Columnas Escritas
Baluarte Político
AMLO y Layda Sansores, los reformadores de México
Raúl García Araujo
El presidente Andrés Manuel López Obrador cierra su gobierno con la aprobación y promulgación de una de las reformas constitucionales más importantes que requiere México y que tiene como fin terminar de una vez por todas con la corrupción.
La Reforma al Poder Judicial significa, en los hechos, el poder que tendrá cada mexicano al momento de emitir su voto.
Es decir, ahora no sólo podrán elegir al Presidente de la República, diputados locales y federales, así como senadores, ahora también votarán por quienes deben ser jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Lo que vimos la semana pasada tanto, en la Cámara de Diputados como en la de Senadores, es la consumación de lo que quiere el pueblo de México para su país, en el sentido de entregar, el pasado 2 de junio en las urnas, el poder absoluto al presidente López Obrador y al partido Morena, para hacer los cambios esenciales que requiere la nación.
La discusión de la Reforma al Poder Judicial era importante, ya que en ella se mostró el músculo político con el que cuenta el inquilino de Palacio Nacional, quien desde la conferencia mañanera siempre fijó el sentir del pueblo que está cansado de los excesos y opulencias en que viven quienes trabajan en juzgados y la Corte.
Las calles de la Ciudad de México y otras entidades del país fueron tomadas sólo por trabajadores del Poder Judicial, quienes ven amenazados sus privilegios de ya no seguir cobrando sus bonos o canonjías, gracias a un poder corrupto que les permitió por décadas tener sueldos mayores al del Presidente de la República.
Sin embargo, jamás contaron con el apoyo y respaldo de la gente, que en todo momento se mostró respetuosa de su movimiento, pero que jamás se unieron al mismo, por lo podrido que significa gozar con privilegios, mientras que el pueblo se muere de hambre.
La Reforma al Poder Judicial significa para el presidente Andrés Manuel López Obrador cumplir su promesa de velar siempre por los mexicanos y erradicar de una vez por todas la corrupción en la vida pública.
La Reforma al Poder Judicial significa para el presidente, Andrés Manuel López Obrador, acabar de tajo con los excesos de jueces, magistrados y ministros de la Corte que vieron en la impartición de justicia el mejor modo de enriquecerse a través de amparos a modo o resoluciones que fueron para beneficiar a delincuentes de todo tipo, incluso, de los que llama de “cuello blanco”, aunque significara dañar a la nación.
Qué contrariedad que ahora políticos sin escrúpulos llámese Alejandro Moreno Cárdenas, alias Alito, líder nacional del PRI; Marko Cortés, dirigente nacional del PAN, se rasguen las vestiduras al señalar que es una Reforma arbitraria y sin discusión entre aquellos que están en contra de ella.
Les falta memoria a estos líderes, que con la mano en la cintura y sin escuchar en su momento a los integrantes de la oposición, aprobaron las llamadas reformas estructurales del entonces presidente Enrique Peña Nieto, que lo único que querían con ellas, era entregar a particulares los bienes de la nación.
En esa lucha sin cuartel estuvo Layda Sansores San Román, ahora gobernadora de Campeche, que nunca bajo la guardia en las discusiones parlamentarias tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado de la República y que les dijo sus verdades en la cara tanto a Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto, de que eran unos vende patrias y que con lo que hacían estaban engañando y robando al pueblo de México.
El tiempo le dio la razón a Layda Sansores San Román y hoy de la mano del presidente, Andrés Manuel López Obrador, hacen historia en México como los grandes reformadores de México.
Ambos políticos de izquierda serán recordados por las siguientes generaciones como los grandes impulsores del cambio democrático y político de la nación, que sentaron las bases de la Cuarta Transformación en nuestro país.
Desde La Muralla: Vaya reconocimiento público que hizo la gobernadora Layda Sansores San Román al comunicador Ambrosio Gutiérrez Pérez, por el profesionalismo, rigor y seriedad en cada uno de sus trabajos periodísticos.
La mención se dio durante los festejos del 40 Aniversario de la Escuela de Ciencias de la Comunicación del Instituto Campechano.
La mandataria reconoció la talentosa firma de Ambrosio, ya que el periodista puede ser crítico, pero fino al dar a conocer sus argumentos y lecturas políticas.
Es importante eso que dijo la gobernadora Layda Sansores, ya que Ambrosio Gutiérrez Pérez, es el director de la Escuela de Ciencias de la Comunicación del Instituto Campechano y en sus enseñanzas a los nuevos talentos del periodismo les sembrará esos principios básicos de la comunicación.
No tengo duda de que enseñarán a las nuevas generaciones el (a,b,c) del periodismo, que significa que la noticia debe ser ágil, breve y concisa para que los lectores tengan información de calidad.
Un abrazo fuerte y una felicitación también a todas las autoridades educativas de la Escuela de Ciencias de la Comunicación del Instituto Campechano y que vengan más celebraciones de este tipo en beneficio de la educación de los estudiantes de Campeche.
Desde El Fuerte: Vaya golpe que le dio el Instituto Nacional Electoral al líder nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, alias Alito, al echarle para atrás su reelección como dirigente de ese instituto político.
En democracia las cosas se van ajustando y aunque en algunos casos tardan, con la decisión del INE puso en su lugar a Alito Moreno y ahora todo parece indicar que se quedará sin partido y completamente solo.
Los expresidentes nacionales del partido, como Dulce María Sauri, Pedro Joaquín Coldwell, Manlio Fabio Beltrones y otros, reconocieron la labor del INE al frenar las ambiciones de Moreno por perpetuarse en el poder.
Vienen tiempos negros para Alito Moreno y en caso de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ratifique la resolución perderá toda fuerza política y de interlocución política.