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Acefalia y suplencia presidencial

Elisur Arteaga Nava

Proceso

AMLO está en su derecho a hacer todos los testamentos que le vengan en gana, revocarlos y sustituirlos. También puede insinuar a sus partidarios respecto de quién encabece, en el corto plazo, el partido político que organizó: Morena. Hasta ahí llega su derecho.

AMLO, al parecer, es un político sin suerte. Mientras tuvo salud no alcanzó la Presidencia de la República. Lo intentó dos veces. Finalmente, cuando lo logró, y de manera aplastante, la salud lo abandonó. Eso es lo que se afirma a raíz de que el 21 de enero fue sometido a un cateterismo cardiaco. Bien decía Maquiavelo: en política es importante ser esforzado, emprendedor y valiente, pero más lo es ser amado por la Fortuna. Ella, por ser mujer, es voluble (De principatibus, cap. XXV, 25).

Algunos ven a AMLO ausente tanto mental como físicamente. Su discurso es incongruente; su mensaje corporal, errático. Algunos consideran que la ausencia es temporal; para otros, definitiva. Una u otra tienen inconvenientes. Tratándose de cualquier ser humano, es deseable una larga vida y cabal salud, tanto mental como física; para ésta, hay médicos y hospitales; para la mental, entre otras medidas, está el estado de interdicción.

Al ver que los analistas hablan, con o sin autoridad, del marco constitucional que regula la sustitución, me atrevo a abordar el tema. Es un ejercicio teórico. No va más allá.

Si AMLO hubiese faltado a partir del 1 de febrero de 2022 –día del inicio del segundo periodo ordinario de sesiones de la actual legislatura–, Adán Augusto López Hernández hubiera asumido el cargo de presidente de la República y desempeñaría la función mientras tanto el Congreso de la Unión designara al sustituto. Su mandato no podría exceder de 60 días naturales (artículo 84 constitucional).

Cuando el Congreso de la Unión asume la facultad de designar a un presidente sustituto, la elección no la hace libremente; tampoco en acatamiento de instrucciones contenidas en un “testamento político”. El artículo 82 constitucional limita su arbitrio. No puede elegir a ningún secretario de Estado, subsecretario, militar en activo o gobernador de alguna entidad federativa. El precepto no prevé excepciones.

Los requisitos, detalles más, detalles menos, han existido desde 1927; a pesar de ello, a la muerte de Álvaro Obregón, en violación del mandamiento constitucional, fue designado por el Congreso de la Unión como presidente interino el licenciado Emilio Portes Gil, gobernador, en ese entonces, del estado de Tamaulipas.

En septiembre de 1932 fue elegido por el mismo Congreso de la Unión, actuando como colegio electoral, Abelardo L. Rodríguez, quien se desempeñaba como secretario de Guerra y Marina. De nuevo se violó la Constitución.

Los dos nombramientos se hicieron en razón de que había un jefe máximo: Plutarco Elías Calles, y no había respeto a la ley ni un INE ni un Tribunal Electoral que lo impidieran. En la actualidad, si el Congreso de la Unión actuara en violación de la Constitución, y en particular del artículo 82, la eventual elección podría ser impugnada ante esas autoridades: estaría de por medio un acto electoral, no una designación.

Por razón de las limitantes que derivan del artículo 82, de faltar AMLO, por no haberse retirado con una anticipación de seis meses antes de la fecha en la que el Congreso de la Unión haga la eventual elección, estarían imposibilitados para ser presidentes sustitutos Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum, Luis Crescencio Sandoval, Alfredo del Mazo, Tatiana Clouthier y otros secretarios, subsecretarios, gobernadores o militares.

Lo anterior abre la posibilidad de que Ricardo Monreal llegue a la Presidencia con carácter de sustituto hasta el 30 de septiembre de 2024. Él no tiene impedimento para ocupar el cargo. Si él llega a la Presidencia, adiós a las aspiraciones de Claudia Sheinbaum. De darse ese supuesto, sería bueno que se fuera preparando para las auditorías que se le vendrían encima.

En la elección del sustituto se pudieran presentar algunas dificultades, entre otras, que la designación debe hacerse en forma perentoria, ya que Adán Augusto López Hernández no puede permanecer en el cargo indefinidamente.

Para que el Congreso de la Unión se constituya en Colegio Electoral se requiere la presencia de las dos terceras partes del número total de los miembros de cada una de las Cámaras que integran el Congreso de la Unión. Morena, en el Senado, no tendría dificultad para cubrir ese quórum especial; en cambio sí la tendría para alcanzarlo en la de Diputados. Es en este caso, como lo dije en una colaboración anterior, cuando el peso específico de la oposición se convertiría en determinante. Sería suficiente con que amenazaran con no concurrir al Colegio Electoral para hacer sentir su influencia.

Lo anterior implicaría que los líderes de Morena estarían obligados a negociar con la oposición: escuchar, ceder, aceptar vetos a posibles candidatos y reconocer que todos los miembros del gabinete, gobernadores, jefa de Gobierno y militares en activo están impedidos para ocupar el cargo.

AMLO, por haber abierto la sucesión presidencial con tanto tiempo, ahorcó sus fichas. En los momentos actuales Adán y Claudia, sus principales fichas, están ahorcadas. La llegada de Adán a la Presidencia, aunque fuera por 10 o 15 días, de conformidad con el artículo 83 constitucional, lo imposibilitaría, para siempre, a volver a ocupar el cargo. Si en este momento lo removieran para que no se presente ese inconveniente, tampoco podría ser presidente sustituto, ya que no se habría separado del cargo con la anticipación de seis meses que dispone el artículo 82.

Claudia Sheinbaum tampoco podría ser presidenta sustituta por la misma razón: no haberse retirado con la debida anticipación. Ella, sin el apoyo de AMLO, no contaría mayor cosa. Previamente tendría que acreditar que no se lo impide el artículo 32 constitucional.

Para el caso de falta absoluta de AMLO, en 2022, los astros se alinean a favor de Ricardo Monreal; él no está imposibilitado para ser presidente. Para 2024 las estrellas le son favorables a alguien que tiene las iniciales MEC, salvo que su jefe siga cayendo en picado.

AMLO está en su derecho a hacer todos los testamentos que le vengan en gana, revocarlos y sustituirlos. También puede insinuar a sus partidarios respecto de quién encabece, en el corto plazo, el partido político que organizó: Morena. Hasta ahí llega su derecho. Lo del testamento político es otra de las ocurrencias a las que nos tiene acostumbrados. Nadie le hará caso. No puede pasar por alto lo que dispone la Constitución Política respecto de su sustitución en el cargo; tampoco pretender que lo asuma alguien que se encuentre impedido.

Morena, por ser el partido de un solo hombre, es previsible que se fraccione cuando AMLO falte; al no existir el gluten que une a sus tribus, se dividirá. Los líderes de ellas alegarán ser los legítimos herederos de su líder. Habrá una “cena de negros”. Todos contra todos.

Tenían razón los griegos: Nadie se llame feliz mientras no muera.

Juegos de poder

La gran transformación de López Obrador

Leo Zuckermann

Excelsior

En la película ¡Adiós a Lenin!, la protagonista es una orgullosa socialista que vive en la República Democrática Alemana. Un día cae en coma y se despierta ocho meses después cuando ya cayó el Muro de Berlín, su país no existe y está en pleno proceso de unificación con la otra Alemania. El capitalismo ha ganado. Lenin ha sido sustituido por la Coca Cola. Estamos hablando de una enorme transformación, pacífica, en muy poco tiempo. Es lo que pretendía López Obrador. ¿Lo ha logrado?

Vamos a suponer que un lopezobradorista de hueso colorado hubiera caído en coma en mayo de 2018, antes de las elecciones, y hubiera despertado hoy. ¿Realmente vería una gran transformación como la prometida?

En primer lugar, desde luego, celebraría que AMLO fuera el Presidente. Por fin, después de tres intentos, se les habría hecho llegar al poder.

Le encantaría la decisión del Presidente de hacer de Los Pinos un espacio público para trasladarse a despachar a Palacio Nacional. Le sorprendería, sin embargo, la decisión de mudarse a vivir a este inmueble.

Aplaudiría que el jefe del Ejecutivo ya no viajara en avión privado, sino en vuelos comerciales en clase turista. Pero no entendería por qué sigue ahí el TP-01 estacionado en el hangar presidencial costando más de 100 millones de pesos anuales en mantenimiento.

Más allá del cambio en los símbolos del poder, el comatoso recuperado evaluaría los resultados reales de la llamada “Cuarta Transformación”.

¿Se ha separado el poder económico del político?

Eso dice el Presidente, pero nuestro personaje observa que los grandes magnates de México siguen yendo a Palacio Nacional y todos salen muy contentos. A pesar de la crisis por la pandemia del covid-19, a los grandes empresarios les ha ido bien durante este sexenio. El hombre más rico del país sigue siendo el hombre más rico del país y es uno de los candidatos que el Presidente ha nominado para comprar uno de los bancos más grandes, propiedad de los estadunidenses, que está a la venta.

¿Y la economía cómo ha ido en el periodo en que estuvo en coma?

Tan pronto como AMLO decidió cancelar la construcción del aeropuerto en Texcoco, todavía como Presidente electo, los inversionistas le perdieron la confianza. Era, sin embargo, una promesa de campaña, así que no podía haber sorpresas.

Pero el gobierno federal no ha hecho nada para incentivar la inversión privada. Y la poca pública que hay, la ha reducido. Ergo, la economía cayó en 2019, se derrumbó en 2020 por la pandemia y en 2021 tuvo una recuperación lenta. El hecho es que el tamaño del PIB nacional hoy es más chico que cuando el recuperado entró en coma. No se ha cumplido, pues, la promesa de crecer al 4% anual en promedio.

Y hay cuatro millones más de pobres. Ahí están los mismos de siempre en las esquinas de las ciudades vendiendo chicles, limpiando coches, solicitando limosnas a pesar que el gobierno ha repartido miles de millones de pesos en transferencias en efectivo a millones de mexicanos.

¿Y la violencia?

Pues ahí sigue. Cien homicidios diarios en promedio por día. Los abrazos en lugar de balazos no han funcionado.

Peor aún, y esto es lo que más sorprende al comatoso, la alianza que ha establecido el Presidente con los militares. En lugar de regresarlos gradualmente a sus cuarteles, como había prometido, ahora los soldados y marinos están metidos hasta en la sopa.

No sólo controlan ya la seguridad pública en todo el país, sino que realizan más de 200 actividades gubernamentales que le correspondían a los civiles como la construcción y operación de aeropuertos, trenes y sucursales bancarias, la distribución de medicinas y la gestión de aduanas y puertos.

¿La izquierda abriéndole las puertas del gobierno a los militares?

Eso sí sorprende e impacta al comatoso recuperado. No lo entiende, por más que AMLO diga que los soldados son pueblo uniformado.

Nuestro personaje tampoco comprende los ataques del Presidente a las feministas, los ecologistas, los activistas de los derechos humanos, los científicos, las clases medias y los universitarios que tanto lo apoyaron en su carrera política desde 2006. O cuando ve que defiende a personajes como Manuel Bartlett, Félix Salgado Macedonio o Pedro Salmerón. ¿Dónde quedó la decencia del activista social de tantos años?

“¿Por qué al Presidente lo dominan más sus demonios que sus buenas intenciones?”, se pregunta el comatoso recuperado, que sí observa una gran transformación, pero no en el país, sino en el López Obrador cuando era candidato y hoy es Presidente de México.

Astillero

Retorcer al periodismo // Golpeteo regresivo // Ajustar cuentas // Q. Roo: Verde-Morena

Julio Hernández López

La Jornada

Los medios de comunicación social han constituido una de las asignaturas casi intocadas en los procesos mexicanos de reformismo. Entretejidos de manera redituable los intereses de los políticos dominantes en la etapa previa a 2018 con los de los empresarios periodísticos tradicionales, el telar de la corrupción y el mutuo apoyo no necesitaba de testereo alguno: funcionaba de manera espléndida para ambas partes.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha tratado de cambiar cuando menos la relación de dependencia que históricamente se había mantenido, sobre todo con las grandes firmas de televisión abierta (Televisa y Televisión Azteca, más tirante en ocasiones la relación con aquella que con esta). La mañanera ha sido el gran mecanismo de cambio en la correlación de fuerzas: Palacio Nacional no necesita más la ayuda de los grandes medios para difundir su mensaje y fijar la agenda política del día.

Además, el habitante de Palacio Nacional ha mantenido una continua confrontación con figuras relevantes de ese entramado de complicidades, no con los periodistas de a pie sino con los que él a veces denomina con el vocablo machuchón (mandamás, jefe, según relatoría de locuciones regionales que hizo la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco https://bit.ly/3I9A1Ae).

El reciente episodio de discusión sobre la casa en Houston en la que vivieron los esposos López-Adams ha acelerado esa confrontación, estremeciendo a ciertos sectores socioeconómicos de nivel medio y alto por cuanto a la afectación del secreto fiscal y permitiendo que élites mediáticas ofendidas por las políticas andresinas crean que ha llegado el momento de ajustar cuentas, encabezadas por el binomio de regresión que integran Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, del coordinador virtual de la campaña 2024 de los opositores a AMLO, Claudio X. González, y de la punta de lanza mediática del proyecto salinista-madracista, Carlos Loret de Mola.

A esa algarada mediática nativa se ha sumado, de manera explicable, el aparato de representación de intereses empresariales mediáticos internacionales: cual si antes hubiese habido en México verdadera libertad de expresión, emiten comunicados libertarios; cual si la dolorosa lista de muertos civiles y, entre ellos, de periodistas, fuese una excepción causada en lo que va del sexenio, se ponen justicieros.

Junto a otros factores (poderes estadunidenses, en primera línea), el periodismo pretende ser usado por sus mancilladores de siempre, y por los membretes que les protegen, para generar incertidumbre y buscar el doblegamiento del proyecto llamado 4T que, con sus altibajos y claroscuros, ha lastimado a dichos intereses.

El camino está despejado para que Morena (es decir, el gobernador saliente, Carlos Joaquín, y la mafia ecologista encabezada por Jorge Emilio González, anacrónicamente llamado el Niño verde) gane la elección de gubernatura en Quintana Roo. Movimiento Ciudadano tumbó, con justas razones, al actor de telenovelas Roberto Palazuelos y habilitó al senador morenista José Luis Pech como relevo de aparente bajo perfil competitivo. Mara Lezama tiene desde ahora todo para añadirse a la lista de mujeres llegadas a gubernaturas por la vía guinda.

Y, mientras, de manera sigilosa, incruenta y con irónico aire parecido a una escena cinematográfica de El Padrino el reciente fin de semana fue detenido en Culiacán José Bryan Zepeda Salgueiro, apodado El Menor, integrante de una familia presuntamente asociada al cártel de Sinaloa y, según las primeras versiones, compadre de Ovidio Guzmán, el hijo de El Chapo que fue detenido y liberado en la capital sinaloense en un episodio judicial y militar aún no culminado. ¡Hasta mañana, con los informes de la Auditoría Superior de la Federación como nuevo motivo de polarización política y mediática en los niveles estatales y federal!

México SA

Iberdrola rehúye debate público // Trasnacional sucia entre las sucias // Fanática defensa de la derecha

Carlos Fernández-Vega

La Jornada

La trasnacional española Iberdrola –sucia entre las sucias– rechazó –por decirlo suave– la invitación que le extendió la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados para participar en el Foro de Parlamento Abierto (en donde se analiza la reforma eléctrica propuesta por el presidente López Obrador) y en él se pronunciara. Pero no, es de esas empresas que cruzan el pantano y se manchan hasta la última pluma. De hecho, ese ha sido su proceder desde su fundación, un consorcio depredador que presume energías limpias para, siempre, hacer negocios sucios.

Tras la negativa, el coordinador de Morena en San Lázaro, Ignacio Mier, señaló que la verdad pesa y por ello la trasnacional española se niega a transparentar sus jugosos y sucios negocios en este país y en todos aquellos en donde ha clavado sus colmillos. Tal vez la declinación fue por sugerencia de uno de sus consejeros independientes en Iberdrola México, Liébano Sáenz (ex secretario particular de Ernesto Zedillo cuando este ocupó Los Pinos) o de Javier Díez de Polanco (sobrino de uno de los fundadores del Grupo Prisa, editor del periódico El País).

Pues bien, a Iberdrola se le extendió una invitación para participar, el próximo miércoles, en el Foro 24: grandes productores y consumidores de electricidad, pero como ahí hay que dar la cara y explicaciones, la trasnacional española –acostumbrada a moverse y hacer negocios en lo oscurito– dijo que se abstenía, lo que no quiere decir que bajo el agua no trate de tumbar la reforma eléctrica.

No es gratuita la denuncia que días atrás hiciera el presidente López Obrador: “que se sepa, con la reforma eléctrica son los de Iberdrola los que están haciendo el lobby en contra, junto con sus socios o cómplices en México”. Se trata, dijo, “de una empresa que se beneficia de contratos por abastecimiento de energía eléctrica, que se lleve a trabajar a la secretaria de Energía de México y se lleve como empleado al ex presidente de México, a Felipe Calderón. Eso es una ofensa a nuestro pueblo… y lo que nos ha costado”. Hay que añadir que también se llevaron al ex secretario particular de Ernesto Zedillo, Liébano Sáenz, quien forma parte del consejo de administración de Iberdrola México.

El mandatario narró: “me tocó hablar con el presidente del consejo de Iberdrola. El señor, pues me imagino que allá… No sé el comportamiento en las reuniones con el rey ¿no?, o en las reuniones con el presidente de España, pero acá quiso actuar con un protagonismo irrespetuoso y le tuve que decir: ‘Oiga, ustedes nos han ofendido’, pero allá quién sabe cómo actúa. Yo creo que tiene mucha influencia, porque allá sube y sube y sube el precio de la luz, y ellos son los que controlan, los de Iberdrola. Y ese es el modelo que quieren para México o hacia allá iban, porque se los permitieron”.

Pero en la Presidencia de la República ya no despachan los gerentes Fox, Calderón ni Peña Nieto, con quienes los mafiosos de Iberdrola, con José Ignacio Sánchez Galán a la cabeza (ahora imputado por la justicia española por una serie de delitos, entre ellos espionaje y cohecho para obtener contratos de obra pública), se llevaban de maravilla: a todo le decían que sí, siempre y cuando la coima fuera generosa y puntual, sin importar las consecuencias negativas para el país.

Pero como ya no es la consentida, ahora que le extienden una invitación para que dé la cara y detalle sus negocios sucios, la trasnacional se niega a participar en el parlamento abierto sobre la reforma eléctrica, en donde, dicho sea de paso, se observa la fanática defensa de los privados, con las consabidas herramientas por ellos utilizadas (chantaje, desinformación, amenazas y la predicción de tinieblas y caos si les quitan lo que ilegalmente obtuvieron).

Por eso, Iberdrola se siente mejor, a sus anchas, operando en lo oscurito, aunque tarde que temprano todo sale a la luz. Como muestra un botón: “las comunidades (mexicanas) donde se asientan empresas eléctricas españolas para generar energía eólica sólo reciben uno de cada 100 pesos de las ganancias que genera la actividad, de acuerdo con un informe sobre megaproyectos de compañías con sede en la península ibérica… el capital español que ha llegado se ha traducido en consecuencias catastróficas para los territorios donde se ubica” ( La Jornada, Alejandro Alegría).

Las rebanadas del pastel

Otra que se les apesta, pero la fábrica de noticias falsas sigue adelante.

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