevo estándar para la relación entre el poder y los medios en México, y para el diálogo que se establece entre la Presidencia y los ciudadanos. Sólo el tiempo lo dirá, pero, por ahora, esta nueva mañanera parece estar apuntando en la dirección correcta.
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Arsenal
Bautizo de fuego
Francisco Garfias | Excelsior
Palabras de Claudia Sheinbaum en su primer discurso como presidenta de México: “La comandanta suprema de las Fuerzas Armadas es una civil y es mujer, y nunca vamos a dar una orden para reprimir al pueblo de México”.
Pero sus buenas intenciones quedaron rebasadas por la realidad en el día dos de su mandato: militares dispararon a una camioneta en una carretera de Chiapas, “como las que usan los delincuentes”. ¿Saldo? Seis migrantes muertos y otros diez heridos. El parte de la Sedena dice que los dos elementos que usaron sus armas ya fueron separados de sus funciones.
Sheinbaum es completamente ajena a estos hechos violentos. Es obvio que ella no dio la orden. La masacre es consecuencia de la militarización de la seguridad pública. Es su bautizo de fuego como Presidenta y vendrán más.
Decía François Mitterrand, uno de los hombres de Estado más destacados en el siglo XX: “En política y en el amor, las palabras suelen tener más peso que las cosas”.
* No es una buena señal que la nueva Presidenta ni siquiera haya mencionado a la oposición en sus discursos o declaraciones. Tampoco los ha volteado a ver. Sabe que no los necesita. Tiene a su disposición una mayoría calificada espuria en el Congreso, cortesía de las autoridades electorales que sucumbieron a presiones externas en el caso de los diputados de lista.
No hay otra forma de explicar cómo tienen casi 75% de las curules, cuando sólo obtuvieron 57% de los votos en las elecciones legislativas. La mayoría constitucional en el Senado se la deben a cuatro opositores que sacrificaron el sistema de justicia por conveniencia o porque fueron amedrentados en su persona o en sus familias: dos del PRD, uno del PAN y otro de MC. Es pronto para juzgar, pero su actitud augura otros seis años sin diálogo en un país polarizado, donde impera una especie de lucha de clases, versión siglo XXI.
* Ya el PAN ofreció colaborar con su gobierno. Lo hizo a través de Guadalupe Murguía, coordinadora de la bancada azul en el Senado, al fijar postura en la toma de protesta.
“Iremos por el diálogo, la búsqueda de acuerdos y un país con contrapesos… Acción Nacional extiende su mano, porque por encima de todo está México”, dijo la senadora de azul. La respuesta de Claudia ha sido el silencio.
“Dejó con la mano estirada a la primera fuerza de oposición en este país”, se quejó Marko Cortés, jefe nacional del PAN.
Otro senador panista, Ricardo Anaya, confiesa su preocupación por el sesgo partidista que la presidenta Sheinbaum le ha dado a su lenguaje. Recordó que su discurso en el Zócalo lo cerró con un “¡Viva la Cuarta Transformación!”.
“Es un poco como si Vicente Fox hubiera cerrado su primer discurso con un “¡Viva Acción Nacional!”, comparó.
* La deuda pública y las pérdidas de Pemex son bombas de tiempo que López Obrador le heredó a la Presidenta. Si llegaran a explotar, tendríamos la peor crisis económica de este siglo, según los expertos. El senador Ricardo Anaya lo recordó ayer en la instalación de la Comisión de Hacienda de la Cámara baja. La deuda pública durante el primer piso de la 4T creció de 11 a más de 16 billones de pesos. Como proporción del PIB, va a cerrar el año en alrededor de 5.9%. “Esto es el déficit fiscal, es decir, el endeudamiento más alto en los últimos 36 años. Y como están agotados prácticamente todos los fondos de reserva, pues “ahí hay una bomba de tiempo”, advirtió.
* Otro desafío mayor son las pérdidas de Pemex. Durante el sexenio anterior, Pemex Refinación perdió más de 980 mil millones de pesos, a pesar de que le cuesta 14 dólares extraer un barril de crudo, que vende en más de sesenta dólares.
“Es una tendencia absolutamente insostenible para el país. Se tendrá que hacer cargo la nueva administración de esa herencia y por supuesto que nosotros, en este sentido, celebramos el anuncio de la nueva Presidenta de que México empiece ya una transición sería hacia las energías renovables”, dijo Anaya. No pierde la esperanza de que las cosas mejoren, que las decisiones se tomen basadas en evidencias y no en ocurrencias.
* Noroña acusó ayer a “los remolones” del Poder Judicial de negarse a entregar la información requerida para elaborar la convocatoria de la elección de jueces, magistrados y ministros. Le dijeron que todavía tienen 15 días para entregarla.
Se quejó de que a Rubén Cayetano, secretario técnico de la Mesa Directiva de la Cámara baja, lo atendieron como “pedigüeño” afuera de la SCJN. El morenista convocó a los reporteros de la fuente para revelar que envió una carta a la ministra Norma Piña, presidenta de la SCJN, para señalar con precisión la información requerida y avisó: “Ahorita, saliendo, voy a estrenar el teléfono rojo, que sí existe, y ahí está la extensión de la ministra presidenta, y le voy a marcar y le voy a decir: ‘Acabo de dar a conocer que nos pasó esto, por qué no nos ayudan a superar toda falta de comunicación’”, advirtió.
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Astillero
Nueva mañanera: breve, directa // ¿Cómo durmió?: bien // PVEM: con beso o sin beso // Dos de Octubre y Bloque Negro
Julio Hernández López | La Jornada
La primera conferencia mañanera de prensa de la presidenta Claudia Sheinbaum correspondió a lo que se esperaba: una sesión breve, en comparación con las de su antecesor, con respuestas concretas y directas y con un nuevo ordenamiento de temas a desarrollar en la semana.
Tal vez el punto más descriptivo del estilo claudista haya sido la respuesta que dio a la inicial pregunta recibida: Primer día ya como Presidenta de la República de los Estados Unidos Mexicanos. ¿Cómo se siente? ¿Cómo está usted? ¿Cómo durmió ayer?, pregunta que la Presidenta zanjó con tres palabras: Bien. Responsable, preparada. Poncho Gutiérrez, director de El Deforma y SDPitorreo, a quien no se puede acusar de antiobradorista, ironizó en X, con un sentido del humor que no generó enojo entre seguidores del ex presidente: “–Presidenta Sheinbaum, ¿cómo durmió? –Bien. Siguiente pregunta; –Presidente Obrador, ¿cómo durmió? –Uy, eso me recuerda a una mañana de agosto del 74, a ver ponte la de Grupo Firme…”
De lo dicho por la Presidenta en su estreno informativo matutino destacó la disculpa del gobierno mexicano, a nombre del Estado, por los sucesos criminales del 2 de octubre de 1968. Una disculpa relevante, por cuanto reconoce la responsabilidad del Estado en aquel momento histórico, pero que debería acompañarse de acciones judiciales contra decenas de personas que aún viven y deberían responder por tales hechos. Y que, desde luego, un gesto como el oficializado ayer por la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, debe abonar a la posibilidad de que se restablezcan líneas de trabajo gubernamental eficaz en materia de castigo a responsables de otros episodios de la llamada guerra sucia, de desaparición de personas a lo largo del país y, particularmente, del caso Ayotzinapa.
Otro tema que desató polémica en redes de Internet fue el beso que en San Lázaro la Presidenta depositó en la mano del senador Manuel Velasco Coello, ex gobernador de Chiapas y uno de los principales dirigentes del negocio llamado Partido Verde Ecologista de México (PVEM), especializado en la venta de votos en coyunturas de aritmética legislativa a cambio de impunidad en correrías de corrupción. La Presidenta explicó en la mañanera que tal ósculo se inscribe en una costumbre personal de devolver tales gestos, lo cual ha sucedido en otras ocasiones, según fotografías disponibles.
A juicio de este tecleador, lo esencial no reside en esas formulaciones personales devolutivas, sino en el creciente empoderamiento de un aliado, el citado partido de las cuatro mentiras, que con éste cumpliría dos sexenios de preponderancia, impunidad y ganancias, tanto en el número de legisladores recibidos en derivación del voto popular pro 4T como en los negocios hechos, como reza una frase ya clásica, al amparo del poder.
A principios del mes pasado, el emblema del estilo depredador del Verde, Jorge Emilio González, hijo del fundador de la empresa, estuvo en Palacio Nacional acompañando a senadores de tal organización, sin tener él ninguna representación legislativa, y explicó a reporteros: Tuvimos una visita con el señor secretario de Hacienda. Lo que vinimos a plantear es la necesidad de invertir en las áreas naturales protegidas y en el tema de energías renovables para combatir el cambio climático. Dijo haber hablado en la reunión con el secretario Ramírez de la O, sobre la distribución de recursos para proyectos ambientales y altruistas. Con beso o sin beso, el problema es todo eso.
Y mientras ayer, en la marcha pacífica referente al Dos de Octubre, nuevamente irrumpía el llamado Bloque Negro en manifestaciones políticas de izquierda cuyos planteamientos, denuncias y exigencias son opacados por la violencia desatada, ¡hasta mañana, con seis migrantes asesinados en Chiapas por balas militares en circunstancias que obligan a revisión minuciosa de los hechos!
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México SA
2 de octubre, no se olvida // Crimen de lesa humanidad // Sheinbaum: nunca más
Carlos Fernández-Vega | La Jornada
Dos de octubre no se olvida: 56 años después de la masacre de Tlatelolco, la presidenta Claudia Sheinbaum, en uno de sus primeros actos de gobierno, publicó un histórico decreto, cuyo contenido reveló la consejera jurídica de la Presidencia de la República, Ernestina Godoy, al tiempo que la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, presentó una disculpa pública a nombre del Estado mexicano a todos los agraviados el 2 de octubre de 1968, es decir a los mexicanos en su conjunto.
Se trata, dijo, de algo muy doloroso con lo que crecimos (soy hija del 68), pero al mismo tiempo el movimiento estudiantil abrió la puerta de la participación política de muchísimos jóvenes y de la sociedad en su conjunto para un país más democrático. El triunfo de ese movimiento, para mí, fue el triunfo en 2018 con el presidente López Obrador, que recupera libertades, democracia y justicia para el pueblo de México.
Algo más: “hoy, primera mañanera del pueblo en el segundo piso de la Cuarta Transformación, lo vamos a dedicar al 2 de octubre; 2 de octubre no se olvida. Hace 56 años, en la plaza de Tlatelolco, después de un movimiento estudiantil que lo que pedía era libertad, democracia, libertad de los presos políticos, fue perpetrada una de las mayores atrocidades que se vivió en México en la segunda mitad del siglo XX… la represión contra estudiantes que, en libertad y pidiendo diálogo público que había sido ofrecido, fueron asesinados, encarcelados”.
La disculpa pública, subrayó la mandataria, “es algo que se inició con el presidente López Obrador y que nosotros le vamos a dar continuidad. Las disculpas públicas de un crimen de lesa humanidad –como fue el caso de los pueblos yaquis y otros que hizo el presidente– engrandece a los pueblos, reconoce crímenes como este y, al mismo tiempo, pone un alto y dice: ‘Nunca más’”.
Godoy destacó que “en reconocimiento al hecho de que el movimiento estudiantil y popular fue precursor del proceso de democratización y expansión de las libertades democráticas que se viven actualmente en nuestro país, en diversos recintos legislativos se han inscrito leyendas en muros de honor para contribuir a la verdad y la preservación de la memoria histórica en torno a esta masacre y en vista de que hasta ahora no ha existido un reconocimiento político, expreso y formal de responsabilidad por parte del Estado mexicano, he tenido a bien a expedir el siguiente acuerdo:
En nombre y representación del Estado mexicano, se reconoce políticamente que los actos de violencia gubernamental perpetrados el 2 de octubre de 1968 en contra de integrantes del heroico movimiento estudiantil fueron constitutivos de un crimen de lesa humanidad, como fue reconocido por el entonces presidente y comandante supremo de las Fuerzas Armadas, Gustavo Díaz Ordaz (…), por lo que se instruye a la titular de la Secretaría de Gobernación para que, en nombre y en representación del Estado mexicano se ofrezca una disculpa pública por esa grave atrocidad gubernamental a las víctimas, a sus familiares y a la sociedad mexicana en su conjunto. En nombre y representación del Estado mexicano, el Ejecutivo federal a mi cargo se compromete a garantizar la no repetición de atrocidades como a las que se refiere el presente acuerdo, actos de represión, actos de privación ilegal de la libertad, uso de las fuerzas armadas contra la población, utilización de cárceles clandestinas, tortura u otros tratos crueles inhumanos o degradantes o a la anuencia del Estado para destruir o exterminar a un grupo de la población mexicana.
Claudia Sheinbaum firma al calce del decreto, no sin antes subrayar que en mi calidad de comandanta suprema de las fuerzas armadas, asumo el compromiso solemne y giraré las correspondientes órdenes formales para sus estructuras y elementos nunca más sean utilizados para atacar o reprimir al pueblo de México, y que se fortalezca la formación en derechos humanos y construcción de paz, se asuma el reconocimiento de los hechos históricos aquí mencionados y se garantice su no repetición.
Y Pablo Gómez, uno de los dirigentes, subrayo: el movimiento estudiantil de 1968 ha sido en estos 56 años totalmente vigente: muchos recogieron el mensaje y el objetivo, las libertades democráticas; parte de quienes recogieron y han venido recogiendo desde entonces ese mensaje, esa práctica, esa rebeldía, esa lucha, es la 4T, fuerza política mayoritaria del país.
Las rebanadas del pastel
El sicariato del Poder Judicial no ceja en su empeño de tirar la reforma constitucional a golpe de actos ilegales. Es una vergüenza.
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Expectativas en el alba de otro sexenio
Mario Patrón | La Jornada
Tras meses agitados por las tensiones derivadas de un fin de sexenio poco cuidadoso de las formas de convivencia política, especialmente en un país tan diverso y asimétrico como el nuestro, Claudia Sheinbaum ha asumido la Presidencia de la República en medio de un ambiente festivo y victorioso que subraya la resolución de dar continuidad al proyecto de nación de la Cuarta Transformación (4T), proyecto que, como hemos referido, ha derivado hasta hoy en su concreción aciertos importantes en economía y política social, pero graves omisiones y retrocesos, en especial en materia de derechos humanos.
El contexto mexicano en el cierre del sexenio de López Obrador ha sido turbulento. La violencia –aunque registró una baja marginal– mantiene, sin embargo, un muy alto grado de impacto en cada vez más zonas del país, y culminó con expresiones muy inquietantes en Sinaloa y Chiapas. De igual modo, las tensiones se hicieron sentir como resultado del choque entre el talante desarrollista de la 4T y los imperativos urgentes del cuidado de nuestra casa común, evidenciados en las expresiones de resistencia a la construcción del Tren Maya, el Tren Interoceánico y a la apuesta por seguir centrando la política energética nacional en combustibles fósiles. Mientras, en el campo de los derechos humanos se profundizaron las ambivalencias y claroscuros que terminaron caracterizando el primer piso de la 4T contra todas las expectativas despertadas en sus inicios. Siendo el caso Ayotzinapa la máxima expresión.
Por eso, ante las tensiones y deudas con que López Obrador cerró su sexenio a ojos de muchos mexicanos, la expectativa sobre la toma de posesión de Sheinbaum era muy alta, pues se esperaba comenzar a advertir, tanto en sus contenidos como en sus formas, las continuidades y discontinuidades de su propuesta respecto de su antecesor. Como unánimemente se anticipaba, la Presidenta lanzó evidentes signos de continuidad con el proyecto de López Obrador tanto en su toma de protesta en el Congreso como en el acto de recepción del bastón de mando en el Zócalo, especialmente en la reiteración del gesto de presentación de sus 100 compromisos con el pueblo de México y en sus contenidos. En dichos compromisos se abordan ámbitos de la realidad nacional, sin embargo, proponemos concentrar un primer análisis en siete puntos hoy insoslayables: la violencia y pacificación del país, la crisis de cambio climático, la libertad de expresión, la crisis migratoria, la lucha contra la desigualdad y la pobreza; la educación y la igualdad sustantiva de género.
Respecto a la crisis de violencia, anunció que la próxima semana presentará su estrategia de seguridad, aunque adelantó cuatro ejes de acción que no distan del enfoque lopezobradorista, especialmente el cuestionable fortalecimiento de la Guardia Nacional y el plausible –aunque poco claro e integral– enfoque de atención a las causas estructurales. Respecto del ambiente, prometió que 45 por ciento de la producción energética se obtendrá de fuentes renovables hacia el fin de su sexenio, anunció la construcción de paneles fotovoltaicos en estados del norte, mayor reforestación y cuidado de bosques, la limpia de los ríos más contaminados y garantizó el acceso al agua. Como suele ocurrir, no se expresaron medios de logro, ni se refirió a la prevención de desastres socioambientales; habrá que mantener la atención sobre las medidas para concretar esas intenciones.
En los temas de política económica y social, en los que el sexenio de López Obrador tuvo sus mayores aciertos, anunció la continuidad y ampliación de los programas sociales, al tiempo que prometió la autonomía del Banco de México y envió un mensaje de confianza a los inversionistas locales y extranjeros sobre la seguridad financiera del país. Auguró la continuidad del aumento al salario mínimo y la eventual reforma en pos de la semana laboral de 40 horas. Coronó con el anuncio de un sistema nacional de cuidados que se implementará, dijo, de forma paulatina.
Sobre la igualdad sustantiva de género, anunció reformas a presentarse esta semana en el Congreso, así como un programa de beneficios dirigido a mujeres entre 60 y 64 años, y fundamentó buena parte de su narrativa en el logro simbólico de ser la primera presidenta del país. En educación anunció la continuidad y ampliación de los apoyos a las escuelas y a los estudiantes, y el aumento en 300 mil espacios adicionales del cupo para matriculación en educación superior pública.
Finalmente, dos de las notables ausencias en su discurso fueron la libertad de expresión y la crisis migratoria. Del primer punto se limitó a asegurar que se respetarán las libertades de expresión, de prensa, de reunión, de movilización; los derechos humanos en general y prometió que no habrá represión, pero no anunció estrategias al respecto, ni dio signos de reconsideración del desmantelamiento de los organismos constitucionales autónomos, ni de restablecimiento de los canales de diálogo con la oposición política, con los medios de comunicación y con la sociedad civil. Sobre migración, elogió a los paisanos residentes en EU y prometió defenderlos, pero ni una sola palabra fue dicha sobre México como país receptor, país de tránsito y expulsor de migrantes.
Lo que presenciamos el martes, como se esperaba, fue una celebración de victoria electoral en el que prevaleció la enunciación de las promesas de dar continuidad al segundo piso de la 4T. Pero este sexenio apenas comienza, habrá que permanecer pendientes de cómo ese listado de promesas se traduce en estrategias de política pública y de gobierno que permitan, en la realidad, fortalecer nuestro estado social y democrático de derecho, expresado en la garantía y protección de los derechos humanos, en la apertura de mejores canales de diálogo, en el respeto a los pesos y contrapesos institucionales y civiles, y en un estilo de liderazgo a tono con las credenciales de mujer, demócrata, progresista y científica que la Presidenta subrayó en sus discursos. Como dijimos seis años atrás, sólo así se podrá hablar de una verdadera transformación de la vida pública del país.